Mostrando entradas con la etiqueta homenaje. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta homenaje. Mostrar todas las entradas

domingo, 30 de agosto de 2015

Alcalde Sánchez Prado y sus 267 compañeros ¿Nuevo homenaje fallido?


Francisco Sánchez Montoya en Historia de Ceuta y el proctectorado español 30/8/15
Nuevamente, pasará este 5 de septiembre, y vuelvo a escribir, otro año más, sin un recordatorio institucional donde se den cita todos los concejales, partidos políticos, sindicatos… Y debería ser las autoridades, en este caso comandada por la Ciudad Autónoma, las que tienen que contribuir a que los valores de libertad que representó este alcalde nunca se olviden y que los más jóvenes, sepan qué significó aquella lucha por la democracia, dónde muchos ceutíes como él, dieron su vida por la libertad.

Pero, bueno, tal vez, me equivoque y dentro de seis días se Institucionalice, este homenaje, para llevarse a cabo todos los años.

Fue un modelo para muchos. Médico antes que político, su detención y posterior ejecución causó conmoción en una sociedad ceutí que admiraba a este benefactor facultativo y para quien esta figura representa, como Alcalde, la esencia y lucha por la democracia.

Las autoridades locales deberían encargarse de perpetuar su significado y organizar un acto institucional donde estén presentes todos los concejales, partidos, sindicatos y ciudadanos que se quieran sumar al acto. Y, además, precisamente fue la Ciudad Autónoma la que cimentó la estatua, que realizó el estudio de los hermanos Predrajas.

De todas formas, es raro el día que alguien no deja un ramillete de claveles rojos, en su estatua. Es una pena que fechas como ésta terminen pasando desapercibidas para la ciudadanía y solo unos pocos las recuerden. En Andalucía se hace con Blas Infante, asistiendo la Presidenta de la Junta, en Galicia Alexandre Bóveda, en Cataluña en nombre de la Generalitat, se rinde homenaje a Lluís Companys…
Aquel Alcalde, es, el símbolo que siempre estuvo en la memoria colectiva del pueblo y que se eternizó con el regreso a la democracia. Su figura representa la lucha contra las dictaduras por la que dio su vida. En su consejo de guerra lo dejó bien claro: “Me pude marchar a Tánger, pero mi lugar estaba junto a los ceutíes, que tanto confiaban en mi”. Todos los años se organizan por parte de algunos partidos, sindicatos y asociaciones algún acto con la colocación de unos claveles rojos en la estatua de la avenida que lleva su nombre.

A buen seguro, en la soledad de aquel calabozo, de hace casi ocho décadas, todavía el alcalde confiaba y mantenía la esperanza de un posible indulto. Pero no fue así, se recibió desde la Jefatura de las fuerzas militares del norte de África, con sede en Tetuán, el “enterado” y aprobación del fallo del Consejo de Guerra. En su interior sabia que las tropas sublevadas tenían como primer punto crear pánico y miedo entre la población civil con ejecuciones sumarísimas y él en estos dos meses de detención había sido testigo de muchas.

Cuando las manecillas del reloj apenas marcaban los primeros minutos de la madrugada del 5 de septiembre de 1936, el juez militar teniente coronel Ramón Buesa en compañía de su secretario se desplazan desde el acuartelamiento de Sanidad (actual manzana del Rebellín), donde se celebró el consejo de guerra, hacia el Cuartel del Rey, donde el alcalde se encontraba detenido junto a su secretario De la Torre y los vecinos de la barriada del Sarchal, Ángel Guijo y Fidel Vélez. La ejecución se llevó a cabo a las nueve de la mañana, en la playa del Tarajal. El médico forense certificó las muertes y en un furgón de Sanidad militar fueron transportados al deposito de cadáveres del cementerio de Santa Catalina, donde se le entregó por orden del juez militar los cadáveres a los familiares para verificar su entierro, pero dejando bien escrito: “Que no podrá hacerse con pompa”.

SENTENCIA
“En la Ciudad de Ceuta a cinco de Septiembre de mil novecientos treinta y seis, reunido el Consejo de Guerra de Oficiales generales para ver y fallar la causa instruida por presuntos delitos de rebelión y sedición. Que debe condenar y condena a los procesados Don Antonio López Sánchez Prado, Adolfo de la Torre Guillen, Ángel Guijo Higüero y Fidel Vélez Roldan a la pena de muerte por el delito de rebelión militar”. A las 6,30 de la madrugada llegó el piquete encargado de la ejecución y hacen guardia en la puerta. Tras una agónica madrugada, a las 8,30 los sacaron, en la puerta del cuartel les esperaban dos camionetas de automovilismo y un coche. Algunos civiles, desde las aceras y sobretodo desde las puertas de las casas colindante con el cuartel, patio Hachuel”, ven salir a Sánchez Prado junto a sus compañeros, esposados y custodiados por varios soldados, en sus rostros se ve la tragedia que les espera. Nadie se atreve a levantar la voz, el miedo los atenaza. Tras recorrer las camionetas los escasos tres kilómetros, llegan a la zona conocida en el Tarajal como “el tripero”, allí un piquete de 20 hombres al mando de un oficial se llevaron a cabo la ejecución.

SÁNCHEZ PRADO Y SUS 267 COMPAÑEROS
Institucionalizar el homenaje al alcalde de Ceuta Sánchez Prado, por parte de la Corporación municipal, todos los 5 de septiembre, sería rendir un respeto a la actual democracia por la que 268 ceutíes dieron su vida. Recordemos en cifra como fue aquella represión, para alcanzar esa tétrica cifra de ceutíes que acabaron frente a un pelotón. También hubo una represión administrativa y, por otra parte, ¿cuántos encausados no llegaron al pelotón de fusilamientos? Muchos de ellos murieron mientras eran transportados, sobre todo en la “curva de las viudas” camino de la prisión de García Aldave. ¿Cuántos murieron en las enfermerías como consecuencia de malos tratos o enfermedades sin cuidados?

La consulta de distintos documentos permite acercarse a la cruda realidad judicial de aquellos años. Los procedimientos sumarísimos de urgencia, que la legislación fijaba como formula ocasional, se convirtieron, sin embargo, en la única formula empleada por los tribunales para juzgar los supuestos delitos de los que no eran adictos al nuevo régimen. Amparados en la más absoluta impunidad y parapetados tras la vía jurídica no dudaron en acusar y condenar de adhesión a la rebelión a los que precisamente habían defendido la legalidad constitucional.

Y, desglosando las cifras, se puede apreciar que el mes de agosto de 1936 se convierte en el más trágico de toda la represión en Ceuta, con 73 víctimas, de las cuales tan sólo siete se efectúan tras los respectivos consejos de guerra; el resto, sesenta y seis, fueron debidas a las sacas de madrugada, tras sacarlos de la prisión de García Aldave y el Hacho.

Por militancia política, el número mayor de fusilados fue para los anarcosindicalistas y por profesiones el estamento militar fue él más castigado, sobretodo en 1938. Tras el inicio de la represión, con el paso de los meses, el número de fusilamientos fue disminuyendo paulatinamente. En los cinco primeros meses se registraron un total de ciento veintiocho ejecuciones, casi el 50% de las llevadas a cabo durante toda la represión. En 1937 se registraron noventa y seis, para continuar bajando hasta cuarenta y uno en 1938, y hasta seis años después no se consignaron los últimos tres fusilamientos en Ceuta. Estos datos confirmarían la conclusión en el sentido de que la represión sustancial se produjo en los primeros meses.

Respecto al sexo dos mujeres fueron ejecutadas. La actuación de las mujeres quedó generalmente oculta y el papel que desempeñaron y su protagonismo son destacados en poquísimas ocasiones. Sin embargo, la mujer, durante la República, había comenzado a integrarse en el ámbito de la política.

Tras las primeras ejecuciones, el 21 de julio de 1936, hasta 1938, en todas se consigna herida por arma de fuego, aunque después, en el registro civil, aparecen muchos tachados. Hay un paréntesis de seis años, desde 1938 a 1944, que no se producen más ejecuciones. Tal vez las hubo, pero se pudieron encubrir en los libros como hemorragia interna. Esto ocurrió con el fusilamiento de los tres miembros del Partido Comunista en agosto de 1944.

EN 1939, SU MUJER ENCARCELADA
Dolores Escacena, mujer del alcalde, no podía, pese al cariño, continuar por más tiempo en Ceuta y cruzarse en la calle con personajes que se sumaron al golpe y contribuyeron al asesinato de su marido. Es una mujer joven, con tan solo cuarenta años. Le ofrecieron regentar una pensión en Sevilla y con ello poder conseguir sacar a la familia adelante, tenia cuatro hijos.

La situación económica en la que quedó era muy angustiosa, en el consejo de guerra se detalló que apenas tenían 19,50 pesetas en el banco y ninguna propiedad. Pero no conforme con esto, la Falange local le requisó su vehículo, un Chevrolet de 1935.

Su amigo el farmacéutico Joaquín Alonso ayudó en todo lo que pudo a la viuda, vendiendo el instrumental médico de su consulta de la calle Real, frente a la Iglesia de Los Remedios.

Días antes de ser fusilado dejó dicho que algunas piezas se las regalasen al prestigioso otorrinolaringólogo malagueño Lazarraga. Este, durante los últimos años, pasaba consulta cada mes en la de Sánchez Prado. En abril de 1937 ya estaba la familia del Alcalde en la capital hispalense regentando una modesta casa de huéspedes. Parece que las cosas podrían enderezarse, a pesar del drama vivido.

Dolores Escacena, desde su llegada a Sevilla, comenzó a contactar con otros militantes de izquierda que habían creado una pequeña resistencia al franquismo. La policía la vigilaba porque sospechaba de sus reuniones y le seguía muy de cerca, pero lo que más deseaban era detener a todos los miembros de la izquierda sevillana.

El 28 de junio de 1939 la policía se persona en la pensión de la mujer de Sánchez Prado y la detiene junto a su hija y su cuñado.

