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miércoles, 29 de abril de 2015

Ceutíes y melillenses en el Holocausto

 
Francisco Sánchez Montoya - El Faro Digital.es 26/4/15
Seguramente fueron muchos más los ceutíes que sufrieron el castigo y el horror de los nazis. Pero hasta el día de hoy, documentados sólo tenemos a Eugenio Amador Mayano y a Enrique Mateo.
Pese a los años transcurridos la búsqueda de fichas de entradas y deportados es muy laboriosa. El Ministerio de Cultura español y las asociaciones de víctima del nazismo están realizando una gran labor de documentación.

Pero muchos años atrás, tras la lectura del parte oficial con la terminación de la Guerra Civil española, el 1º de abril de 1939, en realidad, la contienda no terminó para todos. Una enorme cantidad de españoles, entre ellos muchos ceutíes, combatientes o no, se tuvieron que marchar de aquella España, en la que no tenían sitio.  Una gran mayoría se instalaron en Francia; pero sobre ellos, poco más de un año después, se precipitó otro conflicto bélico que complicó más su ya de por sí difícil situación: la invasión alemana de Francia.

En la ficha de los ceutíes podemos leer Eugenio Amador Mayano, fue deportado el 27 de enero de 1941 al campo de concentración de Matauthasen, nació el 6 de enero de 1906. Tras su detención estuvo en la XI-B Fallingbostel, con el número de prisionero 6835. Fue ejecutado el 13 de marzo de 1942. El otro ceutí Enrique Mateo, nació el 21 de marzo de 1926, ingreso en la prisión de Compiègne, el 2 de julio de 1944, siendo deportado al campo de concentración de Dachau tres días después, tenía el número 77.972, tras el fin de la guerra fue liberado, el 8 de mayo de 1945 se puso fin, con la derrota de la Alemania nazi, a la Segunda Guerra Mundial.   

 Estos ceutíes, contribuyeron a la defensa de Francia contra la Alemania nazi. La derrota francesa llevó a miles de ellos a caer prisioneros del III Reich; conocieron posteriormente un régimen inhumano que les llevó a la muerte a la mayoría de ellos. A partir de agosto de 1940 llegaron los primeros detenidos españoles a Austria y hasta octubre de 1941 todos los transportes de detenidos españoles se dirigían a Mauthausen.

 El Holocausto fue una divisoria de aguas en la historia de la humanidad. Es muy importante que el mundo moderno comprenda este genocidio contra el ser humano.  Cualquiera que sea nuestra identidad o el lugar donde residamos, el conocimiento de este suceso de alcance universal puede ayudar a que todos iniciemos un análisis crítico de las raíces del genocidio y la necesidad de proteger la paz y los derechos humanos, con miras a prevenir la repetición de esas atrocidades.  

Me gustaría destacar unas reflexiones sobre el horror nazi, y que conservo en mis viejas carpetas de prensa. Fue una entrevista realizada, a Jorge Semprún, hace años. Él fue un antifranquista en la clandestinidad, ministro de Cultura y sobre todo, superviviente del campo de concentración de Buchenwald: "Están desapareciendo los testigos del exterminio. Bueno, cada generación tiene un crepúsculo de esas características. Los testigos desaparecen. Pero ahora me está tocando vivirlo a mí. Aún hay más viejos que yo que han pasado por la experiencia de los campos. Pero no todos son escritores, claro. En el crepúsculo la memoria se hace más tensa, pero también está más sujeta a las deformaciones. Luego hay algo... ¿Sabe usted qué es lo más importante de haber pasado por un campo? ¿Sabe usted qué es exactamente? ¿Sabe usted que eso, que es lo más importante y lo más terrible, es lo único que no se puede explicar? El olor a carne quemada. ¿Qué haces con el recuerdo del olor a carne quemada? Para esas circunstancias está, precisamente, la literatura. ¿Pero cómo hablas de eso? ¿Comparas? ¿La obscenidad de la comparación? ¿Dices, por ejemplo, que huele como a pollo quemado? ¿O intentas una reconstrucción minuciosa de las circunstancias generales del recuerdo, dando vueltas en torno al olor, vueltas y más vueltas, sin encararlo? Yo tengo dentro de mi cabeza, vivo, el olor más importante de un campo de concentración. Y no puedo explicarlo. Y ese olor se va a ir conmigo como ya se ha ido con otros".

