Historias de la Melilla de Izquierdas - Carlos Esquembri 17/7/14
Cuando se habla de víctimas del franquismo normalmente se refieren a
personas asesinadas por su militancia izquierdista o por oponerse a la
sublevación militar, pero la represión franquista abarcó también otras
facetas como la social, laboral o económica. La clase media progresista y
republicana fue uno de los objetivos de esta represión con el fin de
liquidarla para que los fieles a la dictadura ocuparan su lugar en la
sociedad.
Ramiro Ramos Acosta es un ejemplo de este tipo de represión ya que de
ser una de las personas más conocidas e influyentes en la Melilla de los
años veinte y treinta del pasado siglo pasó al ostracismo y vio como su
carrera profesional fue truncada para siempre teniendo incluso que
abandonar la ciudad después del triunfo de la sublevación militar
franquista.
Ramiro Ramos nació en Algarrobo, Málaga, el año de 1892. Estudio derecho
y se estableció en Melilla donde obtuvo el cargo de Secretario General
de la Cámara de la Propiedad Urbana.
Rápidamente se implicó en la
política local formando parte de la candidatura a vocales de la Junta de
Arbitrios por los gremios de propietarios y profesionales en las
elecciones de junio de 1920. Consiguió salir elegido vocal.
Esta labor política la compaginó con su carrera como abogado
participando como defensor de oficio de los acusados en uno de las casos
más importantes de aquella época como fue el asesinato del gran Rabino
de Melilla. En este caso coincidió en el turno de oficio con Miguel de
Bustos, uno de los pioneros del republicanismo en Melilla. Tras la
creación del Instituto de General y Técnico de Melilla consiguió la
plaza de auxiliar interino de la sección de letras.
Ramos se implicó también en la vida cultural y ciudadana de Melilla. Fue
presidente del Casino del Real en 1922 y miembro del Ateneo Científico,
Literario y de Estudios Africanistas. Elegido vicepresidente en 1925,
llegó a dirigir la entidad en 1930 y 1931. En estos años, Carlos
Echeguren, otro de los grandes protagonistas del republicanismo en
Melilla, desempeñaba el cargo de presidente de la sección de ciencias
morales y políticas.
PROCLAMACIÓN DE LA REPÚBLICA EN MELILLA
En abril de 1931 está en primera línea de la política melillense
formando parte como republicano del comité directivo de la Conjunción
republicano-socialista que se presenta a las elecciones municipales y
tiene un destacado papel en la proclamación de la República en Melilla.
Pugna por ser nombrado candidato republicano en las elecciones a las
Cortes Constituyentes de la República, primeras elecciones a diputado
celebradas en Melilla, pero finalmente es designado candidato Carlos
Echeguren.
Tras este revés deja la primera línea de la política local hasta que es
llamado por las diferentes facciones de de la izquierda republicana para
encabezar el partido. En marzo de 1935 es nombrado presidente de la
ejecutiva local de Izquierda Republicana, cargo que desempeñará hasta
marzo de 1936 en que Cándido López Castillejos ocupa su lugar.
8 DE OCTUBRE DE 1922
Tras el triunfo de la sublevación militar empieza su calvario. Pierde su
trabajo y es encarcelado acusado por los franquistas de "adhesión a la
rebelión". Trasladado a Ceuta, no recupera la libertad hasta diciembre
de 1942 cuando su caso es sobreseido provisionalmente. Ramos debe
abandonar Melilla y se domicilia en Madrid. Aunque su causa penal quedó
sobreseida, tenía pendiente la sanción de 500.000 pesetas impuesta en
1938 por el autoproclamado general jefe del ejército de África para
castigar su militancia izquierdista y el haber ocupado la presidencia de
la ejecutiva melillense de Izquierda Republicana. Para hacernos una
idea de lo que significaba esta sanción, debemos pensar que un
funcionario de alto rango como era el secretario del Ayuntamiento de
Melilla ganaba en 1934 12.500 pesetas al año. Junto a estas calamidades
personales, Ramiro Ramos también sufrió en su familia la represión
franquista ya que su hermano Aurelio, que había sido diputado
radical-socialista por Málaga, fue fusilado tras la caída de dicha
ciudad en manos franquistas.
No es hasta abril de 1959 en que se le conceden el indulto de la parte
de la multa que le quedara por pagar. Ramiro Ramos Acosta murió en
Madrid en 1965.
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