Vuelven a vivir aquella trágica madrugada del 18 de julio en Ceuta cuando detuvieron a su marido. Madre e hija estarán en prisión hasta 1940. A los pocos años, el 20 de abril de 1946, su hija Carmen falleció debido a las penurias pasadas en la cárcel.

Dolores Escacena Carreño fue una mujer fuerte, con personalidad y llena de recuerdos. Se trasladó a Madrid donde vivió junto a su familia sus últimos años, falleciendo el 16 de febrero de 1993. La inhumación se produjo al día siguiente en el cementerio de La Almudena.

En las guerras civiles, la violencia fuera de los frentes se ha basado con mucha frecuencia en motivos sórdidos, venganzas personales, envidias y rencores. Uno de los ejes fundamentales del aparato represivo del régimen franquista fue el encarcelamiento masivo de todo aquel que formaba parte de la anti-España, convirtiéndose la cuerda de presos en la imagen habitual de la posguerra.

En diciembre de 1939 había más de 270 mil reclusos en España. Repartidos por decenas de centros de reclusión, la mayoría de ellos improvisados y sin las mínimas condiciones de habitabilidad e higiene.

La mujer del alcalde, Dolores, recibió el 6 de noviembre de 1939, una notificación del Tribunal de Responsabilidades Políticas imponiéndole una multa por las actividades de su marido. Donde se indicaba que el medico y alcalde Sánchez Prado estaba en ‘paradero desconocido’. Seis meses después recibe otra notificación imponiéndole una multa y dándole un plazo para un posible recurso.

No pudo presentarlo, no solo por la desolación tras el asesinato de su marido, sino porque ella y su hija Carmen se encontraban en la cárcel de Sevilla. En 1940 la sentencia se hizo firme: “Resultando que dictada la sentencia le fue notificada al condenado, quien dejó transcurrir el tiempo que la Ley señala, sin que haya utilizado recurso contra la misma, se declara firme la sentencia dictada en este expediente de Responsabilidad Política contra Antonio López Sánchez Prado, al que se le notificará en forma, haciéndolo en su domicilio. Se le requiere para que en el plazo de veinte días haga efectiva la sanción económica”.

domingo, 23 de agosto de 2015

En recuerdo del diputado por Melilla Luís Barrena en su aniversario


El 22 de agosto de 1936, aparecía abatidos a tiros en A Coviña (O Freixo) en la provincia de A el diputado por Melilla, Luís Barrena. 

La asociación Tierra de Outes, tuvo el honor de levantarle un monolito para recordar su memoria. 

Luís Barrena, aunque no era nacido en Galicia, si estaba casado con una gallega de Muros, por ese motivo el golpe fascista lo cogió en Muros,  pasando las vacaciones. 

Matías Gimeno, la historia oculta

Matías Gimeno Orts, a la izquierda. A la derecha de la imagen, de pie, Juan Bautista García Sales, el soldado muerto. La fotografía fue tomada el día de la jura de bandera, en los cuarteles de Ceuta. / FOTOGRAFÍA CEDIDA POR LA FAMILIA  

Francisco Sánchez Montoya el Faro de Ceuta 28/9/14
El 29 de septiembre de hace 70 años, un joven soldado valenciano fallecía en Ceuta, su compañero de milicia y paisano Matías Gimeno, narró la historia que ocultó, en el diario El País: “No falleció de apendicitis como se le comunicó a la familia de la víctima, sino por la agresión de un mando que acosaba a los reclutas por “rojos”.

Juan Bautista García Sales, estaba destinado en el primer Batallón de Autos de Marruecos. Matías continúa con su narración… “cometió el error de confundir el paso durante la instrucción que realizaba en la explanada del puerto de Ceuta. Y lo pagó con su vida, tras una agonía de 11 días en el hospital militar. El Ejército echó tierra sobre el asunto: comunicó a la familia que había fallecido como consecuencia de una peritonitis. Fue una injusticia muy grande y no se podía hacer nada. La dictadura era un muro inmenso, el brigada le golpeó en la cabeza y empezó a echar sangre por la boca y los oídos. Lo reventó”.

Matías Gimeno Orts, de Roca, la vecina pedanía de Meliana (Valencia), recibió un permiso de 11 días con el encargo de entregar a la familia del fallecido su ropa y pertenencias. Era su mejor amigo. Batiste, como era conocido por familiares y amigos, había muerto con la cabeza sobre su brazo el día de San Miguel (29 de septiembre) a las siete y media de la tarde, dos días después de haber cumplido 22 años. Matías presenció lo ocurrido y 70 años después todavía no ha podido olvidarlo, cuenta al periodista del País. Ahora tiene 92. Es un labrador retirado que vive el último tramo de su vida rodeado de jaulas con jilgueros, pardillos y verderones, y no quiere morir sin que se sepa la verdad sobre la muerte de Batiste, a quien define como “una bellísima persona, un brigada nos tenía ojeriza a los valencianos porque veníamos de zona republicana. Había terminado la guerra y aquí éramos rojos. Nos insultaba constantemente”.

Matías Gimeno Orts, rodeado por familiares de Juan Bautista García Sales, sostiene la foto de la víctima a la derecha y la suya, a la izquierda. / JESÚS CISCAR

Matías lo estuvo visitando en la cama número 83 del hospital militar de O´donnell hasta el momento de su muerte. Ese día recibió un recado desde el hospital: “Si quieres ver a Bautista vivo, ven, que está muy malito”. A los parientes se les recomendó que mejor no fueran a verlo. Los compañeros pasaron la gorra y pagaron un nicho en el cementerio de Santa Catalina, del que cinco años después, sin aviso, fue exhumado y trasladado a una fosa. Desde entonces reposan allí sus restos. Batiste había estado de permiso en Foios un mes antes de morir, por las fiestas del pueblo. Hacía 11 meses que había salido de allí para cumplir el servicio militar. Batiste trabajaba de mecánico en Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha y ayudaba a sus dos hermanos en el campo. Aunque el ambiente en los talleres de FEVE estaba muy politizado durante la guerra, Batiste no había militado en ningún partido ni sindicato.

Pero con la llegada de la democracia, Matías Gimeno contó la verdad al periodista Miquel Alberola del diario El País. Un sobrino del soldado asesinado, el periodista Vicent García Devís, había iniciado una investigación a raíz del testimonio de Matías Gimeno, el soldado que presenció la muerte violenta de su amigo desde una fila del mismo batallón. Y Matías se lo contó a Vicente García Sales, el hermano de Batiste y padre de Vicent: “Mi padre me transmitió ese malestar, que es como una herida familiar sin cerrar, y sentí que tenía que hacer algo”.

Hace 23 años, que Vicent acudió al Ayuntamiento de Ceuta, consiguió una fotocopia del libro de defunciones y averiguó en qué nicho había sido enterrado su tío. Iba con el propósito de recuperar sus restos para llevarlos al cementerio de Foios e inhumarlos junto a los de sus abuelos. “Me los habría traído en una caja de zapatos si hubiese podido”, se sincera. Pero se encontró con que el nicho estaba ocupado por los restos de otra persona: “Por lo visto, los amigos, que debían de tener muy poco dinero, adquirieron una concesión de uso de solo cinco años, pero nadie preguntó a la familia si la quería renovar”. Tras una investigación posterior descubrió que sus restos, “en solo tres minutos”, habían sido retirados del nicho y depositados en la fosa del patio número cinco. “Lo primero que hice fue llevarle un ramo de flores, el primero que podía ofrecerle la familia después de tantos años. Tomé una fotografía y la mostré a mis parientes”.

Investigar lo sucedido
Vicent García, sobrino de Batiste, se sentía impulsado a hacer lo posible para reparar su memoria… “Lo hice sin decir para qué quería la información, ya que en el ámbito militar todo va gota a gota y siempre te dan lo mínimo”. Así obtuvo el expediente personal de Batiste, con el documento que el jefe del Batallón de Autos de Marruecos mandó a la Guardia Civil para que, dos días antes de su fallecimiento, comunicara a la familia que el soldado “se encuentra mejorando de la enfermedad que padece”. Y encontró el expediente del hospital militar, cuyo resumen histórico detalla que el soldado ingresó con “apendicitis”: Presenta fuertes dolores en fosa ilíaca derecha y defensas en paredes. Fórmula y recuentos elevados. 16.600 leucocitos. Intervenido mediante raquianestesia, se encuentra el apéndice en malas condiciones, se le extirpa y se le coloca un drenaje de goma. Se da parte de gravedad por peritonitis consecutiva de apendicitis.

Homenaje en Ceuta por parte de Memoria Histórica del País Valenciano
El Grupo de Memoria Histórica del País Valenciano, le rindió junto a sus familiares un homenaje en Ceuta, a instancias del sobrino de Batiste, Vicent García, con la ayuda del consejo del Grupo de Recuperación de Memoria Histórica de la Fundació Societat i Progrés, representada en Matías Alonso.  Se desplazaron hasta el cementerio de Santa Catalina, donde se descubrió una placa. Tomo la palabra Vicent, habló a los presentes en este modesto pero emotivo homenaje, para concluir con la reproducción de una grabación que portaban, en el silencio del cementerio sonó la “Muixeranga”, una canción tradicional valenciana. Vicent García comenta sobre ese acto en Ceuta: “En el eché en falta alguna referencia a la soledad, a la falta de reparación simbólica por parte de las autoridades democráticas. A la clandestinidad, a que ninguna autoridad civil, ni militar acudió al acto, a que no hemos recibido ni una sola nota de reparación simbólica por las autoridades democráticas de Ceuta o de la península, como representantes del Estado. Eso, me hubiera gustado, porque era la idea medular de la reclamación. Nadie quiere venganza, pero parece que las autoridades hacen oídos sordos a todo lo que es todavía nuestro doloroso presente” concluyó Vicent García.

