Lecturas contra el olvido / Efemérides / V. Antonio López López 2 abril 2012
De origen gallego e hijo de una maestra de escuela, vive durante su infancia en el barrio de Buen Paso, en Icod. En calidad de abogado penalista, se colegia en 1956. Como abogado contactó con antiguos dirigentes nazis para llevar a cabo negocios inmobiliarios.
De origen gallego e hijo de una maestra de escuela, vive durante su infancia en el barrio de Buen Paso, en Icod. En calidad de abogado penalista, se colegia en 1956. Como abogado contactó con antiguos dirigentes nazis para llevar a cabo negocios inmobiliarios.
Tras haber conformado el Movimiento Autonomista Canario, es cofundador de Canarias Libre, organización nacionalista vinculada con algunos sectores del Partido Comunista de España en Canarias. La mayoría de los miembros de Canarias Libre son detenidos, pero Cubillo logra huir y acude a reunirse con el entonces secretario general del PCE en la clandestinidad, Santiago Carrillo, para debatir la creación de un Partido Comunista de Canarias independiente del Partido Comunista de España. Tras el enfrentamiento con Carrillo, Cubillo se desvincula totalmente del PCE.
En 1960 Antonio Cubillo decide expatriarse por motivos poco claros, trasladándose primero a París, y más tarde a Argelia en 1963, donde obtiene una plaza de profesor de español. En la capital francesa el ex espía de los servicios de información del franquismo, Luis Manuel González-Mata afirma que: “(…) le reclutó para introducirlo en la III República Española en el exilio como representante del Movimiento Autonomista Canario”. En la edición francesa del libro González-Mata afirma "En realidad este Cubillo actuaba para mí sin conocerme, manipulado por un "officier traitant" de los servicios secretos españoles que le transmitían mis órdenes y me daban sus informaciones". En 1964 funda la organización independentista Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario, MPAIAC, de la que se convierte en su máximo dirigente. Crea también la bandera tricolor con siete estrellas verdes como bandera de la "lucha por la independencia de Canarias y el socialismo". El MPAIAC opta estratégicamente por una línea africanista, recurriendo a la exaltación de los antiguos aborígenes de Canarias. Con ello llegó a conseguir el apoyo de un Comité de Liberación ad hoc de la extinta Organización de la Unidad Africana dirigido por Argelia, que en una reunión secreta declaró el Archipiélago Canario geográficamente «africano» en 1968. En 1975 el MPAIAC inicia las emisiones de radio de La Voz de Canarias Libre desde Radio Argel para el archipiélago canario. Para ello contaba con la ayuda del gobierno argelino, que podía así favorecer sus intereses expansionistas en la zona aprovechando la crisis del Sahara Occidental. La emisora cerrará en 1978, tras la visita de una delegación de la Junta Democrática de España y por presiones de la diplomacia española.
En 1976, el MPAIAC crea las Fuerzas Armadas Guanches y emprende una serie de actos de terrorismo, uno de los cuales será causa indirecta del accidente aéreo de Los Rodeos (1977), cuando la explosión de una bomba en el aeropuerto grancanario de Gando, produjo el desvío del tráfico aéreo al aeropuerto lagunero donde murieron 583 personas.
El 23 de febrero de 1978, las Fuerzas Armadas Guanches colocan en la Universidad de la Laguna un artefacto explosivo. Durante el intento de desactivación fallece el policía TEDAX Rafael Valdenebro Sotelo. El artefacto estaba compuesto por una caja de zapatos, envuelta en plástico y depositada sobre una ventana, conteniendo en su interior 2 Kg de explosivo y un sistema de activación por temporización mecánico
El atentado
Han pasado 34 años, pero Antonio Cubillo se acuerda de todo. "Dañaron seriamente mi movilidad, pero no me tocaron la cabeza", dice. Tarde-noche del 5 de abril de 1978. Cubillo acaba de llegar a su residencia en un piso de la avenida de Pekín, en su exilio de la localidad argelina de Almuradieh. Va a tomar el ascensor. "Aparecieron dos personas vestidas de negro. Los saludé en francés. Pero, de repente se abalanzaron sobre mí", recuerda, para añadir. "Uno me cogió por detrás, mientras el otro me rajó literalmente con una navaja de arriba abajo. Menos mal que en ese momento entró un vecino del cuarto, que se llamaba Okpi, un funcionario que medía dos metros. Yo caí varios escalones, los dos agresores huyeron y Okpi me atendió. Recuerdo perfectamente que se me salieron las tripas y que yo mismo las sujeté y me las metí".