Siete melillenses en el horror nazi
También siete melillenses sufrieron este genocidio, Joaquín Callejón Inglada, Antonio Delgado Jurado, José Fajardo García, Rafael García Segura, Antonio Muñoz Zamora, Manuel Rojas de la Cruz y Mariano Tost Planet. No todos consiguieron la libertad, y fueron asesinados José Fajardo, de 32 años, estuvo en la prisión de Salzburgo, con posterioridad fué trasladado a Mauthausen donde el 8 de enero de 1942 fue asesinado. Rafael García, en julio de 1942, Manuel Rojas, y el último de los ejecutados en Mauthausen Mariano Tost, de 21 años. Los tres que salvaron la vida, tras la caída de los Nazis en mayo de 1945 fueron, Joaquín Callejón, Antonio Delgado y Antonio Muñoz. En el campo de concentración donde estuvieron estos melillenses, conocido como el campo de los españoles, junto con Auschwitz, fueron los campos de exterminio más sanguinarios del Holocausto nazi. Durante la II Guerra Mundial en sus cámaras de gas dejaron su vida no sólo judíos, sino también Republicanos Españoles, en torno a los 10.000.

Tras el hundimiento de la República española que dio fin a la Guerra Civil en abril de 1939, los republicanos españoles lograron alcanzar a duras penas la frontera francesa, buscando refugio en el suelo galo. Donde fueron distribuidos por el sur de Francia en campos de refugiados. Al cabo de unos meses estalló la II Guerra Mundial y los españoles fueron obligados a combatir en las filas del ejército francés, enviados al frente en escuadrones de choque, en las filas de la legión extranjera, ó con uniforme francés, siendo muchos de ellos capturados por los nazis, entre ellos dos ceutíes y siete melillenses, según la documentación que actualmente te tiene.
 
Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto
Mañana día 27 de enero de 2014, se conmemora el "Día en memoria de las víctimas del Holocausto", girará en torno al tema «Viajes a través del Holocausto». Se pretende recordar los diferentes viajes que se realizaron durante este período oscuro, de la deportación a la prisión, y de la cárcel a la libertad, y de qué manera estas experiencias transformaron las vidas de aquellos que las soportaron. Se trata de historias de dolor y sufrimiento, aunque, finalmente, también tienen que ver con el triunfo y la renovación, haciendo las veces de fuerza orientadora para las generaciones futuras. Debemos también hacer algo más que recordar y velar por que las nuevas generaciones conozcan esa parte de la historia. Debemos aplicar las lecciones del Holocausto al mundo actual y hacer cuanto podamos para que todos los pueblos gocen de la protección y de los derechos por los cuales luchan las Naciones Unidas.

Los ceutíes y melillenses localizados en los campos de concentración, están extraídos de la documentación expuesta en el libro "Memorial. Españoles deportados a los campos nazis (1940-1945)", editado por el Ministerio de Cultura. En el prólogo José Ramón Cruz. Subdirector General de los Archivos Estatales marca las pautas del trabajo realizado. El libro se realizó cuando se cumplió el 70 aniversario del comienzo de la Guerra Civil española y con esta ocasión tuvieron lugar distintas actividades que contribuyeron a la reflexión sobre unas circunstancias que marcaron a la sociedad española de forma duradera. Por un lado, la pérdida de vidas humanas y la devastación que la guerra trajo. Además, tuvo lugar un exilio de dimensiones muy considerables que privó a nuestra sociedad de parte esencial de sus cuadros políticos y sociales y de su intelectualidad. España, que había estado como nunca abierta a Europa y esperanzada con la experiencia de la II República, sufrió una vuelta atrás que implicó nuestro apartamiento de Europa durante décadas.    

