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domingo, 13 de diciembre de 2015

El exilio republicano en el norte de África


Buen número de españoles tras la guerra civil lograron refugiarse en Oran y con posterioridad en la ciudad internacional de Tánger, Casablanca o Rabat. El último libro del historiador Morro Casas sobre los campos de concentración franceses en el norte de África contribuye a arrojar luz sobre el aún poco conocido exilio republicano

Francisco Sánchez Montoya - Red Marruecos | Ceuta 04 de Diciembre de 2015
La primera publicación de Jose Luis Morro, dentro de esta colección se centró en el Campo de Vernet d’Àriège, sobre la tragedia vivida al final de la Guerra Civil por miles de españoles que atravesaron la frontera hacia Francia; su hacinamiento en playas y campos de concentración, el trato vejatorio que recibieron por parte del gobierno francés, la huida a países de acogida de algunos, la participación de otros en la II Guerra Mundial, la muerte de muchos de forma despiadada. De este libro ya se han realizado dos ediciones y en este momento se encuentra agotado. El segundo libro, trata sobre el Campo de Gurs, también agotado en estos momentos. Campos africanos. El exilio republicano en el norte de África, hace mención a la salida de Max Aub del campo argelino de Djelfa y, su posterior embarque en el puerto de Casablanca, el 10 de septiembre de 1942 en el vapor portugués Serpa Pinto rumbo a México, meses antes de que se cerrase definitivamente el campo de concentración de Djelfa.

No obstante, Jose Luis Morro desarrolla la historia centrándose en el barco inglés Stanbrook, que partió desde el puerto de Alicante hacia Orán. De hecho, en el anexo reproduce una relación nominal de los pasajeros embarcados, recopilada por el profesor Juan Bautista Vilar, en el que aparecen 2.620 pasajeros. El barco que hace 75 años sacó de España a miles de refugiados. El puerto de Alicante fue escenario de la tragedia que se vivió, cuando miles de republicanos llegaron desde todo el país con la esperanza de escapar de la represión. Se encontraron sólo con este navío mercante que sólo pudo salvar a unos cuantos miles, en los últimos días de la guerra. El barco, con una capacidad para 800 personas, llegó a cargar a casi 3.000 refugiados rumbo a Orán, al frente del buque estaba el capitán Dickson.
Campos africanos. El exilio republicano en el norte de África, hace mención a la salida de Max Aub del campo argelino de Djelfa y, su posterior embarque en el puerto de Casablanca, el 10 de septiembre de 1942 en el vapor portugués Serpa Pinto rumbo a México, meses antes de que se cerrase definitivamente el campo de concentración de Djelfa
Este puerto al final de la contienda, fue una tabla de salvación para cientos de republicanos, ya que caídos los puertos de Cataluña, el de Alicante era el único que quedaba libre, allí se reunieron unas 20.000 personas huyendo, entre las que había familias, cargos públicos, campesinos, maestros, militares en derrota, a quienes les habían prometido que habría barcos que les sacarían de España. El destino de este éxodo fue Orán y su región: la Argelia occidental limítrofe con Marruecos. Las cifras que recoge el historiador Juan B. Vilar son las siguientes: 8.000 asilados en Argelia, a los que se suman 4.000 en Túnez y 1.000 aproximadamente en Marruecos. Las mujeres y los niños eran conducidos a centros de albergue mientras que la gran masa de excombatientes y los varones en edad militar fueron internados en campos de trabajo, de los que destacamos los argelinos de Morand y Suzzoni, el oranés de Rélizane. Se crearon también campos de castigo como el de Merijda y Djelfa.

De Orán a la fosa común de Ceuta
Miles de españoles se encontraban el 28 de marzo de 1939 en el puerto de Alicante, entre ellos tres jóvenes, Antonio Reinares Metola, José Congost Plá y Ramón Valls Figuerola, ellos aguardaban un barco que les permitiese abandonar España, camino del exilio lo que realizaron en el buque Stanbrook, zarpando hacia Orán (Argelia). Cinco años después estos tres alicantinos fueron fusilados ante los muros de la fortaleza del Monte Hacho y enterrados en la fosa común, a los pocos años sus cuerpos fueron trasladados a un nicho.

Pudieron abandonar Argelia, tras muchas penurias, y establecerse en el Marruecos francés, concretamente en Casablanca, donde organizan una resistencia al régimen, con la creación de la denominada Unión Nacional Antifascista (U.N.A.). Estudian la posibilidad de establecerse en Tánger, como cabeza de lanzadera. El 10 de agosto de 1941 se desplaza a la ciudad internacional José Congost. Realizó el viaje en ferrocarril, escondido en un cajón y protegido por el jefe de estación.  Comienzan a recibir desde Casablanca el boletín Reconquista de España, que lo adaptarían con el nombre de Liberación de España, escrito a máquina, y lo reparten por la ciudad.

Como el trabajo de captación va en aumento, el recién llegado José Congost requiere nuevamente de Casablanca el envío de otro delegado más y a los pocos meses llegó por el mismo conducto Antonio Réinales Metola, este tiene en sus planes inmediatos el trabajo de reorganizar las Juventudes Socialistas Unificadas. Al cabo de algunos meses formó un comité, integrado por Amalia Guerrero, Sebastián Mesa, León Azulay, Jacob Cuby y Rubén Bengio.
Pudieron abandonar Argelia, tras muchas penurias, y establecerse en el Marruecos francés, concretamente en Casablanca, donde organizan una resistencia al régimen, con la creación de la denominada Unión Nacional Antifascista. Estudian la posibilidad de establecerse en Tánger, como cabeza de lanzadera
En septiembre de 1941 se envían dos nuevos dirigentes desde Casablanca, Adelo Aguado Hidalgo y Ramón Valls Figuerola; éstos asumen mayores y más amplias atribuciones y, sobre todo, el propósito de abrirse camino hacia Ceuta, entrevistándose con Demetrio Valentín, quien sirve de enlace para hablar con Pedro Rodríguez, dirigente socialista, quien hacía pocos meses había salido del Hacho. También asistieron el secretario político del PSOE Juan Traverso, y los cenetistas Agustín Álvarez y López Infante.

Debido a los nuevos proyectos deciden que el dirigente recién llegado desde Casablanca, Adelo Aguado, viaje a Madrid para mantener algunas reuniones y obtener más información. Pero fue detenido y llevado a la Dirección General de Seguridad, en la Puerta del Sol, y tras duros interrogatorios se le acusó de “atentar contra la seguridad del Estado y fomentar la organización de partidos políticos”. Tras un consejo de guerra sumarísimo, fue ejecutado a garrote vil el 28 de mayo de 1942 en Madrid. La detención de Adelo Aguado origina que las autoridades franquistas comiencen a encarcelar a los demás miembros que se encontraban en Ceuta y Tánger. En total son noventa y un detenidos. Todos son enviados a Ceuta, los hombres a la fortaleza del Hacho y las mujeres a la prisión del Sarchal. Se celebró el consejo en el cuartel de Sanidad, habilitándose una gran sala especial, comenzando el 9 de marzo de 1944. Después de siete días de vistas y declaraciones se aprobaron las múltiples condenas, destacando las penas de muerte a los alicantinos, José Congost Plá, Antonio Reinares Metola y Ramón Valls Figuerola, acusándoles de un delito contra la seguridad del Estado.

