Mostrando entradas con la etiqueta Protectorado. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Protectorado. Mostrar todas las entradas

domingo, 17 de julio de 2016

80 años de la sublevación militar en Melilla


Memoria Pública 14/7/16
En realidad, no fue el 18, fue el 17. Y no fue en España, sino en el Protectorado de Marruecos y nació matando. Los militares que venían conspirando contra el Gobierno de la República no las tenían todas consigo, pues no faltaban notorios conspiradores que daban la impresión de nadar y guardar la ropa, entre ellos, el mismo general Franco, comandante general de Canarias. Una profunda desconfianza, una permanente sospecha y algunos enfrentamientos a tiros habían enrarecido el aire de los cuarteles y obligado a posponer en varias ocasiones el día de la rebelión. El “El Director”, el general Mola, había exigido el empleo de la máxima dureza, o sea, fusilamiento con o sin consejo de guerra, contra quienes se opusieran a la acción una vez emprendida. Pero al escribirlo pensaba en las autoridades republicanas, en los dirigentes de partidos de izquierda y de los sindicatos obreros, no en sus conmilitones. La insurrección, proyectada para las primeras horas de la mañana del 18 de julio, se fraguo geográficamente en el Archipiélago Canario y comenzó, sin embargo, antes de lo previsto en Marruecos, con el tiro a bocajarro a los jefes indecisos, allí mismo, en los despachos de los cuarteles, entre voces y griterío.

La primera víctima, el general Romerales, marcó la norma futura: para garantizar el éxito había que liquidar, como primera providencia, a los jefes y oficiales que declaraban su lealtad al Gobierno legalmente constituido o que se mostraban remisos y dubitativo. Esas fueron las primeras víctimas del alzamiento del 18 de julio de 1936, no fueron los gobernadores civiles, ni los alcaldes, ni los diputados a Cortes, ni los miembros de partidos políticos de izquierdas o de sindicatos obreros, sino los generales con mando en el Ejército, uno de los ellos fue Virgilio Leret. En la Base de Hidroaviones del Atalayón, a pocos km de la ciudad, el comandante Leret Ruiz fue uno de los pocos que logró resistir a los sublevados. Durante varias horas hasta que agotó la munición, momento en que él y sus pocos hombres se vieron superados ante los 2 tabores de regulares que fueron enviados para conquistar la base. Aquella fue la última resistencia en Melilla. El comandante Leret fue fusilado. El modo de rebelión que se llevó a cabo en Melilla fue el modelo que en adelante se siguió en el resto del Protectorado de Marruecos y más tarde en España.

El miércoles 15 de julio Franco recibe en Santa Cruz de Tenerife la noticia de que el avión Dragon Rapide que ha de trasladarle al Protectorado español de Marruecos para encabezar el Ejército Español de África que está previsto que se subleve el sábado 18 de julio, ya se encuentra en la aeródromo de Gando en la isla de Gran Canaria. Se traslada allí por vía marítima desde la isla de Tenerife sin levantar sospechas gracias a que tiene que asistir al entierro del general Amado Balmes, comandante militar de Las Palmas, que acaba de morir de un tiro de su propia pistola, con toda seguridad asesinado ya que era leal a la República y Balmes no iba a ser impedimento para Franco. A primeras horas del sábado 18 de julio el general Franco sale del hotel donde ha pasado la noche y se dirige a la Comandancia Militar de Las Palmas desde donde proclama el estado de guerra en todo el archipiélago. Todos los edificios oficiales son tomados por los militares sublevados y los gobernadores civiles de las dos provincias son detenidos. En Las Palmas se declara la huelga general pero el intento de algunos grupos de obreros de llegar al Gobierno civil es impedido por las fuerzas militares. En Santa Cruz de Tenerife, donde se encuentra el general Orgaz por haber sido desterrado allí por orden del gobierno, la resistencia obrera al golpe es mayor y las tropas han de salir a la calle. Ese mismo día 18 de julio se da a conocer en Tenerife un Manifiesto redactado por el general Franco en el que justifica el alzamiento militar y que termina con vivas a España y al “honrado pueblo español”. A mediodía el archipiélago canario está bajo el control de los sublevados.

Ahora el camino estaba libre. Franco sabía que los que los efectivos militares facciosos que se alzaron en la Península fue de hecho muy limitada, por lo que los golpistas tuvieron que recurrir necesariamente al Ejército de Marruecos para dominar la situación. Trasladados en barcos y aviones alemanes llegaron a las costas andaluzas cinco unidades de fuerzas regulares indígenas marroquíes del protectorado, más la Legión la tercera parte de la cual estaba formada por extranjeros: en total, 20.000 hombres disciplinados y combativos. El desembarco en España de aquel contingente de tropas mercenarias y extranjeras alteró profundamente el equilibrio de fuerzas y aterrorizo psicológicamente al país. Dejaron un recuerdo terrible de asaltos a sangre y fuego, saqueos (tenían derecho al pillaje y botín de guerra), violaciones y matanzas. Agradecido por su ayuda , Franco, decretó «un aumento de la soldada para las fuerzas indígenas de Marruecos y los legionarios, que con tanto entusiasmo se han unido al Movimiento». La primera recompensa concedida por el general Franco al principio de la guerra fue para el gran visir de Tetuán, Sidi Ahmed El Ganmia, a quien condecoró personalmente con la Cruz Laureada de San Fernando, la máxima condecoración militar española.

Se expresaba así oficialmente el reconocimiento para con aquellos que habían constituido la fuerza de choque inicial y decisiva. o es ninguna osadía afirmar que la participación de la fuerza militar marroquí fue decisiva en la guerra, y que favoreció que se inclinara la balanza a favor de los generales alzados frente al Ejército de la República, inferior en cuadros de mando y en efectivos. Franco pudo hacer la guerra gracias a estas tropas antes de recibir la ayuda de Hitler y Mussolini en armamento militar pagado por el mallorquín Juan March. Este lamentable cúmulo de circunstancias internacionales y la sangrienta matanza de generales, jefes y oficiales del Ejército español, fieles a la República y asesinados en el curso de aquella triste jornada en Melilla, constituyen lo que los vencedores llaman el “alzamiento nacional” y los vencidos golpe de estado. Una diferencia importante: la sublevación contra un gobierno elegido por el voto popular y un caudillo elegido por la gracia de Dios.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Paseo por Santa Catalina… Fosa común – lugar para la memoria


Francisco Sánchez Montoya en Historia de Ceuta y Protectorado español 
(Fragmento del artículo: Paseo por Santa Catalina…) 30/10/15
El 1 de noviembre de 2005, fue un día histórico, por primera vez se llevó a cabo una ofrenda de flores por parte de la Ciudad.  Anteriormente la fosa común, presentaba un aspecto lamentable. El trabajo de adecuación se llevó a cabo con un proyecto del arquitecto municipal Javier Arnaiz. En el citado lugar fueron enterrados 156 personas, tras oponerse al golpe militar de julio del 36, en su gran mayoría son militares, políticos y sindicalistas, los últimos enterramientos en ese lugar fueron realizados en agosto de 1944.

En torno a la fosa común del cementerio de santa catalina tendríamos que recordar que tanto en Ceuta, como la zona occidental del Protectorado en Marruecos más que de guerra habría que hablar de represión, pues no hubo combates ni operaciones militares. La barbarie desencadenada fue tan intensa y extendida que no sólo la sufrieron los que habían defendido la República con su labor política y sindical, sino que también cayó la misma sobre aquellos que eran simplemente más abiertos, los incrédulos por cualquier motivo, los que habían destacado en empresas culturales y actividades públicas o simplemente aquellos denunciados por rencillas personales, odios y deudas, de los que se nutrieron las cárceles ceutíes y del Protectorado español en Marruecos.

El desglose del total de asesinados en Ceuta fueron 268. Es fácil concluir, que el tema de la represión ejercida en el nuevo Estado que surge tras el golpe militar del 17 de julio de 1936 presenta aún hoy, a pesar de los años transcurridos desde entonces, numerosas lagunas. La consulta de distintos documentos permite acercarse a la tétrica realidad judicial de aquellos años. Los procedimientos sumarísimos de urgencia, que la legislación fijaba como formula ocasional, se convirtieron, sin embargo, en la única fórmula empleada por los tribunales para juzgar los supuestos delitos de los que no eran adictos al nuevo régimen.

Amparados en la más absoluta impunidad y parapetados tras la vía jurídica no dudaron en acusar y condenar de adhesión a la rebelión a los que precisamente habían defendido la legalidad constitucional. Daba igual que las acusaciones realizadas se refirieran a asesinatos, pertenencia a organizaciones políticas o sindicales, participación en saqueos de iglesias, insultos, redacciones de periódicos, pertenencia la masonería, etc. Y, desglosando las cifras, se puede apreciar que el mes de agosto de 1936 se convierte en el más trágico de toda la represión en Ceuta, con 73 víctimas, de las cuales tan sólo siete se efectúan tras los respectivos consejos de guerra; el resto, sesenta y seis, fueron debidas a las sacas de madrugada.

