miércoles, 27 de agosto de 2014

El franquismo del Llano Amarillo será “enterrado en la cuneta” del Hacho

 
El Faro Digital.es - A.Q. 24/8/14
El carácter de exaltación de la Dictadura franquista que todavía conserva el monumento del Llano Amarillo de Santa Catalina quedará, como miles de españoles en su momento, “enterrado en la cuneta” de la ladera norte del Monte Hacho, donde la Administración local ha adjudicado provisionalmente(falta que la empresa acredite la viabilidad de su baja económica del precio de licitación, casi 150.000 euros, a su oferta, 88.000) un proyecto de obra con un plazo de ejecución de dos meses.
 
“La restitución natural suplirá la ausencia de la rotura de la cualidad que configura el actual talud de reflejar una voluntad conmemorativa”, explica la Memoria del proyecto, redactado por el arquitecto municipal Javier Arnaiz y a cuyo contenido ha tenido acceso ‘El Faro’.A grandes rasgos, los trabajos supondrán la eliminación de la escalinata que arranca al pie de la carretera, en un pésimo estado de conservación.
 
“El peligroso desplome de los muros de gravedad construidos con mampostería que sirven de contención de tierra, realizados para poder construir los accesos al monolito mediante escaleras con peldañeado de piedra natural”, es uno de los síntomas de alerta detectados por los técnicos en el monumento, construido originalmente en Ketama y posteriormente trasladado piedra por piedra hasta la ciudad autónoma.En el mismo también se aprecia “fisuración y caída por despegue” del aplacado que recubre como ornato la estructura, así como de sus piezas de remate.
 
Son las razones técnicas que refuerza el contenido del Acuerdo Plenario alcanzado a instancias de la coalición Caballas para desvestir de su reivindicación franquista al monolito, en el que los técnicos asumen que “es urgente intervenir al estar la finca abierta al público que lo visita, aunque sea cuantitativamente escaso”.
 
“Se descarta”, explica el proyecto de obra, “en la situación actual y por el excesivo coste económico que pudiera representar, el obligado derribo y posterior reconstrucción de los muros actuales y la reposición de sus aplacados y cumbreras”.
 
En lugar de tal alternativa, lo que se plantea es devolver al Hacho lo que en su momento le hurtó la Dictadura sin afectar al paisaje ni a “la ya consolidada silueta de la línea del horizonte” que se puede contemplar en cada travesía marítima.
 
“Los alrededores del monolito se acondicionarán y este último, una vez limpiado de impurezas, quedará como un elemento ceñido a su única representación zoomórfica” de águila, amplía el proyecto de obra, que orienta la intervención “como tránsito a restituir el lugar como Naturaleza, a recuperar el talud como territorio a devolver al Monte Hacho, espacio como conquista de arte público”.
 
Otra de las intervenciones consistirá en la construcción de un muro de contención de treinta y cuatro metros lineales al pie del talud “para contener los restos que serán enterrados en esta cuneta con aportes de tierras naturales de la ajardinada restauración”.
 
La Memoria realizada por Arnaiz señala que el Llano Amarillo “precisa de una reelaboración del lugar que requiere de otra descripción más discursiva, quizás debida al ocaso de este tipo de escultura monumental, para lo cual se podría proceder a la pérdida de su emblemático pedestal”.
 
“Esta pérdida”, argumenta, “aporta una nueva sensibilidad a la negación de algunos principios que caracterizan este género escultórico clásico, cambiando el repertorio de sus formas y materiales para romper la cualidad que configura su presencia física”.
 
Del Llano ya se ha retirado la leyenda ‘ 17 de julio de 1936’ y se ha enfoscado el escudo falangista que aparecía en la parte inferior del monolito.
 
Casi 3.000 piedras y 300 toneladas de Ketama a Ceuta
El monumento del Llano Amarillo fue inaugurado, según el investigador ceutí Francisco Sánchez Montoya, en el valle de Ketama (Marruecos) el 12 de julio de 1940 “para conmemorar las maniobras militares celebradas entre el 5 y el 12 de julio de 1936, en las que se fraguó a espaldas del Gobierno de la República, el golpe del 17 de julio de 1936”. El monolito es, a su juicio, “una de las obras más emblemática y tal vez la más conocida fuera del ámbito de la ciudad”. “Se trata”, explica en su análisis del mismo, “de un amplio conjunto monumental constituido por una escalinata en varios niveles que permite una ascensión, tanto física como visual hacia el monolito de 15 metros de alto que forma el núcleo fundamental de la obra con una elaboración de imágenes procedentes de varias corrientes, aunque primaban las futuristas”. El desmontaje del monumento en Ketama se comenzó el 26 de diciembre de 1961, finalizando el 3 de febrero de 1962. Fueron dos mil novecientas piedras con un total de trescientas toneladas, terminándose el 15 de septiembre y el 24 de abril de 1963, se llevó a cabo la inauguración del monumento donde el alcalde y jefe provincial del Movimiento Ibáñez Trujillo, firmó el acta donde se cedía el citado monolito a la ciudad, realizada por parte del teniente coronel Alfredo Erquicia, gobernador militar. “Este monumento se convirtió desde su traslado a Ceuta en un símbolo del régimen franquista, donde se celebraron homenajes y exaltación del golpe del 18 de julio, también fue ampliamente representado en fotografías y pinturas, como las realizadas por Mariano Bertuchi”, ha recordado Sánchez en sus estudios.

martes, 26 de agosto de 2014

9ª Compañía Republicana Española “La Nueve”

 
 
La 9ª Compañía del Regimiento de la Marcha del Chad
 
Sin nadie esperarlo el 24 Junio de 1940 Alemania conquistaba Francia, desfilando las tropas del Tercer Reich triunfales por las avenidas de París. Mientras tanto los puertos del África Occidental Francesa en Marruecos, Argelia y Senegal eran un completo caos, pues miles de refugiados se apelotonaban en los muelles junto al desierto. Entre estos había muchísimos exiliados republicanos españoles de la Guerra Civil Española (1936-1939) que se habían quedado fuera de España con el triunfo de Francisco Franco.
 