En el prefacio, Ramiro Santisteban Castillo, presidente de la Federación Española de Deportados e Internados Políticos en Mauthausen, escribe sobre este horror: Es ahora, ya en los primeros años de este tercer milenio, cuando aquellos a quienes en algún momento se llamó los olvidados son por fin reconocidos. Salen del anonimato, o al menos lo hacen sus nombres y su memoria, pues son muy pocos quienes quedan en vida. La dictadura franquista tuvo como efecto que durante casi cuarenta años algunos aspectos esenciales de la historia española reciente quedaran en la sombra. Y aunque, posteriormente, una joven democracia trajese vientos de libertad a España, parece que todavía ha hecho falta llegar a nuestros días para que la vivencia de los hombres y mujeres que sufrieron la tragedia de la Deportación haya terminado para muchos de salir a la luz ese sentimiento lo compartimos algunos antiguos deportados en mayo de 2005, cuando junto a nosotros asistía a las conmemoraciones de la liberación de Mauthausen, por primera ve, el Presidente de un Gobierno español.

Muchos años antes, recién terminada la Guerra Mundial, yo y otros compañeros, antiguos deportados, habíamos tenido la ocasión de conocer a otro Presidente del Gobierno de España. Se trataba de Francisco Largo Caballero, que había conocido también los avatares de la Deportación, él en el campo de Sachsenhausen, cerca de Berlín. Había vuelto anciano y fatigado de Alemania, pero todavía pudimos contar con su presencia en algunos actos organizados por los exdeportados, antes de que falleciera en París en 1946.  Con ocasión de su entierro en el cementerio de Père Lachaise no faltó el afecto y el calor de una gran masa de españoles exiliados y, desde luego, de muchos deportados. Él, siendo una personalidad tan relevante, había pasado por un campo nazi. Toda una muestra de las circunstancias personales tan variadas de cada uno de los deportados y de quienes vivimos el exilio de general. Medio millón fuimos quienes dejamos en febrero de 1939 la tierra en que habíamos nacido.
 
El Holocausto judío
La triste y dolorosa persecución judía en Alemania tuvo su comienzo cuando en 1933 los nazis toman el poder. Inicio de una propaganda de odio. Septiembre de 1935, las leyes de Nuremberg quitan a los judíos sus derechos civiles. 28 de octubre de 1935, judíos polacos que habitan en Alemania son expulsados. 9 de octubre de 1938, la Noche de Cristal, 191 sinagogas y 17 viviendas de judíos son incendiadas. 7.500 tiendas son saqueadas y destruidas. Algunas decenas de judíos son muertos o heridos. 20.000 judíos son encarcelados, la mitad son enviada a Buchenwald. Los judíos alemanes pagan una multa colectiva de mil millones de marcos. Fábricas y tiendas judías son confiscadas y niños judíos son expulsados de las escuelas. 1° de septiembre de 1939: El día en que estalla la guerra mundial hay en el territorio del Reich (Alemania, Austria, Checoslovaquia) 375.000 judíos. Septiembre-octubre de 1939: Polonia es conquistada y repartida entre Alemania y la URSS. En la región conquistada por el Reich se encuentran 2.700.000 judíos. 

21 de septiembre de 1939, Heydrich da órdenes secretas a sus subordinados, concentrar la población judía con miras a la "solución final" que debe ponerse en práctica ulteriormente. 30 de octubre de 1939, Heydrich ordena que todos los judíos del Reich sean trasladados a Polonia en la zona llamada del "Gobierno general". Marzo de 1940, el traslado queda en suspenso a causa de las dificultades de transporte. Verano de 1940, los judíos deben llevar un signo distintivo: "la estrella amarilla". Se establecen ghettos en las ciudades polacas. Los jefes del Reich discuten acerca del "plan de Madagascar": deportar a todos los judíos de Europa a aquella isla del Océano Índico. Ese proyecto será abandonado. 18 de octubre de 1940, el ghetto de Varsovia queda herméticamente bloqueado. En su interior hay 400.000 judíos. Observación general: En el curso de esa etapa, el objetivo buscado era el exterminio de los judíos por el hambre, la enfermedad, la represión física y la depresión moral. Comienzan las ejecuciones en masa.