Por militancia política, el número mayor de fusilados fue para los anarcosindicalistas y por profesiones el estamento militar fue el más castigado, sobretodo en 1938. Tras el inicio de la represión, con el paso de los meses, el número de fusilamientos fue disminuyendo paulatinamente. En los cinco primeros meses se registraron un total de ciento veintiocho ejecuciones, casi el 50% de las llevadas a cabo durante toda la represión. En 1937 se registraron noventa y seis, para continuar bajando hasta cuarenta y uno en 1938, y hasta seis años después, en agosto de 1944, no se consignaron los últimos tres fusilamientos en Ceuta. Estos datos confirmarían la conclusión en el sentido de que la represión sustancial se produjo en los primeros meses.

Tras las primeras ejecuciones en Ceuta, el 21 de julio de 1936, hasta 1944, en todas se consigna herida por arma de fuego, aunque después, en el registro civil, aparecen muchos tachados. Hay un paréntesis de seis años, desde 1938 a 1944, que no se producen más ejecuciones. Tal vez las hubo, pero se pudieron encubrir en los libros como hemorragia interna. Esto ocurrió con el fusilamiento de los tres miembros de la resistencia en Tánger, pero es evidente que el error en el número de fusilados no consignados debe ser muy pequeño. Si se toman en cuenta los días en que se producen las ejecuciones y el número se observa que no parece que existiera una norma que regulara las mismas. Hay meses que durante varios días consecutivos se realizan fusilamientos y otros que las fechas se distancian considerablemente. Pero es irrefutable que tras algún ataque de las fuerzas republicanas en la madrugada siguiente realizaban ejecuciones. También se incrementa en torno a las celebraciones de determinados aniversarios y cuando en el frente fallecían soldados o miembros de la Falange local.

Ángel García Ruiz
Don Ángel como lo conocían sus alumnos fue el autor de la música del himno de Ceuta, fundó y dirigió el Conservatorio municipal, creó la Masa Coral, el Cuadro Lírico; fundó y dirigió la Orquesta Sinfónica y la asociación Amigos de la Música y fue el director de la banda de música del Tercio. Sus restos reposen en una tumba apartada, mejor decir oculto del cementerio, donde se accede tras pasar por una empinada escalera y un frío muro. Todo esto ocurre desde 1956 cuando Don Ángel García Ruiz falleció de un cáncer de estómago y fue enterrado “fuera del Cementerio”.

La curia ceutí de aquellos grises años no le perdonó su libertad de pensamiento. En este 2004 se está conmemorando el ochenta aniversario de la primera audición del himno. Sobre Don Ángel, el catedrático Antonio Garrido Aranda escribió: “El profesor que más hizo por la música en Ceuta en un largo trecho, que iría desde los años 30 a mediados de los cincuenta, fue don Ángel García Ruiz, uno de los fundadores del Conservatorio, con los hermanos Alcalá Galiano. Era un músico en toda la extensión de la palabra. Lo recuerdo como una persona muy seria y responsable, pero sin quitar un ápice de humanidad y educación…”. También el abogado Fernando Díaz Bermejo, escribió: “Hace más de treinta años, contando unos quince o dieciséis años de edad, cuando acompañando a mi padre, que era un gran melómano y aficionado a la música clásica, al cementerio para visitar supongo la tumba de algún familiar, me contó la historia de quien había sido director de la orquesta de Ceuta y compositor de su himno, y por qué su enterramiento estaba fuera de los límites del camposanto, en tierra no consagrada…”.

Sobre los inicios del Conservatorio de Ceuta, por el que tanto hizo Don Ángel, tendríamos que referirnos a lo escrito por Vicenta Marín, donde destaca que en 1932 fue creada una escuela particular de música por iniciativa de un grupo de personas que consideraban que era una parcela educativa que no estaba cubierta en la ciudad.

La creación de este centro fue justificado por los profesionales del arte musical, manifestando que existía un gran número de alumnado que se estaban viendo privado de poder cursar esta enseñanza por falta de recursos ya que el gasto que les suponía era superior a los medios económicos de los que disponían. En el año de su fundación, como escuela particular, se propuso al Ayuntamiento que se hiciera cargo de ella, con lo cual se consiguió que pasara a funcionar como escuela Municipal de Música, a partir de mayo de 1932. Para ello, aportó una subvención para cubrir gastos de funcionamiento.

La Corporación se comprometió a proporcionar a la Escuela el material y mobiliario necesario para su total funcionamiento. El 18 de noviembre de 1932 comenzaron las gestiones, por parte de su director Don Ángel García Ruiz, para dar carácter oficial a los estudios. Consiguiéndose en 1933, que el Ayuntamiento declarara la Escuela Municipal de Música como Conservatorio.

sábado, 10 de octubre de 2015

Tras las huellas del colonialismo español en Marruecos y Guinea Ecuatorial

Índice
Tras las huellas del colonialismo español en Marruecos y Guinea Ecuatorial. Yolanda Aixelà Cabré (ed.) CSIC

El trabajo que aquí se presenta clarifica el grado de responsabilidad que tuvo la colonización española en Marruecos y Guinea Ecuatorial respecto a la gestión de la diversidad cultural y analiza la influencia de los migrantes transnacionales marroquíes y guineoecuatorianos establecidos en España sobre el futuro sociopolítico de sus países y sobre la gestión de sus complejas y ricas identidades culturales. 

El libro, dividido en dos grandes secciones, sigue en su primera parte las huellas de imaziguen y árabes del Protectorado español, analiza los discursos coloniales y la agencia nativa bubi en la isla de Bioko, y aborda la construcción del indígena en los territorios españoles del golfo de Guinea. En la segunda parte se reflexiona sobre si los imazighen están en los márgenes de la historia, se estudia el fracaso en la formación de élites para la independencia en Guinea Ecuatorial, se recuperan los legados coloniales y lingüísticos de los imaziguen europeos, se propone un análisis discursivo de los silencios impuestos para los guineoecuatorianos y se observa si las herencias de la dominación pudieron tener lugar a través del control de los rituales islámicos durante el Protectorado español en Marruecos.

La librería de Cazarabet

jueves, 1 de octubre de 2015

Los moros que trajo Franco


Los moros que trajo Franco. María Rosa de Madariaga

La Librería de Cazarabet - Mas de las Matas
La participación de tropas marroquíes en la Guerra Civil de 1936 en el campo franquista ha sido uno de los factores que más ha contribuido a reavivar y enraizar la imagen, ya negativa, del "moro" en la memoria colectiva del pueblo español. Cuando los milicianos (obreros, campesinos) que defendían con las armas la República, vieron aparecer ante sí al "moro", esta vez no en los campos de África sino en la propia Península, resurgieron las imágenes estremecedoras del pasado que ellos mismos habían vivido o que sus padres o sus abuelos les habían contado: el Barranco del Lobo (1909), Annual, Monte-Arruit (1921). Con frecuencia se ha afirmado que si el gobierno de la República hubiese otorgado la independencia o, al menos, la autonomía, al Protectorado español en Marruecos, Franco no habría podido utilizarlo como base para su insurrección militar y para el reclutamiento de miles de soldados marroquíes que tan poderosamente contribuirían, junto con las otras tropas de choque del ejército de África, el Tercio o la Legión, a darle la victoria en la guerra civil del 36.

domingo, 2 de agosto de 2015

La batalla del Estrecho… ¿Qué ocurrió con el Convoy?


Francisco Sánchez Montoya en Historia de Ceuta y el Protectorado español 2/8/15
El periodista ceutí Alejandro Ramírez, nos muestra en su libro “La Batalla del Estrecho” datos inéditos del “Convoy” con tropas sublevadas, el 5 de agosto de 1936 hacia Algeciras. El libro es un relato periodístico de esos acontecimientos, y él, nos describe como el fracaso del golpe militar de julio de 1936 impidió que el Ejército de África pudiera pasar masivamente a la Península, en los primeros días.

El general Franco, en Ceuta, desde el 19 de julio, para evitar un precipitado final de la sublevación, no tenía otra opción que romper el bloqueo que la marina de Guerra, fiel al Gobierno de la República, había impuesto en aguas del Estrecho de Gibraltar.

Estaba claro que los jefes del golpe militar en esta zona, Franco y Yagüe, necesitaban transportar las tropas que se encontraban a este otro lado del Estrecho. Pero los días pasaban, la tensión entre los sublevados aumentaban, unos días antes, un suceso les marcó, el comandante general de Ceuta, teniente coronel Gautier, aparecía en su despacho con un tiro en la cabeza -En mi libro, “Ceuta y el Norte de África…”, describo el suceso-.

Pero el relativo control por la flota republicana del Estrecho impidió el traslado inmediato y masivo del ejército de África. Estos barcos se refugiaban en la bahía de Tánger, el general Franco protestó ante las autoridades internacionales esta protección, puesto que en consonancia con la legislación que gobernaba la ciudad y su pequeño hinterland.