El 18 de agosto de 1944, a la siete de la mañana, fueron fusilados los tres jóvenes alicantinos. Un camión militar transportó sus cuerpos al cementerio, siendo enterrados en la fosa común. Pero, cinco años después, el 15 de noviembre de 1949, José Guerrero Garrido abonó el traslado de los restos de estos tres republicanos desde a un nicho. Como detalle significativo, en la lapida donde se tallaron sus nombres, se dibujó en grande y justo encima una gran estrella de cinco puntas, símbolo de las Juventudes Socialistas Unificadas, que todavía continúa en el cementerio de Ceuta. En torno al exilio español en el Magreb existe un gran desconocimiento, a pesar de los años transcurridos, esa aventura humana que vivió una parte del exilio español en el norte de África: cárceles, campos de concentración, compañías de trabajos forzados y represión. Cuando llegaron frente a Orán, el puerto de la costa argelina, empezó un verdadero calvario. La aventura de esta España peregrina no terminó oficialmente hasta que iniciada la transición democrática en España, la nueva Constitución, refrendada por una inmensa mayoría de españoles, puso fin a la realidad y la dialéctica de las dos Españas, iniciándose un periodo de reconciliación y de consenso democrático. La información sobre el exilio republicano, ha sido notoriamente insuficiente en los medios de comunicación de masas, de modo que la mayoría de la población, especialmente los jóvenes, lo desconocen.
En torno al exilio español en el Magreb existe un gran desconocimiento, a pesar de los años transcurridos, esa aventura humana que vivió una parte del exilio español en el norte de África: cárceles, campos de concentración, compañías de trabajos forzados y represión. Cuando llegaron frente a Orán, el puerto de la costa argelina, empezó un verdadero calvario
El historiador José Luis Morro
En las décadas de los años ochenta este prestigioso historiador estuvo en nuestra ciudad de Ceuta realizando el servicio militar. Y desde entonces guarda con gran cariño aquella Ceuta que lo acogió.  Son numerosas sus conferencias y estudios sobre el todavía desconocido exilio en el norte de África. La pasada semana intervino en el Ateneo de Madrid, dentro del marco del 75º aniversario del Exilio Republicano, Organizada por la Asociación de Descendientes del Exilio español. Contando con Ludivina García, Bechir Yazidi, profesor de la Universidad de Manoubade, Túnez, y especialista en el exilio en el Norte de África. Victoria Fernández Díaz, investigadora, y autora del libro: El Exilio de los marinos de la República, hija de refugiado en el Norte de África.  También son de destacar su trabajo sobre Max Aub, en Guerra Civil, exilio y literatura; Anna Seghers y Max Aub: dos destinos unidos por Gilberto Bosques; El exilio cultural de la guerra civil (1936-1939). Max Aub, ¿un exilio diferente?; El exilio literario español de 1939; Literatura y cultura del exilio español de 1939 en Francia, entre otros. Y sus últimos libros, Campo de Vernet d’Àriège, Campo de Gurs y este último Campos africanos. El exilio republicano en el norte de África.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Batalla del Norte de África. La Guerra del Desierto



20 oct. 2013
Batalla del Norte de África - The Lost Evidence

Durante la Segunda Guerra Mundial, la Campaña en África del Norte, también conocida como la Guerra del Desierto, tuvo lugar en el desierto de África del Norte, a partir del 10 de junio de 1940 y hasta el 16 de mayo de 1943. Incluyó campañas en Libia y Egipto (Desierto Occidental), en Marruecos y Argelia (conocida por los Aliados como Operación Torch) y en Túnez.

La campaña se produjo entre las potencias del Eje y las Aliadas. Los esfuerzos de guerra principales fueron dominados por la Commonwealth y por exiliados de la Europa ocupada, hasta que los Estados Unidos entraron en la guerra el 11 de mayo, proporcionando ayuda directa a las fuerzas aliadas en el Norte de África.

La lucha en el Norte de África empezó con la ocupación del italiano Fuerte Capuzzo por fuerzas británicas en junio de 1940. Esto fue seguido por una ofensiva italiana y una contraofensiva británica. Cuando los italianos sufrieron terribles derrotas, el Afrika Korps alemán (mandado por el mariscal de Campo Erwin Rommel) acudió en su ayuda.

Después de una serie de batallas de tira y afloja por el control de Libia y de algunas partes de Egipto, las fuerzas británicas (bajo el mando del general Bernard Montgomery) empujaron a las fuerzas del Eje hacia Túnez. A mediados de 1942, con los desembarcos Aliados de la Operación Torch en el Noroeste de África (al mando del general Dwight Eisenhower), y después de algunos enfrentamientos contra las fuerzas de la Francia de Vichy (que posteriormente se unieron a los Aliados), la Commonwealth y las fuerzas norteamericanas llevaron en un movimiento de tenazas a las fuerzas del Eje al norte de Túnez, donde fueron obligadas a rendirse.

domingo, 2 de agosto de 2015

La batalla del Estrecho… ¿Qué ocurrió con el Convoy?


Francisco Sánchez Montoya en Historia de Ceuta y el Protectorado español 2/8/15
El periodista ceutí Alejandro Ramírez, nos muestra en su libro “La Batalla del Estrecho” datos inéditos del “Convoy” con tropas sublevadas, el 5 de agosto de 1936 hacia Algeciras. El libro es un relato periodístico de esos acontecimientos, y él, nos describe como el fracaso del golpe militar de julio de 1936 impidió que el Ejército de África pudiera pasar masivamente a la Península, en los primeros días.

El general Franco, en Ceuta, desde el 19 de julio, para evitar un precipitado final de la sublevación, no tenía otra opción que romper el bloqueo que la marina de Guerra, fiel al Gobierno de la República, había impuesto en aguas del Estrecho de Gibraltar.

Estaba claro que los jefes del golpe militar en esta zona, Franco y Yagüe, necesitaban transportar las tropas que se encontraban a este otro lado del Estrecho. Pero los días pasaban, la tensión entre los sublevados aumentaban, unos días antes, un suceso les marcó, el comandante general de Ceuta, teniente coronel Gautier, aparecía en su despacho con un tiro en la cabeza -En mi libro, “Ceuta y el Norte de África…”, describo el suceso-.

Pero el relativo control por la flota republicana del Estrecho impidió el traslado inmediato y masivo del ejército de África. Estos barcos se refugiaban en la bahía de Tánger, el general Franco protestó ante las autoridades internacionales esta protección, puesto que en consonancia con la legislación que gobernaba la ciudad y su pequeño hinterland.

Al día siguiente de la llegada de Franco a Ceuta, el 19 de julio, este organiza en la Circunscripción Occidental, en la plaza de África, una importante reunión, con el general Kindelán, los tenientes coroneles Sáenz de Buruaga, Yagüe y Beigbeder, y el comandante del cañonero Dato, Manuel Súnico, con el fin de ultimar el paso de las tropas.

En un principio se estudió el paso nocturno, se desechó, ya que los barcos del Gobierno reforzaban la vigilancia del Estrecho, al no estar hostigado por los aviones. Se habla en la reunión que no puede existir el aspecto sorpresa ya que habría que cargar el convoy, con soldados y armamentos, a la vista de todo el mundo.

Franco, al comenzar la reunión, había trazado rápidamente sobre una cuartilla los contornos de las costas de Ceuta y la península, y con un punto indicó el monte Hacho, escuchó atentamente los argumentos de cada uno y al concluir él exclamo, “¡Pero yo tengo que pasar las tropas!”.

El 1 de agosto, el jefe de las fuerzas navales, capitán Majón, recibió en Tetuán la orden de Franco, entregándola en Ceuta al comandante del cañonero Dato, Súnico, para que estuvieran preparados y comenzar a embarcar en los buques en cualquier momento. La orden definitiva llegó el 4 de agosto, durante toda la madrugada estuvieron cargando los barcos. Él número exacto de hombres no se tiene, pero según Alejandro Ramírez en su libro, debió oscilar entre 1.700 y 1.800.

Franco llegó a Ceuta, desde la vecina ciudad de Tetuán, tras visitar la Circunscripción, asistió a una misa en el Santuario de África, trasladándose a continuación hacia el monte Hacho, situando su cuartel general en el mirador natural, junto a la Ermita de San Antonio, desde donde controlaba perfectamente la línea que deben llevar los buques hasta Algeciras. Le acompañan, los generales Luis Orgaz, Kindelán, y Yagüe se encuentra en el puerto ceutí.