“Vicent García Devís ha viajada por medio mundo, y se le quedaba el gusanillo con la historia”, recuerda Amparo Gimeno, la hija de Matías Gimeno: “Le quedaba la pena y hablando un día mi hermana con otra chica de aquí, resulta que casi son familia y le presentó a Vicent. ‘Si lo que tú me cuentas de tu padre cuando hizo el servicio militar, casi que es la misma del mío. ¿Podríamos ir a hablar con tu padre, y ver si coinciden las fechas y los datos?, preguntó Vicent”, Hasta ahora, los últimos represaliados comprobados eran de agosto de 1944. Fue precisamente gracias a estas historias con las que Matías Gimeno hacía pasar el rato a sus hijos como la familia del soldado Batiste descubrió la existencia de un testigo presencial de los hechos que aún vivía. “En mi familia preferían ocultarlo, pero nos lo habían contado mis padres, mis tíos. Todos sabían la verdad”, explica Vicent. Gimeno también contó, en cuando pudo, lo que pasó, y fue una censura impuesta por ellos mismos.

En este 29 de septiembre se cumplen 70 años de la muerte de Batiste, su sobrino, el periodista Vicent García Devís, asegura: “Juan Bautista García Sales, “Batiste”, como le llamaban en casa, murió asesinado en Ceuta, mientras realizaba su servicio militar. Salió de su pueblo, Foios, acompañado de su hermana Rosario, en plena semana fallera de 1943. Era mecánico de trenes y nunca había salido de Valencia. Tres días duró el viaje, recorrió 808 kilómetros. En septiembre de 1944, Batiste fue ingresado en el Hospital militar con un fuerte derrame interno, tras los golpes que le propinó el suboficial, porque había perdido el paso”. Vicent continua con su relato: “Pero, como tantas otras falacias y mentiras médicas de la época, Batiste murió en brazos de su amigo Matías, oficialmente de una septicemia provocada por una apendicitis mal resuelta. Su madre, Amparo, viuda, con 9 hijos a su cargo, recibió un telegrama oficial el día anterior asegurando que su hijo mejoraba y que se encontraba bien: ¡que no viajaran a Ceuta que pronto se repondría!”, concluyó García Devis.

Agosto de 1944
En el año que falleció Batiste, fueron fusilados las tres últimas víctimas de la represión en Ceuta, los alicantinos Congost, Reinares y Ramón Valls. La frase “siempre nos queda Tánger” era la más pronunciada por los cientos de republicanos que desde Ceuta, el Protectorado en Marruecos y las ciudades costeras andaluzas huían del golpe. Desde un primer momento en Tánger se crea una resistencia al franquismo, realizando desde la finalización de la Guerra reuniones en Ceuta y en las vecinas ciudades del protectorado, Tetuán o Larache. Los servicios secretos de Franco los tienen vigilados, pero no pueden detenerlos. Esta resistencia tiene su fin cuando las tropas de Franco toman Tánger en junio de 1940, muchos pudieron huir a Casablanca, protectorado Francés o vía Marsella al exilio europeo y después al continente americano. Otros se quedaron en Tánger continuando con la resistencia al régimen. La resistencia estaba liderada por el socialista Antonio Castilla. En uno de sus múltiples contactos con los exiliados en Casablanca, les piden que necesitan a un delegado para su apoyo, ya que ellos al ser conocidos en la ciudad están muy vigilados por la policía. Recordemos que en Casablanca se encontraban numerosos españoles exiliados, sobre todo alicantinos, quienes al terminar la guerra pueden huir por los puertos del levante español y cruzar hacia Argelia. Allí tras estar detenidos en los campos de concentración, y pasar penalidades, muchos logran pasar a Casablanca. Tras este llamamiento, se desplaza en agosto de 1941, José Congost. Como el trabajo de captación va en aumento, el recién llegado requiere nuevamente de Casablanca el envío de otros compañeros y a los pocos meses llegaron los jóvenes alicantinos Antonio Réinales, Ramón Valls y Adelo Aguado.

viernes, 22 de mayo de 2015

Homenaje del PP canario a un criminal de Lesa Humanidad

Asesino de las Brigadas del Amanecer
 
 
Francisco González Tejera / Canarias-Semanal.org 22/5/15

Eufemiano Fuentes, industrial tabaquero de la isla de Gran Canaria, falangista que participó directamente desde las "Brigadas del amanecer" en miles de crímenes y torturas sobre republicanos canarios.

Ahora el PP desde su Ayuntamiento de Las Palmas GC y el Cabildo de Gran Canaria le instalan un panel homenaje con su foto en el nuevo parque del antiguo Estadio Insular, como si fuera un ciudadano honrado, un prócer de la democracia, cuando en verdad es un asesino con las manos manchadas de sangre.

Existen todo tipo de testimonios de sus abusos, de la gente que arrojó a la Sima de Jinámar, a los pozos de toda la isla, a la Mar Fea, del constante y vergonzoso derecho de pernada sobre las mujeres de la fabrica tabaquera conocida como "La Favorita".

Lo más grave de todo esto es que estos mismos personajes, el hasta el domingo 24 de mayo el alcalde, Juan José Cardona, nos niega a las familias de las víctimas abrir la fosa común del cementerio de Las Palmas, recuperar sus restos para darles sepultura digna, pero en cambio si invierte dinero público en hacerle homenajes a brutales asesinos fascistas.

domingo, 26 de abril de 2015

El desprecio oficial a la memoria de Rodolfo Llopis

Las autoridades posan con la familia Llopis tras la inauguración de la calle. FOTO: VALÉRIE JUAN
Derrotada la República, Llopis fue el organizador desde Francia y Argelia de la salida de los últimos refugiados que abandonaron España a bordo del mítico Stanbrook rumbo a Orán
 
Ningún representante del Consell acude al homenaje en Toulouse al pedagogo y sindicalista alicantino y sólo el Consell Valencià de Cultura se pone en contacto con la familia
 
C. A.. 17/04/2015  Culturplaza.com
VALENCIA. Sólo acudirá el cónsul. El Consell no se ha dado por aludido. Tan solo el Consell Valencià de Cultura se ha puesto en contacto con la familia para felicitarles y mostrarles sus respetos. Toulouse inaugura este viernes una calle dedicada al político alicantino Rodolfo Llopis (Callosa d'En Sarrià, 1895 -Albi, 1983), y mientras su patria le dará la espalda.
 
Llopis recibe el afecto del país vecino ante la indiferencia y desinterés del gobierno español y del autonómico. Quien fuera secretario general del PSOE y presidente de la UGT en el exilio es recordado en Francia más de treinta años después de su desaparición, mientras en España su nombre es olvidado por las instancias oficiales. Si en 1994 fue la localidad francesa de Albi, donde falleció, la que le rindió tributo bautizando con su nombre una calle, más de dos décadas después es Toulouse la que hace lo propio.
 
Junto a la familia de Llopis se encontrarán miembros de las productoras valencianas eme eme, ONAIR y Visual que están realizando un documental sobre esta "tan poco conocida como importante figura", según lo describe Francesc Picó. Director y guionista del filme, Picó se encuentra en Toulouse desde hace una semana siguiendo la huella que allí ha dejado Llopis.
 
Pedagogo, político, sindicalista, personaje clave en muchos momentos de la historia de España y aún de Europa del siglo XX, Llopis protagoniza una película que contará con la participación de su familia, historiadores y, sobre todo, con testimonios directos de algunos de los hechos narrados en Francia y en España, como los de Alfonso Guerra, Nicolás Redondo, Pablo Castellano, José Martínez Cobo, Manuel Simón o Amadeo Calzada.
 
La realización y montaje de la película corre a cargo de Xavier Cortés, la dirección de fotografía es de José Luis González; la documentación y redacción, Ferran Pérez; mientras que la producción ejecutiva es de Francesc García Donet y la producción de Juan José Martínez.
 
Relataba este jueves Picó que ya han realizado algunas de las entrevistas más relevantes, como la de Alfonso Guerra, y añadía que el acto de este viernes, el de la inauguración de la calle, supondrá un momento importante en una película que esperan contribuya a paliar el profundo desconocimiento que hay en torno al pedagogo alicantino.
Hijo de un sargento de la Guardia Civil que marchó a la guerra de Cuba, Llopis pasó su infancia y primera juventud en Alicante, donde a los 15 años ya obtuvo su primer título de maestro elemental. En 1911 se trasladó con su familia a Madrid y es allí donde completó su formación como docente, con una decisiva estancia de dos años, entre 1912 y 1914, en la ciudad francesa de Auch, donde ejerció como lector de español en su Escuela Normal.
 
Próximo a las nuevas corrientes pedagógicas y al pensamiento socialista, Llopis obtuvo en 1919 la cátedra de Geografía en la Escuela de Magisterio de Cuenca, donde ocupó su primer cargo público como concejal por el PSOE. Es de hecho en esta ciudad donde sí cuenta con una calle con su nombre, algo que no acontece en Valencia, donde no hay rastro de su memoria.
 
En los años previos a la proclamación de la República, Llopis desarrolló una intensa actividad pedagógica y sindical que le llevó a recorrer buena parte de Europa y América del Sur. Con este bagaje, ocupó la Dirección General de Enseñanza Primaria durante el bienio progresista de la República, desde donde reformó profundamente y en todos los ámbitos el sistema educativo y lo convirtió en un servicio público, laico y universal, con unos planteamientos de modernidad prácticamente inéditos en la Europa de su tiempo.
 
Diputado por Alicante durante toda la República, abandonó la Dirección General por la Ley de Incompatibilidades de 1933, regresando a la docencia y a la actividad política. Alineado con la corriente de Largo Caballero, ocupó bajo su presidencia la Subsecretaría de la Presidencia del Gobierno entre 1936 y 1937. En este año, contrajo matrimonio en Francia con una joven profesora del Lycée Français de Madrid, la albigense Georgette Boyé.
 