Al día siguiente de la llegada de Franco a Ceuta, el 19 de julio, este organiza en la Circunscripción Occidental, en la plaza de África, una importante reunión, con el general Kindelán, los tenientes coroneles Sáenz de Buruaga, Yagüe y Beigbeder, y el comandante del cañonero Dato, Manuel Súnico, con el fin de ultimar el paso de las tropas.

En un principio se estudió el paso nocturno, se desechó, ya que los barcos del Gobierno reforzaban la vigilancia del Estrecho, al no estar hostigado por los aviones. Se habla en la reunión que no puede existir el aspecto sorpresa ya que habría que cargar el convoy, con soldados y armamentos, a la vista de todo el mundo.

Franco, al comenzar la reunión, había trazado rápidamente sobre una cuartilla los contornos de las costas de Ceuta y la península, y con un punto indicó el monte Hacho, escuchó atentamente los argumentos de cada uno y al concluir él exclamo, “¡Pero yo tengo que pasar las tropas!”.

El 1 de agosto, el jefe de las fuerzas navales, capitán Majón, recibió en Tetuán la orden de Franco, entregándola en Ceuta al comandante del cañonero Dato, Súnico, para que estuvieran preparados y comenzar a embarcar en los buques en cualquier momento. La orden definitiva llegó el 4 de agosto, durante toda la madrugada estuvieron cargando los barcos. Él número exacto de hombres no se tiene, pero según Alejandro Ramírez en su libro, debió oscilar entre 1.700 y 1.800.

Franco llegó a Ceuta, desde la vecina ciudad de Tetuán, tras visitar la Circunscripción, asistió a una misa en el Santuario de África, trasladándose a continuación hacia el monte Hacho, situando su cuartel general en el mirador natural, junto a la Ermita de San Antonio, desde donde controlaba perfectamente la línea que deben llevar los buques hasta Algeciras. Le acompañan, los generales Luis Orgaz, Kindelán, y Yagüe se encuentra en el puerto ceutí.

HORAS ANTES, FUSILADO EL PRIMO DE FRANCO EN EL HACHO
En la mañana del 4 de agosto de 1936, a muy pocas horas del paso del Convoy, le comunican al comandante De La Puente Bahamonde, primo de Franco, que se encuentra detenido en la fortaleza del monte hacho desde el 18 de julio, que el consejo de guerra falló su ejecución ante un pelotón de fusilamiento. Fue fusilado a las cinco de la tarde de ese mismo día. Tras consultar cientos de procedimientos nunca tuvo lugar una ejecución a esas horas. Estaba claro que los sublevados querían dar por finalizado, y cuanto antes, el procedimiento abierto al primo de Franco. De la Puente se negó a entregar el aeródromo de Tetuán, en la tarde del 17 de julio, y ser fiel al Gobierno de la República. En la soledad de la fortaleza del Hacho escribió: “… La única comunicación que recibí fue sin explicación alguna de motivos, una llamada telefónica en la que una voz que dijo ser del Coronel Buruaga me comunicaba que una columna salía para apoderarse del aeródromo, contesté en forma brusca como lo haría cualquier jefe ú oficial a quien por alguien que no sea la autoridad llamada a ello se le haga la proposición de entregar el puesto encomendado a su custodia. Que aun partiendo de la base de que, efectivamente fuera el Coronel Buruaga quien diera la orden no tenia el que suscribe más noticias sobre dicho Señor Coronel que la de hallarse en Tetuán en situación de disponible sin que hasta ese momento se le hiciese comunicado por nada ningún nuevo nombramiento de dicho Señor coronel, por lo cual no tome en cuenta la comunicación y seguí cumplimentando en todo las ordenes recibidas del Alto comisario interino…”.

¿POR QUÉ NO PARTICIPARON EN LA BATALLA, MÁS BARCOS DE LA FLOTA REPUBLICANA?
En “La Batalla del Estrecho”, Alejandro Ramírez, nos desvela los entresijos de aquel Convoy, y él, como otros historiadores se pregunta por qué el destructor Alcalá Galiano fue el único buque de la flota republicana que trató de frenar el paso. Muchas preguntas sin respuestas, y numerosas hipótesis de aquel hecho histórico, nos muestra con sus investigaciones, todo plasmado en este interesante libro.

El destructor republicano, intentó en solitario detener el Convoy, cuando los barcos ya se encontraban a unas cinco millas de Punta Carnero, éste venía del noroeste, realizando descargas. El cañonero Dato atravesando la línea del convoy, repelió el ataque.

Franco ordena, desde el mirador de San Antonio, y ante el temor de que el destructor republicano continúe atacando, despeguen desde el aeródromo de Tetuán seis aviones. Cinco minutos más tarde el destructor republicano es bombardeado por la aviación. También se unió a la defensa del convoy el Torpedero T-19 que había salido de Algeciras. El combate continúo a rumbos paralelos, el Uad Kert y el Arango realizaron también fuego contra el destructor. El combate duró aproximadamente treinta minutos. El destructor Alcalá Galiano se alejó hacia Málaga, le fue imposible repeler el ataque.

Como en tantos otros aspectos de este episodio, no hay una respuesta lógica, en la soledad del destructor republicano. Es posible que los responsables del Gobierno, al constatar la abrumadora superioridad aérea de los sublevados, no quisieron exponer sus mejores barcos a los elevados riesgos que presentaba enfrentarse a los numerosos aviones, que esperaban una orden en Tetuán.

A pesar de sus evidentes limitaciones, la Marina era leal, comprometida con la República y dispuesta a defenderla hasta las últimas consecuencias. Tenía desplegadas en el Estrecho fuerzas navales más que suficientes para bloquear de forma absoluta los puertos de ambas orillas, ante la práctica inexistencia de unidades navales enemigas. Pero, sin embargo, falló.

La flota leal al Gobierno, a pesar de ser muy superior en tamaño, tenía dos desventajas respecto a la armada de los sublevados. La primera era que carecía de oficiales experimentados y de suficiente antigüedad y experiencia. Además tenían que hacer frente al poder de los comités de los barcos, que interferían en el mando de los buques.

La flota republicana estudió varias opciones para acabar con el sueño de los sublevados. Hundir al Dato y al Uad Kert en el propio puerto de Ceuta, atacar al convoy en plena travesía o esperar su llegada a Algeciras y el inicio de las labores de desembarco para bombardear por sorpresa a los buques y dejar atrapadas sus fuerzas en una auténtica ratonera.

Otra posibilidad, como indica Alejandro Ramírez, era intentar la ocupación de Algeciras y bloquear de este modo el puerto más cercano que las fuerzas africanas tenían para desembarcar. Pero la desorganización y la falta de una estrategia definida en el bando republicano impedía la ejecución de cualquier tipo de operación en la que tuvieran que participar de forma coordinada fuerzas de los tres ejércitos.
La aviación republicana, que tenía un papel clave que cumplir en el Estrecho, apenas si hizo acto de presencia, entregando el decisivo dominio del aire a los aviones que partían del cercano aeródromo de Sania Ramel en la Capital del protectorado, Tetuán.

El Cuaderno de Bitácora del Uad Kert, el guardacostas designado como cabeza de convoy, explica que a las 5,30 de la madrugada del 5 de agosto, se despegó del muelle, para fondear en el puerto con el ancla a pique. A las 7,30 de la mañana, tres bombas de humo lanzadas por un avión marcaban la señal de salida. A las 7,40, el Uad Kert se puso en marcha, pero a las 8 regresó al puerto de Ceuta al comprobar que ningún barco le seguía.

La causa de la suspensión estuvo en que a las 7 horas, aproximadamente, el D-8, en su vuelo de exploración para proteger el paso del convoy, avistó al destructor Lepanto, al que atacó a 300 metros de altura, causándole un muerto y heridos, aunque estas cifras fueron aumentadas después por la propaganda franquista. El destructor se defendió con fuego antiaéreo, pero acabó entrando en Gibraltar para desembarcar a las bajas sufridas. Sobre las 18,30 comienzan a entrar en la bahía Algecireña los buques.

