viernes, 20 de julio de 2012

El 18 de julio de 1936 en el puerto de Melilla

El destructor Almirante Valdés saliendo del puerto de Melilla el 18 de julio de 1936

19/7/2012 Carlos Esquembri - Al sur de Alborán
El 15 de agosto de 1936, el diario malagueño El Popular publicó unas declaraciones de Ángel Guevara, maquinista de la Armada, que fue uno de los lideres de la resistencia de las tripulaciones de los destructores Almirante Valdés y Sánchez Barcáiztegui al intento de sus mandos de unirse a la sublevación militar en Melilla el 18 de julio de 1936.

Al conocerse en Madrid las primeras informaciones del inicio de la sublevación militar en Melilla, el Gobierno ordenó a los destructores Lepanto, Almirante Valdés y Sánchez Barcáiztegui que partieran de su base de Cartagena con rumbo a dicha ciudad. Entre sus órdenes estaba el de bombardear los cuarteles y concentraciones de tropas rebeldes y el interceptar cualquier transporte de tropas que encontraran en su camino.Los destructores se presentaron ante Melilla el 18 por la mañana y mientras que el Lepanto permanecía fuera del puerto, el Almirante Vladés y el Sánchez Barcáiztegui atracaron en el muelle ribera donde, según relata Guevara, ya había algunos legionarios apostados.

La llegada de los destructores cogió por sorpresa a los mandos de la sublevación, sobre todo cuando todavía quedaba algún pequeño foco de resistencia ciudadana en la ciudad. Al final, deciden no interferir en la entrada a puerto de los mismos aunque según escribe Arrarás en su historia de la "cruzada", el capitán Bonaplata era partidario de detener inmediatamente a maquinistas y radiotelegrafistas por considerarlos en su mayoría comunistas y ocupar los buques con tropas de la legión para asegurarse la sumisión de la marinería.

Una vez en puerto y conocidos por los mandos de los buques que la ciudad había caído en manos de los sublevados, se envían a unos oficiales a ponerse en contacto con estos y determinar como actuar para apoderarse de los destructores.

Se decide que unas compañías de legionarios desfilen frente a los barcos mientras se les comunica a la tripulación el inicio de la sublevación y se les conmina a que se unan a la misma. El teniente coronel Gazapo se encarga de arengar o intimidar a las tripulaciones para que se unan a la sublevación pero sus palabras no tienen el efecto deseado sino todo lo contrario.

Según relata Guevara, conocidas las intenciones de los mandos de los destructores, él se encara con el Comandante de su buque y le replica que solamente obedecerán las órdenes del Gobierno. El Comandante del destructor le ordena que baje a tierra y telegrafíe al gobierno y Guevara, que se niega a desembarcar, se abre la guerrera y ofreciendo el pecho descubierto dice: Mi comandante, a mi se me mata de frente no por la espalda como a un perro.

Este enfrentamiento verbal anima a la tripulación a actuar y deponer del mando del buque a los sublevados que quedan encerrados en la cámara de oficiales. En estos momentos llegan las fuerzas del tercio y aunque algunos marinos quieren enfrentarse a los legionarios, Guevara lo impide considerando que estaban en inferioridad de condiciones y fingen que se unen a la sublevación. Los legionarios, según El Telegrama del Rif, llegan a desfilar frente a los destructores al grito de Viva la República y Viva el Ejército, mientra que Arrarás escribe que al notar movimientos extraños en los buques los legionarios se desplegaron y parapetaron en previsión de lo pudiera ocurrir. Guevara por su parte dice que los legionarios se acercaron a los buques dando vivas a los marinos y agitando al aire fusiles y gorros. Un teniente coronel y un comandante les felicitaron por la actitud tomada y se marcharon.

Ganada momentáneamente la confianza de las fuerzas sublevadas, las tripulaciones de los destructores aprovecharon para desatracar y salir del puerto de Melilla. Teniendo en cuenta que los oficiales y los comandantes de ambos buques estaban detenidos, esta maniobra se hizo de forma poco hábil y el Almirante Valdés al salir dando atrás del atraque acabó tocando con la popa en el espigón de la bocana del puerto de donde pudo salir por el cabo de remolque que le dió el vapor Monte Toro, llegado en la mañana de ese día con tropas de la legión desde Alhucemas. El Monte Toro también aprovechó la ocasión para abandonar Melilla.

Los destructores llegaron a Málaga donde los mandos que intentaron unirse a la sublevación militar quedaron detenidos y sometidos a consejo de guerra junto con otros mandos y oficiales de la Armada acusados del mismo delito. El consejo de guerra dictó once sentencias de muerte que se cumplieron el 21 de agosto de 1936.

martes, 17 de julio de 2012

Esquela publicada hoy en El País en homenaje a Virgilio Leret y todas las víctimas del franquismo



Hoy 17/7/2012 en el periódico El País la familia de Virgilio Leret publica una esquela a media página en homenaje a su padre y abuelo y a todas las víctimas del terrorismo franquista.


lunes, 9 de julio de 2012

Málaga recuerda el Protectorado Español en Marruecos en su centenario

La Chaouen de los años del Protectorado
foto Francisco García Cortés

Jornadas Cien años del Protectorado Español en Marruecos (1912-2012)
Las jornadas, que se celebrarán desde hoy y hasta el próximo viernes en el Centro de Estudios Hispano-Marroquí y el Ateneo, incluyen conferencias, exposiciones y testimonios de testigos directos

