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lunes, 14 de marzo de 2016

Un documental recupera la memoria de los árabes que combatieron en la Guerra Civil

Nayati Sedqi y parte de su familia, en una imagen rescatada por Amal Ramsis
Carmen Rengel 6/3/16
Ernest Hemingway y Martha Gellhorn contaron al mundo cómo jóvenes de Estados Unidos peleaban en las Brigadas Internacionales para frenar a las tropas de Francisco Franco durante la Guerra Civil (1936-1939). Robert Capa fotografío a esos mismos amigos de la República pero con pasaporte francés en Barcelona. Y Christy Moore le cantó a los irlandeses que viajaron "de Dublín a Villa del Río", refuerzo extranjero para la primera guerra europea contra el fascismo. 

Esa estampa está clara: la de los occidentales, europeos, norteamericanos, que se enrolaron en una contienda que creían propia. Sin embargo, entre los cerca de 60.000 foráneos que acudieron a España en esos años, entre los 15.000 que se dejaron la vida, también había árabes idealistas, unos mil, que acudieron desde el Norte de África y Medio Oriente para defender al Gobierno republicano. 

Hasta ahora han estado prácticamente ignorados por la historia y, por eso, la cineasta egipcia Amal Ramsis ha decidido recuperar su memoria en un documental ahora a medio rodar llamado Venís desde lejos, un homenaje a los versos que Rafael Alberti dedicó a estos soldados que traspasaron fronteras.

Es conocida la presencia de marroquíes en la Guerra Civil, obligados a combatir por el bando nacional que ya controlaba el antiguo protectorado, llevados en barcos a la Península Ibérica sin saber "ni dónde iban ni con quién iban a pelear", como resume la directora. Eran los llamados moros de Franco. Mucho menos pública es la labor de algunos de sus compatriotas, muchos argelinos, iraquíes, egipcios, sirios, libaneses, saudíes y palestinos, que se incorporaron a columnas anarquistras, troskistas y comunistas. 

Eran hombres pertenecientes al creciente movimiento de izquierda arabista, previo a las descolonizaciones, alejados de connotaciones religiosas. Gotas casi, en un ejército republicano de 750.000 efectivos, pero muy activos, movidos por sus principios e ideas, hasta el punto de que una de sus tareas centrales fue la de convertir a los árabes del bando nacional y convencer a los a veces recelosos republicanos de que ser árabe no era, necesariamente, estar con el fascismo.


Ramsis descubrió la presencia de árabes en las Brigadas durante una estancia de formación en España, en Madrid y Granada. Leyó a los investigadores Nieves Paradela y Salvador Borafull, pioneros en este rescate de su figura, y así dio con la historia que ahora es el hilo conductor de su película, la del palestino Nayati Sedqi, antiguo secretario general del Partido Comunista palestino. 

Nacido en Jerusalén en 1905, de padre turco y madre palestina, contactó con el PC local siendo empleado de Correos; entonces la formación, bajo mandato británico, aglutinaba tanto a palestinos como a judíos. Sedqi se tituló en Económicas, ejerció como periodista y se hizo visible en su partido, por lo que sufrió en casa la persecución de la potencia colonial. Viajó a Moscú, a París, tejiendo lazos internacionales con otros comunistas, y en 1936, estando en Rusia, se trasladó a España "para encargarse de la propaganda antifranquista destinada a los marroquíes que luchaban en el bando rebelde", escribe Borafull

Entró por Portbou (Girona) como voluntario. Su destino fue el frente de Madrid, como dejó escrito en sus memorias, ahora leídas en el documental por su hija Hind, residente en Grecia, el último puerto de la familia de refugiados palestinos en que acabó convirtiéndose la de Sedqi cuando se declaró el estado de Israel. "Vengo a defender Damasco en Guadalajara, Jerusalén en Córdoba, Bagdad en Toledo, Cairo en Cádiz y Tetuán en Burgos", decía. 

Sedqi se dedicó a publicar en medios como Mundo Obrero, fue a Córdoba para tratar de convencer -desde las trincheras y megáfono en mano- a los árabes nacionales, para que cambiaran de bando. Desde Argelia, quiso crear una radio "emitiendo en árabe, dialecto marroquí y bereber" que promoviera los valores republicanos, pero frustrado, sin permisos, acabó en Damasco, en cuya prensa siguió alertando de los peligros del fascismo para España y buscando apoyos para su causa. 

UN DRAMA PERSONAL
Venir a España, como cuenta en su obra Ramsis, le costó a este palestino un precio personal incalculable. Él y su esposa, por seguridad, dejaron en Moscú a su hija Dawalt, en una especie de orfanato del partido. "Sólo la dejaron con un albornoz, que conservó durante años", cuenta en el documental su hermana menor. Una prenda con el olor de la madre perdida por la guerra y la posguerra. Las divergencias en el seno de los comunistas, ante los que él defendió el derecho a una "Palestina independiente", le hicieron romper con Moscú. Y allí que se quedó su pequeña. No se pudieron volver a ver hasta pasados 25 años. 

Con su hija lejos, los Sedqi fueron peregrinando. Ya no más a casa, expulsados por el avance de Israel desde su Jerusalén original. Sí a Líbano, donde se toparon con otra guerra civil (1975-1990) y, finalmente, a Atenas. Hoy su hija mayor ni habla árabe. El precio de las guerras. 

¿QUE NO HAY COMPROMISO?
Amal Ramsis -entre otras cosas, fundadora y directora del Festival Internacional de Cine de Mujeres de El Cairo- no sólo quiere hacer un ejercicio de memoria con este documental, sino de reivindicación. Quiere "refutar" la idea "estereotipada" de los árabes poco comprometidos con otras causas que no sean las propias, poco activos en política, y más si no es la doméstica. Los hombres que fueron a España son parte de ese grupo que sí se enroló en los grandes movimientos ideológicos del siglo pasado.

Y tampoco deben arrastrar, insiste, la etiqueta de "musulmanes", porque su pelea nada tenía que ver con la religión: entre ellos había alguno que la profesaba y quien, como los mayoritarios comunistas, la desterraban. "Cuando hablamos de los italianos, de los alemanes, no hablamos sobre los cristianos que vinieron a la Guerra Civil española, entonces, ¿por qué lo hacemos con los árabes?", se pregunta.
Ese mundo sin límites, en los que los ideales saltaban barreras, es hoy una quimera, reconoce la directora. Hoy no puede ocurrir lo mismo porque "las fronteras están cerradas hacia un lado, pero abiertas hacia el otro. En los años 20, 30 y 40 estaban abiertas para todo el mundo". "Ahora los árabes se ven como terroristas y como inmigrantes ilegales. En ese momento había otra realidad que no tenemos que olvidar. Tenemos que pensar en la frontera de una forma distinta", añade.

En su intento de sacar adelante este proyecto, del que ya tiene rodado la mitad, la cineasta ha impulsado una campaña de micromecenazgo (crowdfunding). Necesita unos 23.000 euros, de los 117.000 en que está presupuestada la cinta. Así podrá ir a Rusia, Líbano y España, a completar la grabación, y postproducir el documental.

lunes, 19 de octubre de 2015

Entrevista a Fatima Besnaci, hija de harki, historiadora y miembro del Consejo Científico del Memorial de campo de Rivesaltes


Le Mémorial du camp de Rivesaltes ouvre ses portes

info.arte.tv/fr 16 octobre 2015 Richard Bonnet
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Espagnols, juifs, Tziganes, prisonniers de guerre allemands et italiens, harkis, puis étrangers en situation irrégulière ont hanté le camp de Rivesaltes dans le sud de la France. Un mémorial vient d'être édifié sur le site. Il est inauguré vendredi 15 octobre.


Espagnols, juifs, Tziganes, prisonniers de guerre allemands et italiens, harkis, puis étrangers en situation irrégulière ont hanté le camp de Rivesaltes dans le sud de la France. Un mémorial vient d'être édifié sur le site. Il est inauguré vendredi 15 octobre. - See more at: http://info.arte.tv/fr/le-memorial-du-camp-de-rivesaltes-ouvre-ses-portes#sthash.p6vUWuls.dpuf
Le Mémorial du camp de Rivesaltes ouvre ses portes
Le Mémorial du camp de Rivesaltes ouvre ses portes



"On a découvert un camp au milieu de nulle part. Un camp, ce n'est pas la France !" Interview de Fatima Besnaci, fille de harki, historienne et membre du conseil scientifique du Mémorial du camp de Rivesaltes En 1962, année de l'indépendance de l'Algérie, Fatima Besnaci a huit ans. Ses parents et quatre frères et sœurs perdent leur nationalité française et deviennent algériens comme tous les habitants de l'ex-colonie mais dans un pays qui est largement hostile aux harkis. Après le départ des français, de nombreux harkis, ces supplétifs engagés dans l'armée française de 1958 à 1962, sont exécutés par les partisans de l'indépendance. C'est le cas du grand-père de Fatima Besnaci qui est tué quelques mois après le départ des français, événement qui va précipiter le départ de sa famille vers la France en novembre 1962. Elle arrive au Camp de Rivesaltes le 10 novembre 1962, camp qui compte 10 000 internés, la deuxième "ville" des Pyrénées-Orientales après Perpignan. Elle passera 17 ans dans des camps de harkis.





Traducción del francés Estación Orán-Wahrān وهران 
En 1962, año de la independencia de Argelia, Fátima Besnaci de ocho años. Sus padres y cuatro hermanos pierden su nacionalidad francesa de Argelia y llegan a ser como todos los habitantes de la antigua colonia, pero en un país que es en gran parte hostil a los harkis. Después de la salida de los franceses, numerosos harkis, estos auxiliares que intervienen en el ejército francés de 1.958 a 1962, están a cargo de los partidarios de la independencia. Este es el caso del abuelo de Fátima Besnaci que murió unos meses después de la salida de los franceses, un evento que precipitará la salida de su familia a Francia en noviembre de 1962. Llegó al Camp de Rivesaltes el 10 de noviembre 1962, el campo cuenta con 10.000 internados, la segunda "ciudad" de los Pirineos Orientales después de Perpignan. Ella pasó 17 años en los campamentos harkis.

domingo, 20 de septiembre de 2015

Cuando los ceutíes éramos los refugiados

Clemente Cerdeira Fernández
El Faro Digital - Francisco Sánchez Montoya 12/9/15
La situación actual que están viviendo miles de refugiados que están llegando a las costas europeas: 50.000 de ellos, sólo en julio. Huyen de una guerra que comenzó en 2011. Ese éxodo nos retrotrae a unos acontecimientos similares que vivieron numerosos ceutíes tras el final de la guerra civil en 1939. 