lunes, 27 de enero de 2014

"Puse Pedro Noda en el buscador y saltó eso"

Lapida del cementerio de Bretstein (Austria) con los nombres de cinco
republicanos muertos en este campo de exterminio nazi. / EFE
Un joven español descubre la fosa común donde descansa su abuelo gracias al trabajo publicado en Internet por unos universitarios austriacos
ELPAIS.es /  Madrid / Viena 6 marzo 2005 -
Parece una historia sacada del cine, como aquella película de Ken Loach, Tierra y libertad, en la que una joven británica abre un baúl y descubre que su abuelo luchó junto a los comunistas en la guerra civil española. Pero han pasado casi 10 años desde que se rodó el filme y, en la era de las nuevas tecnologías, el baúl donde buscar retazos de la historia familiar se llama Internet. Y lo más curioso es que puedes encontrar sin buscar, sólo por casualidad. Precisamente esto le pasó a un joven canario, Pedro Noda. Hace dos meses, escribió su nombre en un buscador y halló un trabajo publicado por un grupo de universitarios austriacos, en el que cuentan que su abuelo, un republicano huido de España que cayó en manos de los nazis, está enterrado en la fosa común del campo de trabajo externo de Bretstein, perteneciente a Mauthausen. Seis décadas después de la liberación de este campo, la familia de Noda conoce por fin qué fue de su abuelo.

El pasado mes de enero, Pedro Noda, de 29 años, encontró por azar en un buscador de la red una parte de su pasado, al indagar sobre el resultado de un partido de balonmano del equipo en el que juega, el San José Obrero de Lanzarote. "Puse Pedro Noda y saltó eso", asegura aún con cierto estupor al explicar cómo encontró la información sobre la tumba de su abuelo, Pedro Noda de la Cruz, asesinado en el campo de trabajo externo de Bretstein, perteneciente a Mauthausen. En ese remoto lugar de la región austríaca de Estiria lucharon por sobrevivir unos 250 republicanos españoles, clasificados en la letal terminología nazi como apátridas y enemigos del Reich.

"Más o menos, sabíamos que había muerto"
"Estalla la guerra civil y mi abuelo es republicano; al acabar la guerra tiene que salir huyendo, era pescador y embarca a África. Más o menos, sabíamos que al final había muerto porque mi abuela llegó a cobrar una paga de viudedad de Alemania", relata Noda, para detallar que sólo conservan una fotografía de él. El bello paisaje alpino de Bretstein hizo de cárcel de hielo para esos presos, una pieza más del drama colectivo del Holocausto que no habría sido rescatado del desván de la historia de no ser por la tenacidad de Eva Feenstra, una profesora de español de la Universidad de Graz. Los pormenores de la ubicación del campo, hasta hace poco desconocido, parecen propios de una novela: un profesor de religión de la localidad de Bretstein, Franz Stuhlpfarrer, desempolva su existencia en 2002 y localiza a uno de los pocos que escaparon con vida, Eduardo Escot, que le facilita un croquis sobre su ubicación.

El Ayuntamiento toma conciencia de lo que allí sucedió, y con apoyo institucional, organiza un exposición y digna con una lápida la fosa común donde yacen al menos cinco prisioneros españoles, mientras Feenstra trata de hacer pública la historia de esos republicanos con ayuda de sus alumnos. "Empecé a darme cuenta de que, con una excepción, seguramente ninguna de las familias supo jamás dónde estaba enterrado su hermano, padre, hijo. Por lo tanto, decidí que había que hacer algo para dar a conocer el nombre de esos cinco hombres", explica Feenstra, originaria de Gran Canaria, pero residente en Austria desde hace dos décadas. Lo extraordinario de la historia es la existencia de la fosa común, en la que están enterrados cinco españoles aunque no se descarta que haya más, ya que las SS, en su minuciosa planificación de la muerte, devolvía los cadáveres a Mauthausen para ser incinerados.

