lunes, 4 de noviembre de 2013

Pablo Iglesias Vuelve - La Casa del Pueblo organiza el homenaje


El Faro digital.es - Francisco Sanchez Montoya - 3/11/13
Hace escasamente unos meses, a petición del PSOE de Ceuta, donde cabe destacar, el interés de la actual ejecutiva socialista en su labor por conseguir este reconocimiento a una figura tan destacada de la historia de nuestro país. Logró que el Pleno de la Asamblea aprobara que la circunvalación del Poblado Marinero pasara a llamarse Pablo Iglesias en honor del fundador del PSOE y de la UGT. Hace ochenta años el nombre del líder socialista ya estuvo en la nomenclatura local. Aquella inauguración se llevó a cabo tras la manifestación del 1º de Mayo de 1931, el lugar elegido fue lo que hoy conocemos como Marina Española, esquina con el colegio San Agustín, el encargado de descubrir la placa fue el alcalde republicano Sánchez Prado. Tras el golpe militar del 17 de julio de 1936, fue arrancada la placa y arrojada al mar, que está justo enfrente.   

Cerca de 15.000 personas se dieron cita en aquel acto de 1931, como colofón al Día de los Trabajadores, estaba claro que el poder de convocatoria del PSOE y de la UGT era evidente. Antes de llevarse a cabo la inauguración, la manifestación del 1º de Mayo partió de la Plaza de África, un gran cuadro de Pablo Iglesias la presidía, recorrieron Paseo de las Palmeras, calle Real, bajaron por Alfau y al llegar a las oficinas de Telégrafos (actual Marina Española) se llevó a cabo el homenaje al líder socialista. En este homenaje tuvo mucho protagonismo e influyó para que se llevara a cabo el concejal socialista David Valverde Soriano, quien en enero de 1932, protagonizó un hecho histórico al ser nombrado primer Alcalde socialista de la historia de Ceuta. Durante su alcaldía fueron muchos sus logros, como la construcción del mercado central en los bajos del Puente de la Almina, o el actual Alfonso Murube, entre otros. También desempeño una importante gestión para la vuelta en febrero de 1936, a la Alcaldía, del republicano Sánchez Prado. El dirigente socialista David Valverde, sería detenido y ejecutado en enero de 1937, por las fuerzas sublevadas.

Durante la primera década del siglo XX, la izquierda experimenta un período de desarrollo ideológico y organizativo en Ceuta. La ciudad sirve de punta de lanza de la ocupación del Protectorado Español en Marruecos. En dos décadas se había pasado vertiginosamente de presidio, recordemos que fué clausurado en 1910, fuimos plaza militar y posteriormente en la década de los años treinta ciudad. Estas transformaciones están unidas a los orígenes del movimiento obrero en la ciudad, son muchos los empresarios y trabajadores que vienen al compás de la apertura de las explotaciones en el Protectorado, trazado de carreteras, vías férreas, la construcción de viviendas, las obras portuarias...

La organización del evento donde se daría nombre a una de las principales calles de aquella Ceuta de los años treinta, cayó en la ejecutiva de la Casa del Pueblo, que se encontraba en la calle Agustina de Aragón.

 El dirigente socialista Sebastián Ordóñez (sus restos están en la fosa común, tras ser fusilado), dirigió los preparativos junto al presidente del PSOE ceutí Jiménez Cazorla. Los días anteriores tuvieron lugar charlas informativas sobre la figura de Pablo Iglesias, con la finalidad de concienciar a todos los trabajadores del carácter reivindicativo de este líder socialista. Este centro formaba parte importante de la sociedad obrera ceutí, también tuvo un importante protagonismo en la multitudinaria manifestación del 1º de Mayo de 1936, donde llegó a reunir a partidos políticos y sindicatos como: Orquesta Sinfónica, Comité Alianza Obrera, Izquierda República, Unión Republicana, Juventudes Socialista, Comunista y Sindicalista, Federación Universitaria de Estudiantes, Radio Comunista de Ceuta, Agrupación Sindicalista, Sindicato de autobuses de Correos y Telégrafos, Sociedad de chóferes, Agrupación de dependientes, Sociedad de estibadores, Asociación de Magisterio, Sindicato de vendedores del mercado, Asociación de empleados del Estado, Asociación de la prensa y Alianza de labradores.

En la Casa del Pueblo de Ceuta, se domiciliaron un gran número de sociedades y organizaciones obreras. Sus dependencias eran sencillas pero llenas de máquinas de escribir. En todas, en el interior, despachos y más despachos, una sala de actos que también vale para mítines, una biblioteca. Los obreros tienen así algo que es de ellos mismos, donde además se les enseña a leer y a escribir, pero también se les da a los más avanzados enseñanzas propias. La Casa del Pueblo de Ceuta fue el nexo de unión de los obreros que arribaban a la ciudad. Todo ese flujo de peninsulares produjo la demanda de una gran cantidad de mano de obra. Aquellos primeros conflictos sociales en la Ciudad fueron coetáneos de la implantación de los intereses políticos y económicos desarrollados al compás de la ocupación económica y militar, con el inicio del Protectorado en Marruecos.

La primera casa del pueblo fue fundada en Montijo (Badajoz) en 1901 y la segunda en Alcira (Valencia) en 1903. Pablo Iglesias la funda en Madrid en el año 1908. Actualmente, el término ha desaparecido en la etimología de la mayoría de las sedes del PSOE, exceptuando en el País Vasco donde se conserva. El término, de ecos románticos en la historia del movimiento obrero. También, fueron denominadas así algunas sedes culturales de los anarquistas y del sindicato Confederación Nacional del Trabajo (CNT-AIT), aunque en estos casos el término general era Ateneo libertario, en Ceuta tuvo su sede en la zona de Hadú (lo que fue el bar California).

Los Centros Obreros y las Casas del Pueblo socialistas en España constituyeron, en su momento, una rica realidad a la que la Guerra Civil puso bruscamente punto y final. Fueron estos espacios de sociabilidad mucho más que unos meros lugares de reunión y unas simples sedes sindicales o partidistas, ya que actuaron también como focos culturales y educativos, además de dar cabida entre sus muros a todo tipo de actividades societarias, cooperativistas y de ocio que conformaron, en buena medida, la mentalidad obrera y popular de la primera treintena del siglo XX español. Su verdadero valor patrimonial, por tanto, supera con creces el de sus edificios y locales, puesto que abarca también todo este mundo incalculable de ansias de mejoras y de dignificación vital de las clases trabajadoras y su papel, en multitud de ocasiones, como marco decisivo de los momentos clave de nuestro pasado más reciente.

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