Antes de suceder esto, la campaña de Noruega puede considerarse como la primera acción de los republicanos españoles en la Segunda Guerra Mundial. Precisamente en Escandinavia un grupo de 700 hispanos encuadrados en la Legión Extranjera Francesa se enfrentaron a los alemanes que terminaron por conquistar el país nórdico.

En cuanto los alemanes comenzaron la invasión de Francia, más de 15.000 soldados españoles exiliados hicieron frente inútilmente al Ejército Alemán (Wehrmacht), ya fuera en la Legión Extranjera o la mayoría en batallones de trabajo que cavaban trincheras. Antes de rendirse Francia, un grupo de republicanos resistió notablemente en la posición Bray-les-Dunes hasta que fueron capturados. Con la humillante retirada de Dunkerque, la Marina Real Británica (Royal Navy) logró evacuar de Francia a 2.000 combatientes republicanos españoles, cayendo prisioneros de los germanos 7.000 de ellos. De los evacuados a Inglaterra, curiosamente un puñado se alistaría en el Ejército Británico y participaría en la batalla y también en la derrota de Creta en Grecia.
 
Pero la historia de los republicanos españoles contra Alemania realmente comenzó en el verano de 1940 cuando muchos de ellos huyeron de la Francia de Vichy de Philipe Pétain, atravesando el peligroso desierto y las tierras en África hasta reunirse en las colonias británicas y belgas e incorporarse a la nueva Francia Libre del general Charles De Gaulle. En 1942 se creó el Cuerpo Franco-Africano (Corps Franc D’Afrique), una formación regular compuesta en gran parte por españoles. La primera vez que los españoles entraron en combate contra el Afrika Korps de Erwin Rommel compuesto por tropas alemanas e italianas fue en Diciembre de 1942 a lo largo de diversas campañas en Bir Hacheim, Egipto, Sudán y Túnez. Durante la primera mitad de 1943 los republicanos españoles lucharon con ardor en los riscos y desiertos arenosos de Túnez hasta finalmente el 7 de Mayo de ese año conquistar la ciudad portuaria de Bizerta, siendo esa su última actuación en África.
 
La División Blindada “Leclerc” nació en Mayo de 1943 bajo mando del general Philipe d’Hauteclocque Leclerc en el Chad, estando compuesta por 16.000 hombres, de los cuales 2.000 eran españoles. Los republicanos españoles tuvieron la opción de escoger entre la División Blindada “Leclerc” de carácter gaullista o la Legión Francesa del general Henri Giraud de carácter giraudista, decantándose la gran mayoría por la “Leclerc”. La 9ª Compañía del Regimiento de la Marcha del Chad, más conocida como “La Nueve” o “La Española”, se formó por españoles exiliados al mando del líder francés Raymond Dronne. La mayor parte de los españoles eran republicanos, comunistas, anarquistas, del POUM catalán o incluso muchos de derechas descontentos con Franco, mientras que otros procedían como desertores de colonias o campos de concentración marroquís y argelinos.
 
En Septiembre de 1943 la 9ª Compañía Española fue transferida a Rabat en Marruecos, allí se la dotó de armamento norteamericano procedente de los Estados Unidos. Se la aportaron 160 tanques Sherman M4, 280 carros de combate Stuart M3 y Greyhound M8, camiones Dodge, GMC, Brockway, Diamond y también muchos jeeps Willy. Algunos de los nombres españoles que les dieron a los tanques fueron muy curiosos, por ejemplo se les denominó “Madrid”, “Guadalajara”, “Teruel”, “Belchite”, “Brunete”, “Ebro”, “Don Quijote”, “España Cañí” y “Guernica”, además de algunos nombres franceses como “Montmirail”, “Champaubert”, “Liberation”, “Les Cosaques” o “Romilly”; también se intentó bautizar a un carro de combate como el anarquista Buenaventura Durruti, pero los franceses no lo permitieron, por lo cual le pusieron “Le Pingöunis”. A todos los tanques españoles se les permitió colgar banderas de la II República, así como los colores republicanos rojo, amarillo y morado en los hombros del uniforme.
 
Soldados españoles de la 9ª Compañía en un jeep
 
La División “Leclerc” con la 9ª Compañía se trasladó de Marruecos a Gran Bretaña en el buque británico HMS Franconia. El 6 de Junio de 1944 se llevó a cabo el desembarco de Normandía, aunque allí participaron algunos españoles, la 9ª Compañía se quedó en Inglaterra. Finalmente la noche del 31 de Julio al 1 de Agosto, la 9ª Compañía desembarcó en la playa de “Utah Beach” al norte de la Bahía de Carentán en Normandía. La 9ª Compañía se encuadró como unidad estadounidenese en el III Ejército Estadounidense de uno de los militares mas carismáticos de la Segunda Guerra Mundial, el general George Patton.
 
Las primeros enfrentamientos que protagonizaron los republicanos españoles se desarrollaron en sitios como Rennes, Le Mans, Château-Gontier y un papel muy destacable junto a los soldados estadounidenses en Alençon. El 7 de Agosto la 9ª Compañía sufrió su primer muerto, el español Andrés García. Sin embargo el 12 de Agosto los Aliados quedaron sorprendidos ante la experiencia de la 9ª Compañía cuando los españoles capturaron a 130 prisioneros alemanes en Eccouché.
 