Según, los escasos documentos a los que hemos tenido acceso, la gran mayoría recalaron en México, algunos en Rusia, Orán y Francia, en campos de concentración como el Argeles. Donde murieron por las deficientes y miserables medidas del gobierno francés. Después, ironía del destino, muchísimos de ellos en engrosarían las filas de la resistencia contra el ejército nazi.
 
Al exilio fueron hombres y mujeres ceutíes de todas las edades, estratos sociales y actividades profesionales. Tras el golpe del 17 de julio de 1936 las ciudades norteafricanas de Tánger, Casablanca y Orán, junto con las  peninsulares de Gibraltar y la costa malagueña, fueron  las primeras en acogerlos; después lucharon en los diferentes frentes republicanos y al término de la contienda se exiliaron en diversos países de Europa y América, dirigiéndose en especial hacia aquellos con los que ya habían sido frecuentes los intercambios.  

Francia y México fueron los dos núcleos más importantes del exilio ceutí. Francia acogió un mayor volumen,  en gran medida procedente de una extracción social media baja. Nada más atravesar la frontera en 1939 fueron  internados en campos de concentración, refugios y hospitales, sufriendo de forma directa la II Guerra Mundial. Otros muchos se marcharon hacia México, donde el presidente de aquel país, Lázaro Cárdenas, los acogió. A este país fueron, en su mayoría, políticos, intelectuales y técnicos cualificados como el periodista Camilo Ocaña Civantos y el profesor Menahem Coriat, que durante la guerra civil ocupó un alto cargo en el Gobierno de la República. El que fuera presidente del PSOE en Ceuta y jefe de telégrafos, Rafael  Jiménez Cazorla, el empresario Antonio Muñoz González y el presidente de la sociedad cultural Septa y  miembro destacado de Izquierda Republicana, perito de aduanas, Juan Rueda Lara. Otro ceutí destacado fue Francisco Llano de la Encomienda,  quien el  17 de julio de 1936 ostentaba el cargo de capitán general de la IV Región (Cataluña); meses más tarde fue nombrado jefe del Ejército de la República en la zona  Norte y  al finalizar la guerra civil  se exilió en Francia y después, en 1940, en México, donde desarrolló una gran labor pedagógica en el Ateneo Español, escribiendo dos libros de técnica militar e historia de la contienda española, falleciendo en el exilio en 1963. 

Otro de los exiliados fue el diputado por Ceuta en 1936 y catedrático de derecho, Manuel Martínez Pedroso, quien desde los primeros momentos de la sublevación estuvo en Tánger. En junio de 1937 fue trasladado  a Varsovia como delegado del Gobierno en sustitución  de Ruiz de Funes, promovido a embajador en Bruselas. Al término de la guerra se exilió en México y allí formó parte de la institución  Colegio de México. Fue también profesor de teoría del estado  internacional en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma. Igualmente participó en la declaración de La Habana de profesores universitarios españoles en 1943 y  durante nueve años asesor de la secretaría de relaciones exteriores, colaborando en diversas revistas jurídicas, brillante conferenciante y maestro por excelencia. Murió en la ciudad de México en 1958. 

Ceutíes en los campos nazis
Seguramente fueron muchos los ceutíes que sufrieron el castigo y el horror de los nazis. Pero hasta el día de hoy, documentados sólo tenemos a Eugenio Amador Mayano y a Enrique Mateo. Pese a los años transcurridos la búsqueda de fichas de entradas y deportados es muy laboriosa. Una enorme cantidad de españoles, entre ellos muchos ceutíes, combatientes o no, se tuvieron que marchar de aquella España, en la que no tenían sitio.  Una gran mayoría se instalaron en Francia; pero sobre ellos, poco más de un año después, se precipitó otro conflicto bélico que complicó más su ya de por sí difícil situación: la invasión alemana de Francia. En la ficha de los ceutíes podemos leer Eugenio Amador Mayano, fue deportado el 27 de enero de 1941 al campo de concentración de Matauthasen, nació el 6 de enero de 1906. Tras su detención estuvo en la XI-B Fallingbostel, con el número de prisionero 6835. Fue ejecutado el 13 de marzo de 1942. El otro ceutí Enrique Mateo, nació el 21 de marzo de 1926, ingreso en la prisión de Compiègne, el 2 de julio de 1944, siendo deportado al campo de concentración de Dachau tres días después, tenía el número 77.972, tras el fin de la guerra fue liberado, el 8 de mayo de 1945 se puso fin, con la derrota de la Alemania nazi, a la Segunda Guerra Mundial.  Estos ceutíes, contribuyeron a la defensa de Francia contra la Alemania nazi. La derrota francesa llevó a miles de ellos a caer prisioneros del III Reich; conocieron posteriormente un régimen inhumano que les llevó a la muerte a la mayoría de ellos. A partir de agosto de 1940 llegaron los primeros detenidos españoles a Austria y hasta octubre de 1941 todos los transportes de detenidos españoles se dirigían a Mauthausen.

Ceutíes refugiados en México, Rusia, Orán, Francia, Inglaterra…
Son muchos los ceutíes que tuvieron que salir de su tierra, tras el estallido del golpe militar en julio de 1936, y partieron dejando atrás amigos, vivencias, familiares… En su gran mayori a Mexico, tendriamos que destacar al presidente de aquel país, Lázaro Cárdenas, que se identificó con sus ideales de libertad, soberanía y progreso, humanistas y generosos, y se movió a lo largo de su vida de acuerdo a sus principios. Un hombre congruente consigo mismo, consciente de sus compromisos, que se sabía parte del movimiento social de su pueblo, fue el Presidente de México que encontraron en su nueva tierra los exiliados españoles.

Serian cuantiosas las referencias a los refugiados ceutíes, y limitada esta colaboración, pero si tenemos que destacar, lo realizariasmos con el diplomático ceutí, Clemente Cerdeira Fernández, a quien la sublevación le sorprendió en Tánger por estar allí destinado como primer secretario de la Embajada en la Legación Española, tenía a toda su familia en Ceuta  en la casa que poseían en la playa Benítez. Por sus grandes conocimientos del mundo árabe fue muy presionado por los sublevados para que se les uniera, y en vista de su negativa en más de una ocasión intentaron su secuestro por parte de las tropas sublevadas, y así lo relata el doble jefe de la policía internacional de Tánger,  Edmundo Carleston: 

“… Una noche intentamos secuestrarlo y conducirlo a Tetuán, por lo que fuimos en su busca al  Hotel Maclean donde se alojaba, al llamar a su puerta en lugar de abrirnos al decirle que veníamos a protegerle, se hizo fuerte en ella y la cerró,  y la  forzó por dentro negándose a abrirme.  Después de lo ocurrido, Cerdeira pidió al ministro republicano una vigilancia para su custodia personal”. 

Como consecuencia de dichas amenazas todos sus familiares fueron  incomunicados y puestos bajo vigilancia no sólo la mujer y los tres hijos menores, sino el resto de los familiares de la esposa, los García de la Torre, que también padecieron dicha situación. Todas las propiedades que poseían en Ceuta y en el Protectorado, así como las cuentas bancarias, fueron confiscadas. Mientras tanto, Cerdeira fue destinado como cónsul general a Casablanca, donde permaneció hasta su traslado a Inglaterra al Consulado General de Liverpool, donde, además de sus funciones consulares, ayudó a los refugiados que huían desde Asturias y del País Vasco. Intentó a través de la Cruz Roja Internacional reunirse con su familia, pero sistemáticamente era denegado el visado, falleciendo en la ciudad francesa de Niza un 4 de mayo de 1944.

Doctora Castillo a México
Tras el golpe del 36, la doctora ceutí Antonia Castillo Gómez, recibió un escrito del delegado de Orden Público en diciembre de 1938, donde tras recabar información a la falange local se le acusa de dar una conferencia a las mujeres de los obreros en la Casa del Pueblo de Ceuta. Ella, pese a ser la primera mujer médica en la ciudad y tener un gran prestigio entre los ceutíes, sabe que sus horas como funcionaria están contadas.

Cuando la doctora ceutí Antonia Castillo Gómez, tuvo que salir de Ceuta en 1940, tras ser perseguida, represaliada y expulsada como facultativa municipal, por las autoridades franquistas, emprendió el camino de un exilio no buscado a México. 

En 1945, la doctora Antonia Castillo, prepara su traslado a Méjico. Unos años después viaja a Nueva York siendo una pionera en el estudio del cáncer. Todo son éxitos para la ceutí, pero añoran España y en 1966 emprende viaje de vuelta junto con su marido. A principios de 1971, fallece.

Diana Bermúdez a Rusia 
Cuando la pequeña Diana recorría las calles de Ceuta en aquel verano de 1936, de la mano de sus padres, nada le hacia presagiar que en pocos días cambiaría su vida y la de su familia. Su padre José Luis Bermúdez-Reyna de Madariaga era un reputado capitán aviador. Durante 1933 fue delegado del Gobierno de la República en Ceuta.  Su padre el 15 de agosto de 1936 fue sacado de la fortaleza del monte Hacho y ejecutado.

La madre de Diana se encuentra sola con cuatro hijos, intentó por todos los medios salir de Ceuta hacia Valencia donde estaba su familia. Consiguen que se realice un intercambio en Tánger, organizado por la Cruz Roja Internacional. Tras llegar a la ciudad internacional embarcarían en el barco que hacia la travesía una vez por semana hacia el sur de Francia y desde allí al pueblo valenciano de Russafa. Cuando todo parecía tener una cierta normalidad, una mañana quedó marcada en la memoria de la pequeña Diana, apenas tenia cuatro años: . Sus dos hermanos, José Luis y Flavio, fueron enviados a la URSS en la madrugada del 13 de junio de 1937.

Catedrático Luis Abad ... Orán, México
El profesor de filosofía del Instituto  Hispano-Marroquí, Luis Abad Carretero, pudo salir de Ceuta, antes de ser detenido, se exilió en Orán, donde pasó numerosas penurias. Posteriormente a Francia y México, donde llegó en 1940. Tras la Guerra Civil logro escapar de España, en un barco repleto de refugiados que le llevó desde Alicante a la costa argelina, para ser internado a continuación en el campo de concentración de Bogharí.