Exposición en el Ateneo. C/ Compañía, 2. Málaga: Fotógrafos en el Protectorado

Europasur.es Pablo Bujalance / Málaga 09.07.2012
Su sola mención todavía despierta algunos recelos en el Magreb, pero lo cierto es que la aprobación de la constitución del Protectorado Español en Marruecos en marzo de 1912 marcó a fuego el devenir del siglo XX en ambos países, además de buena parte de Europa (especialmente Francia) y África. Aquella experiencia, que se mantuvo vigente hasta el 7 de abril de 1956, cuando el Gobierno de Franco declaró la independencia de Marruecos, influyó de manera decisiva en la posición de España en Europa (con consecuencias actualmente visibles) y en su relación con los vecinos norteafricanos, pero también se tradujo en historias políticas, sociales, militares, culturales y familiares, en las que términos como identidad y territorio reforzaron, de manera harto sensible, sus significados y connotaciones. Durante esta semana, Málaga recuerda el centenario de aquella constitución con las jornadas Cien años del Protectorado Español en Marruecos (1912-2012), con conferencias, exposiciones y testimonios dirigidos a alimentar la memoria de un episodio histórico esencial.

Aunque la inauguración de las jornadas se celebró oficialmente el pasado jueves en el Observatorio de Medio Ambiente Urbano (OMAU) con la presencia del alcalde, Francisco de la Torre, y del organizador de las jornadas, Juan José Ponce, el programa de actos arranca formalmente hoy a las 20:00 en el Centro de Estudios Hispano-Marroquí (C/ Muro de San Julián, 33), donde tendrán lugar la mayor parte de los encuentros y eventos anunciados. El concejal de Seguridad y Relaciones Institucionales, Julio Andrade, apadrinará la inauguración de la exposición Truchimanes. Los intérpretes de árabe en el Protectorado, con la intervención de Juan Pablo Arias, comisario de la muestra y profesor del Departamento de Traducción e Interpretación de la Universidad de Málaga. Su homólogo en la Universidad de Granada, Manuel Feria, pronunciará la conferencia Los intérpretes en las fronteras simbólicas.

Mañana martes, las jornadas se trasladarán se manera extraordinaria al Ateneo (C/ Compañía, 2) con la inauguración de la exposición Fotógrafos en el Protectorado, comisariada por Pepe Ponce, que incluye imágenes de Francisco García Cortés, Vicente Moreno, López Duerto y el archivo de Mohamed Hakoum; y la conferencia Luces y sombras del Protectorado Español en Marruecos, compartida por los doctores en Historia de la UMA Pedro Luis Pérez Frías y Emilio Ortega Berenguer. Mañana, de nuevo en el Centro de Estudios Hispano-Marroquí, la conservadora de la Biblioteca M. Daoud de Tetuán, Hasnaa Daoud, disertará sobre Aspectos de la enseñanza y la cultura durante el Protectorado. Hassan Metaich, Teresa Sauret y el investigador José Luis Gómez Barceló protagonizarán el resto de testimonios y encuentros hasta el viernes. Con un siglo a flor de piel.

jueves, 5 de julio de 2012

La odisea olvidada de 4.000 marinos republicanos

David Fernández y su esposa M. del Carmen , ante la exposición.
foto R. Grobas

Una exposición en la Galería Sargadelos homenajea a aquella flota de los años 30


Faro de Vigo - Elena Ocampo - Vigo 03-07-2012
David Fernández Dopico, un marino gallego nacido en la localidad de Sillobre, en Fene, salió hacia la base de Cartagena tras casarse a principios de 1936 y "su rastro se perdió" hasta más de cuatro años más tarde. Aquel republicano y aficionado a la fotografía se embarcó en una odisea –poco conocida–contra el alzamiento militar franquista que le llevaría al exilio en las provincias francesas del Norte de África y Túnez.

Así lo documenta su hijo, de nombre también David Fernández y nacido en 1951 en la ciudad argelina del mediterráneo, Orán. Él es el fruto del reencuentro feliz del republicano gallego con su mujer –en 1949 y luego de superar muchas penalidades en fronteras y aduanas–.

Para hacer justicia a la historia "de aquellos 4.000 marinos olvidados" de la Armada Republicana, David Fernández expone desde ayer en Vigo en la Galería de Arte de Sargadelos (ubicada en la calle Urzáiz, 17) hasta 67 fotografías y un mapa de los momentos felices de la flota. El responsable de la recopilación asegura que las imágenes fueron recuperadas muy tarde y su padre falleció en 1989.

Formaban parte del legado familiar y hace unos años ha decidido desempolvarlo. En las imágenes se ven marinos durante los años 1933, 34 y 35; son fotos de los barcos, de maniobras, de puertos... El promotor de la exposición dio las gracias ayer tras la presentación al presidente de la Asociación Viguesa pola Memoria Histórica do 36, Telmo Comesaña por su colaboración.

Aquellos marinos huyeron de Cartagena con el almirante Miguel Buiza al mando, en marzo de 1939 con una flota de 15 buques, después de sublevarse contra la oficialidad. Entre ellos, viajaba David Fernández Dopico. Y una vez en alta mar y finalmente, las tripulaciones decidieron poner rumbo a la base de Bizerta, en Túnez. El hijo de Dopico asegura que entre la tripulación viajaban trescientos civiles y entre ellos, 24 mujeres y tres niños. Entre las penurias que soportaron parte de los militares y las que sobrevivió su padre está dormir en una minas abandonada de fosfato, a los trabajos forzados en el carbón.