Para el 16 de Agosto la 9ª Compañía fue atacada por la 1ª División SS “Leibstandarte Adolf Hitler”, la 2ª División SS “Das Reich”, las 9ª y 16ª Divisiones Panzer, más la 3ª División Paracaidista. La batalla fue muy cruenta, cayendo el español Constant Pujol abatido por la ráfaga de la metralleta de un oficial alemán, aunque su compañero Juan Castells disparó con su pistola al alemán hasta matarlo. Al día siguiente, el 17, murió Roberto Helios.
 
París se sublevó contra los alemanes el 20 de Agosto de 1944. Charles De Gaulle recibió órdenes del Presidente de Estados Unidos Franklin Delano Roosevelt para liberar la capital francesa, por ello fue elegida la División “Leclerc” y especialmente la 9ª Compañía Española. Los soldados españoles de la 9ª Compañía realizaron en una sólo jornada el recorrido de 200 kilómetros, récord en la Segunda Guerra Mundial. Por el camino liberaron el pueblo de Anthony, donde se encontraron a viejos amigos de España como el escritor Ernest Hemingway y el fotográfo Robert Cappa.
 
A las 21:22 horas de la noche del 24 de Agosto de 1944, la 9ª Compañía entró en París sigilosamente por la Porta d’Italie. Al entrar en la plaza del ayuntamiento el tanque español “Ebro” efectuó los primeros disparos contra la resistencia de fusileros y ametralladoras alemanas. A continuación la gente salió a la calle cantando la Marsellesa, aunque para su sorpresa vieron que sus liberadores eran españoles y no franceses. El jefe de la 9ª Compañía, Raymond Dronne, se dirigió frente a la comandancia del general alemán Dietrich Von Choltilz, aunque mientras se esperaba su capitulación, simultáneamente los españoles tomaron al asalto la Cámara de los Diputados, el Hôtel Majestic y la Plaza de la Concordia tras sufrir un muerto. A las 3:30 horas de la tarde del 25 de Agosto, la guarnición alemana de París se rindió y los españoles capturaron a Von Choltilz. Al día siguiente, el 26 de Agosto, los Aliados entraron triunfantes en París, desfilando los españoles frente a la Catedral de Notre Dame y escoltando posteriormente al general Charles De Gaulle junto a Bernard Montgomery y George Patton, hasta el Arco de Triunfo donde se hizo la gran ceremonia de la liberación.
Tropas republicanas españolas motorizadas entrando en París por el Arco de Triunfo
el 25 de Agosto de 1944 junto a los soldados estadounidenses y los franceses libres
 

Tras la liberación de París la guerra aún no había terminado. La 9ª Compañía abandonó la capital francesa el 8 de Septiembre para volver al frente. El día 12 los españoles tuvieron una de sus mejores cazas cuando hicieron prisioneros a 300 alemanes en la ciudad de Andelot. El 15 cruzaron el Río Mosela y establecieron una cabeza de puente tras las líneas alemanas donde tuvieron un enfrentamiento con heridos en Châtel-sur-Moselle.
 
Charles De Gaulle reconoció la importancia de la 9ª Compañía dentro de los ejércitos de los Aliados, por eso el 26 de septiembre él en persona repartió las principales condecoraciones en el pueblo de Nancy a los hispanos. La Medalla Militar y la Cruz de Guerra fueron entregadas al líder francés Raymond Dronne, al subteniente canario Miguel Campos, al sargento catalán Fermín Pujol y al cabo gallego Cariño López.
 
La batalla por la reconquista de Alsacia comenzó en Noviembre de 1944. Precisamente allí los alemanes destruyeron un tanque español con un proyectil donde viajaba el alférez Federico Moreno, aunque por suerte no hubo bajas. Poco después, el 23 de Noviembre, la 9ª Compañía Española capturó la capital alsaciana de Estrasburgo. Una vez los españoles se hicieron con esa ciudad toda Francia quedó liberada de los alemanes.
 
Con el traspaso de la 9ª Compañía a la frontera de Alemania y tras cruzar el Rin, los españoles quedaron estancados por el frío invierno de -22ºC en el camino boscoso hacia Munich. A lo largo de ese tiempo sufrieron 50 bajas por congelación y las bombas. Cuando se acabó el invierno la 9ª Compañía se puso en marcha de nuevo. La actuación más importante de la 9ª Compañía fue el 5 de Mayo de 1945 en la conquista del Nido del Águila en Berchtesgaden junto a la Compañía Easy de la 101ª División Aerotransportada de Estados Unidos. Aquel lugar era la residencia de Adolf Hitler en los Alpes de Baviera, en el cual tanto españoles como estadounidenses tomaron el edificio sobre la montaña venciendo a la escasa resistencia.
 
La Segunda Guerra Mundial terminó el 2 de Septiembre de 1945 tras la rendición de Alemania y Japón. Hasta ese momento la 9ª Compañía Española había sufrido 35 muertos y 97 heridos. Sin embargo los méritos de la 9ª Compañía Española en París fueron robados por el Ejército Francés.
 
Hasta agosto del año 2004 los españoles de la División “Leclerc” no fueron reconocidos como los auténticos liberadores de París en la Segunda Guerra Mundial.
 
la nueve.net
(Memoria y recreación de la Novena Compañía del Regimiento de Marcha del Chad)
 

La Comisión Stanbrook homenajea a Amado Granell en Sueca

 
Traducción Estación Orán-Wahrān وهران 
Recordatorio de la liberación de París por las fuerzas aliadas la vanguardia de las que entraron hasta el Ayuntamiento de París, siete vehículos oruga tripulados por republicanos españoles
 
Rafa Arnal per a “La Veu del País Valencia” 25/7/14
Una delegación de miembros expedicionarios de la Operación Stanbrook se acercó este domingo, 24 de agosto, en el cementerio municipal de Sueca, en frente de la tumba de Amado Granell, en un homenaje recordatorio de la liberación de París por las fuerzas aliadas la vanguardia de las que entraron hasta el Ayuntamiento de París, siete vehículos oruga tripulados por republicanos españoles "la Nueve" (9 ª Compañía de la División Leclerc) bajo el mando de Amado Granell, de Burriana.