Derrotada la República, Llopis fue el organizador desde Francia y Argelia de la salida de los últimos refugiados que abandonaron España a bordo del mítico Stanbrook rumbo a Orán. Pese a tener domicilio en Albi, como tantos republicanos españoles sufrió la ocupación nazi en Francia. Se negó a acogerse al refugio que el gobierno mejicano le ofrecía y permaneció en Francia, donde padeció confinamiento vigilado en diferentes poblaciones, lo que no impidió su participación en la Resistencia.
 
Acabada la Guerra Mundial, emprendió la tarea de reagrupar la diáspora socialista española desde Toulouse, donde se instaló el PSOE del exilio en la histórica sede de la Rue du Taur. En 1944 fue elegido secretario general de partido y posteriormente vicepresidente y presidente de la UGT. En 1947, Martínez Barrios, tras el traslado de las instituciones de la República en el exilio de Méjico a París, le encargó la formación de Gobierno y sustituyó Giral en la Presidencia del Gobierno.

Durante todo el exilio, Llopis se dedicó con ahínco a mantener la unidad de los socialistas españoles y a desplegar una intensa actividad para aislar internacionalmente al régimen franquista. Así, participó en la fundación del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo, que más tarde presidiría; fue vicepresidente de la Internacional Socialista, estuvo presente en todos los congresos internacionales del socialismo político y sindical, formó incluso parte del conocido como Contubernio de Munich.
 
A medida que el fin de la dictadura se acercaba en España con la agonía de un decrépito Franco, las tensiones entre el socialismo del exilio, mantenido desde la República, y las nuevas generaciones de socialistas, mayoritariamente del interior, se agudizaron hasta el Congreso de la UGT de 1971, que desbancó de la dirección a Llopis y el definitivo congreso de la escisión que los renovadores celebraron en Toulouse en agosto de 1972, al que Llopis ni asistió ni reconoció. Tras dos años de controversias, la Internacional Socialista reconoció la legitimidad del Congreso renovador, dando paso al histórico Congreso de 1974 en Suresnes que eligió a Felipe González como Secretario General.
 
Masón desde junio de 1923, miembro de la Logia Ibérica número 7 de Madrid perteneciente al Grande Oriente Español, fue nombrado segundo vicepresidente del Gran Consejo Federal Simbólico, el máximo órgano de gobierno del Grande Oriente Español, y perteneció en el exilio a la Logia Reconstrucción en Toulouse y posteriormente a la Logia Franklin Roosevelt en Montauban ambas organizadas por exiliados españoles y bajo los auspicios de la Gran Logia de Francia.
 
Ya octogenario, Llopis obtuvo su pasaporte español y regresó en 1976 por primera vez tras 37 años a Alicante y a Madrid, en un emotivo viaje acompañado de su hijo. Su segunda y última visita a España se produjo con motivo de las primeras elecciones democráticas, cuando cedió a la invitación de los socialistas históricos para presentarse como candidato al Senado por Alicante, acta que no consiguió. El 21 de julio de 1983, a los 87 años de edad, murió en su residencia de Albi.
 
Con motivo del homenaje de Toulouse, la consejera Ana Noguera pidió al presidente del Consell Valencià de Cultura, Santiago Grisolía, que remitiera una misiva a la familia. Esta carta es la única nota oficial que recibirá el hijo de Llopis, el único gesto de reconocimiento por parte de las instituciones valencianas a un hombre único cuyo recuerdo será evocado hoy en Francia. En España no. Nadie. Ni el Gobierno ni, sorprendentemente, nadie de su propio partido o sindicato.
 
En su muro de Facebook, Picó escribía esta semana que echaba en falta la presencia de representantes del PSOE o de la UGT. "Vergüenza por la desmemoria y por las lecciones que todavía podemos aprender de un hombre que diseñó, entre otras cosas, la más importante reforma educativa que nunca ha conocido España", escribía.

domingo, 19 de abril de 2015

La comisión cívica de Alicante homenajea en Cardiff al capitán del Stanbrook

La comisión cívica de Alicante homenajea en Cardiff al capitán del Stanbrook
Los alicantinos entregan a la alcaldesa de la ciudad británica una placa en memoria de Dickson que ayudó a escapar a 2.638 republicanos en 1938
 
18.04.2015
La Comisión Cívica de Alicante homenajea en Cardiff al capitán del Stanbrook
 
Una delegación de la Comisión Cívica de Alicante para la Recuperación de la Memoria Histórica, acompañada de representantes del Labour International Party y de un grupo de ciudadanos a título personal, se ha desplazado del11 al 14 de abril a la ciudad galesa de Cardiff, en el Reino Unido, para homenajear al capitán Archibald Dickson y a la tripulación del Stanbrook. El objetivo era honrar la memoria del capitán y de la tripulación del buque que el 28 de marzo de 1938 embarcó en el puerto de Alicante a 2.638 republicanos, trasladándolos a Orán y logrando así que escaparan a la represión franquista.
 
El acto central de la visita tuvo lugar el domingo pasado con la entrega de la placa conmemorativa encargada por la comisión alicantina a la alcaldesa de Cardiff, Margaret Jones, en una ceremonia en la que la alcaldesa agradeció muy especialmente el homenaje al capitán Dickson, un héroe casi desconocido en su propia ciudad, según subrayó, anunciando que la placa se instalará en breve en el puerto de Cardiff, junto al War Memorial, una escultura dedicada a los marinos mercantes. Pedro Olivares, portavoz de la Comisión Cívica de Alicante, insistió en el heroísmo y valores cívicos del capitán Dickson y agradeció a la ciudad la acogida. Los alicantinos entregaron un poema del alicantino Luis Alpera en memoria del capitán. El acto contó con la presencia de Arnold Dickson, hijo del capitán, así como de los bisnietos del ingeniero del barco, Henry Lillystone.
 
Al margen de la ceremonia de entrega de la placa, la delegación alicantina ha aprovechado el viaje para visitar en Cardiff el monumento en recuerdo de las víctimas de las dos guerras mundiales que incluye un memorial en homenaje a los galeses que participaron en las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil española y también visitaron Bristol donde también se recuerda a los voluntarios que ayudaron a la República en la guerra.

lunes, 13 de abril de 2015

Primer homenaje en Gales a Archibald Dickson

Memorial to the Stanbrook in Alicante harbour
 
08 Apr 2015
 
Wales belatedly honours a home-grown hero who is worshipped in Spain
 
A Welshman revered on the Costa Blanca thanks to his rescue of more than 2,500 civil war refugees will be commemorated for the first time in Cardiff
 
Despite saving the lives of 2,638 people during the final days of the Spanish Civil War, ship captain Archibald Dickson’s name is virtually unheard of in his home city of Cardiff.
 
But 76 years on from his act of bravery amid scenes of chaos in Alicante, the people of the Welsh capital will gather on Sunday, April 12, for a long-overdue memorial service.
 
On March 29 1939, up to 30,000 supporters of the fallen Republic and their families arrived at the port in Alicante, in the hope of fleeing Spain and General Franco's approaching nationalist troops.
 
Unfortunately for them, a blockade by Italian destroyers prevented the arrival of almost all of the promised rescue vessels. Only one boat large enough to carry a substantial number of people made it through – the SS Stanbrook steam ship, captained by Dickson.
 
It doesn't appear, though, that 47-year-old Dickson (left) had any political motives for what he did. He'd come to Alicante to pick up a lucrative cargo of saffron and oranges. As more and more people arrived, however, the port authorities begged him to take as many as he could to Algeria. After witnessing the scenes of chaos and desperation he agreed to leave the saffron on the docks and take the refugees instead.
 
As a cargo ship, just 230 feet long, the Stanbrook only had accommodation for its 24 man crew. However, there were soon many hundreds, if not thousands, of people queuing to get on board.
 
According to historian Juan Martínez Leal, after customs officials had processed 900 of them in a relatively orderly fashion, there was a sudden panic, as rumours emerged of imminent attack by the Italian or German air forces who were supporting Franco.
 
Dickson considered withdrawing the gangplank but that might have meant tipping many of the refugees into the water. Instead he allowed 2,638 people on board.
 
“I was only four at the time but I still remember Captain Dickson receiving us as we went up the gangplank,” said Helia González, daughter of a prominent local supporter of the defeated Republic.
 
“I was holding my mother's hand and he picked me up and gave me a kiss on the cheek and put me on the deck. To me on that trip the captain was like God. Everywhere he went I was looking to see where he was because I thought that if he was there everything was all right.”
 
Ten minutes into the journey, fascist aircraft appeared overhead. The sound of explosions came from the port in Alicante and two bombs fell into the water behind the Stanbrook, causing chaos on board as passengers rushed to one side of the boat, causing it to list alarmingly. Conditions were horrendous as refugees were crammed into every corner, most of whom barely even had a change of clothes.
 
“We managed to sit on the curved top of a wooden trunk next to the chimney,” says González.
 
“There was a toilet next to us but you couldn't get in because so many people had gone in there to keep warm, they looked like worms, head to toe, on the floor.”
 
After 22 hours they arrived near Oran in Algeria but the journey still wasn't over. The French colonial authorities refused them permission to disembark. After Dickson went onshore to negotiate, they allowed the women, children, elderly and injured to leave but the men would remain there for almost another month. Even after that their suffering wasn't over. Many of them were interned in concentration camps.
 
Helia González with her younger sister Alicia and the rest of her family in Algeria in the 1940s (Helia González)
 
Although the González family was able to return to Spain in 1949 (thanks, says Helia, to the help of a grateful priest who her father had saved during the war), during Franco's dictatorship they weren't able to talk openly about what they'd been through. After the return of democracy there was still little official appetite to remember the past. The first plaque commemorating the refugees and Alicante's role as the last place to fall to Franco was erected in the port just last year by the Civic Association for the Recovery of Historic Memory.
 
Archibald Dickson's own family knew almost nothing about his heroism until just a few years ago. In November 1939, six months after returning from Algeria, the Stanbrook was hit by a torpedo from a German U-boat and all onboard, including Dickson, were killed, taking their story with them.
 