ALEJANDRO RAMÍREZ, PERIODISTA, HISTORIADOR, ESCRITOR…

El ceutí Alejandro Ramírez Martínez, Ceuta, 1963, curso la carrera de periodista, ha desarrollado su labor profesional entre su ciudad natal, Jerez, Sevilla y Madrid. Fue director del diario El Periódico de Ceuta y jefe de reportajes de la revista Andalucía Actualidad, antes de incorporarse a Publicaciones del Sur, donde centró su actividad en la dirección del diario Jerez Información. Posteriormente fue nombrado delegado del diario As en Andalucía para poner en marcha su edición regional. Tras su paso por el Grupo Andaluz de Comunicación se incorporó en el año 2000 a la revista INVERSIÓN & Finanzas, del Grupo Vocento. Fue nombrado director de esta publicación en 2012, cargo que desempeña actualmente. Además del libro “La Batalla del Estrecho”, Alejandro Ramírez ha publicado también “En ese lugar…” (1999); “Por qué no combatimos en Vietnam” (2005) y “El primer disparo” (2012). Han pasado casi ocho décadas de aquellos sucesos que el tituló “La Batalla del Estrecho” y en ese recomendable libro aparecen unas líneas en recuerdo de un buen amigo en común, el historiador Juan Bravo Pérez, este le comentaba que mantenía grabadas en su memoria las imágenes de aquel 5 de agosto de 1936… La intensa niebla que cubría el Estrecho de Gibraltar, las aguas revueltas por el temporal de levante, los aviones sobrevolando sobre sus cabezas…

sábado, 18 de julio de 2015

El primo de Franco pudo cambiar el transcurso de la Guerra Civil

 
 
Los aviones que se enviaron desde Madrid nunca llegaron al aeródromo de Ricardo de la Puente
 
EFE 18/07/2015
El primo del general Francisco Franco, el comandante Ricardo de la Puente Bahamonde, jefe del aeródromo de Sania Ramel en Tetuán -capital del Protectorado en Marruecos- pudo cambiar la historia de la Guerra civil española.
 
Si el presidente del Gobierno Casares Quiroga envía los aviones que le prometió y que estuvo esperando durante buena parte de la madrugada del día 18 de julio el curso de los acontecimientos podría haber sido muy distinto al desenlace final.
 
Así lo revela el historiador e investigador ceutí Francisco Sánchez Montoya tras diez años de investigación que ha concretado con la publicación de su libro «Ceuta y el norte de África, 1931-1944», donde deja constancia de este momento histórico.

Los aviones que no llegaron

La investigación, basada sobre todo en el estudio de centenares de consejos de guerra de la época en archivos militares y civiles, ha constatado que el comandante Bahamonde no tenía dudas de que durante la madrugada del 18 de julio sería atacado el aeródromo situado a las afueras de Tetuán.
 
En pocas horas, su primo –el general Franco– debía aterrizar allí a bordo del Dragón Rapide, procedente de Canarias, para tomar el mando de los sublevados en el norte de África.
 
Desde el único lugar oficial que permanecía legal al Gobierno de la República, el comandante De la Puente Bahamonde recibió una "esperanzadora llamada" donde se le comunicaba que el presidente del Gobierno y ministro de la Guerra, Casares Quiroga, iba a enviar aviones de refuerzo y había que resistir a toda costa. Era la tarde del 17 de julio.
 
El teléfono volvió a sonar a las dos de la madrugada del 18 de julio. «Esta vez era el jefe de la sublevación en Tetuán, el teniente coronel Sáenz de Buruaga, quien informaba a Bahamonde que si no deponía su actitud una columna de artillería y tropas de Regulares cercarían el aeródromo».
 
Los aviones de Madrid seguían sin llegar pero Bahamonde se mantuvo firma. Tras consultar el voluminoso consejo de guerra de Bahamonde, el historiador ceutí destaca que el comandante dijo: «¡tendrán que pasar por encima de los que defendemos al gobierno legal en este momento!».
Dos horas y media después el aeródromo estaba rodeado y el asedio apenas tardó unos minutos. Las fuerzas atacante no dañaron la pista de aterrizaje, que sería utilizada horas después por el avión que traía al general Francisco Franco.
 
«El comandante no tardó en comprender que los aviones prometidos por Casares Quiroga no iban a llegar nunca, que resistir sólo serviría para contribuir al derramamiento de sangre y que su primo había ganado esta partida», ha comentado a Efe Francisco Sánchez.
 
A las 05.15 horas de la madrugada del 18 de julio, el comandante enarboló un pañuelo blanco, salió con sus hombres a la pista de aterrizaje y entregó su pistola al comandante de Regulares Serrano Montaner, siendo trasladado a la fortaleza militar del Monte Hacho de Ceuta.
 
Unas horas más tarde, en la mañana del 19 de julio, aterrizaba en el aeródromo el «Dragon Rapide» con Francisco Franco, «quien fue rápidamente informado de la actitud de su primo y que estaba detenido».

Fusilado por traición

El historiador completa el relato destacado que el 2 de agosto se celebró el consejo de guerra en Ceuta y el primo de Franco fue condenado a muerte por traición, siendo fusilado el 4 de agosto de 1936 en los muros exteriores a la fortaleza del Monte Hacho.
 
«Lo fusilaron a las cinco de la tarde, una hora inusual para este tipo de acciones», ha dicho el historiador, quien tras consultar cientos de procedimientos llevados a cabo en Ceuta y en el Protectorado Español en Marruecos, ha añadido: «durante la represión que duró hasta 1944 en Ceuta no se hizo ninguna ejecución por la tarde, por lo que estaba claro que Franco quería dar por finalizado este consejo de guerra cuanto antes».
 
El primo de Franco pudo cambiar la historia pero los aviones no llegaron y los planes de Franco siguieron su curso normal.

jueves, 26 de febrero de 2015

Escuela e ideología en el Protectorado español en el norte de Marruecos (1912-1956)

 
Escuela e ideología en el Protectorado español en el norte de Marruecos (1912-1956). Irene González González
 
Este libro aborda el origen y evolución de la política educativa española en el Norte de Marruecos. Aunque la presencia de instituciones educativas es anterior al inicio del Protectorado no fue hasta su implantación en 1912 cuando se puede hablar de política educativa. Concebida inicialmente por el colonizador con una lógica instrumental para controlar el territorio y la población, fue adaptándose a nuevos contextos políticos e ideológicos a partir de los años treinta. La aparición del movimiento nacionalista y el impacto de la guerra civil española reformularon la política educativa colonial. Desde entonces fueron objetivos de las autoridades la marroquinización del modelo educativo hispano-árabe y la generalización de la enseñanza al conjunto de la población del Marruecos español. A través de sus páginas se analizan las claves del éxito y fracaso de las diferentes políticas educativas implementadas durante este periodo compartido de la historia de ambos países mostrándose con ello los retos de la enseñanza en el Marruecos de la independencia.
 
La Librería de Cazarabet
Mas de las Matas

domingo, 14 de diciembre de 2014

"El primer día de la guerra : Segunda República y Guerra Civil en Melilla" de Miguel Platón

"No estaban previstos ni el lugar ni la hora. Solo un mes antes del 17 de julio de 1936, los planes del general Emilio Mola, "director" de la conspiración contra el Gobierno del Frente Popular, solo concedían un papel secundario a las unidades militares españolas del norte de África, ante un golpe de Estado que sería básicamente "peninsular". Así comienza el periodista y escritor Miguel Platón, la introducción de su libro "El primer día de la guerra. Segunda República y Guerra Civil en Melilla", -editado por la Consejería de Cultura de la Ciudad Autónoma de Melilla-, que ha sido presentado con la presencia del presidente de dicha ciudad, Juan José Imbroda, que destacó "el rigor histórico de una investigación que desgrana estos días de Melilla con relatos novedosos sobre la ciudad que yo mismo desconocía y la conspiración en toda España".

Platón sostiene que el adelanto del alzamiento contra la República en Melilla a la tarde del 17 de julio perjudicó la rebelión. "Sin el mismo, es posible que solo hubiese durado escasamente unas semanas, en lugar de tres años de Guerra Civil. Ese adelanto lo cambió todo porque se hizo contra la dirección de Mola y los planes de Franco. Se produjo por el aviso de un infiltrado que los políticos locales del Frente Popular tenían en la Falange melillense. De hecho, Franco tenía previsto despedir a su familia en el puerto de Las Palmas la tarde del domingo 19 y desplazarse al Protectorado de Marruecos para el inicio del golpe el 20 o, incluso, el 21 por la mañana -observa Platón-. Con lo cual, se adelantó al menos tres días, lo que provocó que los planes de Mola y Franco se trastocaran y el gobierno de Santiago Casares Quiroga pudiera reaccionar. Se produjo un retraso en el movimiento de las tropas de África, que permitió al gobierno de la República organizar la defensa de Madrid". Por otro lado, el autor destacó "la paradoja de una ciudad tan a la izquierda como era Melilla en ese tiempo, donde había ganado por una gran mayoría el Frente Popular, que fuese donde comenzó la sublevación contra el Gobierno de la Segunda República".