HORAS ANTES, FUSILADO EL PRIMO DE FRANCO EN EL HACHO
En la mañana del 4 de agosto de 1936, a muy pocas horas del paso del Convoy, le comunican al comandante De La Puente Bahamonde, primo de Franco, que se encuentra detenido en la fortaleza del monte hacho desde el 18 de julio, que el consejo de guerra falló su ejecución ante un pelotón de fusilamiento. Fue fusilado a las cinco de la tarde de ese mismo día. Tras consultar cientos de procedimientos nunca tuvo lugar una ejecución a esas horas. Estaba claro que los sublevados querían dar por finalizado, y cuanto antes, el procedimiento abierto al primo de Franco. De la Puente se negó a entregar el aeródromo de Tetuán, en la tarde del 17 de julio, y ser fiel al Gobierno de la República. En la soledad de la fortaleza del Hacho escribió: “… La única comunicación que recibí fue sin explicación alguna de motivos, una llamada telefónica en la que una voz que dijo ser del Coronel Buruaga me comunicaba que una columna salía para apoderarse del aeródromo, contesté en forma brusca como lo haría cualquier jefe ú oficial a quien por alguien que no sea la autoridad llamada a ello se le haga la proposición de entregar el puesto encomendado a su custodia. Que aun partiendo de la base de que, efectivamente fuera el Coronel Buruaga quien diera la orden no tenia el que suscribe más noticias sobre dicho Señor Coronel que la de hallarse en Tetuán en situación de disponible sin que hasta ese momento se le hiciese comunicado por nada ningún nuevo nombramiento de dicho Señor coronel, por lo cual no tome en cuenta la comunicación y seguí cumplimentando en todo las ordenes recibidas del Alto comisario interino…”.

¿POR QUÉ NO PARTICIPARON EN LA BATALLA, MÁS BARCOS DE LA FLOTA REPUBLICANA?
En “La Batalla del Estrecho”, Alejandro Ramírez, nos desvela los entresijos de aquel Convoy, y él, como otros historiadores se pregunta por qué el destructor Alcalá Galiano fue el único buque de la flota republicana que trató de frenar el paso. Muchas preguntas sin respuestas, y numerosas hipótesis de aquel hecho histórico, nos muestra con sus investigaciones, todo plasmado en este interesante libro.

El destructor republicano, intentó en solitario detener el Convoy, cuando los barcos ya se encontraban a unas cinco millas de Punta Carnero, éste venía del noroeste, realizando descargas. El cañonero Dato atravesando la línea del convoy, repelió el ataque.

Franco ordena, desde el mirador de San Antonio, y ante el temor de que el destructor republicano continúe atacando, despeguen desde el aeródromo de Tetuán seis aviones. Cinco minutos más tarde el destructor republicano es bombardeado por la aviación. También se unió a la defensa del convoy el Torpedero T-19 que había salido de Algeciras. El combate continúo a rumbos paralelos, el Uad Kert y el Arango realizaron también fuego contra el destructor. El combate duró aproximadamente treinta minutos. El destructor Alcalá Galiano se alejó hacia Málaga, le fue imposible repeler el ataque.

Como en tantos otros aspectos de este episodio, no hay una respuesta lógica, en la soledad del destructor republicano. Es posible que los responsables del Gobierno, al constatar la abrumadora superioridad aérea de los sublevados, no quisieron exponer sus mejores barcos a los elevados riesgos que presentaba enfrentarse a los numerosos aviones, que esperaban una orden en Tetuán.

A pesar de sus evidentes limitaciones, la Marina era leal, comprometida con la República y dispuesta a defenderla hasta las últimas consecuencias. Tenía desplegadas en el Estrecho fuerzas navales más que suficientes para bloquear de forma absoluta los puertos de ambas orillas, ante la práctica inexistencia de unidades navales enemigas. Pero, sin embargo, falló.

La flota leal al Gobierno, a pesar de ser muy superior en tamaño, tenía dos desventajas respecto a la armada de los sublevados. La primera era que carecía de oficiales experimentados y de suficiente antigüedad y experiencia. Además tenían que hacer frente al poder de los comités de los barcos, que interferían en el mando de los buques.

La flota republicana estudió varias opciones para acabar con el sueño de los sublevados. Hundir al Dato y al Uad Kert en el propio puerto de Ceuta, atacar al convoy en plena travesía o esperar su llegada a Algeciras y el inicio de las labores de desembarco para bombardear por sorpresa a los buques y dejar atrapadas sus fuerzas en una auténtica ratonera.

Otra posibilidad, como indica Alejandro Ramírez, era intentar la ocupación de Algeciras y bloquear de este modo el puerto más cercano que las fuerzas africanas tenían para desembarcar. Pero la desorganización y la falta de una estrategia definida en el bando republicano impedía la ejecución de cualquier tipo de operación en la que tuvieran que participar de forma coordinada fuerzas de los tres ejércitos.
La aviación republicana, que tenía un papel clave que cumplir en el Estrecho, apenas si hizo acto de presencia, entregando el decisivo dominio del aire a los aviones que partían del cercano aeródromo de Sania Ramel en la Capital del protectorado, Tetuán.

El Cuaderno de Bitácora del Uad Kert, el guardacostas designado como cabeza de convoy, explica que a las 5,30 de la madrugada del 5 de agosto, se despegó del muelle, para fondear en el puerto con el ancla a pique. A las 7,30 de la mañana, tres bombas de humo lanzadas por un avión marcaban la señal de salida. A las 7,40, el Uad Kert se puso en marcha, pero a las 8 regresó al puerto de Ceuta al comprobar que ningún barco le seguía.

La causa de la suspensión estuvo en que a las 7 horas, aproximadamente, el D-8, en su vuelo de exploración para proteger el paso del convoy, avistó al destructor Lepanto, al que atacó a 300 metros de altura, causándole un muerto y heridos, aunque estas cifras fueron aumentadas después por la propaganda franquista. El destructor se defendió con fuego antiaéreo, pero acabó entrando en Gibraltar para desembarcar a las bajas sufridas. Sobre las 18,30 comienzan a entrar en la bahía Algecireña los buques.

ALEJANDRO RAMÍREZ, PERIODISTA, HISTORIADOR, ESCRITOR…

El ceutí Alejandro Ramírez Martínez, Ceuta, 1963, curso la carrera de periodista, ha desarrollado su labor profesional entre su ciudad natal, Jerez, Sevilla y Madrid. Fue director del diario El Periódico de Ceuta y jefe de reportajes de la revista Andalucía Actualidad, antes de incorporarse a Publicaciones del Sur, donde centró su actividad en la dirección del diario Jerez Información. Posteriormente fue nombrado delegado del diario As en Andalucía para poner en marcha su edición regional. Tras su paso por el Grupo Andaluz de Comunicación se incorporó en el año 2000 a la revista INVERSIÓN & Finanzas, del Grupo Vocento. Fue nombrado director de esta publicación en 2012, cargo que desempeña actualmente. Además del libro “La Batalla del Estrecho”, Alejandro Ramírez ha publicado también “En ese lugar…” (1999); “Por qué no combatimos en Vietnam” (2005) y “El primer disparo” (2012). Han pasado casi ocho décadas de aquellos sucesos que el tituló “La Batalla del Estrecho” y en ese recomendable libro aparecen unas líneas en recuerdo de un buen amigo en común, el historiador Juan Bravo Pérez, este le comentaba que mantenía grabadas en su memoria las imágenes de aquel 5 de agosto de 1936… La intensa niebla que cubría el Estrecho de Gibraltar, las aguas revueltas por el temporal de levante, los aviones sobrevolando sobre sus cabezas…

domingo, 26 de julio de 2015

Blog sobre el barco del exilio "África Trader"


David Coronado realiza desde Valencia un Blog dedicado a uno de los barcos del exilio a Orán, El African Trader.
El African Trader llevó a 1.250 personas de Alicante a Orán el 18 de marzo de 1939.
Podéis seguir toda la información a través de su enlace.

sábado, 18 de julio de 2015

El primo de Franco pudo cambiar el transcurso de la Guerra Civil

 
 
Los aviones que se enviaron desde Madrid nunca llegaron al aeródromo de Ricardo de la Puente
 
EFE 18/07/2015
El primo del general Francisco Franco, el comandante Ricardo de la Puente Bahamonde, jefe del aeródromo de Sania Ramel en Tetuán -capital del Protectorado en Marruecos- pudo cambiar la historia de la Guerra civil española.
 
