domingo, 13 de diciembre de 2015

Busqueda de información sobre el barco del exilio Ronwyn


Petición de Eliane Ortega Bernabeu
 
Estimados/as lectores, amigos, colaboradores,
Estoy confeccionando la lista del Barco del exilio republicano: RONWYN , que salió de Alicante el 12 de marzo 1939 hacia Oran-Argelia.

Se ruega a toda persona que tenga conocimientos, informaciones sobre este barco, me escriba a mi email : ortega_bernabeu_eliane@hotmail

También se ruega que compartan este petición en vuestros Blog, páginas, asociaciones para que el mensaje se difunda.

Gracias.

Cuando Ceuta coreó "La Marsellesa"

15 de abril de 1931 a las doce de la mañana sonó "La Marsellesa"

Francisco Sánchez Montoya  en Historia de Ceuta y el Protectorado español 12/12/15
Después de los atentados de París, La Marsellesa se ha convertido, una vez más, en símbolo de unión contra la tiranía del terror. Los estadios de fútbol dejaron a un lado la rivalidad y unieron sus gargantas, las calles con espontáneos cánticos… Ese mismo himno de Francia, sonó en la plaza de África de Ceuta, hace 84 años, tras proclamarse la Segunda República, interpretado por el Regimiento de Infantería de Ceuta nº 54.

Unos momentos antes se había procedido en el salón de plenos del Ayuntamiento a la entrega de poderes a los nuevos concejales republicanos. Tras la promesa de los cargos, los nuevos ediles se dirigieron al balcón principal del Ayuntamiento, donde Olivencia Amor  proclamó la II República, junto al presidente del PSOE, Conrado Lajara. Tras este acto no volvió a sonar La Marsellesa y en su lugar fue el himno de Riego. Todavía recordamos cuando sonó justo cuatro días después de que lo hiciera al otro lado del canal de La Mancha, en los pasillos del estadio de Francia, entonada entonces espontáneamente por los aficionados que abandonaban las gradas intuyendo la tragedia, pero sin saber aún que lo que les había hecho levantarse de sus localidades era el peor ataque terrorista de la historia de Francia.

En aquella mañana del 15 de abril de 1931 que sonó La Marsellesa en la Plaza de Africa, también hubo lugar para una gran manifestación de libertad, presidida por quién ocuparía la delegación del Gobierno en Ceuta, el presidente del partido Republicano Rafael Vegazo Mancilla, Comandante General Gregorio Benito, Alcalde accidental  Manuel Olivencia así como numerosos militares, representantes de las distintas entidades oficiales de la ciudad, sindicatos, partidos políticos y el vecindario en masa.

Varios diarios consultados, calculan que veinte mil personas al menos, estaban en la manifestación. Tras pasar el puente de la Almina, se ramificó en dos, una emprendía su marcha por la Marina y la otra por el Rebellin.

La Marsellesa es el himno nacional de Francia, oficialmente desde el 14 de julio de 1795. Fue escrito en 1792 por Rouget de Lisle. Fue prohibido durante el Imperio y la Restauración. Vuelve a ser el himno nacional desde la  III República. Durante 1940-1945 fue nuevamente prohibido, y su canto era considerado como un elemento de resistencia a la ocupación alemana y al gobierno colaboracionista de Vichy. Es tocada en parte de la obra Obertura 1812 de Piotr Ilich Chaikovski.

El 20 de abril de 1792 se declaró en París la guerra a Austria. Cuando el alcalde de Estrasburgo supo la noticia, invitó a cenar a su casa a un grupo de oficiales, en la noche del 24 del mismo mes. En este grupo de oficiales se encontraba Claude-Joseph Rouget de Lisle, capitán de ingenieros de la guarnición de Estrasburgo. En esa reunión, el alcalde le pidió que creara un himno patriótico para el acontecimiento que celebraban. Rouget de Lisle compuso dicho himno y le dio el título de Chant de guerre pour  l’armée  du Rhin  «Canto de guerra para el ejército del Rin» y se lo dedicó al mariscal Luckner.