ADVERTISEMENT
Sobre el por qué de este libro, el autor–nacido en Melilla- manifestó que "la historia del 17 de julio en esta ciudad estaba ahí, pero poco contada. Un acontecimiento importante porque fue el inicio de un conflicto que cambió la vida de 24 millones de españoles y tuvo gran eco internacional. Su conocimiento es deficiente, en parte por sectarismo y también por falta de trabajo e investigación. Muchos de los archivos que visité estaban vacíos –a veces era el único investigador-, como el del campo de concentración de la Alcazaba de Tetuán, que nadie había tocado y estuvo en Melilla hasta 2011. Ahora se encuentra en el Archivo Militar de Guadalajara. También los de Salamanca, Ávila y Segovia. Igualmente –continúa Platón-, se ha ignorado durante mucho tiempo el testimonio de familiares de aquellos protagonistas del alzamiento el 17 de julio. Nadie, ningún historiador, ha preguntado a las familias, que conservan de forma escrita y oral lo acontecido aquel día. A mí me ha llevado cinco años de investigación". Para el autor, la conclusión es "que aquello fue más determinante de lo que se cree. El inicio de la sublevación estuvo en el norte de África porque era los mejor instruidos y preparados. Eran pocos, pero eran los mejores. Mola pensó en Franco porque era un general de gran prestigio, pero todo su plan se vino abajo por el chivatazo en Melilla. Faltó cooperación por el desconocimiento de lo que estaban haciendo los demás".

jueves, 27 de noviembre de 2014

Última Casa del Pueblo


El Faro Digital.es 23/11/14 Francisco Sánchez Montoya
Cuando en la madrugada del 18 de julio de 1936, era asaltada la casa del Pueblo de Ceuta, donde tenían su sede la UGT y el PSOE, en la calle Agustina de Aragón (callejón de Bocarro), no solo se expropió un edificio, se perdió la memoria de esas entidades, sus archivos, militantes, reuniones, fotografías, actas... 
 
Y después de casi ocho décadas, nada o muy poco sabemos de ella. Tan solo algunas notas sueltas en algún consejo de guerra y poco más.  

Aquellas últimas horas en la tarde del 17 de julio, fueron muy intensas, desde que los dirigentes del centro obrero tienen conocimiento de la sublevación comenzada en Melilla sobre las 15,30. En sus pasillos y despachos se suceden las reuniones, con el fin de estudiar los sucesos que se estaban desarrollando. Sin saber el alcance y repercusiones  que conllevaría la sublevación de varios militares en Melilla, toman dos acuerdos, el primero organizar para el día siguiente, 18 de julio,  una huelga general como protesta, (ni pensaban que a medianoche los golpistas tomarían Ceuta). Por otra parte a las cinco de la tarde una comisión formada por los miembros del Frente Popular de izquierdas, Juan Medina de Aragón, Juan Rivas Cortes y Rafael Jiménez Cazorla, visitan al delegado del Gobierno José Ruiz, para que tome medidas antes los sucesos de Melilla y les entreguen armas para repartidlas entre los miembros de la Casa del Pueblo, y con ello defenderse de una posible sublevación.  

Pero los acontecimientos se precipitaron, sobre las once de la noche el teniente coronel Juan Yagüe, entra en la ciudad con tropas que vienen desde el cercano acuartelamiento de Dar Riffien. La ciudad es tomada y comienza el asalto a la Casa del Pueblo y las detenciones. Ceuta se convierte en una ciudad llena de miedos y recelos. Desde la madrugada del 18 de julio y con la ayuda de patrullas de falangistas, comienzan las detenciones selectivas  de los miembros del Centro Obrero. Las organizaciones sindicales y políticas  en Ceuta sufrieron una brutal represión. Cuando intentamos reconstruir su historia, nos faltan esos documentos. Pero sobre todo nos faltan personas, con nombres y apellidos, esos nombres que fueron arrojados a la fosa del cementerio del cementerio de Santa Catalina, allí reposan 268 ceutíes que lucharon y defendieron la libertad y la democracia.

Con ellos desapareciendo todos sus documentos, afiliados, actas, banderas, archivos, libros… algunos muebles aparecieron posteriormente en las dependencias de la falange local. Este centro obrero desarrolló una labor educativa, cultural, social, asistencial. Incluyendo el cooperativismo, el mutualismo y la formación profesional. Aquella Casa del Pueblo en Ceuta constituyó, sin duda, uno de los espacios de sociabilidad obrera por excelencia, siendo una especie de “Sociedad de sociedades“, y lugar de formación del obrero, así como receptáculo de buena parte de su actuación sindical y política. Poseían la peculiaridad, además, con respecto a otros ámbitos formales de reunión, los Ateneos libertarios, las Universidades Populares. También compartidos por la clase obrera, de su absoluta especialidad para tal fin exclusivo y el hecho de que, mayoritariamente, fueron creados y regidos por la propia clase que la llegó a ocupar en su día.

La Casa del Pueblo fue mucho más que un edificio, en los que tuvieron lugar determinados acontecimientos relacionados con la historia del movimiento obrero en Ceuta. Durante la segunda república la sede de la calle Agustina de Aragón fue un hervidero de vida sindical y política. Fue donde se establecían las secretarías de los sindicatos fundamentalmente, así como un amplio abanico de organizaciones promovidas desde las instituciones. Aquel último e histórico 1º de mayo de 1936, se vivió en la Casa del Pueblo de una manera especial, se citaron para el día 29 de abril a todas las sociedades y partidos que tomarían parte en la manifestación. En los amplios salones del centro obrero se ultimó los detalles. Los asistentes según un documento que he tenido acceso fueron: Orquesta Sinfónica, Comité Alianza Obrera, Izquierda República, Unión Republicana, Juventudes Socialista, Comunista y Sindicalista, Federación Universitaria de Estudiantes, UGT, PSOE, Radio Comunista de Ceuta, Agrupación Sindicalista, Sindicato de autobuses de Correos y Telégrafos, Sociedad de chóferes, Agrupación de dependientes, Sociedad de estibadores, Asociación de Magisterio, Sindicato de vendedores del mercado, Asociación de empleados del Estado, Asociación de la prensa y Alianza de labradores. 

A todas las asociaciones y partidos, se les entregó la siguiente octavilla: "Al llegar la cabeza de la manifestación al lugar comprendido entre la Farmacia Zurita y el Precio Fijo, (Aquí se instaló un arco de flores y en su parte superior en grandes letras se podía leer UHP. Se hará alto procurando las juventudes de los partidos, resistir la presión de la columna proletaria al objeto de que solamente la presidencia se destaque a entregar las conclusiones al Delegado del Gobierno, mientras la presidencia entrega las conclusiones, los abanderados se abrirán paso entre la multitud para pasar a ocupar un sitio en la tribuna que se haya en la Plaza de la República, la música se colocará al pie de la tribuna, una vez entregada las conclusiones la presidencia pasará a la tribuna y acto seguido se organizará el desfile ante la tribuna y público en general."
 
Se inauguró en los años veinte
Pese a los escasos documentos que tenemos de la Casa del Pueblo en Ceuta, podemos asegurar  que en la década de los años veinte del siglo pasado fue cuando se inauguró. La Ceuta de principios del siglo XX vivió una efervescente actividad asociativa. Las Sociedades federadas que iniciaron la andadura en el centro obrero fueron el PSOE, la Sociedad de Albañiles, la de Carpinteros, la de Panaderos, portuarias, de la Aguja, electricistas… En sus salones se vivían las reivindicaciones de los derechos laborales y políticos, siendo continuos los llamamientos a los trabajadores para su movilización. Fue en este espacio donde tuvieron lugar las asambleas más relevantes del PSOE y de la UGT, así como una ingente cantidad de actividades culturales de todo tipo: teatro, cine, poesía, conciertos, conferencias, recitales, etc. La Casa del Pueblo de Ceuta fue sobre todo un centro de formación en el que se inculcaban los valores de libertad, igualdad, justicia y solidaridad que caracterizan al socialismo democrático. Fueron en toda España auténticas escuelas de práctica democrática. Todos los afiliados y afiliadas tenían los mismos derechos y obligaciones; participaban en pie de igualdad en sus asambleas y congresos y podían acceder en libre competencia a sus cargos directivos. Con mandatos limitados y debiendo rendir cuenta públicamente de su gestión. Estaba totalmente prohibido el juego de azar y la venta de bebidas alcohólicas. Una de las principales distracciones eran la música y el teatro. Siempre se habilitaba un modesto escenario para poder representar sencillas y cortas obras de teatro, dar recitales de poesía o charlas y conferencias sobre diversos aspectos de la cultura en general.
 
 
La doctora Castillo, represaliada por impartir una conferencia en la Casa del Pueblo
Tras el golpe del 36, la doctora ceutí Antonia Castillo, recibió un escrito del delegado de Orden Público en diciembre de 1938, donde tras recabar información a la falange local se le acusa de impartir una conferencia a las mujeres de los obreros durante la Segunda República. Ella, pese a ser la primera mujer médica en la ciudad y tener un gran prestigio entre los ceutíes, sabe que sus horas como funcionaria municipal están contadas. Aquella conferencia sobre la maternidad en la Casa del Pueblo, no fue bien vista por las nuevas autoridades franquistas.

Ella pese a los informes y presiones continúa en su puesto de trabajo, como funcionaria medica, a pesar de los condicionantes adversos. Está observando desde el mismo inicio de la sublevación que muchos de los compañeros de su marido son detenidos y fusilados. Ella sabe que a todos los funcionarios que hayan tenido alguna vinculación con partidos políticos o sindicatos se les está instruyendo un expediente de depuración.