Se cumplen tres décadas del único caso en España en el que la justicia emitió condenas en firme por terrorismo de Estado. Antonio Cubillo Ferreira, líder del Movimiento para la Autodeterminación y la Independencia del Archipiélago Canario (Mpaiac), resultaba herido de gravedad al ser atacado por dos mercenarios contratados por el Gobierno español. Cubillo se salvó, como él mismo dejó claro ayer, "(…) además de por la irrupción de Okpi en el edificio, porque aquella tarde se televisaba el partido de fútbol entre las selecciones de Argelia y Hungría y no había apenas nadie en la calle. La ambulancia pudo evacuarme a tiempo al no haber tráfico".
"Me quedé muy jodido, claro. Llevo desde entonces valiéndome de muletas por una parálisis parcial. Pero mire, aquí sigo".
Los independentistas capitaneados por Cubillo habían abierto las vías política y terrorista tres años atrás, en un periodo de máxima tensión nacional: Franco había muerto, el país se enfrentaba a los murmullos continuos de los sables golpistas y, mientras, completaba una complicada transición hacia la democracia. Aunque las decenas de atentados de las autoproclamadas Fuerzas Armadas Guanches fueron más bien esporádicos y apenas pasaban de causar daños materiales, esta actividad empezó a despertar preocupación entre las autoridades gubernativas. En medio, Argelia, agraviada por la decisión de España de vender el Sáhara Occidental a Marruecos y Mauritania, decidió responder dando cobertura al Mpaiac y autorizando las emisiones de la emisora de radio La Voz de Canarias Libre, dirigida por el propio Cubillo desde Argel.
Pero el hecho que hizo saltar las alarmas fue el proceso de descolonización iniciado por Cubillo con el apoyo de gran parte de los estados de la Organización de la Unidad Africana (OUA). De hecho, dos días después del atentado frustrado el líder del Mpaiac tenía previsto encontrarse en Roma con el ministro de Exteriores de Camerún y entonces secretario general de la OUA, William Eteki Mboumua, para desplazarse ambos a Nueva York a fin de exponer el caso de Canarias ante el Comité de Liberación de la ONU, que debía declarar el Archipiélago "territorio no autónomo".
"Siempre digo que nací aquel 5 de abril de 1978", comentó este abogado que reside en Santa Cruz y a punto de cumplir los 78 años, que adelantó que celebrará la efeméride "tomándome una copita" en la intimidad. El atentado de Estado no logró acabar con él, pero sí fue un golpe definitivo contra un movimiento independentista que siempre fue tildado de frágil, minoritario y estrafalario.
Operación Tierra Nueva
En el verano de 1990, José Luis Espinosa Pardo, un confidente de la policía española reclutado por el Ministerio del Interior, fue condenado por la Audiencia Nacional a 20 años de cárcel como organizador del frustrado asesinato de Antonio Cubillo, dentro de la que se denominó Operación Tierra Nueva. No obstante, Espinosa no pasó más de seis años encarcelado. Lo organizó con el apoyo de los servicios secretos alemanes (el Gobierno alemán quería defender sus intereses en Canarias) y reclutó a los mercenarios Juan Antonio Alfonso González (antiguo militante del FRAP) y José Luis Cortés Rodríguez. Ambos fueron detenidos horas después del atentado y juzgados por el Consejo de Seguridad del Estado de Argelia. Alfonso, autor material, fue condenado a muerte y Cortés, a 20 años de prisión. Luego fueron indultados y, después de pasar siete años en la cárcel, quedaron en libertad. Cubillo recordó ayer que los dos "siguen vivos" y que Alfonso intentó pedirle perdón durante el proceso judicial. "Lo escuché, pero no le di la mano", recuerda. Cubillo tendría que esperar hasta 2003 para que la Audiencia Nacional aprobara una indemnización a su favor de 150.253,03 euros por la acción terrorista.
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