El 22 de junio, un futuro general del ejército de Egipto llamado François Mireur, recién titulado de la facultad de medicina de Montpellier, se encontraba en Marsella encargado de preparar la marcha de los voluntarios de Montpellier y de Marsella. Había oído el himno en Montpellier durante algunos funerales oficiales y lo presentó a su gente con el título de Chant de guerre aux armées des frontières  «Canto de guerra para los ejércitos de las fronteras».

La tropa de los obligados lo aprendió y lo usó como canción de marcha. Y así entraron en París el 30 de julio de 1792, entonando marcialmente el himno compuesto tres meses atrás por Rouget de Lisle. Los parisinos los acogieron con gran entusiasmo y bautizaron el cántico como «La Marsellesa».

Durante la Primera República, la Marsellesa fue un himno muy popular entre soldados y civiles, mientras que durante los dos Imperios, la Restauración y la Segunda República, fue ligeramente olvidado. En la Tercera República recuperó el protagonismo y fue interpretado por las bandas militares en todos los actos oficiales. En el siglo XX, el Gobierno de la Francia liberada le otorgó una especial importancia junto con el himno oficioso llamado Le Chant des Partisans «El canto de los partisanos».

Finalmente, en la Constitución del 4 de octubre de 1958, la Marsellesa fue declarada himno nacional. La Marsellesa exaltaba desde sus comienzos el ánimo patriótico, hasta tal punto que Napoleón Bonaparte dijo en una ocasión: «Esta música nos ahorrará muchos cañones».

El 24 de enero de 2003, se aprobó la Ley de Programación para la Seguridad Interior (Lopsi), propuesta por Nicolás Sarkozy, que creaba el delito de ultraje a la bandera y al himno nacional franceses, sancionándolos con penas de hasta seis meses de prisión y 7500 euros de multa. Algunas asociaciones y ciudadanos protestaron, considerando esta ley un atentado a la libertad de expresión. El Consejo Constitucional de Francia limitó las posibilidades de aplicación de la ley, los actos dentro de un círculo privado, y los actos realizados en manifestaciones no organizadas por las autoridades públicas o no reglamentadas por ellas.

DÍA HISTÓRICO
Desde primeras horas, se pueden ver a numerosos ceutíes con banderas tricolor, todos van hacia la Plaza de África. El edificio municipal se encuentra, saturado de ciudadanos, los pasillos, ventanas, rotonda principal, salón del trono o balcones están invadidos. En el salón de plenos se encuentra la corporación saliente, con su presidente José Rosende al frente. Sobre las doce les dan la bienvenida a los nuevos concejales y le entrega el bastón de Alcalde al letrado y miembro de la Conjunción Republicano-Socialista Manuel Olivencia, quien tomó la palabra: “En virtud de acuerdo adoptado se designa a Don Antonio López Sánchez Prado, como Presidente del Ayuntamiento de Ceuta, por ser el que mayor numero de sufragio obtuvo en las citadas elecciones, las ocho tenencias de alcaldía serán desempeñada en orden de sufragio exceptuando la primera tenencia, se acordó fuera desempeñadas por el que habla, en condición de mi virtud como letrado,  tenientes de Alcalde, Eduardo Pérez Ortiz, David Valverde Soriano, Valentín Reyes Sánchez, Juan Arroyo Tornero, José Victori Goñalons, Sertorio Martínez Simón, José Más de la Rosa”.
 
“LA MARSELLESA” HIMNO OFICIAL DEL ESTADO DE FORMA PROVISIONAL
Miles de gargantas entonaron « La Marsellesa » en la mañana del 15 de abril de 1931 en la plaza de Africa. Unos días más tarde el 29 de abril el Ministerio de Guerra la proclamó como el himno oficial del Estado de forma provisional: «Se ha dispuesto que en el ínterin se resuelva por el Gobierno Provisional de la República cuál ha de ser el Himno Nacional, se entenderá que es La Marsellesa para las Músicas y el toque de llamada para las Bandas de Cornetas y Tambores»,

No obstante, la medida no gustó en el gobierno galo, y su embajador en España ordenó que tal usurpación fuera derogada inmediatamente. Apenas unas horas después, al día siguiente, una orden ministerial rectificaba lo establecido.