"La Nueve" bajo el mando del capitán francés Dronne -el jefe debía ser francés- y formada mayoritariamente por veteranos libertarios de la Guerra Civil española, la mayoría de ellos procedentes de los campos de concentración de Argelia, como el propio Amado Granell (teniente del ejército de la República al mando de la 49 Brigada Mixta, y el sargento Federico Moreno, ambos evacuados con el Stanbrook) habían bautizados sus vehículos con nombres recordatorios de batallas de la Guerra de España (Ebro, Teruel, Guadalajara ...) dado que no les habían dejado rotularse con nombres de sus dirigentes caídos (Durruti, Ascaso ...) eso sí, el capitán Dronne accedió a que pintaron la enseña tricolor republicana en los vehículos: fueron de esta manera los primeros y escasos colores de la liberación de París ... el resto ya es otra historia.
 
La Comisión Stanbrook, a pesar de la dificultad de los datos y la prisa del tiempo, "intentamos organizar una pequeña expedición para participar en la manifestación homenaje que se hacía hoy (por ayer) en París pero ... finalmente y en vista de las dificultades y a iniciativa de Pilar Bonet, decidimos convocar el acto de solidaridad con "La association 24 août 1944", organizadora de los actos de París como homenaje a su liberación y asimismo honrar la Memoria Republicana, en el cementerio de Sueca donde reposan los despojos de Amado Granell, después de morir en un desgraciado accidente de tráfico allí mismo en 1972 ".

Hemos ido con nuestra pancarta expedicionaria, y como no, con el tapiz que nos regaló el alcalde de Orán: la enseña argelina, hemos depositado nuevo claveles rojos en la tumba de Amado Granell en un sencillo acto que hemos cerrado con las notas del Himno de Riego tocadas con un acordeón -en Francia instrumento nacional-y un pequeño parlamento explicando que Amado Granell (Comandante finalmente del Ejército francés, por su hazaña) había sido protagonista de la liberación de París, gracias a que afortunadamente salió de Alicante con el Stanbrook, encontró refugio en la Oranía Argelina y desde allí, se enroló con la División Leclerc como oficial de la misma.
 
Este ha sido nuestro exiguo y sentido homenaje que hemos completado visitando asimismo la fosa común de los represaliados republicanos en el cementerio de Sueca.
 

viernes, 22 de agosto de 2014

José Barón Carreño: Un melillense caído en la liberación de Paris. 19 de agosto de 1944

José Barón Carreño en la foto superior derecha

Carlos Esquembri - Historias de la Melilla de Izquierdas 17/8/14
El 19 de agosto de 1944 caía mortalmente herido por las balas nazis José Barón Carreño,  comandante en jefe de los guerrilleros españoles en la zona de París y melillense de adopción.

José Barón Carreño nació en Gérgal, provincia de Almería, en 1918 pero su familia, como tantas otras familias almerienses, entre ellas la de mi madre, decidió emigrar a Melilla en busca de nuevas oportunidades laborales. Hombre de ideas progresistas, José militó en las Juventudes Socialistas Unificadas, JSU, creadas en marzo de 1936 con la unión de las juventudes socialistas y comunistas.
Según cuenta la familia, José formó  parte de la delegación de Melilla que iba a participar en la Olimpiada Popular de Barcelona entre el 19 al 26 de julio de 1936. Junto con Barón Carreño fue a Barcelona Francisco Pradal, también de la JSU y que, después de la Guerra Civil, tendría un importante papel en la resistencia antifranquista. La delegación melillense marchó a primeros de julio y eso les salvó de morir asesinados por los franquistas melillenses como muchos de sus compañeros de las JSU.
     
Durante la Guerra Civil, José ejercería de comisario polítio en la 31º División del Ejército de la República. Con el final de la guerra pasó a Francia y, tras la ocupación de dicho país por los nazis, se encargará de labores de adiestramiento y organzación de los grupos de guerrilleros españoles que se van formando. En este cometido utilizará como nombre de guerra "Robert".

En agosto de 1944 es nombrado comandante en jefe de las agrupaciones de guerrilleros españoles en la zona de París de cara a la liberación de dicha ciudad que se iniciará con un levantamiento popular el día 19 de agosto. 

En uno de los primeros combates contra los nazis caerá mortalmente herido Barón Carreño enfrentándose a agentes de la Gestapo en el Boulevard Saint Michel. 


El 25 del mismo mes de agosto las tropas francesas encabezadas por los soldados republicanos españoles de la compañía "Nueve" entran en la capital francesa expulsando a los alemanes. París es liberada.

El recuerdo del sacrificio de Barón Carreño y otros muchos españoles quedó olvidado tras el fin de la guerra hasta que en el año 2013 se realizó un homenaje oficial a su memoria ante su sepultura en un cementerio parisino. Una nieta de Juan Negrín, Presidente del Gobierno de la República Española desde 1937 a 1945, fue la encargada de colocar un ramo de flores en homenaje al melillense José Barón Carreño.

Sirven estas letras como homenaje  desde Melillla a José Barón Carreño en el 70 aniversario de su heroica muerte.

domingo, 17 de agosto de 2014

[Gran Canaria] Celebrado homenaje a Eduardo Suárez y Fernando Egea

 
 
El pasado 6 de agosto celebrabamos el homenaje a Eduardo Suárez y Fernando Egea que en 1936 eran asesinados por la barbarie franquista.
 
El acto comenzó con la presentación a cargo del camarada Javi para luego dar paso al camarada Joaquín, responsable político de los CJC de Gran Canaria, a Paco González, miembro de la Plataforma de Familiares Fusilados de San Lorenzo y cerró el  acto el camarada Carmelo Suárez, secretario general del PCPE.
 