The captain’s son, Arnold Dickson, now 80, still sounds emotional when he talks about the moment he first realised what the name of his father means to so many people in Spain. He and his sister Dorothy Richardson visited Alicante in 2009 for a ceremony remembering the Stanbrook, and he says they were “lionised”.
 
“I felt very humbled,” he says. “There must have been up to 3,000 people there. They wanted to thank my father but he wasn't there so we were the only way they could express their gratitude. I met two sisters who told me 'we wouldn't be here if it wasn't for your father'."
 
An extract from a letter sent by Dickson to the Sunday Dispatch newspaper in London on April 3 1939, outlining the circumstances of the rescue
 
As the last generation to remember the civil war passes, it is becoming easier for the descendants of the defeated to remember their heroes and those who were lost. As of 2011 there is, officially at least, a street named after the Stanbrook in Alicante, although it has yet to appear on most maps.
 
One day, survivors hope, Archibald Dickson will receive a similar honour. And this weekend, he’ll receive his first recognition at home, when a plaque to him is unveiled at the Mansion House in Cardiff. The event has been organised by the International Brigade Memorial Trust, which exists to keep alive the memory of the men and women from Britain, Ireland and elsewhere who volunteered to defend democracy and fight fascism in Spain from 1936 to 1939.
 
In the meantime, for a few very elderly people, who were very young at the end of the civil war, no memorial to the Welsh captain can ever repay the debt that they feel.

International Brigade Memorial Trust:

11-12 April CARDIFF

11/04/2015 to 12/04/2015
Programme of events to commemorate Archibald Dickson, Cardiff-based master of the Stanbrook, and other seafarers who ran the blockade of Spanish Republican ports. A delegation from the Association for the Recovery of Historical Memory in Alicante (from where the Stanbrook rescued thousands of Republican refugees) will lay flowers at the International Brigade memorial in Peace Park, Cathays Park, Cardiff at 4.30pm on Saturday 11 April followed by a visit to Cardiff Bay to see the Memorial to Seafarers. A memorial plaque for Archibald Dickson and the crew of the Stanbrook will be unveiled at 10.30am on Sunday morning at Mansion House, Richmond Rd, Cardiff CF24 3UN. Café facilities at Unite (1 Cathedral Rd, Cardiff CF11 9SD) will be available from 12 noon to 5pm, during which the 1938 film "Britain Expects" (16 minutes) about attacks on British seafarers and ships during the Spanish Civil War will be shown. The Red Choir will perform at the Gatekeeper pub (9-10 Westgate St, Cardiff CF10 1DD) in the evening, between 7pm to 10.30pm.

Homenaje en Cardiff su ciudad natal

lunes, 30 de marzo de 2015

76 aniversario de la partida del Stanbrook por Helia Gonzalez

Helia González y Rafa Arnal
La Veu PV - Rafa Arnal 26/3/15
"El 28 de març de 1939 al voltant de 3000 persones eixírem del port d'Alacant amb un vaixell carboner, l'Stanbrook .../... el Capità Dickson i la seua vintena de tripulants ens portaren al port de Metz-el -Kebir, en Orá .../... Les condicions  d'amuntegament, de fred, de fam, de por, d'inseguretat per un futur incert configuraven la nostra situació. Però així mateix era l'única  esperança que ens quedava .../...  El patiment dels homes  en els camps de concentració fou indescriptible, la vida de les famílies a l'Algèria que ja es preparava a patir la fellonia del Mariscal Petain i la segona guerra mundial, fou de misèria i de  dolor. Molts de espanyols emigrants  i  molts de francesos ajudaren els exiliats que arribaren finalment, a portar una vida digna.

 Ens havíem alliberat de la repressió franquista, de segur que havia valgut la pena.

 Gracies pel vostre record.

 Hèlia"

lunes, 9 de marzo de 2015

Mujeres ceutíes, Historias de libertad (I)

Prisión del Hacho
 
Por Francisco Sánchez Montoya en Historia de Ceuta y el Protectorado español
1-3-2015
 
El próximo domingo 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer con ello se intenta visualizar su lucha, su participación en la sociedad, y en su desarrollo íntegro. Y también de recordatorio de las que dieron sus vidas por un país en igualdad y en libertad, en tiempos difíciles. Mi modesto homenaje a estas mujeres ceutíes lo quiero sintetizar en las que sufrieron represión y cárcel, tan solo por intentar ser libres. Durante los próximos domingos publicaré historias de libertad de mujeres ceutíes, como Isabel Mesa, Antonia Céspedes, Antonia Pérez Padín, África de las Heras, Antonia Castillo, Nani Bermúdez…
 
Comencemos con la ceutí Isabel Mesa, fue una activa militante de la CNT en Ceuta durante la Segunda República, un primer dato lo tenemos en aquella multitudinaria celebración del 1º de mayo de 1931. Las ilusiones despertadas tras el cambio de régimen facilitaron el fortalecimiento de las organizaciones obreras. El tradicional dominio del ejército, junto con la burguesía ceutí, fue sustituida por las alianzas de los sectores emergentes de la sociedad civil, más comprometida con las necesidades de la población.
 
Los anarquistas se hicieron un hueco muy importante entre la población obrera ceutí, ganando cada día más adeptos, su sede en la calle Linares, siempre estaba repleta de militantes. El 1º de mayo organizaron un acto de reafirmación sindical en el teatro Cervantes, la mesa presidencial estaba formada por los anarcosindicalistas más representativos de la ciudad como Pedro Vera o Andrés Garrido, y junto a ellos la joven Isabel Mesa que tras tomar la palabra insistió –como destaca la prensa- en la lucha social y libertaria de la mujer, conseguir las seis horas de trabajo y que se concedan al obrero el jornal necesario para poder vivir dignamente, así como la igualdad de la mujer dentro de la sociedad ceutí.
 
Isabel Mesa, pertenecía dentro de la CNT al Sindicato de Obreros de la Aguja, donde tenía el numero uno. Su actividad sindical fue principalmente en la organización de mujeres trabajadoras. Hubo una huelga en la fábrica de conservas y la empresa trajo engañadas a unas mujeres del Protectorado que cobraban menos de la mitad que las de Ceuta. Isabel habló con ellas para que se unieran, lo consiguió, y terminó la huelga con las reivindicaciones conseguidas.
 
Al tener conocimiento del golpe en la tarde del 17 de julio y poco antes de que una patrulla se personara en su casa pudo huir hacia la costa malagueña en un pequeño falucho, junto a 12 compañeros más. Permaneció en Málaga durante varios meses, y a mediados de 1937 llegó a Valencia, trabajando durante toda la guerra de enfermera.
 
La historiadora valenciana Pilar Molina, estuvo cerca de ella en sus últimos años y nos relata los hechos. Participó en el Congreso de constitución de la Federación Nacional de Mujeres Libres, llegando a ser secretaria de la agrupación local. Isabel, como recuerda la historiadora, siempre decía: “La mujer siempre ha tenido que luchar mucho, no solo teníamos que sembrar las ideas sino luchar contra algunos de los que estaban con nosotros sembrando, la mujer y el hombre tienen que ir caminando juntos, buscando la libertad, codo con codo o cogido de la mano”.
 
Tras la caída de Valencia huye hacia el puerto de Alicante, pero al no llegar el barco que esperaban junto a cientos de republicanos se marcha a Almería a pie, se cambia el nombre por el de Carmen Delgado y luego a Málaga, donde en el año 1941 crea con otras compañeros el periódico clandestino El Faro de Málaga, tal vez pensando en el diario de Ceuta “El Faro”.
 
Nunca se resignó a quedarse relegada a las tareas del hogar, como imponía el régimen, y siguió en la lucha. Descubierta por la policía es procesada y condenada a dos penas de muerte. Vuelve a Valencia y junto a otras compañeras promueve la creación del colectivo de mujeres Unión de Mujeres Demócratas, organización clandestina para ayudar a las personas presas y a sus familias y con actividades en contra de la dictadura.
 
Monta un quiosco junto a Maruja Lara, compañera anarquista inseparable, empeñada en las mismas luchas; en la trastienda tenían la prensa anarquista. En el año 1956 es detenida y durante ocho días es torturada en la comisaría de la calle Samaniego de Valencia. Posteriormente colaboró en la formación de colectivos libertarios como “Libre Estudio”, la Federación de pensionistas de la CNT, “Radio Klara” y el Ateneo Libertario “Al Margen” y perteneció a Dones Lliures y a la Fundación Salvador Seguí de Valencia.
 
ATENEO LIBERTARIO
La historiadora Pilar Molina recuerda las últimas palabras de Isabel, fallecida en febrero de 2002. “Teníamos un Ateneo Libertario en Ceuta, donde se enseñaba a leer y a escribir a los obreros; también música, pintura, esperanto, se hacían asambleas, se hablaba de Revolución, de libertad de ideas. Era una juventud bonita de verdad. Los carpinteros hicieron una vitrina y cada persona llevó los libros que pudo. En mi casa había bastantes libros, que llevamos también. Entonces empezamos a escribir pidiendo más libros a otras ciudades. Si los que recibíamos estaban repetidos los repartíamos ¡Hicimos una biblioteca, chula de verdad! Poníamos bancos de madera porque no teníamos sillas yo era la bibliotecaria. Cuando se proclamó la República la primera bandera que ondeó en el monte Hacho de Ceuta, fue un abrigo mío que era rojo por fuera con el forro negro. Aprendimos que es la anarquía de la mano de Isabel, no sólo por lo que nos contaba del periodo tan difícil que le tocó vivir y que afrontó con valentía, sino por su ejemplo en la vida cotidiana, siempre solidaria. En los últimos momentos nos seguía hablando de libertad, fraternidad…, nos pidió que la recordáramos como Isabel mesa, que la envolviéramos con la bandera rojinegra y todas juntas cantáramos “A las barricadas”. Su idea de lo que es el anarquismo, define toda su vida: “El anarquismo es una senda maravillosa, pero muy escabrosa. Pero hay que seguirla. Y una vez estás en ella no la puedes soltar, te envuelve, te embriaga. El anarquismo es amor, libertad, igualdad, humanidad de todas las condiciones. ¡Ni fronteras, ni color, ni razas, ni banderas! En el anarquismo no hay más que humanidad, sentimientos humanos, aspiramos a todo aquello máximo que se pueda llegar”, cuenta la historiadora Pilar Molina.
 