La doctora Castillo como su marido Luis Abad, profesor del Instituto Hispano-Marroquí  y presidente de Izquierda Republicana en Ceuta, frecuentaban la Casa del Pueblo, para participar de los movimientos obreros. Ceuta en la década de los años veinte se abre a todos esos obreros que llegan, son muchos los empresarios y trabajadores que vienen al compás de la apertura de las explotaciones en el Protectorado trazado de carreteras, vías férreas, la construcción de viviendas, las obras portuarias...

Todo ese flujo de peninsulares produjo la demanda de una gran cantidad de mano de obra, yllevó a que comenzaran a afluir a Ceuta los obreros que, por otra parte, no encontraban trabajo en el resto del país, dando lugar a una avalancha de población civil. Estos primeros conflictos sociales en la Ciudad fueron coetáneos de la implantación de los intereses políticos y económicos desarrollados al compás de la ocupación económica y militar, con el inicio del Protectorado en Marruecos, las sociedades de socorro, las corporaciones de ebanistas, albañiles, peones, metalúrgicos, estibadores, cargadores portuarios, cocineros, y con ellas seguro.

En la Casa del Pueblo de Ceuta, se domiciliaron un gran número de sociedades y organizaciones obreras. Sus dependencias eran sencillas pero llenas de máquinas de escribir. En todas, en el interior, despachos y más despachos, una sala de actos que también vale para mítines, una biblioteca. Los obreros tienen así algo que es de ellos mismos, donde además se les enseña a leer y a escribir, pero también se les da a los más avanzados enseñanzas propias. La Casa del Pueblo fue el nexo de unión de los obreros que arribaban a la ciudad.

En mayo de 1931, la Casa del Pueblo organizó un acto en honor de Pablo Iglesias, y con ello dar el nombre a una de las calles más céntricas de la Ciudad.  El dirigente socialista y presidente del Centro obrero durante la República, Sebastián Ordóñez (sus restos están en la fosa común, tras ser fusilado), dirigió los preparativos junto al presidente del PSOE ceutí Jiménez Cazorla. Los días anteriores tuvieron lugar charlas informativas sobre la figura de Iglesias, con la finalidad de concienciar a todos los trabajadores del carácter reivindicativo de este líder socialista. Este centro formaba parte importante de la sociedad obrera ceutí, también tuvo un importante protagonismo en la multitudinaria manifestación del 1º de Mayo de 1936, donde llegó a reunir a partidos políticos y sindicatos.
 
Casa Sindical
Actualmente, los obreros se reúnen con los sindicatos en lo que conocemos como “Casa Sindical”. Recordemos que fue en 1977, cuando la UGT de Ceuta sale a la calle tras cuarenta años de prohibición y poder celebrar aquel 1º de Mayo en libertad. Recordemos a sus secretarios generales Francisco Muro, Alejandro Bodas, Soledad Ruiz, Alejandro Curiel, y el actual regidor de la organización Antonio Gil. Aquel año fue rico en acontecimientos para el mundo sindical. Las principales centrales actuaban abiertamente y el Gobierno hacía la vista gorda, mientras en el Parlamento se discutía un Decreto-Ley de Relaciones Sindicales, que se aprueba el 30 de marzo, y que reconocía la libertad de asociación sindical. El 28 de abril se legalizan los sindicatos UGT, CC.OO. y USO. No sería, sin embargo, hasta que Nicolás Redondo, encabezando una delegación sindical española, ocupara en la LXII Conferencia Internacional de la OIT el lugar que cuatro décadas antes había pertenecido a Francisco Largo Caballero que los Sindicatos quedaron "de facto" legalizados en España. En enero del 77 se presenta en Madrid, en el cine Capri, el sector "histórico" de UGT. Como la historia de UGT sigue un curso paralelo con la del Partido Socialista Obrero Español, no es de extrañar que, a raíz del Congreso del Partido que se celebró en Toulouse en 1972, en el que vencieron los "socialistas del interior", y al desgajarse el PSOE en dos sectores (el "renovado", dirigido por Felipe González, y el "histórico" dirigido por Rodolfo Llópis), su brazo sindical corriera la misma suerte. Recordemos que fue un 12 de agosto de 1888, cuando veintiséis hombres tomaban asiento en el salón del círculo socialista de Barcelona, para iniciar el primer congreso nacional obrero, estos 26 delegados, representaban a 44 sociedades de todo el país y a un total de 4.668 afiliados.

domingo, 26 de enero de 2014

Un héroe del aire ante el paredón

 
Levante-EMV.com - R. Montaner - Valencia 10/1/10
El padre de Nani, el capitán José Bermúdez-Reina, fue uno de los primeros ases de la aviación española. Forjó su leyenda en la Guerra del Rif, donde se ganó seis cruces al mérito militar. También lideró, en 1928, el primer vuelo España-Jerusalén con un recorrido total de ida y vuelta de 9.500 kilómetros.

Procedente de una familia de la alta sociedad madrileña, era hijo de un teniente general y de una prima del escritor Salvador de Madariaga, en julio de 1936 se hallaba al frente del aeródromo militar de Sania Ramel de Tetuán. Nani, nacida en el barrio de Salamanca, llevaba una plácida vida en la capital del antiguo protectorado marroquí al lado de su padre, su madre y sus tres hermanos.

Todo se rompió con el golpe de Estado. Sania Ramel era clave para los planes de los sublevados, pues en ella tenía que aterrizar Franco a bordo del Dragon Rapide el 18 de julio. El comandante Ricardo de la Puente Bahamonde, primo hermano del futuro dictador y jefe de las fuerza aérea en Marruecos, junto a Bermúdez-Reina y otros 23 militares plantaron cara a los sublevados.

Abandonados a su suerte por la República, que nunca envió los aviones prometidos, se rindieron a las cinco de la mañana del 19 de julio y Franco aterrizó allí dos horas después. El padre de Nani fue condenado a cadena perpetua, pero el 15 de agosto moría fusilado en Ceuta en una "saca" de la prisión-fortaleza de Monte Hacho.

La viuda y sus cuatro hijos, la mayor era Conchita, de 11 años, estuvieron retenidos en Tetuán hasta que lograron llegar a Valencia gracias a un canje de prisioneros organizado por la Cruz Roja Internacional. "Mi madre nos dejó con los yayos y ya no la volví a ver más". Años después supo que murió durante la guerra.

viernes, 29 de noviembre de 2013

Judíos entre Europa y el Norte de África (siglos XV-XXI)


Judíos entre Europa y el Norte de África (siglos XV-XXI). Eloy Martín Corrales y Maite Ojeda Mata [eds.]

La diáspora judía en Marruecos, detectada desde los primeros siglos de nuestra era, se reforzó con la paulatina expulsión de judíos de España, que culminó con el Edicto de Expulsión de 1492. Tradicionalmente una parte de la citada comunidad, aunque muy minoritaria, desempeñó un papel de intermediación entre Marruecos y España en diferentes ámbitos: económico, político, cultural, de interpretación y otros. Lo mismo cabe aplicar al conjunto de los países del Magreb. Este volumen trata de profundizar en ese cometido de «intermediarios culturales», al tiempo que analiza la respuesta del conjunto de la población judía ante el reto que supuso la lenta, aunque imparable, hegemonía europea en Marruecos. Una vez consolidado el dominio colonial en Marruecos, tras la firma del Protectorado francés y la creación de una zona de influencia española en 1912, en este volumen se analiza la actitud de los judíos marroquíes a la nueva realidad colonial: posibilidad de naturalizarse español (o de cualquier otro país), actitud frente a las nuevas autoridades, a los nuevos retos económicos, educativos, culturales y otros.

CONTENIDO:
Introducción

1.-Escenarios de 1492. Judíos hacia y desde el norte de África.
Elisa Caselli
2.-Moriscos judios y renegados en la República corsaria de Salé.
Jaume Torras Elias
3.-El pasado de los judíos del norte de África en la literatura colonial francesa (1860-1962).
Colette Zytnicki
4.-La Alianza Israelita Universal a través del prisma del norte de Marruecos: su labor educativa (1862-1912).
Irene González González
5.-Tensiones judeo-musulmanas en el Protectorado Español en Marruecos en tiempos de la II República (1931-1936).
Eloy Martín Corrales
6.-El Talmud en el antisemitismo español. La pervivencia de la tradición antijudía premoderna a la luz de la difusión en España de los textos antitalmúdicos de Sixto de Siena.
Fernando Bravo López
7.-El antisemitismo en la Cataluña contemporánea.
Gonzálo Álvarez Chillida
8.-Los orígenes del franquismo y el mito judeo-masónico.
Javier Domínguez Arribas
9.-Sefardíes en la masonería española y represión franquista: Barcelona, Melilla y Protectorado de España en Marruecos.
Maite Ojeda Mata
10.-La España contemporánea y los judíos.
Danielle Rozenberg

La Librería de Cazarabet
44564 - Mas de las Matas (Teruel)

www.cazarabet.com

lunes, 4 de noviembre de 2013

Pablo Iglesias Vuelve - La Casa del Pueblo organiza el homenaje


El Faro digital.es - Francisco Sanchez Montoya - 3/11/13
Hace escasamente unos meses, a petición del PSOE de Ceuta, donde cabe destacar, el interés de la actual ejecutiva socialista en su labor por conseguir este reconocimiento a una figura tan destacada de la historia de nuestro país. Logró que el Pleno de la Asamblea aprobara que la circunvalación del Poblado Marinero pasara a llamarse Pablo Iglesias en honor del fundador del PSOE y de la UGT. Hace ochenta años el nombre del líder socialista ya estuvo en la nomenclatura local. Aquella inauguración se llevó a cabo tras la manifestación del 1º de Mayo de 1931, el lugar elegido fue lo que hoy conocemos como Marina Española, esquina con el colegio San Agustín, el encargado de descubrir la placa fue el alcalde republicano Sánchez Prado. Tras el golpe militar del 17 de julio de 1936, fue arrancada la placa y arrojada al mar, que está justo enfrente.   