El horror vivido en París, hace ahora menos de una semana, resucitó el significado primigenio de «La Marsellesa». Un canto que ensalza la resistencia al miedo y al enemigo invasor; el sentimiento de pertenencia y unidad; el ánimo indestructible de un país que, en las malas, las peores en esta «guerra», se reconoce sin fisuras.

Y así fue como la España de hace 84 años, con la falta de una identidad en ese sentido hizo que la Segunda República se apoderara de estos acordes durante unas horas. Ceuta, al igual que todas las ciudades coreó «La Marsellesa». Durante la manifestación tras izar la bandera republicana en el balcón principal del Ayuntamiento, seguramente se volvió a escuchar el himno francés, donde cerca de 20.000 ceutíes se dieron cita. 

En la prensa se cuenta que en la Plaza de Maestranza, se unió las dos cabezas de la manifestación una discurrió por la calle Real y la otra por La Marina. Cuando llegaron al lugar indicado para disolver la manifestación apareció un hidroavión sobrevolando la plazoleta a escasos metros de los edificios y manifestantes, el piloto, Antonio de Haro, enarboló por una de sus ventanillas, una gran bandera republicana.
 
La prensa como testigo directo, escribió: “El público ebrio de entusiasmo vitoreaban a la república hasta enronquecer, aplaudiendo frenéticamente a la nueva enseña, los que tomaron la palabra recomendaron a todos serenidad y orden sin el que sería imposible la labor que ha de realizarse en la República, y que las bases fundamentales del nuevo régimen son la igualdad, la fraternidad y la libertad,  pidiendo que en estos momentos de entusiasmo solo se den vivas, pero no voces de mueras contra nadie, pues hay que respetar a los convecinos. Hermosa jornada la de ayer, 15 de abril, día de confraternidad, de júbilo, de entusiasmo. A un lado el pueblo, el pueblo inmenso, sin matices, sin castas, el pueblo que piensa, que trabaja y al otro lado triste, aislados, recomido por el remordimiento de sus culpas, los vencidos, los verdugos del régimen caído, temerosos del imperio de la justicia y la libertad que ellos tanto enaltecieron”.

HIMNO COMO PRECEPTO OFICIAL
Lo que entonces surgió como algo natural, improvisado, alcanzó incluso a los altos organismos de la República, hasta el punto de calar como un precepto oficial. Al menos en un intento. La Constitución de 1931 contemplaba el escudo y la bandera de la España republicana, pero no su sintonía, aunque se haya aceptado en este caso el denominado como Himno de Riego.

Durante el debate de la Constitución republicana, el que fuera alcalde de Ceuta Sánchez Prado, tomó parte como diputado por Ceuta. Recordemos que fue alcalde tras proclamarse la Segunda República, al ser el candidato que más voto obtuvo.

Curiosamente, no estuvo en el acto de proclamación de la República en Ceuta, y llegó a últimas horas del  15 de abril. Los cambios prometidos durante la campaña electoral por parte de la Conjunción Republicano-Socialista, se producen con prontitud y el 16 de abril, una de las máximas aspiraciones de los ceutíes, se hace realidad al conseguir la llegada de un Delegado del Gobierno civil,  cesando el Coronel Modesto Aguilera y tomando posesión el republicano Rafael Vegazo Mancilla.

El Gobierno Provisional de la República, a escasamente treinta días transcurridos desde la llegada del nuevo régimen,  decretó que la Autoridad Gubernativa pasaba a depender directamente del Gobierno Central, con las  mismas funciones y atribuciones que las Delegaciones Provinciales y Diputaciones, con una total desvinculación de la Alta Comisaría, y por otra parte, la posibilidad de elegir un diputado, derogándose los decretos del 1 de abril y  31 de octubre de 1930.

