viernes, 30 de diciembre de 2011

La voz dormida de la ceutí Antonia Pérez

Sarchal
Por Francisco Sánchez Montoya

La verdad de Ceuta - 30 de Diciembre de 2011
Durante el trabajo de investigación y elaboración de mi libro sobre la Guerra Civil en Ceuta, que publiqué hace ya unos años, siempre me he sentido un tanto frustrado al no sacar a la luz las historias de cientos de mujeres ceutíes que sufrieron represión en la cárcel de Mujeres del Sarchal.

Y dentro de la poca documentación que existe siempre me llamó poderosamente la atención una mujer, su nombre Antonia Pérez Padín. Tenía seis hijos y regentaba una modesta casa de comida, en la zona de la Puntilla, su lucha a favor de los humildes le hizo ingresar en el Socorro Rojo de Ceuta, desde donde colabora en campañas de los más necesitados. El marido de Antonia Pérez, continuando con el compromiso social, ingresó en el Partido Comunista, fue concejal tras las elecciones del 12 de abril de 1931. Después de la sublevación ella fue encarcelada el 14 de agosto de 1936, en la prisión de mujeres y su marido Antonio Berrocal, fusilado.

Hace unos meses, después de muchas investigaciones pude contactar con su nieta Gloria Berrocal, quien ha escrito varios libros sobre las vivencias de su abuela... "La primera imagen que me viene de mi abuela Antonia es la de una mujer vestida siempre de negro, con las piernas hinchadas por las varices y con una propensión al suspiro profundo, casi expelido desde el bajo vientre, cuando oía las noticias del llamado "parte" de RNE. Más tarde, con la aparición de la televisión, pasó del suspiro a la palabra y al gesto. Cuando oía que no había presos políticos en España solía lanzar un zapato al televisor soltando sapos y culebras. Nunca nos habló de la guerra... ella hablaba de los "hoteles" donde había estado: Puerto de Santamaría, Ventas, Dueso, etc... A mi no me encajaba la imagen que daba de persona viajera y aprovechando una estancia suya en Rabat a donde acudió a cuidarme – tenía yo entonces diecisiete años y ya trabajaba en la Embajada de España en dicha ciudad- la sometí a un tercer grado. El pacto fue el siguiente: yo me comería todo lo que cocinara y, mientras yo saboreaba sus excelentes guisos, ella me contaría lo de los "viajes" y "hoteles".

Gloria Berrocal emocionada nos continúa narrando... "Debió considerar que ya era suficientemente mayor porque durante casi un mes y a las horas de las comidas, mi abuela no paró de contarme atrocidades. Yo engordé casi diez kilos durante ese mes, kilos que perdí cuando ella se marchó, pero lo que no perdí jamás fue su memoria. De hecho puedo decir que mi abuela Antonia ha sido el referente más importante que he tenido en mi vida. De las atrocidades solo voy a mencionar el apuñalamiento de una compañera suya en la cárcel de El Sarchal mientras iba hacia el paredón de fusilamiento. Al parecer, un falangista que quería los favores sexuales de la víctima y que fue rechazado una y otra vez, se vengó apuñalando al objeto de su deseo mientras la conducía al paredón. La pobre mujer le gritaba a mi abuela "Antonia, Antonia, que me mata, que me apuñala" y mi abuela nunca pudo olvidar aquellos gritos. Aún años después, mientras me lo contaba llorando y maldiciendo, seguía oyéndolos".

"Tuvo seis hijos de su marido, Antonio Berrocal Gómez, de los cuales solo le vivieron cinco. Cuando les detienen en 1936, sus hijos tienen unas edades que oscilan entre los diez – la hija mayor- y dos el pequeñín. Esos niños pasan al cuidado de familiares y dos de ellos van – según mi madre- al asilo, aunque supongo que sería el innombrable "Auxilio Social". No pudo cuidar de sus hijos y eso fue lo que más la destrozó durante los más de siete años que pasó en las cárceles franquistas con dos penas de muerte: una por pertenecer al Socorro Rojo Internacional y la otra por su pertenencia al Partido Comunista. Mi abuelo no se libró de la pena de muerte. Fue fusilado junto con 32 personas la madrugada del 21 de enero de 1937 y en su propia finca, en la Posición A", mujer de carácter fuerte y recio -heredado de su madre Jacinta- y con las ideas muy claras sobre las injusticias sociales, ideas que supongo le fue aclarando su padre maestro anarquista.