Si el presidente del Gobierno Casares Quiroga envía los aviones que le prometió y que estuvo esperando durante buena parte de la madrugada del día 18 de julio el curso de los acontecimientos podría haber sido muy distinto al desenlace final.
 
Así lo revela el historiador e investigador ceutí Francisco Sánchez Montoya tras diez años de investigación que ha concretado con la publicación de su libro «Ceuta y el norte de África, 1931-1944», donde deja constancia de este momento histórico.

Los aviones que no llegaron

La investigación, basada sobre todo en el estudio de centenares de consejos de guerra de la época en archivos militares y civiles, ha constatado que el comandante Bahamonde no tenía dudas de que durante la madrugada del 18 de julio sería atacado el aeródromo situado a las afueras de Tetuán.
 
En pocas horas, su primo –el general Franco– debía aterrizar allí a bordo del Dragón Rapide, procedente de Canarias, para tomar el mando de los sublevados en el norte de África.
 
Desde el único lugar oficial que permanecía legal al Gobierno de la República, el comandante De la Puente Bahamonde recibió una "esperanzadora llamada" donde se le comunicaba que el presidente del Gobierno y ministro de la Guerra, Casares Quiroga, iba a enviar aviones de refuerzo y había que resistir a toda costa. Era la tarde del 17 de julio.
 
El teléfono volvió a sonar a las dos de la madrugada del 18 de julio. «Esta vez era el jefe de la sublevación en Tetuán, el teniente coronel Sáenz de Buruaga, quien informaba a Bahamonde que si no deponía su actitud una columna de artillería y tropas de Regulares cercarían el aeródromo».
 
Los aviones de Madrid seguían sin llegar pero Bahamonde se mantuvo firma. Tras consultar el voluminoso consejo de guerra de Bahamonde, el historiador ceutí destaca que el comandante dijo: «¡tendrán que pasar por encima de los que defendemos al gobierno legal en este momento!».
Dos horas y media después el aeródromo estaba rodeado y el asedio apenas tardó unos minutos. Las fuerzas atacante no dañaron la pista de aterrizaje, que sería utilizada horas después por el avión que traía al general Francisco Franco.
 
«El comandante no tardó en comprender que los aviones prometidos por Casares Quiroga no iban a llegar nunca, que resistir sólo serviría para contribuir al derramamiento de sangre y que su primo había ganado esta partida», ha comentado a Efe Francisco Sánchez.
 
A las 05.15 horas de la madrugada del 18 de julio, el comandante enarboló un pañuelo blanco, salió con sus hombres a la pista de aterrizaje y entregó su pistola al comandante de Regulares Serrano Montaner, siendo trasladado a la fortaleza militar del Monte Hacho de Ceuta.
 
Unas horas más tarde, en la mañana del 19 de julio, aterrizaba en el aeródromo el «Dragon Rapide» con Francisco Franco, «quien fue rápidamente informado de la actitud de su primo y que estaba detenido».

Fusilado por traición

El historiador completa el relato destacado que el 2 de agosto se celebró el consejo de guerra en Ceuta y el primo de Franco fue condenado a muerte por traición, siendo fusilado el 4 de agosto de 1936 en los muros exteriores a la fortaleza del Monte Hacho.
 
«Lo fusilaron a las cinco de la tarde, una hora inusual para este tipo de acciones», ha dicho el historiador, quien tras consultar cientos de procedimientos llevados a cabo en Ceuta y en el Protectorado Español en Marruecos, ha añadido: «durante la represión que duró hasta 1944 en Ceuta no se hizo ninguna ejecución por la tarde, por lo que estaba claro que Franco quería dar por finalizado este consejo de guerra cuanto antes».
 
El primo de Franco pudo cambiar la historia pero los aviones no llegaron y los planes de Franco siguieron su curso normal.

sábado, 6 de junio de 2015

Conferencia «El exilio republicano de 1939 en África del Norte y los campos de concentración de Argelia»

Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias
 
Día: Viernes 19  de Junio 2015

Hora:  19h.00

Lugar : INSTITUTO DE ESTUDIOS HISPANICOS-
            C/ Quintana, nº: 18- Puerto de la Cruz.

 
Conferencia «El exilio republicano de 1939 en África del Norte y los campos de concentración de Argelia», a cargo de  Eliane Ortega Bernabeu, especialista en el estudio del exilio republicano del norte de África y los campos de concentración franceses.
 
Ortega tratará el tema de los republicanos españoles que se exiliaron en 1939 a Argelia, un capítulo desconocido de nuestra historia contemporánea que merece ser estudiado más en profundidad. Analizará destacados episodios como la salida de Alicante conocida como «La desbandada final», la travesía dramática de los barcos hasta alcanzar la costa argelina, la llegada a Orán y la existencia de los campos de concentración y los campos de la muerte.
 
Eliane Ortega Bernabeu nació en Orán y estudió en el Lycee Francés Pasteur. Su infancia transcurrió en esta ciudad junto a la comunidad española republicana. Conoció la Argelia que estuvo bajo dominio colonial francés y también vivió los primeros años de la nueva República argelina hasta 1972, año en el que ella y su familia abandonaron Orán.

viernes, 22 de mayo de 2015

José Luis Morro y el exilio republicano en el norte de África

 
Francisco Sánchez Montoya en HISTORIA DE CEUTA Y EL PROTECTORADO ESPAÑOL 22/5/15
Un buen número de españoles tras la guerra civil emprendieron el exilio mexicano y otros hacia Oran y con posterioridad a la ciudad internacional de Tánger, Casablanca o Rabat. Como el caso del profesor ceutí Luis Abad.
 
El historiador segorbino, José Luis Morro Casas, presentó su último libro sobre los campos de concentración franceses en el norte de África, titulado: “Campos africanos. El exilio republicano en el norte de África”. Libro imprescindible para conocer la intrahistoria de lo acontecido en este todavía poco conocido exilio republicano.

 Cabe recordar que la primera publicación de Jose Luis Morro, dentro de esta colección se centró en el Campo de Vernet d’Àriège, sobre la tragedia vivida al final de la Guerra Civil por miles de españoles que atravesaron la frontera hacia Francia; su hacinamiento en playas y campos de concentración, el trato vejatorio que recibieron por parte del gobierno francés, la huida a países de acogida de algunos, la participación de otros en la II Guerra Mundial, la muerte de muchos de forma despiadada. De este libro ya se han realizado dos ediciones y en este momento se encuentra agotado.

El segundo libro, trata sobre el Campo de Gurs, también agotado en estos momentos.

“Campos africanos. El exilio republicano en el norte de África”, hace mención a la salida de Max Aub del campo argelino de Djelfa y, su posterior embarque en el puerto de Casablanca, el 10 de septiembre de 1942 en el vapor portugués Serpa Pinto rumbo a México, meses antes de que se cerrase definitivamente el campo de concentración de Djelfa.

No obstante, Jose Luis Morro desarrolla la historia centrándose en el barco inglés “Stanbrook”, que partió desde el puerto de Alicante hacia Orán. De hecho, en el anexo reproduce una relación nominal de los pasajeros embarcados, recopilada por el profesor Juan Bautista Vilar, en el que aparecen 2.620 pasajeros. El barco que hace 75 años sacó de España a miles de refugiados. El puerto de Alicante fue escenario de la tragedia que se vivió, cuando miles de republicanos llegaron desde todo el país con la esperanza de escapar de la represión. Se encontraron sólo con este navío mercante que sólo pudo salvar a unos cuantos miles, en los últimos días de la guerra. El barco, con una capacidad para 800 personas, llegó a cargar a casi 3.000 refugiados rumbo a Orán, al frente del buque estaba el capitán Dickson.