Cerca de 15.000 personas se dieron cita en aquel acto de 1931, como colofón al Día de los Trabajadores, estaba claro que el poder de convocatoria del PSOE y de la UGT era evidente. Antes de llevarse a cabo la inauguración, la manifestación del 1º de Mayo partió de la Plaza de África, un gran cuadro de Pablo Iglesias la presidía, recorrieron Paseo de las Palmeras, calle Real, bajaron por Alfau y al llegar a las oficinas de Telégrafos (actual Marina Española) se llevó a cabo el homenaje al líder socialista. En este homenaje tuvo mucho protagonismo e influyó para que se llevara a cabo el concejal socialista David Valverde Soriano, quien en enero de 1932, protagonizó un hecho histórico al ser nombrado primer Alcalde socialista de la historia de Ceuta. Durante su alcaldía fueron muchos sus logros, como la construcción del mercado central en los bajos del Puente de la Almina, o el actual Alfonso Murube, entre otros. También desempeño una importante gestión para la vuelta en febrero de 1936, a la Alcaldía, del republicano Sánchez Prado. El dirigente socialista David Valverde, sería detenido y ejecutado en enero de 1937, por las fuerzas sublevadas.

Durante la primera década del siglo XX, la izquierda experimenta un período de desarrollo ideológico y organizativo en Ceuta. La ciudad sirve de punta de lanza de la ocupación del Protectorado Español en Marruecos. En dos décadas se había pasado vertiginosamente de presidio, recordemos que fué clausurado en 1910, fuimos plaza militar y posteriormente en la década de los años treinta ciudad. Estas transformaciones están unidas a los orígenes del movimiento obrero en la ciudad, son muchos los empresarios y trabajadores que vienen al compás de la apertura de las explotaciones en el Protectorado, trazado de carreteras, vías férreas, la construcción de viviendas, las obras portuarias...

La organización del evento donde se daría nombre a una de las principales calles de aquella Ceuta de los años treinta, cayó en la ejecutiva de la Casa del Pueblo, que se encontraba en la calle Agustina de Aragón.

 El dirigente socialista Sebastián Ordóñez (sus restos están en la fosa común, tras ser fusilado), dirigió los preparativos junto al presidente del PSOE ceutí Jiménez Cazorla. Los días anteriores tuvieron lugar charlas informativas sobre la figura de Pablo Iglesias, con la finalidad de concienciar a todos los trabajadores del carácter reivindicativo de este líder socialista. Este centro formaba parte importante de la sociedad obrera ceutí, también tuvo un importante protagonismo en la multitudinaria manifestación del 1º de Mayo de 1936, donde llegó a reunir a partidos políticos y sindicatos como: Orquesta Sinfónica, Comité Alianza Obrera, Izquierda República, Unión Republicana, Juventudes Socialista, Comunista y Sindicalista, Federación Universitaria de Estudiantes, Radio Comunista de Ceuta, Agrupación Sindicalista, Sindicato de autobuses de Correos y Telégrafos, Sociedad de chóferes, Agrupación de dependientes, Sociedad de estibadores, Asociación de Magisterio, Sindicato de vendedores del mercado, Asociación de empleados del Estado, Asociación de la prensa y Alianza de labradores.

En la Casa del Pueblo de Ceuta, se domiciliaron un gran número de sociedades y organizaciones obreras. Sus dependencias eran sencillas pero llenas de máquinas de escribir. En todas, en el interior, despachos y más despachos, una sala de actos que también vale para mítines, una biblioteca. Los obreros tienen así algo que es de ellos mismos, donde además se les enseña a leer y a escribir, pero también se les da a los más avanzados enseñanzas propias. La Casa del Pueblo de Ceuta fue el nexo de unión de los obreros que arribaban a la ciudad. Todo ese flujo de peninsulares produjo la demanda de una gran cantidad de mano de obra. Aquellos primeros conflictos sociales en la Ciudad fueron coetáneos de la implantación de los intereses políticos y económicos desarrollados al compás de la ocupación económica y militar, con el inicio del Protectorado en Marruecos.

La primera casa del pueblo fue fundada en Montijo (Badajoz) en 1901 y la segunda en Alcira (Valencia) en 1903. Pablo Iglesias la funda en Madrid en el año 1908. Actualmente, el término ha desaparecido en la etimología de la mayoría de las sedes del PSOE, exceptuando en el País Vasco donde se conserva. El término, de ecos románticos en la historia del movimiento obrero. También, fueron denominadas así algunas sedes culturales de los anarquistas y del sindicato Confederación Nacional del Trabajo (CNT-AIT), aunque en estos casos el término general era Ateneo libertario, en Ceuta tuvo su sede en la zona de Hadú (lo que fue el bar California).

Los Centros Obreros y las Casas del Pueblo socialistas en España constituyeron, en su momento, una rica realidad a la que la Guerra Civil puso bruscamente punto y final. Fueron estos espacios de sociabilidad mucho más que unos meros lugares de reunión y unas simples sedes sindicales o partidistas, ya que actuaron también como focos culturales y educativos, además de dar cabida entre sus muros a todo tipo de actividades societarias, cooperativistas y de ocio que conformaron, en buena medida, la mentalidad obrera y popular de la primera treintena del siglo XX español. Su verdadero valor patrimonial, por tanto, supera con creces el de sus edificios y locales, puesto que abarca también todo este mundo incalculable de ansias de mejoras y de dignificación vital de las clases trabajadoras y su papel, en multitud de ocasiones, como marco decisivo de los momentos clave de nuestro pasado más reciente.

martes, 27 de diciembre de 2011

Antonia Castillo Gómez



Autor/:  Francisco Sánchez Montoya 

La infancia

Nació un 27 de noviembre de 1907 en Ceuta. Su padre Enrique Castillo Borrego era propietario de una fábrica de conservas de pescados, su madre María del Valle, fallecida en 1922. Antonia Castillo tuvo cinco hermanos. Estudió el bachillerato en el Instituto General y Técnico de Cádiz. El 28 de agosto de 1923, con tan sólo 15 años, el rectorado de la Universidad de Sevilla le expidió el correspondiente título. Ese último curso 1922-23 obtuvo, además, sobresaliente con matricula de honor en el estudio del alemán. A principios del curso 1923-24 se traslada a Madrid, para estudiar medicina y en junio de 1928, con tan sólo, 20 años termina sus estudios de medicina con excelentes resultados.

Pocos días antes, una R.O. de 26 de septiembre de 1929, estableció la obligatoriedad de que los ayuntamientos de las ciudades que no tuvieren, dotasen plazas de tocólogo municipales. El de Ceuta era uno de ellos, la doctora Castillo ve en esta disposición una buena oportunidad para situarse profesionalmente, en una especialidad para la que cree hallarse bien cualificada. Se convoca por parte de la Junta Municipal la oposición, son cinco los oponentes, Sánchez-Prado, Lorenzo Trujillo, Marcial Gómez, Juan González y nuestra protagonista de este reportaje Antonia Castillo. Tras llevarse a cabo las pruebas, el 5 de marzo de 1931, la comisión Permanente de la Junta Municipal acordó, nombrar "médico tocólogo al servicio de esta Corporación a la señorita Antonia Castillo Gómez". Además se consignó en acta la satisfacción que tenía "al ver que es una hija de Ceuta la que ha conseguido el triunfo en la oposiciones celebradas".

Unos meses después, ya proclamada la II Republica, tomó posesión de su cargo como médico de la Beneficencia Municipal, ella debía atender a todas aquellas personas, en este caso mujeres, que carentes de recursos, según los criterios de la corporación, precisasen de sus servicios. En julio de 1932, Antonia Castillo dirigió un escrito al Ayuntamiento pidiendo permiso para poder ampliar sus conocimientos en Alemania, lo cual le aprobaron. En diciembre de 1933 se incorporó a su plaza en Ceuta. Hacia tiempo que se había independizado de la tutela familiar, vivía en una casa propia donde acompañada de su hermana África, atendía a los enfermos en su consulta. También tiene tiempo para dar alguna que otra conferencia a la gente humilde de la Ciudad, como la ofrecida en la Casa del Pueblo, titulada "Sobre el seguro de Maternidad".