Antonia Céspedes Gallego
Fueron muchas las mujeres ceutíes que lucharon por una sociedad mejor en libertad y en democracia, desgraciadamente solo nos han llegado los nombres de unas pocas. Pero al menos, que de estas pocas, no se olviden sus nombres. Pero, si tuviéramos que destacar alguna, sería sin duda Antonia Céspedes Gallego, una mujer de fuertes convicciones, de igualdad, solidaridad, y firmeza por sus ideales. Y lo pagó hace ocho décadas con su vida, su cuerpo apareció con un disparo, en la ladera junto a la cárcel del Sarchal, donde se encontraba detenida.
 
Un grupo de falangistas la sacaron en la madrugada del 21 de enero de 1937, y la asesinaron, tenía tan sólo 46 años. Cariñosamente era conocida como “la latera”. La deuda que tenemos con estas ceutíes es imposible de pagar. Antonia Céspedes es un símbolo de otras muchas mujeres que sufrieron esa brutal represión. Mujer adelantada para su época, siempre en primera línea en las reivindicaciones sindicales y mejoras para la mujer, en perpetua actividad por la igualdad de la mujer ceutí trabajadora. Era una persona humilde, vivía en el patio Centenero, una gran luchadora siempre cerca de la más necesitada.
 
También tenemos constancia por la prensa de su actividad sindical, ella trabajaba en la fábrica de conservas, junto a la playa de la Ribera. En mayo de 1931, lideró una huelga para conseguir mejoras para las trabajadoras entre otras reivindicaciones pedía jornada laboral, horarios, salarios e higiene.
 
Lanzaron un manifiesto que se reprodujo en la prensa: “No permitáis que embarquen vasijas y menos aún dejar desembarcar pescado para ninguna fábrica de la península, que proceda de Ceuta, porque perjudicáis grandemente la lucha de estas bravas compañeras” y terminaba el manifiesto con: ¡Trabajadores! ¡No olvidéis este llamamiento! proceded con energía a todo intento de perjuicios contra nuestras compañeras. El comité de huelga. Ceuta, 18 de junio de 1.931″.
 
Tras el golpe militar, fue sacada de su modesta vivienda y trasladada a la prisión de mujeres en el Sarchal, donde se encuentra con otras ceutíes que también fueron detenidas por su militancia republicana y su lucha social. Allí con muchas penurias junto a sus compañeras pasan las horas en el fortín habilitado como cárcel, en espera de acontecimientos.
 
La represión desencadenada fue tan intensa y extendida que no sólo la sufrieron los que habían defendido la República con su labor política y sindical, sino que también cayó la misma sobre aquellos que eran simplemente más abiertos, los incrédulos por cualquier motivo, los que habían destacado en empresas culturales y actividades públicas o simplemente aquellos denunciados por rencillas personales, odios y deudas, de los que se nutrieron las cárceles ceutíes y zona del Protectorado español en Marruecos. Sin embargo, la represión ha caído en el olvido de la memoria histórica de la contienda civil, lo que ha motivado que aún se mantenga que en Ceuta, Melilla y en el Protectorado no pasó nada.
 
Tras la proclamación del estado de guerra Ceuta se convierte en una ciudad llena de miedos y recelos. Desde la misma madrugada del 18 de julio las fuerzas sublevadas, con la ayuda de patrullas de falangistas, comienzan las detenciones selectivas y asaltos a las sedes de los sindicatos y partidos políticos. El comandante general y jefe de la Circunscripción Occidental, teniente coronel Gautier, el 18 de julio de 1936, emitió un duro comunicado: “El que desobedezca las prescripciones de los bandos, publicados anteriormente, será pasado por las armas, sin previo juicio sumarísimo”.
 
En septiembre, el juzgado militar le envía un oficio donde le comunica que se le realizará un consejo de guerra. El día 16, de madrugada fue trasladada al acuartelamiento de Sanidad (hoy manzana del Rebellin). Se le encuadró en un magro juicio contra sindicalistas ceutíes, ella es la única mujer, en total fueron 50 y bajo un mismo epígrafe: “adhesión a la rebelión”, se les dividió en cuatro grupos, tres de doce y uno de catorce. Fueron fusilados veintiséis y el resto a largas condenas. En este consejo de guerra estaba el destacado dirigente sindical, empleado de la empresa de alumbrado y fundador en 1934 del partido Sindicalista, Luis Castillejo, quien seria fusilado.
 
Tras entrar en la sala habilitada para los consejos de guerra, Antonia Céspedes, está frente al estrado, se da lectura al apuntamiento por parte del relator. La lectura se prolonga durante pocos minutos; en ella se da la relación de nombres, seguidos de las acusaciones. Cuando concluye el relator se inicia el interrogatorio, contestando con simples monosílabos a las preguntas que le formula. A continuación se produce un descanso para que el fiscal y el defensor consulten sus notas y preparen las conclusiones finales. Después de media hora se reanuda el juicio con la intervención del fiscal. El consejo de guerra falló pena de muerte, pero a los pocos días se le sustituyó por cadena perpetua y trasladada a la cárcel de mujeres del Sarchal.
 
En el consejo de guerra, ya se le acusaba de ayudar a otras mujeres: “Se le acusa de incitar a las mujeres, ya que en una de las últimas huelgas fue por las casas sacando a las muchachas que trabajaban en el servicio doméstico, para conseguir mejoras sociales y en las elecciones del 16 de febrero de 1936, fue apoderada en una mesa apoyando al candidato del PSOE Manuel Martínez Pedroso”.
 
CONSEJO DE GUERRA JUNTO A 50 SINDICALISTAS
Fue juzgada junto a cincuenta sindicalistas, con aquel macro juicio las fuerzas militares sublevadas querían crear el pánico y el terror entre la clase obrera ceutí, se les dividió en cuatro grupos, en el de Antonia Céspedes, eran catorce: Francisco Serrano, Baldomero Álvarez, Juan Mateo, Luis Moyano, Antonio Vázquez, Antonio Tomeu, Antonio Frías, Ernesto Attias, Rafael Sánchez, Antonio Soto, Federico Martín, Isidoro Expresati y Francisco Castillejo. Otro de los inculpados fue el zapatero Francisco Garrucho, a quien se le acusó de que en su modesto taller de la calle Peligro se celebraban reuniones. El 3 de noviembre se celebró el consejo de guerra, estando presidido por el coronel de Ingenieros Ricardo Seco de la Garza, fallando largas condenas para nueve de los juzgados y penas de muerte para Martín Cortés, Garrucho Pavón, Soto Vargas, Vázquez Soler y Antonia Céspedes Gallego; ésta fue indultada, pero ejecutada en la madrugada del 21 de enero de 1937. El 17 de noviembre a las 08,30 horas, se llevaron a cabo las ejecuciones de sus compañeros de juicio por un piquete de la Falange de los que constituían el destacamento de la prisión de García Aldave.

sábado, 18 de octubre de 2014

Matías Gimeno - La historia oculta

 
El Faro digital - Francisco Sánchez Montoya 28/10/14
El 29 de septiembre de hace 70 años, un joven soldado valenciano fallecía en Ceuta, su compañero de milicia y paisano Matías Gimeno, narró la historia que ocultó, en el diario El País: “No falleció de apendicitis como se le comunicó a la familia de la víctima, sino por la agresión de un mando que acosaba a los reclutas por "rojos".
 
Juan Bautista García Sales, estaba destinado en el primer Batallón de Autos de Marruecos. Matías continúa con su narración… “cometió el error de confundir el paso durante la instrucción que realizaba en la explanada del puerto de Ceuta. Y lo pagó con su vida, tras una agonía de 11 días en el hospital militar. El Ejército echó tierra sobre el asunto: comunicó a la familia que había fallecido como consecuencia de una peritonitis. Fue una injusticia muy grande y no se podía hacer nada. La dictadura era un muro inmenso, el brigada le golpeó en la cabeza y empezó a echar sangre por la boca y los oídos. Lo reventó". 
 
Matías Gimeno Orts, de Roca, la vecina pedanía de Meliana (Valencia), recibió un permiso de 11 días con el encargo de entregar a la familia del fallecido su ropa y pertenencias. Era su mejor amigo. Batiste, como era conocido por familiares y amigos, había muerto con la cabeza sobre su brazo el día de San Miguel (29 de septiembre) a las siete y media de la tarde, dos días después de haber cumplido 22 años. Matías presenció lo ocurrido y 70 años después todavía no ha podido olvidarlo, cuenta al periodista del País. Ahora tiene 92. Es un labrador retirado que vive el último tramo de su vida rodeado de jaulas con jilgueros, pardillos y verderones, y no quiere morir sin que se sepa la verdad sobre la muerte de Batiste, a quien define como "una bellísima persona, un brigada nos tenía ojeriza a los valencianos porque veníamos de zona republicana. Había terminado la guerra y aquí éramos rojos. Nos insultaba constantemente".

Matías lo estuvo visitando en la cama número 83 del hospital militar de O´Donnell hasta el momento de su muerte. Ese día recibió un recado desde el hospital: "Si quieres ver a Bautista vivo, ven, que está muy malito". A los parientes se les recomendó que mejor no fueran a verlo. Los compañeros pasaron la gorra y pagaron un nicho en el cementerio de Santa Catalina, del que cinco años después, sin aviso, fue exhumado y trasladado a una fosa. Desde entonces reposan allí sus restos. Batiste había estado de permiso en Foios un mes antes de morir, por las fiestas del pueblo. Hacía 11 meses que había salido de allí para cumplir el servicio militar. Batiste trabajaba de mecánico en Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha y ayudaba a sus dos hermanos en el campo. Aunque el ambiente en los talleres de FEVE estaba muy politizado durante la guerra, Batiste no había militado en ningún partido ni sindicato. 