Este puerto al final de la contienda, fue una tabla de salvación para cientos de republicanos, ya que caídos los puertos de Cataluña, el de Alicante era el único que quedaba libre, allí se reunieron unas 20.000 personas huyendo, entre las que había familias, cargos públicos, campesinos, maestros, militares en derrota, a quienes les habían prometido que habría barcos que les sacarían de España.

 El destino de este éxodo fue Orán y su región: la Argelia occidental limítrofe con Marruecos. Las cifras que recoge el historiador Juan B. Vilar son las siguientes: 8.000 asilados en Argelia, a los que se suman 4.000 en Túnez y 1.000 aproximadamente en Marruecos. Las mujeres y los niños eran conducidos a centros de albergue mientras que la gran masa de excombatientes y los varones en edad militar fueron internados en campos de trabajo, de los que destacamos los argelinos de Morand y Suzzoni, el oranés de Rélizane. Se crearon también campos de castigo como el de Merijda y Djelfa.

El historiador José Luis Moro y Ceuta
En las décadas de los años ochenta este prestigioso historiador estuvo en nuestra ciudad realizando el servicio militar. Y desde entonces guarda con gran cariño aquella Ceuta que lo acogió.  Son numerosas sus conferencias y estudios sobre el todavía desconocido exilio en el norte de África. La pasada semana intervino en el Ateneo de Madrid, dentro del marco del 75º aniversario del Exilio Republicano, Organizada por la Asociación de Descendientes del Exilio español.

Contando con Ludivina García, Bechir Yazidi, profesor de la Universidad de Manoubade, Túnez, y especialista en el exilio en el Norte de África. Victoria Fernández Díaz, investigadora, y autora del libro: El Exilio de los marinos de la República, hija de refugiado en el Norte de África.  También son de destacar su trabajo sobre Max Aub, en Guerra Civil, exilio y literatura; Anna Seghers y Max Aub: dos destinos unidos por Gilberto Bosques; El exilio cultural de la guerra civil (1936-1939). Max Aub, ¿un exilio diferente?; El exilio literario español de 1939; Literatura y cultura del exilio español de 1939 en Francia, entre otros. Y sus últimos libros, Campo de Vernet d’Àriège, Campo de Gurs y este último Campos africanos. El exilio republicano en el norte de África.

De la fosa común a un nicho
El 18 de agosto de 1944, a la siete de la mañana, fueron fusilados los tres jóvenes alicantinos. Un camión militar transportó sus cuerpos al cementerio, siendo enterrados en la fosa común. Pero, cinco años después, el 15 de noviembre de 1949, José Guerrero Garrido abonó el traslado de los restos de estos tres republicanos desde a un nicho. Como detalle significativo, en la lapida donde se tallaron sus nombres, se dibujó en grande y justo encima una gran estrella de cinco puntas, símbolo de las Juventudes Socialistas Unificadas, que todavía continúa en el cementerio de Ceuta. En torno al exilio español en el Magreb

 existe un gran desconocimiento, a pesar de los años transcurridos, esa aventura humana que vivió una parte del exilio español en el norte de África: cárceles, campos de concentración, compañías de trabajos forzados y represión. Cuando llegaron frente a Orán, el puerto de la costa argelina, empezó un verdadero calvario. La aventura de esta España peregrina no terminó oficialmente hasta que iniciada la transición democrática en España, la nueva Constitución, refrendada por una inmensa mayoría de españoles, puso fin a la realidad y la dialéctica de las dos Españas, iniciándose un periodo de reconciliación y de consenso democrático. La información sobre el exilio republicano, ha sido notoriamente insuficiente en los medios de comunicación de masas, de modo que la mayoría de la población, especialmente los jóvenes, lo desconocen.

De Orán a la fosa común de Ceuta
Miles de españoles se encontraban el 28 de marzo de 1939 en el puerto de Alicante, entre ellos tres jóvenes, Antonio Reinares Metola, José Congost Plá y Ramón Valls Figuerola, ellos aguardaban un barco que les permitiese abandonar España, camino del exilio lo que realizaron en el buque Stanbrook, zarpando hacia Orán (Argelia). Cinco años después estos tres alicantinos fueron fusilados ante los muros de la fortaleza del Monte Hacho y enterrados en la fosa común, a los pocos años sus cuerpos fueron trasladados a un nicho.

 Pudieron abandonar Argelia, tras muchas penurias, y establecerse en el Marruecos francés, concretamente en Casablanca, donde organizan una resistencia al régimen, con la creación de la denominada Unión Nacional Antifascista (U.N.A.). Estudian la posibilidad de establecerse en Tánger, como cabeza de lanzadera. El 10 de agosto de 1941 se desplaza a la ciudad internacional José Congost. Realizó el viaje en ferrocarril, escondido en un cajón y protegido por el jefe de estación.  Comienzan a recibir desde Casablanca el boletín Reconquista de España, que lo adaptarían con el nombre de Liberación de España, escrito a máquina, y lo reparten por la ciudad.

 Como el trabajo de captación va en aumento, el recién llegado José Congost requiere nuevamente de Casablanca el envío de otro delegado más y a los pocos meses llegó por el mismo conducto Antonio Réinales Metola, este tiene en sus planes inmediatos el trabajo de reorganizar las Juventudes Socialistas Unificadas. Al cabo de algunos meses formó un comité, integrado por Amalia Guerrero, Sebastián Mesa, León Azulay, Jacob Cuby y Rubén Bengio.

 En septiembre de 1941 se envían dos nuevos dirigentes desde Casablanca, Adelo Aguado Hidalgo y Ramón Valls Figuerola; éstos asumen mayores y más amplias atribuciones y, sobre todo, el propósito de abrirse camino hacia Ceuta, entrevistándose con Demetrio Valentín, quien sirve de enlace para hablar con Pedro Rodríguez, dirigente socialista, quien hacía pocos meses había salido del Hacho. También asistieron el secretario político del PSOE Juan Traverso, y los cenetistas Agustín Álvarez y López Infante.

 Debido a los nuevos proyectos deciden que el dirigente recién llegado desde Casablanca, Adelo Aguado, viaje a Madrid para mantener algunas reuniones y obtener más información. Pero fue detenido y llevado a la Dirección General de Seguridad, en la Puerta del Sol, y tras duros interrogatorios se le acusó de “atentar contra la seguridad del Estado y fomentar la organización de partidos políticos”. Tras un consejo de guerra sumarísimo, fue ejecutado a garrote vil el 28 de mayo de 1942 en Madrid. La detención de Adelo Aguado origina que las autoridades franquistas comiencen a encarcelar a los demás miembros que se encontraban en Ceuta y Tánger. En total son noventa y un detenidos. Todos son enviados a Ceuta, los hombres a la fortaleza del Hacho y las mujeres a la prisión del Sarchal. Se celebró el consejo en el cuartel de Sanidad, habilitándose una gran sala especial, comenzando el 9 de marzo de 1944. Después de siete días de vistas y declaraciones se aprobaron las múltiples condenas, destacando las penas de muerte a los alicantinos, José Congost Plá, Antonio Reinares Metola y Ramón Valls Figuerola, acusándoles de un delito contra la seguridad del Estado.

sábado, 16 de mayo de 2015

Vídeo de la conferencia: "Exilio republicano en el norte de África en 1939"

 
Casa Árabe 30 de abril 2015
El 22 de abril de 2015, Eliane Ortega Bernabéu habló sobre esta cuestión y sobre los campos de concentración en Argelia en la sede de Casa Árabe en Madrid.
 
En su ponencia, Ortega trató el tema de los republicanos españoles que se exiliaron en 1939 a Argelia, un capítulo de nuestra historia contemporánea desconocido que merece ser estudiado más en profundidad. Analizó destacados episodios como la salida de Alicante conocida como “La desbandada final”, la travesía dramática de los barcos hasta llegar a la costa argelina, la llegada a Orán y la existencia de los campos de concentración y campos de la muerte. 

domingo, 10 de mayo de 2015

"Desde el silencio" seleccionado para FICIT (Argentina)

 
Seleccionado "Desde el silencio, exilio republicano en el norte de África" para participar en  la Sección (FT) FICiP Temático Daños colateras del ARGENTINA FICIP, Quinto FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE POLÍTICO, a realizarse en la ciudad de Buenos Aires, del 7 al 13 de mayo de 2015.
 
