La Verdad de Ceuta / 13 de enero 2012 por Francisco Sànchez Montoya
En muchas ocasiones, tal vez, algunos pensaran que soy un tanto machacón, he escrito y expresado en conferencias e intervenciones en los medios de comunicación hasta la saciedad, la historia de esta mujer que luchó en nuestra ciudad por la democracia y lo pagó hace 75 años con su ejecución en las puertas de la cárcel del Sarchal, su nombre: Antonia Céspedes Gallego, cariñosamente conocida como "la latera". La deuda que tenemos con ella como símbolo de otras muchas ceutíes que sufrieron esa brutal represión es grande.
Todo es cuestión de comprometer a nuestros ediles, y además, recordar que el callejero de nuestra ciudad tiene muy pocos nombres de mujeres. Hace unos meses se consiguió que la primera mujer colegiada en Ceuta, la doctora Antonia Castillo, tuviera ese reconocimiento con una calle, tras tener que exiliarse a México. Poco a poco, estamos recuperando historias de mujeres ceutíes que sufrieron una dura represión por intentar ser libres.
Recordemos que Antonia Céspedes, se encontraba detenida en la cárcel de mujeres del Sarchal de donde fue sacada por falangistas en la madrugada del 21 de enero de 1937 su cuerpo fue encontrado en una de las laderas de la barriada, junto al fortín del Sarchal donde estaba detenida, tenía tan sólo 46 años, con un disparo en la cabeza. Era una persona muy humilde, vivía en el patio Centenero, una gran luchadora siempre cerca de la mujer trabajadora y de sus mejoras sociales, unos meses antes de su ejecución fue juzgada siendo condenada a cadena perpetua. En el consejo de guerra al cual he tenido acceso, ya se le acusaba de ayudar a otras mujeres. Textualmente el juez militar escribió: "Se le acusa de incitar a las mujeres, ya que en una de las últimas huelgas fue por las casas sacando a las muchachas que trabajaban en el servicio domestico, para conseguir mejoras sociales y en las elecciones del 16 de febrero de 1936 fue apoderada en una mesa apoyando al candidato del PSOE Manuel Martínez Pedroso".
También tenemos constancia por la prensa de su actividad sindical, ella trabajaba en la fábrica de conservas de Pedro Castillo y Antonio Llano en la bahía sur, junto a la playa de la Ribera. En mayo de 1931, lideró una huelga para conseguir mejoras para las trabajadoras entre otras reivindicaciones, pedía, jornada laboral, horarios, salarios e higiene. En los siguientes términos: "No permitáis que embarquen vasijas y menos aún dejar desembarcar pescado para ninguna fábrica de la península, que proceda de Ceuta, porque perjudicáis grandemente la lucha de estas bravas compañeras" y terminaba el manifiesto con: ¡Trabajadores! ¡No olvidéis este llamamiento! proceded con energía a todo intento de perjuicios contra nuestras compañeras. El comité de huelga. Ceuta, 18 de junio de 1.931".
En esa primera huelga de mujeres en Ceuta tuvo a una compañera que también luchó con ella fue la joven cenetista Isabel Mesa. Tuvo más suerte, si se puede llamar así, ya que tras el golpe del 36 pudo escapar por la zona de la Almadraba, antes de ser detenida. Tenía 23 años fue una gran activista, pertenecía al sindicato de oficios varios de la CNT de Ceuta, donde, por ser mujer, no fue fácil su integración. En los locales que poseía este sindicato en la calle Linares Isabel Mesa participaba en reuniones junto a otras compañeras trabajadoras. Ella poseía el carné número 1 de mujeres del "Gremio de la Aguja" en Ceuta. En unas memorias hace años escribió: "En Ceuta teníamos un ateneo libertario donde se enseñaba a leer y a escribir a los obreros; también música, pintura o esperanto, se hacían asambleas, se hablaba de la revolución y de las ideas, lo primero que hicimos en el sindicato fue una biblioteca, los carpinteros hicieron una vitrina y cada persona llevó los libros que pudo, poníamos bancos de madera porque no teníamos sillas". A la derrota del 39, nunca se resignó a quedarse como clase subalterna relegada al hogar, como imponía el régimen siguió en la lucha, huye hacia el puerto de Alicante pero al no llegar el barco, marcha hacia Almería a pie. Luego vuelve a Málaga, donde en el año 1941 crea con otras compañeras un periódico clandestino el Faro de Málaga. Seguro que tomó el nombre acordándose de su ciudad. Fue detenida y procesada y condenada a dos penas de muerte. Su quiosco, fue almacén de donde salieron juguetes que alegraron las fiestas de muchos hijos de presos. En el año 1956 es detenida y durante ocho días es torturada en la comisaría de la calle Samaniego de Valencia, posteriormente colaboró en la formación de colectivos libertarios la ceutí Isabel Mesa fallecía el 25 de febrero de 2002 en Valencia. Podíamos seguir contando historias de otras muchas mujeres ceutíes que sufrieron la represión por querer ser libres, lo dejamos para otro viernes.
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