En Orán, sobrevivió diez años dando clases de español, ingles y matemáticas a alumnos de bachillerato, y gracias a la venta de algunos cuadros pudo salir adelante. Cuando hacia 1950 Luis Abad abandona Orán se dirige a Paris, donde va a permanecer casi cuatro años más. Allí da clases de español, entre otros trabajos como profesor. En 1953 Abad deja Paris rumbo a la capital azteca.

Finalmente, transcurrido 18 años, se reencuentra con su esposa, Antonia Castillo, junto a la que sólo había convivido seis meses después de su boda. Por fin, los dos están juntos en Méjico, Luis Abad, participa en proyectos del Colegio de Méjico, y en 1956 es nombrado profesor titular de la cátedra de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma, y publica varios libros y en las más prestigiosas revistas mejicanas.

Fue uno de los iniciadores del Ateneo Español, donde tantos ilustres escritores e intelectuales republicanos  españoles se dieron cita. Sus escritos están presentes en los prestigiosos Cuadernos Americanos, destacando la publicación de varios libros de filosofía.

domingo, 30 de agosto de 2015

Alcalde Sánchez Prado y sus 267 compañeros ¿Nuevo homenaje fallido?


Francisco Sánchez Montoya en Historia de Ceuta y el proctectorado español 30/8/15
Nuevamente, pasará este 5 de septiembre, y vuelvo a escribir, otro año más, sin un recordatorio institucional donde se den cita todos los concejales, partidos políticos, sindicatos… Y debería ser las autoridades, en este caso comandada por la Ciudad Autónoma, las que tienen que contribuir a que los valores de libertad que representó este alcalde nunca se olviden y que los más jóvenes, sepan qué significó aquella lucha por la democracia, dónde muchos ceutíes como él, dieron su vida por la libertad.

Pero, bueno, tal vez, me equivoque y dentro de seis días se Institucionalice, este homenaje, para llevarse a cabo todos los años.

Fue un modelo para muchos. Médico antes que político, su detención y posterior ejecución causó conmoción en una sociedad ceutí que admiraba a este benefactor facultativo y para quien esta figura representa, como Alcalde, la esencia y lucha por la democracia.

Las autoridades locales deberían encargarse de perpetuar su significado y organizar un acto institucional donde estén presentes todos los concejales, partidos, sindicatos y ciudadanos que se quieran sumar al acto. Y, además, precisamente fue la Ciudad Autónoma la que cimentó la estatua, que realizó el estudio de los hermanos Predrajas.

De todas formas, es raro el día que alguien no deja un ramillete de claveles rojos, en su estatua. Es una pena que fechas como ésta terminen pasando desapercibidas para la ciudadanía y solo unos pocos las recuerden. En Andalucía se hace con Blas Infante, asistiendo la Presidenta de la Junta, en Galicia Alexandre Bóveda, en Cataluña en nombre de la Generalitat, se rinde homenaje a Lluís Companys…
Aquel Alcalde, es, el símbolo que siempre estuvo en la memoria colectiva del pueblo y que se eternizó con el regreso a la democracia. Su figura representa la lucha contra las dictaduras por la que dio su vida. En su consejo de guerra lo dejó bien claro: “Me pude marchar a Tánger, pero mi lugar estaba junto a los ceutíes, que tanto confiaban en mi”. Todos los años se organizan por parte de algunos partidos, sindicatos y asociaciones algún acto con la colocación de unos claveles rojos en la estatua de la avenida que lleva su nombre.

A buen seguro, en la soledad de aquel calabozo, de hace casi ocho décadas, todavía el alcalde confiaba y mantenía la esperanza de un posible indulto. Pero no fue así, se recibió desde la Jefatura de las fuerzas militares del norte de África, con sede en Tetuán, el “enterado” y aprobación del fallo del Consejo de Guerra. En su interior sabia que las tropas sublevadas tenían como primer punto crear pánico y miedo entre la población civil con ejecuciones sumarísimas y él en estos dos meses de detención había sido testigo de muchas.

Cuando las manecillas del reloj apenas marcaban los primeros minutos de la madrugada del 5 de septiembre de 1936, el juez militar teniente coronel Ramón Buesa en compañía de su secretario se desplazan desde el acuartelamiento de Sanidad (actual manzana del Rebellín), donde se celebró el consejo de guerra, hacia el Cuartel del Rey, donde el alcalde se encontraba detenido junto a su secretario De la Torre y los vecinos de la barriada del Sarchal, Ángel Guijo y Fidel Vélez. La ejecución se llevó a cabo a las nueve de la mañana, en la playa del Tarajal. El médico forense certificó las muertes y en un furgón de Sanidad militar fueron transportados al deposito de cadáveres del cementerio de Santa Catalina, donde se le entregó por orden del juez militar los cadáveres a los familiares para verificar su entierro, pero dejando bien escrito: “Que no podrá hacerse con pompa”.

SENTENCIA
“En la Ciudad de Ceuta a cinco de Septiembre de mil novecientos treinta y seis, reunido el Consejo de Guerra de Oficiales generales para ver y fallar la causa instruida por presuntos delitos de rebelión y sedición. Que debe condenar y condena a los procesados Don Antonio López Sánchez Prado, Adolfo de la Torre Guillen, Ángel Guijo Higüero y Fidel Vélez Roldan a la pena de muerte por el delito de rebelión militar”. A las 6,30 de la madrugada llegó el piquete encargado de la ejecución y hacen guardia en la puerta. Tras una agónica madrugada, a las 8,30 los sacaron, en la puerta del cuartel les esperaban dos camionetas de automovilismo y un coche. Algunos civiles, desde las aceras y sobretodo desde las puertas de las casas colindante con el cuartel, patio Hachuel”, ven salir a Sánchez Prado junto a sus compañeros, esposados y custodiados por varios soldados, en sus rostros se ve la tragedia que les espera. Nadie se atreve a levantar la voz, el miedo los atenaza. Tras recorrer las camionetas los escasos tres kilómetros, llegan a la zona conocida en el Tarajal como “el tripero”, allí un piquete de 20 hombres al mando de un oficial se llevaron a cabo la ejecución.

SÁNCHEZ PRADO Y SUS 267 COMPAÑEROS
Institucionalizar el homenaje al alcalde de Ceuta Sánchez Prado, por parte de la Corporación municipal, todos los 5 de septiembre, sería rendir un respeto a la actual democracia por la que 268 ceutíes dieron su vida. Recordemos en cifra como fue aquella represión, para alcanzar esa tétrica cifra de ceutíes que acabaron frente a un pelotón. También hubo una represión administrativa y, por otra parte, ¿cuántos encausados no llegaron al pelotón de fusilamientos? Muchos de ellos murieron mientras eran transportados, sobre todo en la “curva de las viudas” camino de la prisión de García Aldave. ¿Cuántos murieron en las enfermerías como consecuencia de malos tratos o enfermedades sin cuidados?

La consulta de distintos documentos permite acercarse a la cruda realidad judicial de aquellos años. Los procedimientos sumarísimos de urgencia, que la legislación fijaba como formula ocasional, se convirtieron, sin embargo, en la única formula empleada por los tribunales para juzgar los supuestos delitos de los que no eran adictos al nuevo régimen. Amparados en la más absoluta impunidad y parapetados tras la vía jurídica no dudaron en acusar y condenar de adhesión a la rebelión a los que precisamente habían defendido la legalidad constitucional.

Y, desglosando las cifras, se puede apreciar que el mes de agosto de 1936 se convierte en el más trágico de toda la represión en Ceuta, con 73 víctimas, de las cuales tan sólo siete se efectúan tras los respectivos consejos de guerra; el resto, sesenta y seis, fueron debidas a las sacas de madrugada, tras sacarlos de la prisión de García Aldave y el Hacho.

Por militancia política, el número mayor de fusilados fue para los anarcosindicalistas y por profesiones el estamento militar fue él más castigado, sobretodo en 1938. Tras el inicio de la represión, con el paso de los meses, el número de fusilamientos fue disminuyendo paulatinamente. En los cinco primeros meses se registraron un total de ciento veintiocho ejecuciones, casi el 50% de las llevadas a cabo durante toda la represión. En 1937 se registraron noventa y seis, para continuar bajando hasta cuarenta y uno en 1938, y hasta seis años después no se consignaron los últimos tres fusilamientos en Ceuta. Estos datos confirmarían la conclusión en el sentido de que la represión sustancial se produjo en los primeros meses.

Respecto al sexo dos mujeres fueron ejecutadas. La actuación de las mujeres quedó generalmente oculta y el papel que desempeñaron y su protagonismo son destacados en poquísimas ocasiones. Sin embargo, la mujer, durante la República, había comenzado a integrarse en el ámbito de la política.

Tras las primeras ejecuciones, el 21 de julio de 1936, hasta 1938, en todas se consigna herida por arma de fuego, aunque después, en el registro civil, aparecen muchos tachados. Hay un paréntesis de seis años, desde 1938 a 1944, que no se producen más ejecuciones. Tal vez las hubo, pero se pudieron encubrir en los libros como hemorragia interna. Esto ocurrió con el fusilamiento de los tres miembros del Partido Comunista en agosto de 1944.

EN 1939, SU MUJER ENCARCELADA
Dolores Escacena, mujer del alcalde, no podía, pese al cariño, continuar por más tiempo en Ceuta y cruzarse en la calle con personajes que se sumaron al golpe y contribuyeron al asesinato de su marido. Es una mujer joven, con tan solo cuarenta años. Le ofrecieron regentar una pensión en Sevilla y con ello poder conseguir sacar a la familia adelante, tenia cuatro hijos.

La situación económica en la que quedó era muy angustiosa, en el consejo de guerra se detalló que apenas tenían 19,50 pesetas en el banco y ninguna propiedad. Pero no conforme con esto, la Falange local le requisó su vehículo, un Chevrolet de 1935.

Su amigo el farmacéutico Joaquín Alonso ayudó en todo lo que pudo a la viuda, vendiendo el instrumental médico de su consulta de la calle Real, frente a la Iglesia de Los Remedios.

Días antes de ser fusilado dejó dicho que algunas piezas se las regalasen al prestigioso otorrinolaringólogo malagueño Lazarraga. Este, durante los últimos años, pasaba consulta cada mes en la de Sánchez Prado. En abril de 1937 ya estaba la familia del Alcalde en la capital hispalense regentando una modesta casa de huéspedes. Parece que las cosas podrían enderezarse, a pesar del drama vivido.