Nota de E.O.W. وهران : Intervenciones de solidaridad con las victimas del holocausto palestino

viernes, 15 de agosto de 2014

El Campo de Concentración de Gando

 
 
Entre el hacinamiento y las enfermedades
 
José Verona -.
A partir de mediados de febrero de 1937, los aproximadamente 1.100 presos del Campo de Concentración de La Isleta son trasladados al Lazareto de Gando. El Cabildo de Gran Canaria, propietario del Lazareto, y el Ejército habían llegado a principios de ese mismo mes a un acuerdo de cesión.
 
Con toda probabilidad las razones del cambio de ubicación tuvieron que ver con la excesiva cercanía a un barrio obrero, con que las actividades y movimientos de presos del campo estaban a la vista de los vecinos y que en diciembre de 1936 había habido un intento fracasado de asaltar el campo y liberar a los prisioneros Todo esto hizo ver a los militares golpistas el evidente peligro de tener un campo de concentración tan cerca de la ciudad. Los militares deciden llevarse a los prisioneros a una zona más alejada y segura, donde el acceso y la visión del campo no fuera tan fácil.
 
Los presos fueron trasladados en camiones desde La Isleta y, a través de la calle Juan Rejón, al muelle, en medio de grandes medidas de seguridad. Según nos cuenta Juan Rodríguez Doreste:
 
“Alrededor del campo se apostaron cientos de soldados y de falangistas armados, las camionetas que nos transportaban de La Isleta al Muelle iban escoltadas delante y detrás por coches desde los que nos enfilaban docenas de fusiles, el trayecto estaba cubierto a un lado y otro de soldados y milicianos, que acordonaron el amplio sector portuario prohibiendo toda circulación de personas y vehículos hasta que hubo pasado el último camión”.
 
Una vez en el muelle son embarcados en las bodegas del correíllo ‘Viera y Clavijo’ (otras fuentes hablan del ‘León y Castillo’) y llevados en una larga travesía que duró unas seis o siete horas hasta la bahía de Gando. La travesía se convirtió en una nueva tortura para los presos amontonados y mareados. A ello se unían la incertidumbre y el miedo por lo dilatado del traslado. El propio Rodríguez abunda en ello:
 
“Nos amontonaron, peor que sardinas en lata, en las bodegas y en las carboneras del correíllo (…). Íbamos todos de pie, agavillados como el heno, rostros contra rostros. Nos hicimos a la mar y comenzaron las fatigas (…). El calor de nuestra transpirante humanidad, unido a la escasa o nula ventilación, convirtió pronto aquellas mazmorras en un horno (…). El mareo también empezó a añadir sus estragos”.
 
En la bahía de Gando son desembarcados por diferentes chalupas y ubicados en el Lazareto, que estaba totalmente abandonado. Los presos desde el primer momento tuvieron que aprestarse a la restauración y adecuación de los terrenos y de los diferentes pabellones que los albergarían. Uno de los primeros trabajos, como recuerda uno de los presos más jóvenes, Domingo Valencia (condenado por los sucesos de San Lorenzo con apenas 16 años), fue sacar la arena que se encontraba entre los dos muros del Lazareto. Los cabos de vara golpeaban repetidamente a los presos en esta dura tarea, según recuerda el propio Domingo Valencia.
 
Los prisioneros ocuparon los cuatro pabellones designados como A, B, C y D y otro edificio alargado que fue utilizado como taller. En el patio central destacaba un enorme poste donde se colocó un gran foco para el alumbrado. El poste servía también como lugar de castigo a los presos: permanecían durante horas en él sin poder apoyarse, lo cual, dada la inclinación del terreno, era bastante duro por el esfuerzo que había que hacer para mantenerse erguido.
 
A pesar de todo, las condiciones del Lazareto fueron algo mejores que las del Campo de La Isleta. Se habilitaron duchas colectivas y los penados tuvieron la posibilidad de bañarse. El trato no fue tan duro y las condiciones sanitarias mejoraron un poco. Aunque el hacinamiento, la pésima alimentación, las enfermedades y los parásitos seguían estando a la orden del día. En un informe que emite la Jefatura Provincial de Sanidad en diciembre de 1939 se habla de las pésimas condiciones de hacinamiento y de los peligros de contagios, de comida insuficiente, de la inexistencia de enfermería en condiciones…
 
A mediados de marzo del 37, al poco tiempo del traslado desde La Isleta, se declara una grave epidemia de fiebres tifoideas, probablemente como consecuencia del mal estado del agua, a resultas de lo cual hubo de evacuar a algunos penados (unos 34) al Hospital de San Martín y se dio algún fallecimiento. Se tuvieron que vacunar a todos los presos y algunos tuvieron que procurarse la vacuna por parte de familiares.
 
Los reclusos tendieron a agruparse por oficios: pintores, carpinteros, abogados, maestros… o por islas de procedencia, los palmeros estaban en al pabellón C. Los penados que tenían conocimientos se dedicaban a enseñar a los que no sabían leer y escribir, que eran muchos, puesto que la mayoría de los penados eran trabajadores sin conocimientos básicos ningunos. Domingo Valencia recuerda que “(…) era analfabeto y nos enseñaron los mismos compañeros que eran maestros a leer y escribir y nos corregían a la hora de hablar”.
 
Durante la existencia del campo del Lazareto el número de internos varió, entre detenidos gubernativos y penados con condenas en firme. El campo se abrió con unos 1.100 presos procedentes de La Isleta. Según los libros del campo, el número mayor de presos se alcanzó a finales de febrero de 1937 con 1.248. Posteriormente se reduce a unos 720 a finales de agosto del mismo año. Un año antes de su cierre en noviembre de 1939 el número de presos eran 1.090, según un informe de la Jefatura Provincial de Sanidad. El 14 de octubre de 1940 dejan Gando en torno a 1.000 penados.
 