Pero con la llegada de la democracia, Matías Gimeno contó la verdad al periodista Miquel Alberola del diario El País. Un sobrino del soldado asesinado, el periodista Vicent García Devís, había iniciado una investigación a raíz del testimonio de Matías Gimeno, el soldado que presenció la muerte violenta de su amigo desde una fila del mismo batallón. Y Matías se lo contó a Vicente García Sales, el hermano de Batiste y padre de Vicent: "Mi padre me transmitió ese malestar, que es como una herida familiar sin cerrar, y sentí que tenía que hacer algo".

Hace 23 años, que Vicent acudió al Ayuntamiento de Ceuta, consiguió una fotocopia del libro de defunciones y averiguó en qué nicho había sido enterrado su tío. Iba con el propósito de recuperar sus restos para llevarlos al cementerio de Foios e inhumarlos junto a los de sus abuelos. "Me los habría traído en una caja de zapatos si hubiese podido", se sincera. Pero se encontró con que el nicho estaba ocupado por los restos de otra persona: "Por lo visto, los amigos, que debían de tener muy poco dinero, adquirieron una concesión de uso de solo cinco años, pero nadie preguntó a la familia si la quería renovar". Tras una investigación posterior descubrió que sus restos, "en solo tres minutos", habían sido retirados del nicho y depositados en la fosa del patio número cinco. "Lo primero que hice fue llevarle un ramo de flores, el primero que podía ofrecerle la familia después de tantos años. Tomé una fotografía y la mostré a mis parientes".
 
Investigar lo sucedido
Vicent García, sobrino de Batiste, se sentía impulsado a hacer lo posible para reparar su memoria… "Lo hice sin decir para qué quería la información, ya que en el ámbito militar todo va gota a gota y siempre te dan lo mínimo". Así obtuvo el expediente personal de Batiste, con el documento que el jefe del Batallón de Autos de Marruecos mandó a la Guardia Civil para que, dos días antes de su fallecimiento, comunicara a la familia que el soldado "se encuentra mejorando de la enfermedad que padece". Y encontró el expediente del hospital militar, cuyo resumen histórico detalla que el soldado ingresó con "apendicitis": Presenta fuertes dolores en fosa ilíaca derecha y defensas en paredes. Fórmula y recuentos elevados. 16.600 leucocitos. Intervenido mediante raquianestesia, se encuentra el apéndice en malas condiciones, se le extirpa y se le coloca un drenaje de goma. Se da parte de gravedad por peritonitis consecutiva de apendicitis.
 
Homenaje en Ceuta por parte de Memoria Histórica del País Valenciano
El Grupo de Memoria Histórica del País Valenciano, le rindió junto a sus familiares un homenaje en Ceuta, a instancias del sobrino de Batiste, Vicent García, con la ayuda del consejo del Grupo de Recuperación de Memoria Histórica de la Fundació Societat i Progrés, representada en Matías Alonso.  Se desplazaron hasta el cementerio de Santa Catalina, donde se descubrió una placa. Tomo la palabra Vicent, habló a los presentes en este modesto pero emotivo homenaje, para concluir con la reproducción de una grabación que portaban, en el silencio del cementerio sonó la “Muixeranga”, una canción tradicional valenciana. Vicent García comenta sobre ese acto en Ceuta: "En el eché en falta alguna referencia a la soledad, a la falta de reparación simbólica por parte de las autoridades democráticas. A la clandestinidad, a que ninguna autoridad civil, ni militar acudió al acto, a que no hemos recibido ni una sola nota de reparación simbólica por las autoridades democráticas de Ceuta o de la península, como representantes del Estado. Eso, me hubiera gustado, porque era la idea medular de la reclamación. Nadie quiere venganza, pero parece que las autoridades hacen oídos sordos a todo lo que es todavía nuestro doloroso presente” concluyó Vicent García.

“Vicent García Devís ha viajada por medio mundo, y se le quedaba el gusanillo con la historia”, recuerda Amparo Gimeno, la hija de Matías Gimeno: “Le quedaba la pena y hablando un día mi hermana con otra chica de aquí, resulta que casi son familia y le presentó a Vicent. ‘Si lo que tú me cuentas de tu padre cuando hizo el servicio militar, casi que es la misma del mío. ¿Podríamos ir a hablar con tu padre, y ver si coinciden las fechas y los datos?, preguntó Vicent”, Hasta ahora, los últimos represaliados comprobados eran de agosto de 1944. Fue precisamente gracias a estas historias con las que Matías Gimeno hacía pasar el rato a sus hijos como la familia del soldado Batiste descubrió la existencia de un testigo presencial de los hechos que aún vivía. “En mi familia preferían ocultarlo, pero nos lo habían contado mis padres, mis tíos. Todos sabían la verdad”, explica Vicent. Gimeno también contó, en cuando pudo, lo que pasó, y fue una censura impuesta por ellos mismos.

En este 29 de septiembre se cumplen 70 años de la muerte de Batiste, su sobrino, el periodista Vicent García Devís, asegura: “Juan Bautista García Sales, “Batiste”, como le llamaban en casa, murió asesinado en Ceuta, mientras realizaba su servicio militar. Salió de su pueblo, Foios, acompañado de su hermana Rosario, en plena semana fallera de 1943. Era mecánico de trenes y nunca había salido de Valencia. Tres días duró el viaje, recorrió 808 kilómetros. En septiembre de 1944, Batiste fue ingresado en el Hospital militar con un fuerte derrame interno, tras los golpes que le propinó el suboficial, porque había perdido el paso”.  Vicent continua con su relato: “Pero, como tantas otras falacias y mentiras médicas de la época, Batiste murió en brazos de su amigo Matías, oficialmente de una septicemia provocada por una apendicitis mal resuelta. Su madre, Amparo, viuda, con 9 hijos a su cargo, recibió un telegrama oficial el día anterior asegurando que su hijo mejoraba y que se encontraba bien: ¡que no viajaran a Ceuta que pronto se repondría!”, concluyó García Devis.
 
Agosto de 1944
En el año que falleció Batiste, fueron fusilados las tres últimas víctimas de la represión en Ceuta, los alicantinos Congost, Reinares y Ramón Valls. La frase "siempre nos queda Tánger" era la más pronunciada por los cientos de republicanos que desde Ceuta, el Protectorado en Marruecos y las ciudades costeras andaluzas huían del golpe. Desde un primer momento en Tánger se crea una resistencia al franquismo, realizando desde la finalización de la Guerra reuniones en Ceuta y en las vecinas ciudades del protectorado, Tetuán o Larache. Los servicios secretos de Franco los tienen vigilados, pero no pueden detenerlos. Esta resistencia tiene su fin cuando las tropas de Franco toman Tánger en junio de 1940, muchos pudieron huir a Casablanca, protectorado Francés o vía Marsella al exilio europeo y después al continente americano. Otros se quedaron en Tánger continuando con la resistencia al régimen. La resistencia estaba liderada por el socialista Antonio Castilla.  En uno de sus múltiples contactos con los exiliados en Casablanca, les piden que necesitan a un delegado para su apoyo, ya que ellos al ser conocidos en la ciudad están muy vigilados por la policía. Recordemos que en Casablanca se encontraban numerosos españoles exiliados, sobre todo alicantinos, quienes al terminar la guerra pueden huir por los puertos del levante español y cruzar hacia Argelia. Allí tras estar detenidos en los campos de concentración, y pasar penalidades, muchos logran pasar a Casablanca. Tras este llamamiento, se desplaza en agosto de 1941, José Congost. Como el trabajo de captación va en aumento, el recién llegado requiere nuevamente de Casablanca el envío de otros compañeros y a los pocos meses llegaron los jóvenes alicantinos Antonio Réinales, Ramón Valls y Adelo Aguado.

sábado, 6 de septiembre de 2014

Sánchez Prado represión familiar


Francisco Sánchez Montoya - El Faro Digital.es 31/7/14
El 5 de septiembre se cumpliran 78 años del fusilamiento del alcalde republicano de Ceuta Antonio López Sánchez Prado. En sus últimas horas en espera de la ejecución pensaría que con ello se terminaban los sufrimientos y represión sobre su familia. Pero no fue así, y en 1940 estaban en una cárcel sevillana su mujer y su hija por luchar contra la dictadura franquista.
 
Dolores Escacena, no podía, pese al cariño, continuar por más tiempo en Ceuta y cruzarse en la calle con personajes que se sumaron al golpe y contribuyeron al asesinato de su marido. Es una mujer joven, con tan solo cuarenta años. Le ofrecieron regentar una pensión en Sevilla y con ello poder conseguir sacar a la familia adelante, tenia cuatro hijos. La situación económica en la que quedó era muy angustiosa, en el consejo de guerra se detalló que apenas tenían 19,50 pesetas en el banco y ninguna propiedad.

Pero no conforme con esto, la Falange local le requisó su vehículo, un Chevrolet de 1935. Su amigo el farmacéutico Joaquín Alonso ayudó en todo lo que pudo a la viuda, vendiendo el instrumental médico de su consulta de la calle Real, frente a la Iglesia de Los Remedios. Días antes de ser fusilado dejó dicho que algunas piezas se las regalasen al prestigioso otorrinolaringólogo malagueño Lazarraga. Este, durante los últimos años, pasaba consulta cada mes en la de Sánchez Prado.

En abril de 1937 ya estaba la familia del Alcalde en la capital hispalense regentando una modesta casa de huéspedes. Parece que las cosas podrían enderezarse, a pesar del drama vivido. Incluso su hija Carmen, de veinte años, consiguió trabajo en el diario El Correo de Andalucía y en Ediciones Beti, aunque estuvo muy poco tiempo, ya que al tener conocimiento la empresa del pasado de su padre sería despedida.

