El Faro digital.es - Francisco Sanchez Montoya - 3/11/13
Hace escasamente unos meses, a petición del PSOE de Ceuta, donde cabe
destacar, el interés de la actual ejecutiva socialista en su labor por
conseguir este reconocimiento a una figura tan destacada de la historia
de nuestro país. Logró que el Pleno de la Asamblea aprobara que la circunvalación del
Poblado Marinero pasara a llamarse Pablo Iglesias en honor del fundador
del PSOE y de la UGT. Hace ochenta años el nombre del líder socialista
ya estuvo en la nomenclatura local. Aquella inauguración se llevó a cabo
tras la manifestación del 1º de Mayo de 1931, el lugar elegido fue lo
que hoy conocemos como Marina Española, esquina con el colegio San
Agustín, el encargado de descubrir la placa fue el alcalde republicano
Sánchez Prado. Tras el golpe militar del 17 de julio de 1936, fue
arrancada la placa y arrojada al mar, que está justo enfrente.
Cerca
de 15.000 personas se dieron cita en aquel acto de 1931, como colofón
al Día de los Trabajadores, estaba claro que el poder de convocatoria
del PSOE y de la UGT era evidente. Antes de llevarse a cabo la
inauguración, la manifestación del 1º de Mayo partió de la Plaza de
África, un gran cuadro de Pablo Iglesias la presidía, recorrieron Paseo
de las Palmeras, calle Real, bajaron por Alfau y al llegar a las
oficinas de Telégrafos (actual Marina Española) se llevó a cabo el
homenaje al líder socialista. En este homenaje tuvo mucho protagonismo e
influyó para que se llevara a cabo el concejal socialista David
Valverde Soriano, quien en enero de 1932, protagonizó un hecho histórico
al ser nombrado primer Alcalde socialista de la historia de Ceuta.
Durante su alcaldía fueron muchos sus logros, como la construcción del
mercado central en los bajos del Puente de la Almina, o el actual
Alfonso Murube, entre otros. También desempeño una importante gestión
para la vuelta en febrero de 1936, a la Alcaldía, del republicano
Sánchez Prado. El dirigente socialista David Valverde, sería detenido y
ejecutado en enero de 1937, por las fuerzas sublevadas.
Durante la
primera década del siglo XX, la izquierda experimenta un período de
desarrollo ideológico y organizativo en Ceuta. La ciudad sirve de punta
de lanza de la ocupación del Protectorado Español en Marruecos. En dos
décadas se había pasado vertiginosamente de presidio, recordemos que fué
clausurado en 1910, fuimos plaza militar y posteriormente en la década
de los años treinta ciudad. Estas transformaciones están unidas a los
orígenes del movimiento obrero en la ciudad, son muchos los empresarios y
trabajadores que vienen al compás de la apertura de las explotaciones
en el Protectorado, trazado de carreteras, vías férreas, la construcción
de viviendas, las obras portuarias...
La organización del evento donde se daría nombre a una de las
principales calles de aquella Ceuta de los años treinta, cayó en la
ejecutiva de la Casa del Pueblo, que se encontraba en la calle Agustina
de Aragón.
El dirigente socialista Sebastián Ordóñez (sus restos están
en la fosa común, tras ser fusilado), dirigió los preparativos junto al
presidente del PSOE ceutí Jiménez Cazorla. Los días anteriores tuvieron
lugar charlas informativas sobre la figura de Pablo Iglesias, con la
finalidad de concienciar a todos los trabajadores del carácter
reivindicativo de este líder socialista. Este centro formaba parte
importante de la sociedad obrera ceutí, también tuvo un importante
protagonismo en la multitudinaria manifestación del 1º de Mayo de 1936,
donde llegó a reunir a partidos políticos y sindicatos como: Orquesta
Sinfónica, Comité Alianza Obrera, Izquierda República, Unión
Republicana, Juventudes Socialista, Comunista y Sindicalista, Federación
Universitaria de Estudiantes, Radio Comunista de Ceuta, Agrupación
Sindicalista, Sindicato de autobuses de Correos y Telégrafos, Sociedad
de chóferes, Agrupación de dependientes, Sociedad de estibadores,
Asociación de Magisterio, Sindicato de vendedores del mercado,
Asociación de empleados del Estado, Asociación de la prensa y Alianza de
labradores.
En la Casa del Pueblo de Ceuta, se domiciliaron un gran
número de sociedades y organizaciones obreras. Sus dependencias eran
sencillas pero llenas de máquinas de escribir. En todas, en el interior,
despachos y más despachos, una sala de actos que también vale para
mítines, una biblioteca. Los obreros tienen así algo que es de ellos
mismos, donde además se les enseña a leer y a escribir, pero también se
les da a los más avanzados enseñanzas propias. La Casa del Pueblo de
Ceuta fue el nexo de unión de los obreros que arribaban a la ciudad.
Todo ese flujo de peninsulares produjo la demanda de una gran cantidad
de mano de obra. Aquellos primeros conflictos sociales en la Ciudad
fueron coetáneos de la implantación de los intereses políticos y
económicos desarrollados al compás de la ocupación económica y militar,
con el inicio del Protectorado en Marruecos.
La primera casa del
pueblo fue fundada en Montijo (Badajoz) en 1901 y la segunda
en Alcira (Valencia) en 1903. Pablo Iglesias la funda en Madrid en el
año 1908. Actualmente, el término ha desaparecido en la etimología de la
mayoría de las sedes del PSOE, exceptuando en el País Vasco donde se
conserva. El término, de ecos románticos en la historia del movimiento
obrero. También, fueron denominadas así algunas sedes culturales de
los anarquistas y del sindicato Confederación Nacional del
Trabajo (CNT-AIT), aunque en estos casos el término general era Ateneo
libertario, en Ceuta tuvo su sede en la zona de Hadú (lo que fue el bar
California).
Los Centros Obreros y las Casas del Pueblo socialistas
en España constituyeron, en su momento, una rica realidad a la que la
Guerra Civil puso bruscamente punto y final. Fueron estos espacios de
sociabilidad mucho más que unos meros lugares de reunión y unas simples
sedes sindicales o partidistas, ya que actuaron también como focos
culturales y educativos, además de dar cabida entre sus muros a todo
tipo de actividades societarias, cooperativistas y de ocio que
conformaron, en buena medida, la mentalidad obrera y popular de la
primera treintena del siglo XX español. Su verdadero valor patrimonial,
por tanto, supera con creces el de sus edificios y locales, puesto que
abarca también todo este mundo incalculable de ansias de mejoras y de
dignificación vital de las clases trabajadoras y su papel, en multitud
de ocasiones, como marco decisivo de los momentos clave de nuestro
pasado más reciente.