La existencia del campo era un problema para el desarrollo aeroportuario de Gando, de tal forma que el presidente del Cabildo extiende una petición de traslado del campo a otros terrenos. En el mes de abril de 1940 se ordena por parte del Ministerio de Justicia desalojar Gando y buscar una nueva ubicación para el campo. Será, finalmente en Las Torres, en el barrio de Guanarteme, donde se encuentre unos terrenos para trasladar a los presos. El traslado tendrá lugar el 14 de octubre de 1940.

Una calle para un héroe de la resistencia antifascista canaria

 
Francisco González Tejera
Matías López Morales, majorero de Fuerteventura, afincado en el municipio de San Lorenzo, intelectual, artista, defensor de los derechos de la clase trabajadora, formador de cuadros de la Federación Obrera y del Frente Popular. Asesinado en el campo de tiro de La Isleta el 29 de marzo de 1.937 junto a sus camaradas el alcalde, Juan Santana Vega, el secretario municipal, Antonio Ramírez Graña, el inspector jefe de la policía local, Manuel Hernández Toledo y el sindicalista, Francisco González Santana.
 
Cada uno tiene su calle en el usurpado municipio en la zona de Tamaraceite, aprobadas por el ayuntamiento de Las Palmas GC, en la etapa del alcalde, Jerónimo Saavedra y boicoteadas por la actual corporación municipal del PP, teniendo que recurrir las familias a una campaña de movilizaciones y acciones mediáticas, hasta conseguir tras un año y medio de lucha que se instalarán los rótulos.
 
Matías cuando contaba solo con 25 años. El mismo día antes de morir fusilado por los criminales franquistas, con gran entereza moral, se reafirmaba en sus convicciones políticas escribiendo:
 
“Próximo a ser asesinado quiero saludar al pueblo canario, a los trabajadores españoles y del mundo entero. No me pesa morir como, cuando y por quien muero. Sólo siento la gran satisfacción de haber cumplido hasta el fin con mi deber de hombre consciente, de combatiente de la Internacional Comunista, de hijo honrado del pueblo español. Muero satisfecho. Nuestro es el triunfo. Que tiemblen mis verdugos, que tiemblen los traidores. Que tiemblen los que han obligado a mi pueblo a comer tunera. La hora de su derrota ha sonado…”

La fosa común de la vergüenza en Las Palmas de Gran Canaria

Miembros de la Plataforma de Familiares de San Lorenzo se manifiestan ante la Audiencia Provincial de Las Palmas, que denegó su petición para la apertura de la fosa común del Cementerio de Vegueta. Abril 2014
Pasan los meses, un año ya, de la aprobación en pleno municipal del ayuntamiento capitalino de la colocación de una placa con los nombres de los 80 republicanos asesinados y enterrados en la fosa común del cementerio de Vegueta.

Nadie, ni la oposición: PSOE, Nueva Canarias, Compromiso, dicen ni hacen nada. No exigen, a pesar de las peticiones de las familias, que se ejecute dicho acuerdo plenario. Ni siquiera, a pesar de las reuniones y peticiones varias, la supuesta "izquierda" (Izquierda Unida, Podemos), plantea ninguna iniciativa para que se haga justicia con estos luchadores por la democracia, la libertad y la República.

Parecen estar más preocupados por defender poltronas y cargos públicos en las próximas elecciones locales de mayo de 2015. La memoria histórica, la dignidad, la justicia con las víctimas del franquismo ya no está en sus agendas, quizá nunca lo estuvo.

Como familiares de personas asesinadas por el fascismo en el estado español sentimos decepción, vergüenza y mucha pena. La lucha tendremos que seguirla en la absoluta soledad, como todos estos años de persecución, criminalización, ridiculización y acusaciones de querer desenterrar la VERDAD y la REPARACIÓN.

Operados con éxito en el Hospital Infantil de Zaragoza varios niños Saharauis del Programa Vacaciones en Paz 2014

ARAINFO 15 agosto 2014
El Hospital Infantil de Zaragoza abrió el pasado miércoles quirófanos a petición de un grupo de profesionales sanitarios que voluntariamente operaron a cuatro niños saharauis aprovechando su estancia en familias aragonesas de acogida durante las vacaciones de verano. Especialistas en cirugía pediátrica, anestesia y reanimación, médicos internos residentes, celadores, personal de enfermería y de limpieza forman el equipo de este “quirófano solidario”.
 
Las cuatro intervenciones se realizaron con éxito y los niños pasaron la noche hospitalizados aunque todos recibieron el alta hospitalaria el jueves por la mañana. Un equipo formado por diez profesionales realizó las intervenciones de forma voluntaria fuera de su jornada laboral.
 
El programa Vacaciones en Paz dirigido a menores saharauis incluye asistencia odontológica y un reconocimiento médico gratuito en los centros de atención primaria del Servicio Aragonés de Salud. En estas consultas el médico de familia deriva a los pequeños al hospital si diagnostica un problema de salud que puede ser resuelto de manera rápida mediante cirugía. Las intervenciones se agrupan para no interferir con las cirugías programadas. Las patologías que habitualmente llegan al hospital zaragozano son las hernias y las criptorquidias, una anomalía congénita que afecta a los testículos del niño. Ambos procedimientos se resuelven por cirugía mayor ambulatoria y con el alta en 24 ó 48 horas. El Hospital pone las instalaciones y el material necesario a disposición del equipo de profesionales, al que agradece la importante labor labor que vienen realizando desde hace años.
 
Los niños y niñas saharauis llegaron a Aragón el pasado 22 de junio y tienen previsto su regreso el próximo 21 de agosto. El Programa Vacaciones en Paz está organizado por las asociaciones de amistad con el Pueblo Saharaui en Aragón, ALOUDA, LESTIFTA, ASAPS y UM DRAIGA, junto a ARAPAZ y la Delegación del Frente Polisario. Cuenta con la colaboración del Gobierno de Aragón desde el Departamento de Sanidad, Bienestar Social y Familia, y la participación de instituciones locales y provinciales, así como numerosos voluntarios.
 