Desde el silencio, exilio republicano en el norte de África se proyectará el martes 12 a las 17,00hs en el Auditorio Bauen
 
Comision Directiva del Argentina FICIP
Clara Isasmendi  - Clelia Isasmendi   - Rosana Salas - Osvaldo Cascella  -
Coordinador de Producción Mauro Simone

domingo, 26 de abril de 2015

Marruecos disuelve marcha reivindicativa de los bereberes

 
Almanar.com 23/4/15
El pasado miércoles la Asamblea Mundial Amazig (AMA) criticó al gobierno de Marruecos por “reprimir violentamente” una manifestación de bereberes.

La marcha tuvo lugar el pasado 19 de abril en Agadir (sur de Marruecos) a pesar de la prohibición de las autoridades marroquíes.

Los amazig o bereberes, habitantes originarios del norte de África, son una minoría importante en Marruecos y Argelia y han pedido el reconocimiento de sus derechos, en especial los lingûísticos.

La AMA señaló que “afirmamos nuestra solidaridad incondicional con la juventud amazig que salió para conmemorar el aniversario de la Primavera Amazig el domingo pasado. La apoyamos y mostramos nuestro respaldo también a los detenidos, que alcanzan las 13 personas, entre los cuales figuran dos miembros de la AMA, Saïd El Ferouah y Youba Ouberka”.

La Asamblea pidió también al Estado marroquí y todas sus instituciones que no recurran a la fuerza para “tratar con las reivindicaciones justas y legítimas de los amazig”.

Unión Europea: No más muertes en el Mediterráneo #nomásmuertes


Dirigida a Presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker 

Todos ellos tienen nombres y apellidos. Cada una de las 700 personas que se ahogaron en el Mediterráneo este fin de semana tienen un nombre y una historia.

Lo sé porque yo podría haber sido uno de ellos. Mi nombre es Tareke Brhane. Huí de Eritrea cuando tenía 17 años, escapando de los militares, la guerra y una dictadura feroz. Estaba desesperado. Nada me podía parar, ni siquiera el miedo a morir en el mar. Fui rechazado en un primer intento de llegar a Italia, pero lo intenté de nuevo, y lo conseguí.

La tragedia de este fin de semana es la más grande en cuanto a pérdida de vidas humanas que se ha producido en el Mediterráneo. Semanas antes, 400 personas perdieron la vida en un incidente similar. Y miles más perderán sus vidas en las próximas semanas si la Unión Europea no actúa ahora.

Firma esta petición y pide a los gobiernos de la Unión Europea que en su reunión de este jueves aprueben el lanzamiento inmediato de una operación de búsqueda y rescate en el Mediterráneo

En el año 2014 aproximadamente 219.000 personas cruzaron el Mediterráneo, y 3.500 personas perdieron la vida. Europa no puede seguir contando víctimas y mirando hacia otro lado.

La actual operación de la UE en la zona, Tritón, se ha centrado principalmente en el control de fronteras. Esta operación debe ser reforzada para centrarse en las tareas de búsqueda y rescate. Y junto con esta operación mejorada, Europa también necesita adoptar vías legales creíbles para las personas que huyen del conflicto.

Firma esta petición y exige a los gobiernos de la UE el despliegue urgente de una operación de búsqueda y rescate a gran escala en el Mediterráneo, así como la apertura de vías legales para evitar que las personas que huyen de conflictos y la persecución frente a estos viajes de la muerte.

Tareke Brhane es el presidente de “Comité 3 de Octubre”, una organización sin ánimo de lucro fundada tras el hundimiento de un barco en Lampedusa el 3 de octubre de 2013, donde 368 personas perdieron la vida. El objetivo de la organización es la adopción de un día conmemorativo en honor a los migrantes que han muerto, así como las personas que han arriesgado sus vidas para salvarles,a celebrarse cada 3 de octubre. Tareke ha recibido la medalla al activismo social en 2014, durante la XIV Cumbre de Premios Nobel de la Paz.
 
Carta a
Presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker
Presidentes y Primeros Ministros Europeos
Donald Tusk
Alta Representante de la UE Federica Mogherini
 
Exigimos a los gobiernos de la UE el despliegue urgente de una operación de búsqueda y rescate a gran escala en el Mediterráneo, así como la apertura de vías legales para evitar que las personas que huyen de conflictos y la persecución frente a estos viajes de la muerte.

miércoles, 1 de abril de 2015

Exilio republicano en el norte de África en 1939

 
Eliane Ortega Bernabéu hablará sobre esta cuestión y sobre los campos de concentración en Argelia.
22 de abril Madrid
 
En su ponencia, Ortega tratará el tema de los republicanos españoles que se exiliaron en 1939 a Argelia, un capítulo de nuestra historia contemporánea desconocido que merece ser estudiado más en profundidad. Analizará destacados episodios como la salida de Alicante conocida como “La desbandada final”, la travesía dramática de los barcos hasta llegar a la costa argelina, la llegada a Orán y la existencia de los campos de concentración y campos de la muerte.

Eliane Ortega Bernabéu ha dedicado sus investigaciones al estudio de los republicanos españoles en el exilio en el norte de África. Es hija y nieta de republicanos que se exiliaron a Argelia en 1939. Nació en Orán y estudió en el Lycee Francés Pasteur. Su infancia transcurrió en esta ciudad junto a la comunidad española republicana. Conoció la Argelia que estuvo bajo dominio colonial francés y también vivió los primeros años de la nueva República argelina hasta 1972, año en el que ella y su familia abandonaron Orán.

lunes, 30 de marzo de 2015

Les camps d’Afrique du Nord

 
Nota: Para leer la noticia en otro idioma se puede usar el traductor colocado en la columna lateral desde la misma página-web
 
24 aout 1944 - 8 février 2015 Marie Rafaneau
À l’origine, les camps d’Afrique du Nord ne sont pas à proprement parlé des camps répressifs mais, très vite la situation va se dégrader. Le dénuement des premiers temps, responsable de situations difficiles, n’a pas le temps de s’améliorer. Très vite, ces camps vont glisser d’une logique d’enfermement à celle d’une mise au travail forcé des internés, pour finalement s’inscrire, sous le gouvernement de Vichy, dans une logique de répression et d’exclusion.

Lorsqu’en mars 1939, les derniers évacués de la zone sud-est de l’Espagne, qui ont cherché refuge en Afrique du Nord, atteignent les côtes du Maghreb, la situation qu’ils rencontrent rappelle celle vécue, au début de l’année, par les exilés de la Retirada. L’improvisation est toujours là, mais, plus que partout ailleurs, l’ambiance générale leur est encore plus défavorable, car si, comme en métropole, la population, en particulier, celle d’origine espagnole, reste très divisée, les autorités ne cachent pas leur haine des « rouges ».
 
Créés pour y interner les combattants des derniers évacués de la zone sud-est de l’Espagne, de l’ordre de 10 à 12 000 réfugiés, composés essentiellement de militants et de cadres de l’administration, qui ont pu s’embarquer avant l’arrivée des troupes Italiennes et franquistes, les camps d’Afrique du Nord sont d’autant plus improvisés et dépourvus d’installations, que les autorités ont été rétives à leur ouverture.
 
L’arrivée de ces quelques milliers de « rouges » est loin d’être appréciée. Leur séjour est d’autant plus redouté que, dans leur grande majorité, ils sont très politisés. Toutefois, l’accueil va être variable en fonction du lieu où les bateaux accostent.

 En Tunisie et au Maroc (limité en raison de la proximité du territoire sous contrôle franquiste), les exilés vont généralement bénéficier d’une plus grande liberté que ceux arrivés en Algérie, en particulier, dans l’Oranie où la prédominance d’une colonie d’origine espagnole, fait craindre à la fois une « hispanisation » de la région et l’émergence de conflits entre pro républicains et pro nationalistes. Ainsi à Oran, où la municipalité va fêter la victoire nationaliste, les autorités vont tout faire pour éviter leur débarquement et, faute de mieux, les évacuer au plus vite vers d’autres régions.
 
