El Hospital Infantil de Zaragoza abrió el pasado miércoles quirófanos a petición de un grupo de profesionales sanitarios que voluntariamente operaron a cuatro niños saharauis aprovechando su estancia en familias aragonesas de acogida durante las vacaciones de verano. Especialistas en cirugía pediátrica, anestesia y reanimación, médicos internos residentes, celadores, personal de enfermería y de limpieza forman el equipo de este “quirófano solidario”.
Las cuatro intervenciones se realizaron con éxito y los niños pasaron la noche hospitalizados aunque todos recibieron el alta hospitalaria el jueves por la mañana. Un equipo formado por diez profesionales realizó las intervenciones de forma voluntaria fuera de su jornada laboral.
El programa Vacaciones en Paz dirigido a menores saharauis incluye asistencia odontológica y un reconocimiento médico gratuito en los centros de atención primaria del Servicio Aragonés de Salud. En estas consultas el médico de familia deriva a los pequeños al hospital si diagnostica un problema de salud que puede ser resuelto de manera rápida mediante cirugía. Las intervenciones se agrupan para no interferir con las cirugías programadas. Las patologías que habitualmente llegan al hospital zaragozano son las hernias y las criptorquidias, una anomalía congénita que afecta a los testículos del niño. Ambos procedimientos se resuelven por cirugía mayor ambulatoria y con el alta en 24 ó 48 horas. El Hospital pone las instalaciones y el material necesario a disposición del equipo de profesionales, al que agradece la importante labor labor que vienen realizando desde hace años.
Los niños y niñas saharauis llegaron a Aragón el pasado 22 de junio y tienen previsto su regreso el próximo 21 de agosto. El Programa Vacaciones en Paz está organizado por las asociaciones de amistad con el Pueblo Saharaui en Aragón, ALOUDA, LESTIFTA, ASAPS y UM DRAIGA, junto a ARAPAZ y la Delegación del Frente Polisario. Cuenta con la colaboración del Gobierno de Aragón desde el Departamento de Sanidad, Bienestar Social y Familia, y la participación de instituciones locales y provinciales, así como numerosos voluntarios.
Las difíciles condiciones en las que viven estos niños y niñas saharauis en los Campos de Refugiados de Tinduf (Argelia) les impiden el acceso a una atención médica adecuada. Durante el verano tienen que soportar temperaturas extremas, por encima de los 50º C. La vida de los campamentos depende enteramente de la ayuda internacional y no les permite disponer de una alimentación suficiente para su desarrollo. Una situación que se prolonga ya 39 años.
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