Las difíciles condiciones en las que viven estos niños y niñas saharauis en los Campos de Refugiados de Tinduf (Argelia) les impiden el acceso a una atención médica adecuada. Durante el verano tienen que soportar temperaturas extremas, por encima de los 50º C. La vida de los campamentos depende enteramente de la ayuda internacional y no les permite disponer de una alimentación suficiente para su desarrollo. Una situación que se prolonga ya 39 años.

La participación de la mujer en el origen del anarquismo en Canarias (1900-1910)


Comunicación del Congreso "Mujeres, libres y libertarias" Raquel Pérez Brito
 
La participación de la mujer en el origen del anarquismo en Canarias (1900-1910) Madrid 2005
 
El periódico El Obrero aborda desde su primer número de forma específica la subordinación de la mujer, pues reconoce en su situación la mayor de las injusticias sociales de todas las clases obreras de Canarias (serie de artículos dedicados a las cigarreras). La libertad plena de la Humanidad reclamada por los anarquistas exigía la superación de la subordinación cultural y económica de las mujeres. Sin embargo, las referencias que se hacen a la mujer denotan que todavía hay un terreno no indagado, la propia perspectiva de la mujer. Algunos libertarios sostienen una visión de la mujer como ser inferior en ciertas capacidades, fruto de la cultura patriarcal imperante en la sociedad y de la que ellos tampoco se liberan, y fruto de que la mujer no está participando en igualdad de condiciones que el hombre en el cambio social. Son muy pocas las mujeres que conocemos con nombres y apellidos por la prensa obrera y/o libertaria isleña, aunque se sabe que tuvieron presencia y acción en las luchas sindicales. La incorporación de la mujer a los talleres y fábricas como consecuencia de la pobreza y no de su independencia económica, la consideración de su ser como proclive al sentimentalismo y la sumisión, la exaltación de las "virtudes viriles" para la rebeldía y la firmeza, aludidos en la prensa obrera, son reflejo de un camino sin recorrer. Las pocas veces que la mujer isleña escribe, ante todo porque no dispone de tiempo para ejercer estas tareas intelectuales, lo hace en su nombre, se dirige a sus compañeras, habla por sí misma. Unas veces lo hace para protestar de sus inferiores condiciones de trabajo y otras para denunciar las guerras y mostrar su rechazo al reclutamiento obligatorio de sus hijos, hermanos o esposos.
La concepción de la mujer en las organizaciones obreras
 

miércoles, 6 de agosto de 2014

El Sahara Occidental no pertenece a Marruecos


Sáhara Occidental, nuestra Palestina cercana

 
Ni Israel ni Marruecos obedecen los dictámenes de Naciones Unidas, encontrándonos ante estas dos agresiones coloniales, la de Palestina, llevada a cabo por europeos, y la del Sáhara Occidental, por árabes
 
El Diario.es - Alejandro Repesa 20/06/2014
Casi nada se habla del Muro de Cisjordania, que perpetúa la ocupación israelí de tierras palestinas y, de aquí a poco, será quince veces más largo que el Muro de Berlín.
 
Y nada, nada de nada, se habla del Muro de Marruecos, que desde hace veinte años perpetúa la ocupación marroquí del Sahara Occidental. Este muro, minado de punta a punta y de punta a punta vigilado por miles de soldados, mide sesenta veces más que el Muro de Berlín.
 
¿Por qué será que hay muros tan altisonantes y muros tan mudos? ¿Será por los muros de la incomunicación, que los grandes medios de comunicación construyen cada día?
Eduardo Galeano
En 1402 se inició la conquista de las Islas Canarias por parte de la Corona de Castilla, que culminó en 1496. Veinte años antes, en 1476, con la llegada al trono de los reyes católicos, Diego García de Herrera, conocido como el señor de las Canarias Menores, construyó la primera instalación naval en la costa atlántica africana, Santa María de la Mar Pequeña, que luego se llamó Ifni (frente a la isla de Lanzarote), a la que siguieron algunas más con objeto de controlar los peligros que pudieran acechar a las tropas reales que combatían en el archipiélago canario. Su carácter era defensivo respecto del exterior, pero se mantenían buenas relaciones con los nativos de la zona.   
 
La población saharaui era nómada, pasaba su vida en constante desplazamiento buscando pastos para su ganado, por lo que eran conocidos como los “Hijos de la Nube” debido a la incesante persecución de la ansiada lluvia para sus rebaños de cabras y camellos, elementos fundamentales en la vida de los saharauis.
 
Ellos no se metían en las guerras que en el norte mantenían entre sí los sultanes marroquíes. Tampoco éstos entraron nunca en el Sáhara Occidental, ya que, por el interior, el perfecto conocimiento del desierto que tenían los saharauis, en particular las poderosas tribus Erguibat e Izarguien, suponía un peligro para quien lo intentara; y por la costa atlántica, a partir del siglo XV, se encontraba la entonces potente flota naval española, que, sin duda, persuadía a los sultanes marroquíes de adentrarse por el mar.
 
Más recientemente, en 1881, durante el reinado de Alfonso XII, el gobierno de Cánovas mandó construir una fortaleza en la península de Río de Oro, al sur del Sáhara, que bautizaron con el nombre de Villa Cisneros. Tres años después, en 1884, el mismo gobierno firmó con los saharauis un tratado que colocaba el territorio bajo el protectorado de España, sin que se registrara oposición internacional alguna (incluida la del sultán de Marruecos).
 