En enero de 1936, contrae matrimonio con el catedrático del Instituto Hispano-Marroquí de Ceuta, Luis Abad Carretero. Este era miembro del Partido de Acción Republicana fundado por Manuel Azaña, cuando a finales de 1934 su formación política decide fusionarse con el Partido Radical-Socialista de Marcelino Domingo, para dar origen a Izquierda Republicana, fue elegido presidente en Ceuta, hasta el 20 de abril de 1936, que fue sustituido por el abogado Salvador Fossati.

Los continuos rumores de sublevación en el veranote 1936, preocupan a la familia Abad-Castillo, dada la relevancia política de Luis. Los preparativos de la sublevación continuaban, el enlace en esta zona con el director de la sublevación era el teniente coronel Jefe del Acuartelamiento de la Legión en Dar Riffien, Juan Yagüe, éste recibe el 29 de junio la visita del diputado de la CEDA Francisco Herrera Oria, con las últimas consignas para el golpe, la reunión tuvo lugar en Ceuta.

A primeras horas de la tarde del 17 de julio, ya estaban las tropas sublevadas en las calles de Melilla y en Ceuta y ciudades del Protectorado Occidental se respiraba una tensa calma llena de miedos y recelos. Sobre las 16,45 horas, el Delegado del Gobierno en Ceuta, José Ruiz Flores, recibe la llamada del Jefe del Gobierno de la República y Ministro de la Guerra, Casares Quiroga, para informarle de los acontecimientos de Melilla. A continuación el Ministro de la Gobernación Juan Moles, telefoneó a Tetuán, y cambio impresiones con el Alto Comisario, Arturo Álvarez-Buylla.

A las 11 de la noche del 17 de julio las tropas tomas las calles, la doctora Antonia Castillo se queda en Ceuta y su marido Luis Abad, dada su militancia política, se refugia en Tánger, esperando al desarrollo de la sublevación militar.

Expulsada como tocóloga municipal, en 1939

La doctora Antonia Castillo, tras el golpe militar, continúa en su puesto de trabajo, a pesar de que Ceuta se convierte en una ciudad llena de miedos y recelos; las fuerzas sublevadas, con la ayuda de patrullas de falangistas, comienzan las detenciones selectivas y asaltos a las sedes de los sindicatos y partidos políticos. Antonia Castillo, ve como muchos de los compañeros de su marido son detenidos y fusilados. Ella sabe que a todos los funcionarios municipales que hayan tenido alguna vinculación con partidos políticos o sindicatos se les instruye un expediente. La comunicación de este expediente no le llega hasta el 20 de diciembre de 1938, donde se le acusa –injustificadamente- entre otras cosas de "negligencia en su trabajo como médico tocólogo". Las acusaciones de falta de atención a sus pacientes en que se fundamenta el expediente, se vislumbran muy poco sólidos conociendo la buena formación clínica de la doctora Castillo y la probada dedicación a sus enfermos.

Con este expediente, más parece que se le pase factura por su matrimonio con Luis Abad y por las actividades políticas de éste. Pero con este primer expediente tan sólo era el comienzo de un tortuoso camino que, por desgracia sólo había comenzado a recorrer. En otro escrito, la Comisión depuradora le había formulado tres cargos: 1º Haber dado en cierta ocasión un mitin en la Casa del Pueblo, 2º Ser simpatizante de la política de izquierdas y 3º No ser de confianza para el Movimiento Nacional.

El juez instructor recabó diversos informes sobre el comportamiento de la Dra. Castillo a algunas autoridades gubernativas de Ceuta: Policía, Guardia Civil y Falange. El más extenso y revelador de todos ellos es el redactado por el delegado de Orden Público de Ceuta, el 10 de diciembre de 1938, en el que se puede leer: " fue vicepresidente de la Asociación de Empleados Municipales y aparece en una fotografía reunida con los más significativos socialistas de esta Plaza, con ocasión de un mitin celebrado en la Casa del Pueblo. Se ignoran antecedentes masónicos. Está casada con el Catedrático Sr. Abad (Socialista furibundo) que se encuentra en la zona roja, haciendo campaña contra la Causa Nacional. Se la considera, como su esposo, de ideas extremistas. Dio conferencias en la Casa del Pueblo en propaganda electoral en el año 1933, no volviendo a actuar al contraer matrimonio con el Sr. Abad, diciéndose que se debía a que este era excesivamente celoso. Ha observado buena conducta pública y privada y se comporta bien en lo profesional, se ignora su forma de pensar con respeto al Movimiento Nacional… "

Nada de esto convenció al Juez de Instrucción, quien el 18 de febrero de 1939 estimó probados los cargos y la definió: " Como desafecta al Glorioso Movimiento Nacional y adicta al Frente Popular (…), por lo que revistiendo su conducta una notoria peligrosidad es permitido aconsejar que el funcionario de referencia no debe continuar figurando en el cuadro de los empleados del Nuevo Estado, ya que no ofrece garantías para los servicios del mismo... en consecuencia destitución de Doña Antonia Castillo Gómez en el cargo que venia desempeñando, y que, además, se adopten las medidas necesarias para que tampoco pueda volver a figurar a ningún otro de clase alguna, dependiente de esa Corporación".

Camino del exilio mejicano

Las diversas sanciones que se impusieron a la doctora ceutí Antonia Castillo, hizo que tuviera que salir de su ciudad y buscar otra salida de futuro. Causó baja en el Colegio de Médicos de Ceuta, el 30 de julio de 1939. La siguiente noticia que se tiene de ella, según el historiador López Gómez, es de finales de 1940 y la sitúa en Burgos, con anterioridad estuvo unos meses en Madrid. Pasando a ser también, al igual que en Ceuta en 1927, la primera mujer en formar parte del Colegio de Médicos burgalés. El refugio de Burgos, le sirvió para ir madurando la posibilidad de marchar al extranjero, donde se podría reencontrar con su marido.

En 1945, la doctora Antonia Castillo, prepara su traslado a Méjico. Unos años después viaja a Nueva York siendo una pionera en el estudio del cáncer. Mientras tanto Luis Abad, continúa su periplo ya que tras salir de Ceuta pasó a Tánger y desde allí a la península. Tras la Guerra Civil logro escapar de España, en un barco repleto de refugiados que le llevó desde Alicante a la costa argelina, para ser internado a continuación en el campo de concentración de Bogharí, próximo al desierto del Sahara, de donde, al parecer, pudo salir. Ya en 1940 se instaló en Oran, donde sobrevivió diez años dando clases de español, ingles y matemáticas a alumnos de bachillerato, y gracias a la venta de algunos cuadros.

Cuando hacia 1950 Luis Abad abandona Oran no se dirige a Méjico sino a Paris, donde va a permanecer casi cuatro años más. Allí da clases de español, entre otros trabajos como profesor. En 1953 Abad deja Paris rumbo a la capital azteca. Finalmente, transcurrido 18 años, se reencuentra con su esposa, Antonia Castillo, junto a la que sólo había convivido seis meses después de su boda.

Por fin, los dos están juntos en Méjico, Luis Abad, participa en proyectos del Colegio de Méjico, y en 1956 es nombrado profesor titular de la cátedra de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma, y publica varios libros y en las más prestigiosas revistas mejicanas. Por otra parte, la doctora Antonia Castillo, se especializa en el campo de la ontología ginecológica, siendo una prestigiosa facultativa en Méjico.

Todo son éxitos para los dos en Méjico, pero añoran España y en 1966 emprendieron viaje a Madrid, con la esperanza de que la dictadura no les pida cuentas. Se instalaron por unos meses en la casa de Maria del valle Muñoz Castillo, la sobrina de Antonia. Pronto marcharon a Almería, no sabemos si la doctora ceutí volvió a pisar su ciudad natal. Compraron una casa en Gádor. A finales de 1970 la doctora Antonia Castillo notó un importante quebrantamiento de su salud, en vista de su progresivo empeoramiento decidieron regresar a Madrid. A principios de 1971, fallece y su marido decide enterrarla en Gádor, a donde regresó, para morir a su vez el 13 de noviembre de ese año.

martes, 10 de mayo de 2011

Marruecos y la recuperación de la memoria histórica


"Marruecos y la recuperación de la memoria histórica
Las fosas comunes en el Protectorado"

Edición: Sevilla 2011
Editorial: Catriel,S.A.

En el territorio del que fuera Protectorado español en Marruecos no hubo casi resistencia a la sublevación militar del 17 de julio de 1936 que quebró la legalidad democrática, pero fueron centenares los civiles y militares detenidos y fusilados por la mera sospecha de no coincidir con la ideología y los objetivos de los rebeldes.