Dolores Escacena, desde su llegada a Sevilla, comenzó a contactar con otros militantes de izquierda que habían creado una pequeña resistencia al franquismo. La policía la vigilaba porque sospechaba de sus reuniones y le seguía muy de cerca, pero lo que más deseaban era detener a todos los miembros de la izquierda sevillana.

El 28 de junio de 1939 la policía se persona en la pensión de la mujer de Sánchez Prado y la detiene junto a su hija y su cuñado.

Vuelven a vivir aquella trágica madrugada del 18 de julio en Ceuta cuando detuvieron a su marido. Madre e hija estarán en prisión hasta 1940. A los pocos años, el 20 de abril de 1946, su hija Carmen falleció debido a las penurias pasadas en la cárcel.

Dolores Escacena Carreño fue una mujer fuerte, con personalidad y llena de recuerdos. Se trasladó a Madrid donde vivió junto a su familia sus últimos años, falleciendo el 16 de febrero de 1993. La inhumación se produjo al día siguiente en el cementerio de La Almudena.

En las guerras civiles, la violencia fuera de los frentes se ha basado con mucha frecuencia en motivos sórdidos, venganzas personales, envidias y rencores. Uno de los ejes fundamentales del aparato represivo del régimen franquista fue el encarcelamiento masivo de todo aquel que formaba parte de la anti-España, convirtiéndose la cuerda de presos en la imagen habitual de la posguerra.

En diciembre de 1939 había más de 270 mil reclusos en España. Repartidos por decenas de centros de reclusión, la mayoría de ellos improvisados y sin las mínimas condiciones de habitabilidad e higiene.

La mujer del alcalde, Dolores, recibió el 6 de noviembre de 1939, una notificación del Tribunal de Responsabilidades Políticas imponiéndole una multa por las actividades de su marido. Donde se indicaba que el medico y alcalde Sánchez Prado estaba en ‘paradero desconocido’. Seis meses después recibe otra notificación imponiéndole una multa y dándole un plazo para un posible recurso.

No pudo presentarlo, no solo por la desolación tras el asesinato de su marido, sino porque ella y su hija Carmen se encontraban en la cárcel de Sevilla. En 1940 la sentencia se hizo firme: “Resultando que dictada la sentencia le fue notificada al condenado, quien dejó transcurrir el tiempo que la Ley señala, sin que haya utilizado recurso contra la misma, se declara firme la sentencia dictada en este expediente de Responsabilidad Política contra Antonio López Sánchez Prado, al que se le notificará en forma, haciéndolo en su domicilio. Se le requiere para que en el plazo de veinte días haga efectiva la sanción económica”.

domingo, 23 de agosto de 2015

Una ceutí coronel del ejercito ruso


Francisco Sánchez Montoya 16/8/15 en Historia de Ceuta y el protectorado español
Cuando la ceutí África de las Heras cursaba sus estudios primarios en el Colegio de la Inmaculada, pocos podían pensar que acabaría sus días en Rusia con el grado de coronel. Nació el 27 de abril de 1909, al final de la actual calle Real -por aquel entonces Soberanía nacional- poco antes de llegar a la actual Plaza de Maestranza. Muy joven se marchó a la península, no sabemos exactamente cuándo fue, pero según algunos testimonios como el de Santiago Carrillo ella participó en la preparación de la huelga general de octubre de 1934 en Asturias. Tras militar en el PSOE y el PSUC fue captada por el servicio de información soviético (NKVD) durante la guerra civil española.

Estuvo implicada en el asesinato de Trotsky, participó como guerrillera en la URSS durante la Segunda Guerra Mundial, y fue una decisiva agente del KGB durante la guerra fría en Latinoamérica. Alcanzó el grado de coronel del KGB y está considerada una figura legendaria de los servicios de inteligencia de la extinta Unión Soviética.

Murió en 1988 y está enterrada en Moscú. África de las Heras fue condecorada por la Unión Soviética en varias ocasiones y terminó su carrera en los servicios secretos soviéticos como instructora de espías. África murió en Moscú el 8 de marzo, Día de la Mujer, de 1988 con el grado de coronel. Fue enterrada con honores militares en el cementerio de Kuntsevskoe.

África de las Heras fue la espía española más activa al servicio de la URSS durante cerca de medio siglo. María Pávlovna, María de la Sierra, Ivonne, Znoi, Patricia y Patria son algunos de los nombres que utilizó. Esta espía ceutí obtuvo numerosas condecoraciones de la URSS.

En 1956, Moscú envía a un nuevo jefe de espionaje para la zona, al qué África va a esperar a Buenos Aires. Ese mismo año, en aras del trabajo conjunto en favor de la URSS, se casará con él. Se trataba de Valentino Marchetti, en realidad Giovanni Antonio Bertoni, un italiano que huyó a la URSS en 1925 y volvió a Italia en 1944 para organizar una red de espionaje. Aunque en Moscú sostienen que, a pesar de ser un matrimonio de conveniencia, tuvieron una feliz vida familiar. Tras fallecer su marido, regresó aparentemente a Moscú en el otoño de 1967, pero salió al extranjero al menos en tres oportunidades más –en dos ocasiones, a Uruguay–, y el fin de su carrera como espía coincidió con el comienzo de su labor como instructora de agentes, en 1971, aunque permaneció en el KGB hasta 1985.

Durante la II Guerra Mundial, terminó unos cursos de radio y sirvió en un destacamento guerrillero donde le entregaron dos granadas, una pistola y un puñal: si corría peligro de ser tomada prisionera debía utilizar las granadas para destruir el radiotransmisor y el libro de claves antes de suicidarse. Lanzada en paracaídas, actuó en la retaguardia alemana a partir de mayo de 1942. Tras sus hazañas de guerra, en 1944 regresó a Moscú e ingreso en uno de los destacamentos del Comisariado de Seguridad de la URSS.

A finales de enero de 1946 pasa en automóvil de Berlín a París, donde se establece haciéndose pasar por refugiada. Un año después cruza la frontera franco-española, pero entonces Moscú decide enviarla a Uruguay, hacia donde parte en diciembre de 1948 y donde se establece como modista para no levantar recelos. Un año más tarde de su llegada se casa con el escritor uruguayo Felisberto Hernández. El matrimonio duró tres años hasta que se divorciaron. Luego se volvió a casar con un otro agente de la KGB, italiano, llamado Valentino Marchetti.

Ambos abrieron, como pantalla para sus actividades, una casa de compra y venta de antigüedades en el casco viejo de la ciudad de Montevideo. El Jefe del espionaje Vladimir Stanchenko confirmó la gran importancia de la ceutí en el entramado de la KGB al revelar, en julio de 1993, al diario El País que “después de la guerra, y hasta mediados de los años 70 fue responsable en Europa y América Latina de todo el entramado político.

Su tío, alcalde de Ceuta
Julián Francisco de las Heras Jiménez, tío de África fue alcalde de Ceuta, entre 1907 y 1909, de profesión abogado. Fue asesinado el 11 de abril de 1936, sobre la una de la madrugada, de tres disparos, en una de las pronunciadas curvas de la calle Canalejas, cuando regresaba del Casino Africano. Según los diarios locales de esos días una expropiación de terrenos se barajó como móvil del asesinato. Tuvo una vida política muy activa, y cuando en 1931 se convocan elecciones municipales para el 12 de abril. Se presentó bajo las siglas del partido Concentración Monárquica Conservador. No obteniendo, los votos necesarios para poder ocupar un escaño en el nuevo ayuntamiento bajo la República. A Patria, seudónimo con el que África firmó sus informes cifrados a Moscú después de la II Guerra Mundial, parecían gustarle los mitos e inexactitudes. Por ejemplo, lo explica su autor, en Rusia se decía que era hija del general Manuel de las Heras. Quizá le parecía más interesante y romántico hacerse pasar por la hija de su tío, muerto en diciembre de 1930 a consecuencia de las heridas de bala que recibió cuando se enfrentó a los sublevados republicanos de Jaca. 

¿África de las Heras, implicada en el asesinato a Trotsky?
Ramón Mercader, el asesino de Trotsky, fue amigo de África, y los documentos demuestran que estuvo implicada. Se conoce mucho la implicación de Caridad y Ramón Mercader en este asesinato en México, en 1940, y nada se conocía de la implicación de África en este operativo. Aunque ella no participó en la fase final que acabó con su vida, sí formó parte de todo el dispositivo de vigilancia y observación sobre Trotsky durante varios meses.

Stalin había dado la orden de asesinar a Trotski. Ella tomó una decisión en un momento determinado, en la Guerra Civil, pasando a trabajar con la Unión Soviética. Aunque estaba convencida de lo que iba a hacer, creo que se sacrificó tanto a la causa que en los últimos años de su vida se dio cuenta de eso. Su vida estuvo ligada a imposiciones de su vida clandestina.

Para que esta ceutí, fuera una espía tan destacada debería tener unas características especiales, que le hicieran ser diferente al resto. ¿Cuáles eran? Se trataba de una mujer inteligente, tenaz, muy comprometida políticamente, fría y calculadora, discreta, prudente… Eso le ayudó mucho en su labor. Era una comunista contumaz, convencida de su causa.

África mantenía una estrecha amistad con los compañeros comunistas españoles, Caridad Mercader y Ramón Mercader (madre e hijo), para llevar a cabo el plan. Ramón se había trasladado a Nueva York y de allí a México con el pasaporte de un brigadista canadiense fallecido, Frank Jackson, en septiembre de 1939.

Aunque la casa en la que vivía Trotsky estaba fuertemente custodiada, Ramón Mercader (conocido con el alias de «Jacques Mornard» lograría infiltrarse en su círculo ganándose la confianza de una de las secretarias de Trotsky, Silvia Ageloff, con la que incluso mantuvo un noviazgo formal premeditado y planeado para perpetrar el magnicidio. La tarde del asesinato, Trotsky se encontraba trabajando en su despacho cuando Mercader apareció con mal aspecto alrededor de las 17:20.