Los republicanos españoles empezaron a sustituir a prisioneros de guerra franceses en Bretstein en el verano de 1941 con la misión de construir una carretera que facilitase el acceso a una granja de las SS. Se erigieron dos barracas para 300 internos, otras instalaciones para la treintena de miembros de las SS que los custodiaban y cinco torres de vigilancia para evitar fugas. Además del frío, del duro trabajo y las malas condiciones de vida, tuvieron que sobrellevar las humillaciones del kapo del campo y la primera víctima mortal se registró ya en noviembre de 1941. "Al parecer se produjeron varios intentos de fuga", relata Feenstra, quien explica que "en el primero, según cuentan, murió uno de los presos, pero también le costó el cargo al 'lagerführer', es decir, al jefe de las SS del comando.

Su cadáver, expuesto en el campo
El segundo intento fue descubierto en plenos preparativos y acarreó crueles represalias contra los responsables". "Es una de las historias que se ocultan tras los nombres de la lápida conmemorativa en el cementerio de Bretstein. Por lo que yo he leído, sospecho que el presunto cabecilla de la fuga planeada, Pedro Noda de la Cruz, de 28 años, fue brutalmente apaleado, atado a una carreta y arrastrado por todo el recinto hasta causarle la muerte. Su cadáver maltrecho fue expuesto en el campo en señal de amenaza y escarmiento", relata la profesora. "Los acontecimientos no sirvieron de escarmiento. La desesperación llevó a otro grupo a echarse al monte en otra ocasión. Fueron perseguidos, atrapados y ejecutados a disparos mientras huían por las montañas", detalla.

Entre los motivos de las repetidas fugas de los españoles estaba su creencia errónea de encontrarse en la región del Tirol, con la falsa esperanza de hallar Suiza, país neutral en la II Guerra Mundial, a pocos kilómetros. Cuando los primeros soldados estadounidenses liberaron Mauthausen el 5 de mayo de 1945, los supervivientes de ese campo de la muerte regresaron a sus países y fueron homenajeados como la memoria viva de la barbarie. Pero los españoles, vencidos y perseguidos, declarados apátridas por el régimen franquista, nunca tuvieron un país al que volver.

sábado, 25 de junio de 2011

70 aniversario de la deportación en Argelia


L'independant, sábado 25 junio 2011/Port-Vendres

Mañana en Port-Vendres, 70 aniversario de la deportación en Argelia de militantes comunistas y sindicales, de ex-combatientes de las brigadas internacionales y de los republicanos españoles. Acogida de los participantes en el Muelle Joy a las 10h 30.

Port-Vendres. Cuando Vichy deportaba sus "indeseables" en África del Norte

 Djebel Amour, en Port-Vendres, uno de los buques que fue utilizado para transportar a los internados hacia África del Norte

Traducción Estación Oran-Wahrān وهران

25 junio 2011 L’independant-Grégory Tuban
Domingo, 26 de junio a las 11 en el muelle Joly en Port-Vendres

El episodio es poco conocido. Entre marzo de 1941 y agosto de 1942, el Estado francés hizo trasladar a unos 1700 internados franceses y extranjeros hacia los campos de África del Norte de Bossuet y de Djelfa. Una operación de envergadura, refiriéndose inicialmente a 5000 internados de la metrópoli afin "de expurgar los campos de indeseables " representando un peligro de orden público. Una ida con destino a los presidios del desierto para comunistas franceses encerrados desde septiembre de 1939 y extranjeros mayoritariamente internados desde la Retirada... Casi todos republicanos españoles y antiguos brigadistas internacionales.