Après des mises en quarantaine variables, les civils sont provisoirement abrités dans des centres d’accueil improvisés (ancienne prison civile d’Oran, anciens docks et marabouts installés sur le port, à Ravin blanc, réservés aux hommes) ou évacués vers des centres d’hébergement plus éloignés.

Excepté Ben Chicao, la plupart de ces centres sont situés dans la région d’Orléansville. Les plus importants : Carnot plutôt réservé aux regroupements familiaux dont les conditions sont légèrement meilleures, et Beni Hindel (Molière) destinés aux femmes et aux enfants. L’improvisation constatée quelques mois plus tôt en métropole est également à l’ordre du jour. En revanche, l’absence de réquisitions de locaux pour des hébergements collectifs, obligent les autorités à recourir aux installations militaires, d’où l’importance de réfugiés placés dans des camps sous contrôle militaire par rapport aux centres d’hébergement sous administration civile. [1]
 
En règle générale, les conditions de vie et d’hygiène sont déplorables. Compte tenu de la fréquence des situations d’insalubrité régulièrement dénoncées, les réfugiés sont déplacés de centres en centres dans des conditions également difficiles et pour un résultat nul car ces mouvements ne résolvent rien.
Toutefois, ces conditions aussi pénibles soient-elles, n’ont rien de comparables avec celles des camps d’internement.
 
Parmi ces camps, [2], Cherchell où sont dirigés en priorité les intellectuels et les francs-maçons, et à l’écart des villes, ceux réservés aux miliciens : Relizane (ancienne caserne dans la région de Mostaganem) et au sud d’Alger (Blida) le camp Morand près de Boghari qui abrite quelques 3 000 internés au début de l’été 1939 et le camp Suzzoni à Boghar. Dans ces deux derniers camps, souvent regroupés sous le même nom de « camp de Boghar », les conditions de vie sont plus dures que partout ailleurs en raison notamment d’une surpopulation, et d’un régime d’austérité aggravé par les conditions climatiques.
 
En mai 1939, un rapport du CICIAER (Comité International de Coordination et d’Information pour l’Aide à l’Espagne Républicaine) mentionne : « ils manquent de tout… Avec la chaleur, cela nous permet d’affirmer que pas un homme ne pourra résister dans ces conditions. Ils sont voués au désespoir, à la maladie et à la mort ». [3]
 
Avec l’entrée en guerre, ces camps vont progressivement se militariser, les quelques civils internés à Boghar vont être dirigés vers Cherchell, et ceux de Relizane vers l’ancienne prison d’Oran. À Boghar, les miliciens maintenus sur place sont bientôt rejoints par les suspects de subversion, en particulier les communistes après le pacte germano-soviétique. Pour mieux les contrôler des mesures spécifiques sont prises touchant à la fois à la militarisation des camps et dès l’été 1939 à l’organisation des premières compagnies de travailleurs.
 
Les Compagnie de travailleurs étrangers (CTE) en Afrique du Nord
En avril 1940, ils sont environ 2 500 dans les CTE pour toute l’Afrique du Nord. En Algérie, ils sont surtout utilisés pour la réfection des routes, l’extraction du charbon dans les mines de Kenadza et la construction du « transsaharien » (voie ferrée qui devait relier l’Afrique du nord [Colomb-Béchar] à l’Afrique occidentale [Niger-Mali]). Perdu en plein désert, ce chantier, commencé lors de la Première Guerre mondiale qui a cessé en 1918 avec le rapatriement des prisonniers allemands, peut être repris grâce à l’utilisation de ces nouveaux esclaves. Les conditions, déjà terribles, ne vont cesser de s’aggraver. Logés dans des marabouts, ces travailleurs forcés vont faire rapidement connaissance avec les calamités naturelles de la région : les variations thermiques, le sirocco, ce vent chaud chargé de sable qui peut devenir une véritable torture, les habitants du désert parmi lesquels les scorpions, les serpents, les araignées... et la soif épanchée dans le meilleur des cas par une eau fétide et chaude ! C’est là que commencent les dysenteries, les crises de paludisme, les diarrhées... Cayetano Zaplana se souvient de ces cris, déchirant la nuit, des malades qui vont aux tinettes, où ils se font dévorer par les mouches. [4]
 
Même les punitions surpassent celles de la métropole. Ici, le cuadrilátero consiste en un espace au-dessus duquel on tend une toile à environ trente centimètres du sol. Dans cette fournaise, le puni peut être maintenu plusieurs jours ! Et toujours la faim et la soif ! Et pas la moindre lueur d’espoir de fuir cet enfer, car celui qui parvient à éviter les fléaux naturels du désert ne peut se soustraire à la vigilance des horribles goumiers à la solde de l’armée française, qui, plus rapides que l’éclair, pourchassent les évadés et les livrent contre une misérable récompense.
 
Pourtant, le pire reste à venir. Sous le gouvernement de Vichy, les CTE sont transformées en GTE (groupement de travailleurs étrangers), véritables bagnes conçus dans une logique d’exclusion. Commence alors une nouvelle génération de camps où les conditions sont cette fois criminelles. Les Espagnols ne sont plus les seules victimes. Leurs rangs vont se grossir des punis des camps de métropole, des opposants et des victimes du régime de Vichy. Les fascistes notoires, tant civils que militaires, qui, le 29 mars 1939, saluaient la victoire franquiste, vont pouvoir assouvir leur haine des « rouges », sans aucune retenue.
 
Toute l’Afrique du Nord a abrité des camps. Il y en a eu en Tunisie : El Guettar, Gafsa ; au Maroc : Bou-Arfa, Ain-el-Ourak, Settat, Tandrara (plutôt réservé aux internés juifs), Méridja (chantiers des mines de charbon de Djerada et du transsaharien qui prend le nom de « Méditerranée-Niger ») à la frontière Algéro-Tunisienne, mais les principaux et les plus nombreux étaient en Algérie. Outre ceux de la première période, citons les plus tristement connus : Oued-Akrouch, Berrouhaghia, Colomb-Béchar, Djelfa ; les terribles prisons de Maison carrée à Alger et surtout du fort Caffarelli, et les camps disciplinaires dont celui d’Hadjerat M’Guil, dans le Sud algérien, où sont envoyés les détenus qui se rebellent. À la fin de la guerre, les responsables de ce dernier camp seront jugés et exécutés comme tortionnaires, ayant pratiqué des méthodes dignes d’un camp nazi.
Notes
[1Ces centres seront fermés dès le 1er mai 1940 après incorporation des hommes internés dans les CTE.
[2Sur les camps en Afrique du Nord, voir :
- Anne Charaudeau, L’exil républicain espagnol : les camps de réfugiés politiques en Afrique du Nord, in Italiens et Espagnols en France 1938-1946, colloque international, Paris, CNRS, 28-29 novembre 1991, sous la direction de Pierre Milza et Denis Peschanski.
- Andrée Bachoud, Bernard Sicot (coord.), Sables d’exil : Les républicains espagnols dans les camps d’internement au Maghreb 1939-1945, ouvrage collectif in Exils et migrations ibériques au XXe siècle n° 3 nouvelle série (BDIC/CERMI/CRIIA), Perpignan, éd. Mare Nostrum, 2009.
[3Rapport du docteur Weissman-Netter in Deux missions internationales visitent les camps de réfugiés espagnols (mai 1939), Paris, CICIAER, 1939.
[4Cayetano Zaplana, Recuerdos de ayer, témoignage recueilli le 15 septembre 1988 par le CIRA (Centre international de recherche sur l’anarchisme), de Marseille. Voir bulletin du CIRA n° 29-30, février 1989, Pépita Carpena, Daniel Dupuy, Antonio Téllez, Les Anarchistes espagnols dans la tourmente, 1939-1945.