A pesar de quejarse de sed, llevaba sombrero y portaba un abrigo. Solicitó ver a Trotski para mostrarle un artículo. Con este pretexto subió al despacho y, mientras este se hallaba sentado, se acercó a él por la espalda y le clavó salvajemente un piolet en la cabeza, que extrajo de un bolsillo del abrigo. El grito de Trotski se oyó como un estruendo en toda la casa; sus custodios acudieron rápidamente pero no se pudo hacer nada. Logró derribar a su asaltante, salir de la habitación y comunicar a su esposa la identidad del asaltante antes de caer desvanecido. Cayó en coma y falleció al día siguiente, 21 de agosto de 1940, en un hospital de la Cruz Verde. Cabe señalar que a sus exequias, celebradas en la capital mexicana, asistieron cerca de trescientas mil personas, en una ciudad que por aquel entonces contaba con unos cuatro millones de habitantes. Su asesino fue condenado a diecinueve años de prisión; liberado en 1960, la Unión Soviética le otorgó la condecoración de Héroe de la Unión Soviética.

María Pávlovna, Ivonne, Znoi, Patricia, Patria…
María Pávlovna, Ivonne, Znoi, Patricia y Patria son algunos de los nombres que utilizó África de las Heras en su faceta como espía en el KGB. Ella ha sido protagonista de varios libros, – incluso me atrevo apuntar que el libro “Tiempo entre Costuras”, en ciertos aspectos, tiene algo de nuestra paisana África. El periodista Javier Juárez, es una de las personas que mejor conoce su vida, él escribió un exitoso libro titulado “Patria. Una española en el KGB”.

Manifestó que esta ceutí, fue una espía muy importante a nivel internacional. Juárez detalla cómo llevó a cabo la compleja investigación para escribir esta obra y dejar fiel testimonio de quien fue una de las agentes con mayor relevancia internacional. A medida que iba investigando, me di cuenta de que se trataba de una vida apasionante, eso fue lo que me llevó a seguir con la investigación, a narrarla en un libro y a publicarla.

Cuando empecé a investigar no había casi nada publicado sobre ella. Había una fuente de información que desgraciadamente sigue vetada, son los archivos de Moscú del KGB. Esa fuente, que es oficial, es discutible hasta cierto punto porque no todo lo que consta en este tipo de archivos, lo digo por experiencia, es verídico. No obstante ahí teníamos una veta, un filón, que desgraciadamente no se puede consultar. A medida que fui investigando, pude entrevistar a personas que bien directa o indirectamente la habían conocido.

Trabajé en archivos españoles, el Histórico Nacional y en el de la Guerra Civil de Salamanca y después contacté en Uruguay, que fue el país donde estuvo más tiempo además de en España, con personas que la conocieron directamente. Esa mezcla de archivos, entrevistas y algunos artículos sueltos, me sirvió para reconstruir el puzzle.

La familia de las Heras era muy conocida e importante en Ceuta, pero sólo hay familiares en un grado bastante lejano. Tuvo una hermana, que se llamaba Virtudes, que murió en Tánger. El espionaje por sí mismo no es un elemento suficientemente atractivo como para escribir un libro sobre alguien. Pero en el caso de África se da una serie de circunstancias muy singulares y particulares.

En primer lugar, que fuera mujer, algo que no es frecuente en los servicios de inteligencia, menos aún en los soviéticos, que estaban bastante dominados por los hombres. Lo segundo que me llamó la atención fue que África llegó a ser nada menos que coronel en el KGB.

África de las Heras llegó a ser coronel en la KG. Fue reconocida por sus jefes en Moscú. Eso dice mucho de ella, por el hecho de cómo fue reconocida por sus jefes en Moscú porque no era en absoluto fácil ser coronel del KGB en los años de la Guerra Fría. Sólo gente de la máxima confianza o personas que prestaron grandes servicios a Inteligencia llegaba a ese grado. De hecho sólo hay dos españoles que lo fueron, uno es ella y el otro Ramón Mercader

viernes, 26 de junio de 2015

Entrega de material familiar al CRAI Biblioteca del Pavelló de la República de la UB

Rafael Marín Mira y otros exiliados ante el barco Stanbrook
 Fondo personal CRAI Biblioteca del Pavelló de la República
 
Traducción Estación Orán-Wahrān وهران
 
CRAI Biblioteca del Pavelló de la República 26/6/15
 
El CRAI Biblioteca del Pabellón de la República ha recibido de la señora Concha Marín Castillo, un pequeño fondo personal con material de sus familiares Rafael Marín Mira y Concepción García López, que hemos incorporado a la Sèrie Fons Personals diversos [FP (Varios) 1 (7) / B (Concha Marín Castillo)].
 
Rafael Marín Mira fue alcalde de Hellín (Albacete), miembro del Partido Socialista Obrero Español y huyó del Estado español a bordo del barco Stanbrook que zarpó del puerto de Alicante cargado de refugiados republicanos en dirección a Orán (Argelia) el 28 de marzo de 1939. El material consta de un carnét de afiliado al PSOE, con los sellos de las cuotas correspondientes a los años 1936-1938, de una fotografía de él con otros exiliados ante el barco Stanbrook y de unas notas manuscritas con la ruta que siguió al llegar en Orán: primero al hospital, después Boghari, Cherchell, Carnot y Alger.
 
Concepción García López, esposa de Rafael Marín, fue juzgada por un Consejo de Guerra, acusada de ser "la mujer del Alcalde rojo de Hellín", de tener "ideas izquierdistas muy avanzadas", de hacer una "activa y entusiasta propaganda de la causa marxista", etc. y sentenciada a veinte años de prisión por el Juzgado Militar de Madrid el 16 de agosto de 1939. Ingresada en la prisión de mujeres de Saturrarán (Motrico, País Vasco), el 20 de mayo de 1943 se le concedió la libertad condicional. El 31 de diciembre de 1947 el Juzgado Militar de Albacete le concedió el indulto. El material consta de la sentencia a veinte años de prisión firmada en Madrid (1939), del certificado de libertad condicional emitido por el director de la prisión de mujeres (1943) y del Decreto según el cual se concedía el indulto a Concepción García (1947).
 
 La documentación de este pequeño fondo personal refleja qué fue el destino de muchos republicanos con la victoria del régimen franquista: el exilio o la prisión. También es importante el hecho que ilustra la historia personal de una mujer, Concepción García López.
 
Desde nuestro blog queremos agradecer a la Concha el donativo!

viernes, 22 de mayo de 2015

Homenaje del PP canario a un criminal de Lesa Humanidad

Asesino de las Brigadas del Amanecer
 
 
Francisco González Tejera / Canarias-Semanal.org 22/5/15

Eufemiano Fuentes, industrial tabaquero de la isla de Gran Canaria, falangista que participó directamente desde las "Brigadas del amanecer" en miles de crímenes y torturas sobre republicanos canarios.

Ahora el PP desde su Ayuntamiento de Las Palmas GC y el Cabildo de Gran Canaria le instalan un panel homenaje con su foto en el nuevo parque del antiguo Estadio Insular, como si fuera un ciudadano honrado, un prócer de la democracia, cuando en verdad es un asesino con las manos manchadas de sangre.

Existen todo tipo de testimonios de sus abusos, de la gente que arrojó a la Sima de Jinámar, a los pozos de toda la isla, a la Mar Fea, del constante y vergonzoso derecho de pernada sobre las mujeres de la fabrica tabaquera conocida como "La Favorita".

Lo más grave de todo esto es que estos mismos personajes, el hasta el domingo 24 de mayo el alcalde, Juan José Cardona, nos niega a las familias de las víctimas abrir la fosa común del cementerio de Las Palmas, recuperar sus restos para darles sepultura digna, pero en cambio si invierte dinero público en hacerle homenajes a brutales asesinos fascistas.

jueves, 21 de mayo de 2015

“Estaré aquí hasta el final de mis días si no me entregan a mi hijo"

Tekber Haddi, con la foto de su hijo, enfrente del consulado de Marruecos en Las Palmas de Gran Canaria
donde permanece desde el viernes en huelga de hambre.
 
  • La saharui Tekber Haddi lleva cuatro días en huelga de hambre frente al consulado de Marruecos en Las Palmas de Gran Canaria para reclamar los restos mortales de su hijo asesinado en Agadir
  • Mohamed Lamin Haidala fue agredido el 31 de enero por cinco colonos marroquíes que trabajaban en una tienda cercana a su casa
  • Haidala falleció el 8 de febrero después de vivir un periplo de hospital en hospital sin que nadie lo atendiera en unas condiciones idóneas
Mohamed Lamin Haidala fue agredido en El Aaiún el 31 de enero por cinco colonos marroquíes que trabajaban en una tienda cercana a su casa. Según el relato de Tekber, su hijo recibió golpes y pedradas en el pecho y los brazos. Pero la herida más grave se la asestaron en el cuello con unas tijeras.

La ambulancia tardó una hora en llegar, mientras se desangraba en la calle y la policía se desentendía de los colonos que habían ejecutado la agresión.
 
Haidala, un activista por los derechos humanos en el Sáhara que la policía ya tenía identificado por acudir a diversas manifestaciones, llegó al hospital, le cosieron la herida del cuello sin anestesia y no le hicieron ninguna prueba para comprobar el estado de los golpes. La policía lo detuvo a la fuerza para trasladarlo a una comisaría de Agadir donde lo dejaron tumbado en el suelo durante 48 horas sin manta con el único abrigo de su chaqueta ensangrentada.
 
Haidala falleció el 8 de febrero en esta ciudad después de vivir un periplo de hospital en hospital sin que nadie lo atendiera en unas condiciones idóneas. “Todo por el hecho de ser saharaui; si eres saharaui no tienes derecho a nada”, confiesa Tekber emocionada.
 

Marruecos le ofreció dinero a cambio de que aceptara el certificado de defunción

 
En una esquina de la calle de Pelayo de la capital grancanaria Tekber ha desplegado sus mantas y sillas y suele estar acompañada por familiares que se turnan para dormir con ella. No obstante de su primer emplazamiento, justo enfrente del consulado, tuvieron que marcharse por petición de la policía. En este cruce a pocos metros de la Playa de Las Canteras se siente la fría brisa que llega desde la costa, aunque ella reconoce que se encuentra fuerte y que llegará hasta el final para poder enterrar a su hijo.
 
Tekber llegó un día después de la muerte de Haidala al Sáhara pero rechazó firmar el certificado de defunción de las autoridades marroquíes. “Yo quería que se hiciera una autopsia libre que demostrara que mi hijo murió porque los médicos se negaron a atenderlo”. Incluso le ofrecieron 90.000 para que aceptara el certificado oficial. Se negó y como castigo no le entregaron el cuerpo. “Quería verle la cara a mi hijo por última vez y poder enterrarlo pero ahora no sabemos dónde está”.
 