Venidos principalmente de los campos de la zona meridional, todos estos hombres estarán en tránsito por Port-Vendres. Después de tres días de mar en las bodegas de viejos buques de carga, llegarán a Argel y Orán con el fin de reunirlos en los campos del Sáhara dónde excluidos y recluidos deberán sobrevivir hasta su tardía liberación en la primavera de 1943.

Nueve convoys se sucederán por los campos de Argelès-sur-Mer, de Rivesaltes y del Château-Royal  de Collioure. Es por otra parte en uno de estos campos de los Pyrénées-Orientales, que un acontecimiento poco conocido también va a poner un freno en la operación del gobierno de Vichy.

Rebelión de las mujeres al campo de Argelès

Después de los tres primeros convoys que reagrupan a 500 franceses, entre los que están 14 roselloneses, la transferencia de una parte de los brigadistas internacionales internados en Argelès-sur-Mer no se celebrará según lo convenido. Mientras que el prefecto había tomado todas las disposiciones de mantenimiento de la orden acudiendo el ejército con la presencia de la Infantería colonial y de un buque de guerra a 1000 metros de la playa, aproximadamente 500 mujeres españolas participan en la insurrección que gana el grupo de los internacionales.

Esta rebelión delante de la prensa norteamericana presente así como las negativas para ciertas salidas de las comisiones de armisticios empujan a Vichy a revisar sus planes aunque 912 extranjeros venidos de Argelès y sobre todo del campo de Vernet habrán sido llevados al campo de Djelfa durante la primavera de 1941.

Las deportaciones proseguirán a partir de finales de noviembre 1941. Los convoys son menos importantes pero también dirigidos a: comunistas franceses, militantes anarquistas españoles, antiguos brigadistas allegados del komintern... Totalmente indeseables como el poeta Max Aub denunciado por el embajador de España en Francia....  El 10º y  último convoy deja la metrópoli, desde Marsella esta vez antes de que el desembarco aliado en Argelia y la invasión de la zona meridional por el ejército alemán pongan término a estas deportaciones. Liberados en primavera de 1943, la inmensa mayoría de los extranjeros deportados se comprometerán  con les Corps Francs d’Afrique, la Légion Etrangère, l'US Army o les Pioneer Corps del ejército británico…Los militantes antifascistas de primera hora y los soldados curtidos que se harán ilustres particularmente en la célebre nueve, la 9a compañía del 2o DB del General Leclerc, o los comandos de la SAS (Especial Aire Servicio).

No habiendo sido trasladados ni internados por el enemigo en prisiones o campos fuera del territorio nacional (francés), estos hombres jamás tendrán el estatuto de deportados políticos a pesar de las demandas constantes de asociaciones de ex-combatientes y de elegidos comunistas. EL ARDIEP ((l'Amicale des Résistants, Déportés, Internés en Afrique du Nord) y el ANACR (Association Nationale des Anciens Combattants et Amis de la Résistance) les organizan un homenaje a estos hombres y a sus combates.
El domingo, 26 de junio a las 11 en el muelle Joly en Port-Vendres

Conmemoración de las deportaciones desde Port-Vendres a Argelia


CNM: Cie Navigation Mixte

Traducción Estación Oran-Wahrān وهران
24 junio 2011 L’independant

A la memoria de los 1634 " Indeseables franceses y extranjeros " deportados en los presidios de Argelia entre marzo de 1941 y agosto de 1942, organizan ANACR, ARAC y FNDIRP una ceremonia conmemorativa este domingo, 26 de junio, cita a las 10h 30 al muelle Joly, y comunica: " hace 50 años, esencialmente de Port-Vendres, fueron embarcados con otros héroes de la lucha, catorce habitantes de los Pyrénées-Orientales. Era un embarque casi clandestino, que se los llevó a las puertas del desierto, en campos en Djelfa, a Bossuet (...) Negándole totalmente la propuesta de juramento a Pétain, continuaron el combate patriótico, político y moral, no cediendo delante de las amenazas ni delante de las promesas, a pesar del aislamiento fuera de Francia (...) ".