sábado, 7 de marzo de 2015

Conferencia en la Casa Arabe - de Madrid

 
 
Estimados Amigos/ Amigas;

Doy la conferencia sobre “Exilio republicano en el norte de África  en 1939  y los campos de concentración en Argelia"

 el 22 de abril  en la  Casa ARABE  de Madrid a las 19h
 
C/ Alcalá nº 62, 28009 Madrid
http://www.casaarabe.es/
 
Eliane Ortega Bernabeu

sábado, 21 de febrero de 2015

Jefes y oficiales republicanos ejecutados por oponerse a la sublevación de la flota (1936-1939)

Mnumento en la fosa de común del cementerio de Cartagena durante un acto de homenaje a las víctimas
Benito Sacaluga 23/1/15
En la noche del seis de marzo la Flota Republicana que había partido de Cartagena a causa de la sublevación casadista, llega a Bizerta (Túnez) en busca del exilio. El Jefe de la Flota, Miguel Buiza transmite el siguiente mensaje a todas las dotaciones, unas dotaciones que están a un paso de emprender el viaje a un exilio angustioso y terrible, o a entregarse a los franquistas como prisioneros, la orden se cumple por todos los marineros demostrándose así, una vez más, la lealtad a la República y a los mandos de la Flota:

 
"El mando de la flota encarece a todos los buques que, dado el próximo fondeo en un puerto extranjero, se mantenga por las dotaciones de los mismos un perfecto estado de disciplina, uniformidad y corrección"

 
El 26 de marzo el almirante franquista Salvador Moreno sale en el destructor "Ciscar" rumbo a Bizerta para hacerse cargo de los buques hasta ese momento republicanos, los cuales le son entregados el día 30. El día 2 de abril Moreno parte de Bizerta con toda la Flota. El día 4 los marineros que decidieron volver a España, ya prisioneros, fueron obligados a rendir homenaje a los muertos en el lugar donde se había hundido al "Baleares". La venganza franquista comenzaba. El almirante Moreno insistía en que los marinos que en los buques eran repatriados prisioneros a España incluían a un buen número de "significantes criminales" e "individuos de cuidado", para lo que deberían prepararse campos de concentración.

 
Entre los oficiales de Marina que no fueron con la Flota a Bizerta y los que desde allí decidieron volver a España, la gran mayoría de los pertenecientes al Cuerpo General solo fueron separados del servicio. Durante el periodo comprendido entre 1939 y 1941 se celebraron en Cartagena 192 Consejos de Guerra contra oficiales de la Armada. Solo 14 de estos Consejos lo fueron contra oficiales del Cuerpo General, en los que seis fueron absueltos y 8 condenados a algún tipo de pena. Fueron condenados a muerte el almirante Molins, jefe de la Base de Cartagena en 1936 y el capitán de corbeta Horacio Pérez y Pérez. Los oficiales del resto de cuerpos (Patentados, Máquinas y Auxiliares) sometidos a Consejo de Guerra fueron 178, de ellos 104 fueron condenados un 59%. Los delitos imputados eran indefectiblemente los de rebelión militar y traición. Curiosa imputación si tenemos en cuenta que los únicos rebelados fueron precisamente los marinos que ahora juzgaban a los leales al Gobierno. Fueron fusilados el comandante Baeza, de Infantería de Marina, el Teniente Coronel Sacaluga, de Máquinas, y el general Berenguer, del Cuerpo Jurídico. Seis oficiales fueron condenados a cadena perpetua y 51 a penas de prisión que iban desde los 30 años hasta uno.
 
Sumando a los Consejos de Guerra de Cartagena las actuaciones en otras plazas, en total se ejecutaron entre 1936 y 1939 a 16 jefes y oficiales de la Armada por oponerse a la sublevación ordenada en apoyo del golpe de estado:
 
Contralmirante Camilo Molins Carreras. Jefe Base Naval de Cartagena.
Contralmirante Antonio Azarola Gresillón. Jefe Base Naval de Ferrol.
Capitán de navío Juan Sandalio Sánchez Ferragut. Comandante del "Almirante Cervera".
Capitán de fragata Tomás Azcarate. 2º Comandante del "República".
Capitán de fragata Manuel Guimerá Bosch. Disponible forzoso en Larache.
Capitán de corbeta Francisco Biondi Honrubia. Comandante del "Lauria".
Teniente de navío Carlos Soto Romero.Comandante del tropedero T-17.
Teniente de navío Luis Sánchez Pinzón.
Teniente Coronel Benito Sacaluga Rodriguez.Jefe de los Servicios de Máquinas de la Flota.
Comandante Manuel Sancha. Infantería de Marina en Cádiz.
Capitán Enrique Paz Pinacho. Infantería de Marina en Cádiz.
Comandante Diego Baeza Soto. Infantería de Marina en Cartagena.
Comandante de Intendencia de la Armada García Moles.
Teniente del Cuerpo de Sanidad de la Armada Martin Yarza, "Lauria"
General auditor Fernando Berenguer, fusilado en Barcelona.
 
Terminada la guerra civil, los fusilados por los franquistas en Cartagena, entre abril de 1939 y enero de 1945, fueron 176. Dos terceras partes fueron marinos, oficiales y suboficiales de los Cuerpos Patentados y Auxiliares y marineros; la otra tercera parte, civiles, trabajadores en su inmensa mayoría y algunos profesionales y funcionarios.
 
El 20 de abril de 1939, habían transcurrido menos de tres semanas de la entrada de las tropas franquistas en la ciudad, la Auditoría Militar de Cartagena informaba del trabajo realizado en ese breve período de tiempo. Se habían elevado a sumarios 150 procesos. Habían sido informados más de 450 sumarios a jefes, oficiales, suboficiales y auxiliares de la Armada. Además, se había constituido un Consejo Sumarísimo de Guerra de forma permanente, es decir, el procedimiento habitual pasaba a ser el Consejo de Guerra Sumarísimo. Con una media de treinta sumarios por día, incluyendo sábados, domingos y Semana Santa, parece evidente que tal diligencia policial y judicial no ofreció muchos derechos y garantías a los acusados.
 
Al igual que en El Ferrol, en 1936, la mayoría de los fusilados en Cartagena, en 1939, eran marineros, oficiales, suboficiales y cabos de los Cuerpos Auxiliares. La inmensa mayoría de los 55 miembros del Cuerpo General, así como más de la mitad de los 4.200 marinos que habían partido con la flota a Bizerta en marzo de 1939, no regresaron a España, quedándose en el exilio. Por tanto las cifras de la represión relativas a fusilamientos y cárcel deben contar con este hecho.
 
En cualquier caso, de acuerdo con los datos proporcionados por el Mº de Economía y Hacienda, en Cartagena, no menos de 1.733 jefes, oficiales y suboficiales del Ejército y la Marina y las Fuerzas de Seguridad, profesionales (616) y no profesionales (1.117) fueron expulsados de las Fuerzas Armadas después de la guerra, la mayoría de ellos exiliados o en paradero desconocido.

Fuentes:
"La guerra Civil Española en el Mar". Michael Alpert. ISBN: 978-84-8432-975-6
Revista "Cartagena histórica" Antonio Martinez Ovejero.

domingo, 5 de octubre de 2014

75 años del Exilio republicano español: Norte de África

 
Ateneo de Madrid 26-03-2014
 
Vídeo de Carlmelchor
 
75 años de exilio republicano español: El exilio en el Norte de África; intervenciones de Ludivina García Arias, de Miguel Pastrana, de Bechir Yazid, de José Luis Morro Casas, de Eliane Ortega Bernabeu y Teresa del Olmo.

sábado, 21 de junio de 2014

Videos del viaje a Orán de la Operació Stanbrook


 
El càmara, Vicent Sangermés, ofrece una breve panorámica de este emotivo viaje desde la salida del Puerto de Alicante al acto de inauguración del monolito en el Paseo Marítimo de Orán
 

 
Abel García interpreta el Himno de Riego durante la ofrenda floral en la entrada del Puerto de Orán