Tekber, que además asegura que su casa en el Aaiún está vigilada día y noche por las autoridades marroquíes, recuerda que antes de ingresar por última vez en un hospital, su hijo le rogó que hiciera justicia por él. “¿Por qué la policía se llevó a mi hijo? ¿Por qué los médicos no lo atendieron?". La madre de Haidala lucha para reclamar no solo los restos mortales del joven, sino para que se detenga a los agresores, se castigue a los médicos que no ejercieron su función y que cese de la violación de los derechos humanos en el Sáhara.
 
Tekber apunta al Gobierno de España como el principal causante del horror que padecen muchos ciudadanos saharuis en su tierra: "Allí desde muy pequeños los niños tienen miedo a los marroquíes, no podemos sentarnos en la calle ni hacer nada; y la culpa la tiene el Gobierno de España. Llevamos 40 años así".

sábado, 16 de mayo de 2015

Una madre comenzará una huelga de hambre para reclamar el cadáver de su hijo asesinado en El Aaiún

Tabkar Haddi, madre del activista de Derechos Humanos saharaui Mohamed Lamin Haidala
(EFE/RAMÓN DE LA ROCHA)
  • El hijo de Tabkar Haddi fue apuñalado en El Aaiún en enero y falleció el pasado 8 de febrero en la ciudad saharaui
  • Haddi protestará desde este viernes frente al consulado de Marruecos en Gran Canaria 
  • Asegura que se le ofreció 90.000 euros para que se callase y no reclamase el cadáver de su hijo
- Canrias Ahora - Santa Cruz de Tenerife 14/05/2015
Tabkar Haddi es una mujer saharaui de 42 años que está dispuesta a morir con la huelga de hambre que iniciará este viernes para recuperar el cadáver de su hijo Mohamed Lamin Haidala, de 21 años, quien el 31 de enero fue apuñalado con unas tijeras y falleció el 8 de febrero en El Aaiún.

En una rueda de prensa en la que estuvo acompañada de Lala Elmami, de la Plataforma de Apoyo al Pueblo Saharaui, y de Salaha Larosi, su actual marido, Tabkar Haddi insistió en que no puede vivir sin recuperar el cadáver de su hijo para enterrarlo, y denunció que la casa de su familia en El Aaiún está "cercada".

Residente en Tenerife desde hace diez años Tabkar Haddi se trasladará este jueves hasta Gran Canaria, donde este viernes y frente al consulado de Marruecos iniciará una huelga de hambre indefinida para pedir el cadáver de uno de sus tres hijos.

Durante la rueda de prensa recordó que el pasado 31 de enero, en torno a las 21.00 horas, ciudadanos marroquíes propietarios de tiendas próximas a la casa de los abuelos del joven Mohamed Lamin Haidala lanzaron piedras al muchacho, quien reaccionó ante los insultos.

Según el relato de Tabkar Haddi, uno de los colonos tiró una piedra contra el pecho de su hijo, quien cayó el suelo mientras los comerciantes se "lanzaban" contra él para golpearle y uno de ello le clavó unas tijeras en el cuello.

Mohamed Lamin Haidala perdió el conocimiento y la policía de "ocupación tardó más de una hora" en ocupar el acta del incidente mientras el joven se desangraba en el suelo, afirmó la madre del fallecido, quien agregó que mientras su hijo era trasladado al hospital de El Aaiún los colonos no fueron detenidos.

En urgencias del hospital el persona sanitario cosió la herida al joven sin utilizar anestesia y sin desinfectarla, y a continuación fue trasladado a la comisaría central, explicó Tabkar Haddi, quien denunció de forma reiterada que su hijo estuvo en el calabozo sin manta y sin colchón hasta la mañana del lunes, dos días después de sufrir el apuñalamiento.

De ese modo, el 2 de febrero el joven fue trasladado al hospital, donde a la familia se negó un certificado médico, y el joven falleció el 8 de ese mes.

Tabkar Haddi dijo que se le ofreció 90.000 euros para que se callase y no reclamase el cadáver de su hijo, pero ella insiste en pedirlo para enterrarlo, y comentó que por televisión informaron de que había sido enterrado, pero ella desconoce si es cierto.

Desde entonces la vivienda en la que reside la familia de Tabar Haddi está "cercada" y su actual marido, Salaha Larosi, denunció que en el calabozo quitaron las vendas al joven y que cuando lo enviaron al hospital de Agadir ya sabían que moriría.

Lala Elmami, de la Plataforma de Apoyo al Pueblo Saharaui, comentó que de los cinco colonos, dos han sido detenidos y aseguró que estas personas actúan con la "complicidad" de la policía marroquí.

Denunció el régimen de terror en el que viva la población saharaui en los territorios ocupados y acusó a parte del personal a sanitario de "encubrir los malos tratos y los asesinatos que se producen en la zona".

Lala Elmami pidió que no se olvide el hecho de que España es la administradora del Sahara y reclamó que se lleve a cabo una autopsia independiente y sean entregados los autores del asesinato, así como que se termine con el "estado de sitio" en el que viven los familiares del joven muerto.

Esos hechos, señaló Lala Elmami, tienen lugar en un territorio ocupado de forma ilegal por Marruecos, un país con el que la UE tiene de forma "vergonzosa" un trato preferencial, y agregó que España con sus actos parece afirmar que no hay derechos humanos para los saharauis.


Vídeo de la conferencia: "Exilio republicano en el norte de África en 1939"

 
Casa Árabe 30 de abril 2015
El 22 de abril de 2015, Eliane Ortega Bernabéu habló sobre esta cuestión y sobre los campos de concentración en Argelia en la sede de Casa Árabe en Madrid.
 
En su ponencia, Ortega trató el tema de los republicanos españoles que se exiliaron en 1939 a Argelia, un capítulo de nuestra historia contemporánea desconocido que merece ser estudiado más en profundidad. Analizó destacados episodios como la salida de Alicante conocida como “La desbandada final”, la travesía dramática de los barcos hasta llegar a la costa argelina, la llegada a Orán y la existencia de los campos de concentración y campos de la muerte. 

domingo, 19 de abril de 2015

Marruecos expulsa a una francesa solidaria con el pueblo saharaui


Por un Sáhara Libre -16 abril, 2015 Rabat,  (SPS)
El régimen marroquí expulsó este jueves a la ciudadana francesa Marion Martane a través del Aeropuerto de Casablanca rumbo a París, según confirmaron fuentes en las Zonas Ocupadas del Sáhara Occidental.
 
Marion Martane acompañaba a Claúd Manjin activista y esposa del preso político saharaui Nama Asfari. Según Claud Manjin, citada por Equipo Mediático, agentes vestidos de civil se presentaron ayer, miércoles, en el hotel y se han llevado por la fuerza a la activista Francesa, la introdujeron en el coche de policía, y fue trasladada inmediatamente al aeropuerto de Casablanca de donde salió esta mañana a Paris, sin concederle el tiempo necesario para recoger su equipaje, ni siquiera para contactar con la embajada Francesa.

Marion llego a Rabat el día 13 de abril junto con la activista Claúd, las cuales mantuvieron encuentros con familiares de presos políticos saharauis del grupo de Gdeim Izik. La activista expulsada estaba tratando de visitar los Territorios Ocupados y el Sur de Marruecos. (SPS)

lunes, 13 de abril de 2015

Las torturas a saharauis en cárceles marroquíes, según el auto del juez Ruz

La identificación de 8 saharauis desaparecidos por la represión marroquí ha sido
 clave en el auto del juez Ruz. / Foto: Sociedad de Ciencias Aranzadi-
  • El auto del juez de la Audiencia Nacional recoge cruda y explícitamente el relato de las torturas que recibieron multitud de saharauis entre 1975 y 1991
  • La madre de Mohamed Jalil Ayach "escuchó cómo torturaron a su hijo durante 8 días", después murió "en el habitáculo donde iban los prisioneros a hacer sus necesidades"
 
Quemaduras de cigarros, asfixia con toallas empapadas en lejía, golpes aplicados con ingenio con el único objetivo de hacer sufrir lo máximo posible a sus víctimas. El juez Pablo Ruz recoge en el auto en el que imputa a once altos cargos y militares marroquíes por un presunto delito de genocidio contra la población saharahui un manual del horror, con escenas con nombres y apellidos de las víctimas y los verdugos. Hechos con protagonistas como Hadram Abderrahman Bada y Mohamed-Buia Hosein, cuyos relatos han permitido este primer paso para juzgar a los responsables de los abusos que marcaron sus vidas.
 
El 15 de diciembre de 1975, Hadram Abderrahman Bada, de 25 años, estaba amamantando a su bebé en su casa, "cuando sobre las 15 horas soldados de las FAR marroquíes penetraron violentamente en la casa", recoge el auto judicial. Llevaron a Hadram al Cuartel de Smara de las Fuerzas Armadas Reales (F.A.R.) marroquíes y de la Gendarmería Real, "cuyos máximos responsables eran desde finales de 1975 el Coronel Abdelhak Lemdaour, del Ejército marroquí, y el Teniente Driss Sbai, de la Gendarmería Real".
En los tres meses en los que estuvo detenida, hasta que se la liberó sin ningún juicio previo y sin justificarle el motivo de su arresto, a Hadram "le pusieron una venda en los ojos de manera que no podía ver nada y a continuación le sentaron en una silla atada de pies y manos y le golpearon; también le sentaron en un banco en posturas dolorosas de tal manera que podían golpear las plantas de los pies y los tobillos con porras". Es solo el inicio de una pormenorizala lista de abusos, entre los que se encuentran supenderla de una "barra atada del cuello y espalda mientras la golpeaban y balanceaban", las quemaduras con cigarrillos, la bebida mezclada con orines y la comida aderezada con "trozos de cristales" y los abusos sexuales, entre otros.
 
La mujer recuperó la ansiada libertad después de sufrir todas esas prácticas, pero entonces no sabía que volvería a ser objeto de esta maquinaria del dolor. En 1976 los soldados marroquíes le destrozaran la barraca donde residía y en abril de 1979 "fue nuevamente detenida por los soldados de las FAR marroquíes y trasladada hasta el cuartel de Smara, donde fue sometida de nuevo a torturas". Un mes después, volvió a ser liberada.
 