No obstante, las tropas españolas nunca penetraron en el Sáhara Occidental, limitándose a sus instalaciones costeras, hasta que en 1934 se firma con las tribus saharauis un acuerdo, por el que desde entonces pasa a denominarse "Sahara Español" (aunque ya hacía 50 años que España llevaba en la región de manera oficial), y ese año ondeó por primera vez la bandera española (entonces  la tricolor de la República), en el interior del territorio saharaui, concretamente en Smara, la ciudad santa de los saharauis.  
 
Cuando en 1956 se independiza Marruecos de España y de Francia (desde 1912 era protectorado de las dos naciones), el sultán Mohamed V se autoproclama rey, produciéndose ciertas convulsiones en la zona, por lo que en 1958, a fin de proteger el entonces Sahara Español, el gobierno de Franco le convierte en la 53 provincia española con capital en El Aaiún, considerando desde esa fecha a todos sus habitantes ciudadanos españoles de pleno derecho, hasta el punto de que tenían representación en las Cortes Generales (aún podemos ver telediarios anteriores a 1975 en los que los representantes saharauis, la Yemma General, se sentaban en los escaños de las Cortes de la Carrera de San Jerónimo, con sus inconfundibles turbantes y sus majestuosas túnicas). 
 
Al ingresar España en la ONU en el año 1955, debe someterse a sus dictámenes; y así, diez años más tarde, en 1965, la Resolución 2072 de Naciones Unidas proclamó el derecho del Pueblo Saharaui a la autodeterminación, y España, aunque se mostró renuente en un principio, no tuvo más remedio que terminar por convocar el citado referéndum y anunciar su celebración para 1975. Siendo a partir de entonces cuando, con intención de paralizar el proceso, surgen más enérgicamente las reivindicaciones marroquíes sobre el Sáhara Occidental.    
 
Las insistentes presiones de Marruecos respecto de sus derechos sobre esa parte del Sáhara, pese a la mencionada Resolución de Naciones Unidas, obligó a que la decisión se sometiese al Tribunal Internacional de Justicia de la Haya, el cual en septiembre de 1975 dictaminó: “Este tribunal niega cualquier derecho histórico o territorial de Marruecos sobre el Sahara Occidental”, y además recomendó el Alto Tribunal “celebrar el Referéndum de Autodeterminación decretado por la ONU”.
No obstante, en contra de la legalidad internacional, dos meses después, el 14 de noviembre de 1975, principalmente por presiones de Francia y de EEUU, y tras producirse la “Marcha Verde” (al parecer, organizada por Henry Kissinger en colaboración con la CIA), se firman los acuerdos tripartitos de Madrid, por los que España entrega una parte del Sahara Occidental a Marruecos y otra a Mauritania, dejando sin ninguna protección a los saharauis (que desde 1958 también eran españoles), teniendo que huir muchos de ellos a la región argelina de Tindouf.
 
En febrero de 1976, tras proclamar la República Árabe Saharaui Democrática, los saharauis declaran la guerra a Marruecos y a Mauritania (Mauritania se retira del Sáhara en 1979, apropiándose Marruecos de la parte que aquélla abandonó), durando la guerra 15 años. Marruecos construyó un muro de 2.700 kms de longitud, sembrándolo de minas para proteger los territorios que ya empezaban a recuperar los saharauis por el este, en la zona de Tifariti. Siendo a partir de esa fecha, en abril de 1991, cuando la MINURSO, la fuerza de paz de la ONU se hace cargo de las fronteras para mantener la paz hasta la celebración del referéndum ordenado por la ONU, que estaba señalado para Noviembre de ese mismo año. Pero, estamos en 2014, han pasado 23 años más y Marruecos sigue haciendo caso omiso de ese mandato. 
 
A los saharauis les ha ocurrido como a los palestinos, ya que, desde 1967, en que tuvo lugar la Guerra de los Seis Días, Cisjordania y la Franja de Gaza han estado bajo ocupación militar israelí, siendo para los palestinos un estado de excepción permanente.
 
En 1979, el Consejo de Seguridad de la ONU en su Resolución 446 declara que “la creación de asentamientos por parte de Israel en los territorios árabes ocupados no tienen validez legal”.
 
Y sin embargo, las cosas siguen igual desde entonces, ni Israel ni Marruecos obedecen los dictámenes de Naciones Unidas, encontrándonos ante estas dos agresiones coloniales, la de Palestina, llevada a cabo por europeos, y la del Sáhara Occidental, por árabes. Con el agravante de que los gobiernos de Israel y de Marruecos, los ilícitos ocupantes de esos territorios, violan en ellos los derechos humanos de forma sistemática, desoyendo las leyes internacionales y sin que organismo mundial alguno les obligue a cumplirlas. 
 
Como tampoco han hecho nada nuestros distintos gobiernos democráticos por restituir la terrible injusticia que España cometió con el pueblo saharaui en el ocaso del franquismo. Tristemente, parece ser que la conocida frase “si quieres la paz, trabaja por la justicia” no significa nada para ellos, ya que parecen estar subordinados a intereses superiores al de la justicia.  
 
No obstante, los saharauis siguen luchando por sus derechos, y lo hacen firme pero pacíficamente, como Aminetu Haidar, conocida por el sobrenombre de “La Gandhi saharaui”, que permaneció en huelga de hambre en el año 2009 durante 32 días en el aeropuerto de Lanzarote, volviendo a su país sin ceder al chantaje marroquí, ni al del gobierno español, que, para no incomodar al rey Mohamed VI, le ofreció la nacionalidad española a fin de que depusiera su actitud, a lo que la activista se negó, y además no quiso otra nacionalidad que no fuera la suya, la saharaui. Y el ejemplo caló tan hondo en su pueblo que al año siguiente, como icono de su lucha, montaron el campamento de Gdim Izik a las afueras de El Aaiún ocupado, conocido como el campamento de la dignidad, que tan cruel y despiadadamente arrasaron poco después las tropas marroquíes.
 
Y la ignominia continúa, pues la ausencia de guerra no supone que haya paz en el Sáhara Occidental.