El primer acto del nuevo Gobernador, tuvo lugar el  22 de abril al presidir la sesión municipal extraordinaria, con el fin de constituir de forma oficial la nueva corporación. Se celebro la votación, obteniendo 26 votos Antonio López Sánchez Prado, uno Ruiz Medina y dos en blanco.

Tras el recuento tomó la palabra el Gobernador Rafael Vegazo, para felicitar al pueblo y a la corporación municipal por la acertada elección, enalteciendo las condiciones del nuevo Alcalde, al que entregó el bastón.

La nueva corporación determina como primer objetivo luchar contra la gran crisis obrera, así como lograr su independencia administrativa y judicial con el protectorado.

Uno de los postulados en la que se baso la campaña electoral y programa de la Conjunción Republicano-Socialista, era revisar los acuerdos y nombramientos de cargos durante el Régimen de Primo de Rivera. El Alcalde Sánchez Prado, nombró una comisión formada por  Olivencia, como letrado y concejal, Lamberto  Amador, José Torres Gómez, Martínez Simón, Valentín Reyes y David Valverde.
 
Otro de los objetivos marcados fue la lucha contra el paro obrero, el 10 de mayo celebraron en el salón de plenos una reunión, con sindicatos, empresarios y partidos para estudiar las medidas más urgente a tomar. Tras esta primera toma de contacto se decidió enviar una comisión a Madrid para entrevistarse con varios ministros y  presentarles el proyecto de obras y mejoras que necesita la ciudad, realizando hincapié sobre todo, en las medidas encaminadas a frenar el gran paro que sufre la clase obrera.

El exilio republicano en el norte de África


Buen número de españoles tras la guerra civil lograron refugiarse en Oran y con posterioridad en la ciudad internacional de Tánger, Casablanca o Rabat. El último libro del historiador Morro Casas sobre los campos de concentración franceses en el norte de África contribuye a arrojar luz sobre el aún poco conocido exilio republicano

Francisco Sánchez Montoya - Red Marruecos | Ceuta 04 de Diciembre de 2015
La primera publicación de Jose Luis Morro, dentro de esta colección se centró en el Campo de Vernet d’Àriège, sobre la tragedia vivida al final de la Guerra Civil por miles de españoles que atravesaron la frontera hacia Francia; su hacinamiento en playas y campos de concentración, el trato vejatorio que recibieron por parte del gobierno francés, la huida a países de acogida de algunos, la participación de otros en la II Guerra Mundial, la muerte de muchos de forma despiadada. De este libro ya se han realizado dos ediciones y en este momento se encuentra agotado. El segundo libro, trata sobre el Campo de Gurs, también agotado en estos momentos. Campos africanos. El exilio republicano en el norte de África, hace mención a la salida de Max Aub del campo argelino de Djelfa y, su posterior embarque en el puerto de Casablanca, el 10 de septiembre de 1942 en el vapor portugués Serpa Pinto rumbo a México, meses antes de que se cerrase definitivamente el campo de concentración de Djelfa.