Su caso está dentro de los "hechos investigados en el presente sumario con autor conocido". Hay otras experiencias, como los tiros que escuchó Abba Ali Said Daf, cuyos ejecutores carecen de rostro. La noche del 12 de febrero de 1976 quedó retratada con los gritos y las ráfagas que se cobraron la vida de "Bachir Salma Da (el primo de Abba Said, de 14 años); Salma Daf Sidi Salec (padre del anterior); Sidi Salec Salma; Salama Mohamed-Ali Sidahmed Elkarcha; Salama Mohamed y Sidahmed Segri Yumani".
 
La identificación de estas seis personas, junto a la de los pastores Mohamed Mulud Mohamend Lamin Maimun y Mohamed Abdelahe Ramdan, por un equipo de investigación de la Universidad del País Vasco ha configurado una pieza clave –según el sumario de Ruz– para la investigación que ha sostenido la imputación de los responsables marroquíes.
 
Objetivo: destruir a los saharauis
Relatos como el que siguen permiten a Ruz afirmar que "desde noviembre de 1975 y hasta 1991, se produjo de una manera generalizada un ataque sistemático contra la población civil saharaui (...) debido precisamente a dicho origen con la finalidad de destruir total o parcialmente dicho grupo de población y para apoderarse del territorio del Sahara Occidental. Además de las detenciones, se produjeron encarcelamientos prolongados sin juicio, algunos durante muchos años, y torturas a personas saharauis por parte de funcionarios militares y policiales marroquíes en diversos centros oficiales de detención ubicados tanto en territorio del Sahara Occidental como en Marruecos". La finalidad: "Ocupar el territorio del Sáhara Occidental y tomar posesión del mismo".
 
El testimonio de Brahim Mohamed Salem Omar –detenido el 14 de abril de 1976, cuando tenía 22 años, y también el 17 de enero de 1977– da cuenta de una de las escenas más despiadadas del auto: "Durante el tiempo que estuvo en el cuartel de Smara (...) presenció como Mariam Mohamed Salem dio a luz en la cárcel y al recién nacido le cortaron los dedos y se los trajeron después a la madre entre la comida".
 
Brahim también fue torturado y aportó la identidad de tres de sus maltratadores: el Coronel Lamarti, el Teniente de la Gendarmería Real Muley Ahmed Albourkadi y el funcionario Lehsan Chaf Yeudan. "El coronel ordenó que le ataran las extremidades del cuerpo con cuerdas y se las separaran, aplicándole este sistema de tortura. También le aplicaron descargas eléctricas en mejillas y lengua y fue sometido a golpes con cuerdas en una celda".
 
Allí estuvo dos meses y trece días. En ese periodo, Brahim también vio cómo "prendieron fuego vivo a uno de los prisioneros, Mohamed Salem Bamousia, mayor de 70 años, al que envolvieron en unas mantas, lo rociaron con gasolina y lo quemaron; y a otro de los prisioneros le clavaron las manos y los pies a una mesa con hierros".
 
Algunos lugares tomaron el nombre de su leyenda, fruto los testimonios que definían sus tácticas, como la " Cárcel Negra" de Smara, responsabilidad del Coronel Abdelhak Lemdaour y el Teniente Driss Sbai en El Aaiún.
 
Víctima de torturas hasta en tres ocasiones
Al igual que Hadram Abderrahman Bada, Mohamed-Buia Hosein tuvo que regresar a las cárceles del terror después de haber logrado salir con vida de sus muros. Fue detenido hasta en tres ocasiones. La primera, en 1977, estuvo en el cuartel de Bensergau en Agudir. Allí fue torturado "y durante algunos de tales interrogatorios estaba presente el gobernador de El Aaiun, Said Ouassou". Dos años después, los marroquíes le volvieron a privar de libertad y las técnicas no habían cambiado.
 
"Allí fue torturado durante 11 días: le colocaban atado sobre una tabla con la cabeza suelta hacia arriba y le ponían en la boca un trapo mojado con lejía y sal, hasta que le provocaba la asfixia. También le ataron, con el cuerpo boca arriba, sobre una tabla con los pies atados fuertes con un alambre (para que la sangre se concentrara en dicha parte y los golpes dolieran más), golpeándole las plantas de los pies con una pieza de metal ('falaka')".
 
En 1981, volvió a ser detenido y torturado. Esta vez, fue encarcelado en Kalaat Magouna hasta el 17 de julio de 1991, "10 años y 6 meses después de su detención sin haberse celebrado juicio ni ser informado de los motivos concretos de su detención salvo el hecho de ser saharaui", recoge Ruz.
La madre de Mohamed Jalil Ayach "escuchó cómo torturaron a su hijo durante 8 días", al igual que Aminatu Haidar, presas en la misma celda del antiguo Batallón de Instrucción de Reclutas español de la costa de El Aaiún. La madre escuchó los actos que le quitarían a su hijo para siempre: Mohamed Jalil Ayach "murió como consecuencia de ello, pues después de haberle golpeado duramente le dejaron en un habitáculo donde iban los prisioneros a hacer sus necesidades, lugar en el que estuvo varios días sin ser atendido de sus heridas, agonizando, hasta que finalmente falleció". Dichas torturas, continúa el texto de la Audiencia Nacional, "fueron ordenadas personalmente por Hariz el Arbi, quien estaba en el cuartel".
 
Por estos y otros hechos contenidos en el sumario, el magistrado exige además la "busca, detención e ingreso en prisión" del gobernador de la Administración Territorial del Ministerio del Interior hasta 1997, Abdelhafid Ben Hachem; el gobernador de Smara entre 1976 y 1978, Said Ouassou; el subgobernador de la provincia, Hassan Uychen; los inspectores de Policía en El Aaiún Brahim Ben Sami y Hariz El Arbi; el coronel de las Fuerzas Armadas Abdelhak Lemdaour y el teniente de la Gendermaría Real Driss Sbai.
 
Otras historias quedan en la oscuridad. Aquellas en las que no hubo un superviviviente como Aminatu Haidar para narrar cómo una madre escuchó los últimos días de su hijo, inundados por el dolor. Otros gritos quedaron ahogados, encerrados en la intimidad del preso y el interrogador.

jueves, 12 de marzo de 2015

Incógnitas. Mujeres de izquierdas en Gran Canaria 1931-1939

 
Esta monografía del historiador marxista Agustín Millares Cantero supone una contribución pionera al estudio de los quehaceres femeninos en Gran Canaria durante la Segunda República. Los papeles desempeñados por las republicanas en la vida pública se examinan a través de las colaboradoras de prensa, las maestras, las sindicalistas y las militantes de los partidos del Frente Popular, incluyendo a las que ejecutaron funciones dirigentes.

El título rinde homenaje a una de las activistas de izquierdas que utilizó el seudónimo de Incógnita, pero se trata de un tributo en verdad colectivo. La represión fascista que cayó sobre las nuevas ciudadanas ocupa un lugar destacado. Los nombres y las actuaciones de un gran número de mujeres hasta ahora en tinieblas, salen a la luz con una metodología historiográfica rigurosa. Ninguna historia de género podrá escribirse en Canarias, a partir de hoy, sin contar con las aportaciones de un ensayo innovador como el presente.
 
La Librería de Cazarabet
Mas de las Matas

lunes, 9 de marzo de 2015

Mujeres ceutíes, Historias de libertad (I)

Prisión del Hacho
 
Por Francisco Sánchez Montoya en Historia de Ceuta y el Protectorado español
1-3-2015
 
El próximo domingo 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer con ello se intenta visualizar su lucha, su participación en la sociedad, y en su desarrollo íntegro. Y también de recordatorio de las que dieron sus vidas por un país en igualdad y en libertad, en tiempos difíciles. Mi modesto homenaje a estas mujeres ceutíes lo quiero sintetizar en las que sufrieron represión y cárcel, tan solo por intentar ser libres. Durante los próximos domingos publicaré historias de libertad de mujeres ceutíes, como Isabel Mesa, Antonia Céspedes, Antonia Pérez Padín, África de las Heras, Antonia Castillo, Nani Bermúdez…
 
Comencemos con la ceutí Isabel Mesa, fue una activa militante de la CNT en Ceuta durante la Segunda República, un primer dato lo tenemos en aquella multitudinaria celebración del 1º de mayo de 1931. Las ilusiones despertadas tras el cambio de régimen facilitaron el fortalecimiento de las organizaciones obreras. El tradicional dominio del ejército, junto con la burguesía ceutí, fue sustituida por las alianzas de los sectores emergentes de la sociedad civil, más comprometida con las necesidades de la población.
 
Los anarquistas se hicieron un hueco muy importante entre la población obrera ceutí, ganando cada día más adeptos, su sede en la calle Linares, siempre estaba repleta de militantes. El 1º de mayo organizaron un acto de reafirmación sindical en el teatro Cervantes, la mesa presidencial estaba formada por los anarcosindicalistas más representativos de la ciudad como Pedro Vera o Andrés Garrido, y junto a ellos la joven Isabel Mesa que tras tomar la palabra insistió –como destaca la prensa- en la lucha social y libertaria de la mujer, conseguir las seis horas de trabajo y que se concedan al obrero el jornal necesario para poder vivir dignamente, así como la igualdad de la mujer dentro de la sociedad ceutí.
 
Isabel Mesa, pertenecía dentro de la CNT al Sindicato de Obreros de la Aguja, donde tenía el numero uno. Su actividad sindical fue principalmente en la organización de mujeres trabajadoras. Hubo una huelga en la fábrica de conservas y la empresa trajo engañadas a unas mujeres del Protectorado que cobraban menos de la mitad que las de Ceuta. Isabel habló con ellas para que se unieran, lo consiguió, y terminó la huelga con las reivindicaciones conseguidas.
 
Al tener conocimiento del golpe en la tarde del 17 de julio y poco antes de que una patrulla se personara en su casa pudo huir hacia la costa malagueña en un pequeño falucho, junto a 12 compañeros más. Permaneció en Málaga durante varios meses, y a mediados de 1937 llegó a Valencia, trabajando durante toda la guerra de enfermera.
 
