Una muestra con artistas de primer rango evoca en la Casa de Cultura el terrible final de la Guerra Civil, la epopeya del buque que rescató a miles de refugiados republicanos del puerto de Alicante, y los bombardeos y la represión del bando vencedor
Primavera de 1939. El frente republicano se derrumba. Miles de personas huyen hacia el puerto de Alicante: se ha corrido el rumor de que habrá barcos para escapar de la represión franquista. Al final, el rumor sólo es cierto a medias: de esa dársena sí partirá el Stanbrook, con más de 2.600 refugiados a bordo. Pero al menos otros 12.000 quedan atrapados a merced de los vencedores, que hacen prisioneros. Son enviados al Teatro Principal, a la Plaza de Toros, al cine Ideal de la capital alicantina. Y sobre todo a una parcela cercana, el Campo de los Almendros, donde pasarán cinco días sin comer.
Terribles historias de aquel marzo de 1939. Y también de unos meses antes. Del 25 de mayo de 1938, cuando la aviación italiana bombardeó con saña el mercado municipal de Alicante, provocando más muertos que en Guernica. O los bombardeos de Dénia, también responsabilidad de las alas de Mussolini: incluso pocos días antes de concluir la contienda, sonaban las sirenas, había muertos, y los niños corrían a refugiarse al túnel del Castillo. E historias de después: de después del 1 de abril de 1939, tras el último bando de Burgos, cuando cautivo y desarmado cayó el ejército rojo: la detención de Miguel Hernández, la de miles de seres anónimos, la represión generalizada, el olvido de la dignidad.
Sobre ese olvido, que siempre fue el mismo, artistas de primer rango han compuesto visiones distintas: desde el tenebroso pero heroico perfil del Stanbrook cargado de pasajeros angustiados cuyo autor es Antoni Miró, hasta primeros planos de los seres con el rostro descarnado que hace ya más de 75 años lo perdieron todo y que vuelven ahora a través del lienzo a la luz, salvados de la desmemoria. La muestra itinerante, llamada «100 Artistes Solidaris» y organizada por la comisión cívica para la recuperación de la memoria histórica, está compuesta por 140 obras, 37 de las cuales se exponen hasta el próximo 31 de enero en la Casa de Cultura de Dénia.
Entre los artistas, algunos de los cuales se encuentran muy vinculados a la Marina Alta, destacan también Andreu Alfaro, Joan Ramón Castejón, Ana Peters, Arcadi Blasco, Equipo Crónica, Joan Genovés, Josep Ginestar, Molina Cigés, Díaz Azorín o Rafael Armengol. También se incluyen seis serigrafías que destacados humoristas gráficos españoles como Forges o El Roto realizaron con motivo del 30 aniversario del final de la Guerra Civil, así como dos textos manuscritos de Manuel Vicent, un escritor también muy vinculado a la comarca, y del desaparecido Enrique Cerdán Tato.
De entre todas esas aportaciones, destacan las numerosas referencias a la epopeya del Stanbrook, lo que no es extraño si se tiene en cuenta el heroico comportamiento de su tripulación y de su capitán, el mítico Archibald Dickson, que no dudaron en socorrer a una multitud de refugiados republicanos de toda condición e ideología que atestaban el buque. Su comportamiento fue por ejemplo bien diferente al del Maritime, que partiría poco después del puerto de Alicante con tan solo 32 pasajeros a bordo.
Seguir luchando
Además de agitar conciencias y entrañas, la exposición tiene una segunda finalidad más prosaica: financiar las actividades que desde hace ya varios años ha emprendido la comisión cívica para recuperar y difundir «los lugares de la memoria» de los últimos momentos de la Segunda República, especialmente en la capital alicantina.
Entre esas actuaciones, destaca la colocación de un monumento de recuerdo a las víctimas del bombardeo en el mercado; la señalización de las fosas comunes del cementerio de Alicante donde descansan los restos de los fusilados, muchos de ellos de la Marina Alta; la presentación de un libro sobre la represión franquista en toda la provincia; la erección de un monolito en el puerto alicantino con la presencia de los hijos del capitán del Stanbrook; la instalación de un memorial en el campo de los Almendros; o la anulación, infructuosa por cierto, de la sentencia que condenaba a muerte a Miguel Hernández.
En este sentido, la exposición que se realiza en Dénia es importante, porque los actos de esa comisión van a continuar: en la apertura de la muestra, los dos representantes de esa entidad, Paco Moreno y Vicente Carrasco, anunciaron que se proponen viajar a la ciudad natal de Archibald Dickson, en Gales, para erigir allí un recuerdo en la memoria de quien salvó de la muerte o la cárcel a tantas víctimas republicanas.
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