No obstante, Jose Luis Morro desarrolla la historia centrándose en el barco inglés Stanbrook, que partió desde el puerto de Alicante hacia Orán. De hecho, en el anexo reproduce una relación nominal de los pasajeros embarcados, recopilada por el profesor Juan Bautista Vilar, en el que aparecen 2.620 pasajeros. El barco que hace 75 años sacó de España a miles de refugiados. El puerto de Alicante fue escenario de la tragedia que se vivió, cuando miles de republicanos llegaron desde todo el país con la esperanza de escapar de la represión. Se encontraron sólo con este navío mercante que sólo pudo salvar a unos cuantos miles, en los últimos días de la guerra. El barco, con una capacidad para 800 personas, llegó a cargar a casi 3.000 refugiados rumbo a Orán, al frente del buque estaba el capitán Dickson.
Campos africanos. El exilio republicano en el norte de África, hace mención a la salida de Max Aub del campo argelino de Djelfa y, su posterior embarque en el puerto de Casablanca, el 10 de septiembre de 1942 en el vapor portugués Serpa Pinto rumbo a México, meses antes de que se cerrase definitivamente el campo de concentración de Djelfa
Este puerto al final de la contienda, fue una tabla de salvación para cientos de republicanos, ya que caídos los puertos de Cataluña, el de Alicante era el único que quedaba libre, allí se reunieron unas 20.000 personas huyendo, entre las que había familias, cargos públicos, campesinos, maestros, militares en derrota, a quienes les habían prometido que habría barcos que les sacarían de España. El destino de este éxodo fue Orán y su región: la Argelia occidental limítrofe con Marruecos. Las cifras que recoge el historiador Juan B. Vilar son las siguientes: 8.000 asilados en Argelia, a los que se suman 4.000 en Túnez y 1.000 aproximadamente en Marruecos. Las mujeres y los niños eran conducidos a centros de albergue mientras que la gran masa de excombatientes y los varones en edad militar fueron internados en campos de trabajo, de los que destacamos los argelinos de Morand y Suzzoni, el oranés de Rélizane. Se crearon también campos de castigo como el de Merijda y Djelfa.

De Orán a la fosa común de Ceuta
Miles de españoles se encontraban el 28 de marzo de 1939 en el puerto de Alicante, entre ellos tres jóvenes, Antonio Reinares Metola, José Congost Plá y Ramón Valls Figuerola, ellos aguardaban un barco que les permitiese abandonar España, camino del exilio lo que realizaron en el buque Stanbrook, zarpando hacia Orán (Argelia). Cinco años después estos tres alicantinos fueron fusilados ante los muros de la fortaleza del Monte Hacho y enterrados en la fosa común, a los pocos años sus cuerpos fueron trasladados a un nicho.

Pudieron abandonar Argelia, tras muchas penurias, y establecerse en el Marruecos francés, concretamente en Casablanca, donde organizan una resistencia al régimen, con la creación de la denominada Unión Nacional Antifascista (U.N.A.). Estudian la posibilidad de establecerse en Tánger, como cabeza de lanzadera. El 10 de agosto de 1941 se desplaza a la ciudad internacional José Congost. Realizó el viaje en ferrocarril, escondido en un cajón y protegido por el jefe de estación.  Comienzan a recibir desde Casablanca el boletín Reconquista de España, que lo adaptarían con el nombre de Liberación de España, escrito a máquina, y lo reparten por la ciudad.

Como el trabajo de captación va en aumento, el recién llegado José Congost requiere nuevamente de Casablanca el envío de otro delegado más y a los pocos meses llegó por el mismo conducto Antonio Réinales Metola, este tiene en sus planes inmediatos el trabajo de reorganizar las Juventudes Socialistas Unificadas. Al cabo de algunos meses formó un comité, integrado por Amalia Guerrero, Sebastián Mesa, León Azulay, Jacob Cuby y Rubén Bengio.
Pudieron abandonar Argelia, tras muchas penurias, y establecerse en el Marruecos francés, concretamente en Casablanca, donde organizan una resistencia al régimen, con la creación de la denominada Unión Nacional Antifascista. Estudian la posibilidad de establecerse en Tánger, como cabeza de lanzadera
En septiembre de 1941 se envían dos nuevos dirigentes desde Casablanca, Adelo Aguado Hidalgo y Ramón Valls Figuerola; éstos asumen mayores y más amplias atribuciones y, sobre todo, el propósito de abrirse camino hacia Ceuta, entrevistándose con Demetrio Valentín, quien sirve de enlace para hablar con Pedro Rodríguez, dirigente socialista, quien hacía pocos meses había salido del Hacho. También asistieron el secretario político del PSOE Juan Traverso, y los cenetistas Agustín Álvarez y López Infante.