La historiadora valenciana Pilar Molina, estuvo cerca de ella en sus últimos años y nos relata los hechos. Participó en el Congreso de constitución de la Federación Nacional de Mujeres Libres, llegando a ser secretaria de la agrupación local. Isabel, como recuerda la historiadora, siempre decía: “La mujer siempre ha tenido que luchar mucho, no solo teníamos que sembrar las ideas sino luchar contra algunos de los que estaban con nosotros sembrando, la mujer y el hombre tienen que ir caminando juntos, buscando la libertad, codo con codo o cogido de la mano”.
 
Tras la caída de Valencia huye hacia el puerto de Alicante, pero al no llegar el barco que esperaban junto a cientos de republicanos se marcha a Almería a pie, se cambia el nombre por el de Carmen Delgado y luego a Málaga, donde en el año 1941 crea con otras compañeros el periódico clandestino El Faro de Málaga, tal vez pensando en el diario de Ceuta “El Faro”.
 
Nunca se resignó a quedarse relegada a las tareas del hogar, como imponía el régimen, y siguió en la lucha. Descubierta por la policía es procesada y condenada a dos penas de muerte. Vuelve a Valencia y junto a otras compañeras promueve la creación del colectivo de mujeres Unión de Mujeres Demócratas, organización clandestina para ayudar a las personas presas y a sus familias y con actividades en contra de la dictadura.
 
Monta un quiosco junto a Maruja Lara, compañera anarquista inseparable, empeñada en las mismas luchas; en la trastienda tenían la prensa anarquista. En el año 1956 es detenida y durante ocho días es torturada en la comisaría de la calle Samaniego de Valencia. Posteriormente colaboró en la formación de colectivos libertarios como “Libre Estudio”, la Federación de pensionistas de la CNT, “Radio Klara” y el Ateneo Libertario “Al Margen” y perteneció a Dones Lliures y a la Fundación Salvador Seguí de Valencia.
 
ATENEO LIBERTARIO
La historiadora Pilar Molina recuerda las últimas palabras de Isabel, fallecida en febrero de 2002. “Teníamos un Ateneo Libertario en Ceuta, donde se enseñaba a leer y a escribir a los obreros; también música, pintura, esperanto, se hacían asambleas, se hablaba de Revolución, de libertad de ideas. Era una juventud bonita de verdad. Los carpinteros hicieron una vitrina y cada persona llevó los libros que pudo. En mi casa había bastantes libros, que llevamos también. Entonces empezamos a escribir pidiendo más libros a otras ciudades. Si los que recibíamos estaban repetidos los repartíamos ¡Hicimos una biblioteca, chula de verdad! Poníamos bancos de madera porque no teníamos sillas yo era la bibliotecaria. Cuando se proclamó la República la primera bandera que ondeó en el monte Hacho de Ceuta, fue un abrigo mío que era rojo por fuera con el forro negro. Aprendimos que es la anarquía de la mano de Isabel, no sólo por lo que nos contaba del periodo tan difícil que le tocó vivir y que afrontó con valentía, sino por su ejemplo en la vida cotidiana, siempre solidaria. En los últimos momentos nos seguía hablando de libertad, fraternidad…, nos pidió que la recordáramos como Isabel mesa, que la envolviéramos con la bandera rojinegra y todas juntas cantáramos “A las barricadas”. Su idea de lo que es el anarquismo, define toda su vida: “El anarquismo es una senda maravillosa, pero muy escabrosa. Pero hay que seguirla. Y una vez estás en ella no la puedes soltar, te envuelve, te embriaga. El anarquismo es amor, libertad, igualdad, humanidad de todas las condiciones. ¡Ni fronteras, ni color, ni razas, ni banderas! En el anarquismo no hay más que humanidad, sentimientos humanos, aspiramos a todo aquello máximo que se pueda llegar”, cuenta la historiadora Pilar Molina.
 
Antonia Céspedes Gallego
Fueron muchas las mujeres ceutíes que lucharon por una sociedad mejor en libertad y en democracia, desgraciadamente solo nos han llegado los nombres de unas pocas. Pero al menos, que de estas pocas, no se olviden sus nombres. Pero, si tuviéramos que destacar alguna, sería sin duda Antonia Céspedes Gallego, una mujer de fuertes convicciones, de igualdad, solidaridad, y firmeza por sus ideales. Y lo pagó hace ocho décadas con su vida, su cuerpo apareció con un disparo, en la ladera junto a la cárcel del Sarchal, donde se encontraba detenida.
 
Un grupo de falangistas la sacaron en la madrugada del 21 de enero de 1937, y la asesinaron, tenía tan sólo 46 años. Cariñosamente era conocida como “la latera”. La deuda que tenemos con estas ceutíes es imposible de pagar. Antonia Céspedes es un símbolo de otras muchas mujeres que sufrieron esa brutal represión. Mujer adelantada para su época, siempre en primera línea en las reivindicaciones sindicales y mejoras para la mujer, en perpetua actividad por la igualdad de la mujer ceutí trabajadora. Era una persona humilde, vivía en el patio Centenero, una gran luchadora siempre cerca de la más necesitada.
 
También tenemos constancia por la prensa de su actividad sindical, ella trabajaba en la fábrica de conservas, junto a la playa de la Ribera. En mayo de 1931, lideró una huelga para conseguir mejoras para las trabajadoras entre otras reivindicaciones pedía jornada laboral, horarios, salarios e higiene.
 
Lanzaron un manifiesto que se reprodujo en la prensa: “No permitáis que embarquen vasijas y menos aún dejar desembarcar pescado para ninguna fábrica de la península, que proceda de Ceuta, porque perjudicáis grandemente la lucha de estas bravas compañeras” y terminaba el manifiesto con: ¡Trabajadores! ¡No olvidéis este llamamiento! proceded con energía a todo intento de perjuicios contra nuestras compañeras. El comité de huelga. Ceuta, 18 de junio de 1.931″.
 
Tras el golpe militar, fue sacada de su modesta vivienda y trasladada a la prisión de mujeres en el Sarchal, donde se encuentra con otras ceutíes que también fueron detenidas por su militancia republicana y su lucha social. Allí con muchas penurias junto a sus compañeras pasan las horas en el fortín habilitado como cárcel, en espera de acontecimientos.
 
La represión desencadenada fue tan intensa y extendida que no sólo la sufrieron los que habían defendido la República con su labor política y sindical, sino que también cayó la misma sobre aquellos que eran simplemente más abiertos, los incrédulos por cualquier motivo, los que habían destacado en empresas culturales y actividades públicas o simplemente aquellos denunciados por rencillas personales, odios y deudas, de los que se nutrieron las cárceles ceutíes y zona del Protectorado español en Marruecos. Sin embargo, la represión ha caído en el olvido de la memoria histórica de la contienda civil, lo que ha motivado que aún se mantenga que en Ceuta, Melilla y en el Protectorado no pasó nada.
 
Tras la proclamación del estado de guerra Ceuta se convierte en una ciudad llena de miedos y recelos. Desde la misma madrugada del 18 de julio las fuerzas sublevadas, con la ayuda de patrullas de falangistas, comienzan las detenciones selectivas y asaltos a las sedes de los sindicatos y partidos políticos. El comandante general y jefe de la Circunscripción Occidental, teniente coronel Gautier, el 18 de julio de 1936, emitió un duro comunicado: “El que desobedezca las prescripciones de los bandos, publicados anteriormente, será pasado por las armas, sin previo juicio sumarísimo”.
 
En septiembre, el juzgado militar le envía un oficio donde le comunica que se le realizará un consejo de guerra. El día 16, de madrugada fue trasladada al acuartelamiento de Sanidad (hoy manzana del Rebellin). Se le encuadró en un magro juicio contra sindicalistas ceutíes, ella es la única mujer, en total fueron 50 y bajo un mismo epígrafe: “adhesión a la rebelión”, se les dividió en cuatro grupos, tres de doce y uno de catorce. Fueron fusilados veintiséis y el resto a largas condenas. En este consejo de guerra estaba el destacado dirigente sindical, empleado de la empresa de alumbrado y fundador en 1934 del partido Sindicalista, Luis Castillejo, quien seria fusilado.
 
Tras entrar en la sala habilitada para los consejos de guerra, Antonia Céspedes, está frente al estrado, se da lectura al apuntamiento por parte del relator. La lectura se prolonga durante pocos minutos; en ella se da la relación de nombres, seguidos de las acusaciones. Cuando concluye el relator se inicia el interrogatorio, contestando con simples monosílabos a las preguntas que le formula. A continuación se produce un descanso para que el fiscal y el defensor consulten sus notas y preparen las conclusiones finales. Después de media hora se reanuda el juicio con la intervención del fiscal. El consejo de guerra falló pena de muerte, pero a los pocos días se le sustituyó por cadena perpetua y trasladada a la cárcel de mujeres del Sarchal.
 
En el consejo de guerra, ya se le acusaba de ayudar a otras mujeres: “Se le acusa de incitar a las mujeres, ya que en una de las últimas huelgas fue por las casas sacando a las muchachas que trabajaban en el servicio doméstico, para conseguir mejoras sociales y en las elecciones del 16 de febrero de 1936, fue apoderada en una mesa apoyando al candidato del PSOE Manuel Martínez Pedroso”.
 
CONSEJO DE GUERRA JUNTO A 50 SINDICALISTAS
Fue juzgada junto a cincuenta sindicalistas, con aquel macro juicio las fuerzas militares sublevadas querían crear el pánico y el terror entre la clase obrera ceutí, se les dividió en cuatro grupos, en el de Antonia Céspedes, eran catorce: Francisco Serrano, Baldomero Álvarez, Juan Mateo, Luis Moyano, Antonio Vázquez, Antonio Tomeu, Antonio Frías, Ernesto Attias, Rafael Sánchez, Antonio Soto, Federico Martín, Isidoro Expresati y Francisco Castillejo. Otro de los inculpados fue el zapatero Francisco Garrucho, a quien se le acusó de que en su modesto taller de la calle Peligro se celebraban reuniones. El 3 de noviembre se celebró el consejo de guerra, estando presidido por el coronel de Ingenieros Ricardo Seco de la Garza, fallando largas condenas para nueve de los juzgados y penas de muerte para Martín Cortés, Garrucho Pavón, Soto Vargas, Vázquez Soler y Antonia Céspedes Gallego; ésta fue indultada, pero ejecutada en la madrugada del 21 de enero de 1937. El 17 de noviembre a las 08,30 horas, se llevaron a cabo las ejecuciones de sus compañeros de juicio por un piquete de la Falange de los que constituían el destacamento de la prisión de García Aldave.