Dolores Escacena, desde su llegada a Sevilla, comenzó a contactar con otros militantes de izquierda que habían creado una pequeña resistencia al franquismo. La policía la vigilaba porque sospechaba de sus reuniones y le seguía muy de cerca, pero lo que más deseaban era detener a todos los miembros de la izquierda sevillana. La brigada policial urdió un plan para hacer que Dolores les llevara sin saberlo a los dirigentes. Y así fue como en la mañana del 3 de noviembre de 1938 se presenta en la pensión una joven con una carta escrita por la socialista Emilia Tovar dirigida a ella, donde le explica que se encuentra en la cárcel de Granada.

En dicha carta le pide que ayude a esta joven, que porta la carta, por estar perseguida y con el deseo de combatir contra el régimen. El nombre ficticio de la policía secreta, Ana Ochoa. La mujer de Sánchez Prado le manifiesta que le ofrecerá toda la ayuda posible y le presentará a los diferentes enlaces de la izquierda sevillana. Su hija Carmen, consciente de la barbarie cometido a su padre en Ceuta, le insiste en ayudarla siempre que su madre se lo permita. Tras la aprobación le comenta que no se preocupara, que le presentará a un enlace del Partido Comunista en el periódico donde ella trabajaba.

Dolores Escacena y la falsa dirigente socialista Ana Ochoa se dirigen a la casa de las hermanas Fernández Ballesteros. El hermano de estas, era un dirigente del PSOE en Sevilla, pero tras el golpe tuvo que huir y se encontraba en el consulado del Gobierno de la República en Gibraltar. Las hermanas le comentan que viniendo de la viuda de Sánchez Prado le ayudarán en todo lo que puedan. Al salir, Dolores le comenta que se comunicaban con su hermano Alberto en Gibraltar a través de un inglés que viene a Sevilla.     

Después se dirigieron a la Mutualidad Andaluza de Viajantes, una vez allí le presenta al encargado, Manuel Bueno, quien le manifestó que era una persona de izquierda, aunque como falangista pasaba desapercibido. Le comentó: “Estoy escribiendo un libro sobre el movimiento si cayera en manos de Franco me fusilaba”, añadiendo que el Partido Comunista en Sevilla estaba nuevamente cogiendo mucha fuerza.

La ficticia militante de izquierda, continúa casi diariamente visitando a la mujer de Sánchez Prado y esta acompañándola a los miembros de la izquierda sevillana. A los ocho meses, la brigada policial estima que tiene todos los datos y se pone en marcha. La maquinaria represiva se puso en marcha y son cientos los detenidos. El 28 de junio de 1939 la policía se persona en la pensión de la mujer de Sánchez Prado y la detiene junto a su hija y su cuñado.

Vuelven a vivir aquella trágica madrugada del 18 de julio en Ceuta cuando detuvieron a su marido. Madre e hija estarán en prisión hasta 1940. A los pocos años, el 20 de abril de 1946, su hija Carmen falleció debido a las penurias pasadas en la cárcel. Dolores Escacena Carreño fue una mujer fuerte, con personalidad y llena de recuerdos. Se trasladó a Madrid donde vivió junto a su familia sus últimos años, falleciendo el 16 de febrero de 1993. La inhumación se produjo al día siguiente en el cementerio de La Almudena.

En las guerras civiles, la violencia fuera de los frentes se ha basado con mucha frecuencia en motivos sórdidos, venganzas personales, envidias y rencores. Uno de los ejes fundamentales del aparato represivo del régimen franquista fue el encarcelamiento masivo de todo aquel que formaba parte la anti-España, convirtiéndose la cuerda de presos en la imagen habitual de la posguerra. En diciembre de 1939 había más de 270 mil reclusos en España. Repartidos por decenas de centros de reclusión, la mayoría de ellos improvisados y sin las mínimas condiciones de habitabilidad e higiene.
 
Tribunal de responsabilidades políticas
La mujer del alcalde, Dolores, recibió el 6 de noviembre de 1939, una notificación del Tribunal de Responsabilidades Políticas imponiéndole una multa por las actividades de su marido.  Donde se indicaba que el medico y alcalde Sánchez Prado estaba en ‘paradero desconocido’. Seis meses después recibe otra notificación imponiéndole una multa y dándole un plazo para un posible recurso. No pudo presentarlo, no solo por la desolación tras el asesinato de su marido, sino porque ella y su hija Carmen se encontraban en la cárcel de Sevilla. En 1940 la sentencia se hizo firme: “Resultando que dictada la sentencia le fue notificada al condenado, quien dejó transcurrir el tiempo que la Ley señala, sin que haya utilizado recurso contra la misma, se declara firme la sentencia dictada en este expediente de Responsabilidad Política contra Antonio López Sánchez Prado, al que se le notificará en forma, haciéndolo en su domicilio. Se le requiere para que en el plazo de veinte días haga efectiva la sanción económica”.
 
¿Homenaje de la Ciudad Autónoma?
Este viernes, 5 de septiembre se conmemora el fusilamiento del Alcalde de Ceuta Antonio López Sánchez Prado. Todos los años se organizan por parte de algunos partidos, sindicatos y asociaciones algún acto con la colocación de unas flores en la estatua de la Gran Vía. Creo que las autoridades locales deberían encargarse de perpetuar su significado y organizar un acto institucional donde estén presentes todos los concejales, sindicatos y ciudadanos que se quieran sumar al acto. Ese día de 1936, en los albores de la Guerra Civil, no solo se fusilaba al alcalde más querido por los ceutíes, si no a la propia democracia.

Y, además, precisamente fue la Ciudad Autónoma la que cimentó la estatua, que realizó el estudio de los hermanos Predrajas. Es raro el día que alguien no deja un ramillete de claveles en su estatua. Y deberían ser las autoridades, en este caso comandadas por la Ciudad Autónoma, las que tienen que contribuir a que este trágico aniversario nunca se olvide y que nuestros hijos sepan qué significó aquella lucha por la democracia de hombres como este Alcalde. Fue un modelo para muchos. Médico antes que político, su detención y posterior ejecución causó conmoción en una sociedad ceutí que admiraba a este benefactor facultativo y para quien esta figura representa, como Alcalde, la esencia y lucha por la democracia.

Es una pena que fechas como ésta terminen pasando desapercibidas para la ciudadanía y solo unos pocos las recuerden.?Las instituciones deberían precisamente perpetuar ese recuerdo. En Andalucía se hace con Blas Infante, asistiendo la Presidenta de la Junta, en Cataluña partidos e instituciones, en nombre de la Generalitat de Catalunya, rinden homenaje a Lluís Companys…

El Alcalde y médico de profesión, es el símbolo que se eternizó con el regreso a la democracia en nuestra ciudad. Su figura representa la lucha contra las dictaduras por la que dio su vida. En su consejo de guerra lo dejó bien claro: “Me pude marchar a Tánger, pero mi lugar estaba junto a los ceutíes, que tanto confiaban en mi”. 

A buen seguro, en la soledad de aquel calabozo, de hace casi ocho décadas, todavía el alcalde confiaba y mantenía la esperanza de un posible indulto. Pero no fue así, se recibió desde la Jefatura de las fuerzas militares del norte de África, con sede en Tetuán, el “enterado” y aprobación del fallo del Consejo de Guerra. En su interior sabia que las tropas sublevadas tenían como primer punto crear pánico y miedo entre la población civil con ejecuciones sumarísimas y él en estos dos meses de detención había sido testigo de muchas.

Cuando las manecillas del reloj apenas marcaban los primeros minutos de la madrugada del 5 de septiembre de 1936, el juez militar teniente coronel Ramón Buesa en compañía de su secretario se desplazan desde el acuartelamiento de Sanidad (actual manzana del Rebellín), donde se celebró el consejo de guerra, hacia el Cuartel del Rey, donde el alcalde se encontraba detenido junto a su secretario De la Torre y los vecinos de la barriada del Sarchal, Ángel Guijo y Fidel Vélez. La ejecución se llevó a cabo a las nueve de la mañana, en la playa del Tarajal. El médico forense certificó las muertes y en un furgón de Sanidad militar fueron transportados al deposito de cadáveres del cementerio de Santa Catalina, donde se le entregó por orden del juez militar los cadáveres a los familiares para verificar su entierro, pero dejando bien escrito: “Que no podrá hacerse con pompa”.
 
Alcalde Sánchez Prado, símbolo de la democracia
Cuando los miembros del consejo de guerra leyeron el fallo del “falso” juicio, pensarían que acababan con la misma democracia… "En la Ciudad de Ceuta a cinco de Septiembre de mil novecientos treinta y seis, reunido el Consejo de Guerra de Oficiales generales para ver y fallar la causa instruida por presuntos delitos de rebelión y sedición. Que debe condenar y condena a los procesados Don Antonio López Sánchez Prado, Adolfo de la Torre Guillen, Ángel Guijo Higüero y Fidel Vélez Roldan a la pena de muerte por el delito de rebelión militar”. A las 6,30 de la madrugada llegó el piquete encargado de la ejecución y hacen guardia en la puerta. Tras una agónica madrugada, a las 8,30 los sacaron, en la puerta del cuartel les esperaban dos camionetas de automovilismo y un coche. Algunos civiles, desde las aceras y sobretodo desde las puertas de las casas colindante con el cuartel, “Patio Hachuel”, ven salir a Sánchez Prado junto a sus compañeros, esposados y custodiados por fuerzas militares, en sus rostros se ve la tragedia que les espera. Nadie se atreve a levantar la voz, el miedo los atenaza. Tras recorrer las camionetas los escasos tres kilómetros, llegan a la zona conocida en el Tarajal como “el tripero”, allí un piquete de 20 hombres al mando de un oficial se llevó a cabo la ejecución.