Debido a los nuevos proyectos deciden que el dirigente recién llegado desde Casablanca, Adelo Aguado, viaje a Madrid para mantener algunas reuniones y obtener más información. Pero fue detenido y llevado a la Dirección General de Seguridad, en la Puerta del Sol, y tras duros interrogatorios se le acusó de “atentar contra la seguridad del Estado y fomentar la organización de partidos políticos”. Tras un consejo de guerra sumarísimo, fue ejecutado a garrote vil el 28 de mayo de 1942 en Madrid. La detención de Adelo Aguado origina que las autoridades franquistas comiencen a encarcelar a los demás miembros que se encontraban en Ceuta y Tánger. En total son noventa y un detenidos. Todos son enviados a Ceuta, los hombres a la fortaleza del Hacho y las mujeres a la prisión del Sarchal. Se celebró el consejo en el cuartel de Sanidad, habilitándose una gran sala especial, comenzando el 9 de marzo de 1944. Después de siete días de vistas y declaraciones se aprobaron las múltiples condenas, destacando las penas de muerte a los alicantinos, José Congost Plá, Antonio Reinares Metola y Ramón Valls Figuerola, acusándoles de un delito contra la seguridad del Estado.

El 18 de agosto de 1944, a la siete de la mañana, fueron fusilados los tres jóvenes alicantinos. Un camión militar transportó sus cuerpos al cementerio, siendo enterrados en la fosa común. Pero, cinco años después, el 15 de noviembre de 1949, José Guerrero Garrido abonó el traslado de los restos de estos tres republicanos desde a un nicho. Como detalle significativo, en la lapida donde se tallaron sus nombres, se dibujó en grande y justo encima una gran estrella de cinco puntas, símbolo de las Juventudes Socialistas Unificadas, que todavía continúa en el cementerio de Ceuta. En torno al exilio español en el Magreb existe un gran desconocimiento, a pesar de los años transcurridos, esa aventura humana que vivió una parte del exilio español en el norte de África: cárceles, campos de concentración, compañías de trabajos forzados y represión. Cuando llegaron frente a Orán, el puerto de la costa argelina, empezó un verdadero calvario. La aventura de esta España peregrina no terminó oficialmente hasta que iniciada la transición democrática en España, la nueva Constitución, refrendada por una inmensa mayoría de españoles, puso fin a la realidad y la dialéctica de las dos Españas, iniciándose un periodo de reconciliación y de consenso democrático. La información sobre el exilio republicano, ha sido notoriamente insuficiente en los medios de comunicación de masas, de modo que la mayoría de la población, especialmente los jóvenes, lo desconocen.
En torno al exilio español en el Magreb existe un gran desconocimiento, a pesar de los años transcurridos, esa aventura humana que vivió una parte del exilio español en el norte de África: cárceles, campos de concentración, compañías de trabajos forzados y represión. Cuando llegaron frente a Orán, el puerto de la costa argelina, empezó un verdadero calvario
El historiador José Luis Morro
En las décadas de los años ochenta este prestigioso historiador estuvo en nuestra ciudad de Ceuta realizando el servicio militar. Y desde entonces guarda con gran cariño aquella Ceuta que lo acogió.  Son numerosas sus conferencias y estudios sobre el todavía desconocido exilio en el norte de África. La pasada semana intervino en el Ateneo de Madrid, dentro del marco del 75º aniversario del Exilio Republicano, Organizada por la Asociación de Descendientes del Exilio español. Contando con Ludivina García, Bechir Yazidi, profesor de la Universidad de Manoubade, Túnez, y especialista en el exilio en el Norte de África. Victoria Fernández Díaz, investigadora, y autora del libro: El Exilio de los marinos de la República, hija de refugiado en el Norte de África.  También son de destacar su trabajo sobre Max Aub, en Guerra Civil, exilio y literatura; Anna Seghers y Max Aub: dos destinos unidos por Gilberto Bosques; El exilio cultural de la guerra civil (1936-1939). Max Aub, ¿un exilio diferente?; El exilio literario español de 1939; Literatura y cultura del exilio español de 1939 en Francia, entre otros. Y sus últimos libros, Campo de Vernet d’Àriège, Campo de Gurs y este último Campos africanos. El exilio republicano en el norte de África.