Para concluir este testimonio de Gloria Berrocal, sobre su abuela Antonia añade... "Ella mostró a lo largo de toda su vida una fe ciega en el ser humano. Su solidaridad con los huelguistas portuarios en Ceuta, solidaridad que podían llevar a cabo gracias a que tenían un colmado y una casa de comidas, su asistencia como comadrona a las mujeres que la necesitaban, su sentido de la justicia que nunca se enturbió ni siquiera en sus últimos años en que seguía comentando la situación política no solo nacional sino también la internacional, hacían de mi abuela un ser excepcional. Sin embargo, creo que no fue la única y que perteneció a una estirpe de mujeres que supieron ser libres, independientes y luchadoras en aquellos difíciles años del siglo pasado. Cuando hoy se dice que una mujer es una "superwoman" porque trabaja y además crea una familia, yo me sonrío pensando en la generación que le tocó lidiar con las atrocidades de la guerra civil y pienso en mi abuela que atendía el colmado y la casa de comidas, le ponía una inyección diaria a mi abuelo que padecía del corazón, paría un hijo tras otro, atendía en el parto a otras mujeres y además sacaba tiempo para sus reuniones del Socorro Rojo y del Partido, y asumo la altura del listón que dejaron todas ellas y no dejo de lamentar el poco reconocimiento que han tenido esas mujeres gracias al aplastante silencio mantenido tanto en la dictadura como en la democracia".

martes, 27 de diciembre de 2011

Antonia Castillo Gómez



Autor/:  Francisco Sánchez Montoya 

La infancia

Nació un 27 de noviembre de 1907 en Ceuta. Su padre Enrique Castillo Borrego era propietario de una fábrica de conservas de pescados, su madre María del Valle, fallecida en 1922. Antonia Castillo tuvo cinco hermanos. Estudió el bachillerato en el Instituto General y Técnico de Cádiz. El 28 de agosto de 1923, con tan sólo 15 años, el rectorado de la Universidad de Sevilla le expidió el correspondiente título. Ese último curso 1922-23 obtuvo, además, sobresaliente con matricula de honor en el estudio del alemán. A principios del curso 1923-24 se traslada a Madrid, para estudiar medicina y en junio de 1928, con tan sólo, 20 años termina sus estudios de medicina con excelentes resultados.

Pocos días antes, una R.O. de 26 de septiembre de 1929, estableció la obligatoriedad de que los ayuntamientos de las ciudades que no tuvieren, dotasen plazas de tocólogo municipales. El de Ceuta era uno de ellos, la doctora Castillo ve en esta disposición una buena oportunidad para situarse profesionalmente, en una especialidad para la que cree hallarse bien cualificada. Se convoca por parte de la Junta Municipal la oposición, son cinco los oponentes, Sánchez-Prado, Lorenzo Trujillo, Marcial Gómez, Juan González y nuestra protagonista de este reportaje Antonia Castillo. Tras llevarse a cabo las pruebas, el 5 de marzo de 1931, la comisión Permanente de la Junta Municipal acordó, nombrar "médico tocólogo al servicio de esta Corporación a la señorita Antonia Castillo Gómez". Además se consignó en acta la satisfacción que tenía "al ver que es una hija de Ceuta la que ha conseguido el triunfo en la oposiciones celebradas".

Unos meses después, ya proclamada la II Republica, tomó posesión de su cargo como médico de la Beneficencia Municipal, ella debía atender a todas aquellas personas, en este caso mujeres, que carentes de recursos, según los criterios de la corporación, precisasen de sus servicios. En julio de 1932, Antonia Castillo dirigió un escrito al Ayuntamiento pidiendo permiso para poder ampliar sus conocimientos en Alemania, lo cual le aprobaron. En diciembre de 1933 se incorporó a su plaza en Ceuta. Hacia tiempo que se había independizado de la tutela familiar, vivía en una casa propia donde acompañada de su hermana África, atendía a los enfermos en su consulta. También tiene tiempo para dar alguna que otra conferencia a la gente humilde de la Ciudad, como la ofrecida en la Casa del Pueblo, titulada "Sobre el seguro de Maternidad".

En enero de 1936, contrae matrimonio con el catedrático del Instituto Hispano-Marroquí de Ceuta, Luis Abad Carretero. Este era miembro del Partido de Acción Republicana fundado por Manuel Azaña, cuando a finales de 1934 su formación política decide fusionarse con el Partido Radical-Socialista de Marcelino Domingo, para dar origen a Izquierda Republicana, fue elegido presidente en Ceuta, hasta el 20 de abril de 1936, que fue sustituido por el abogado Salvador Fossati.

Los continuos rumores de sublevación en el veranote 1936, preocupan a la familia Abad-Castillo, dada la relevancia política de Luis. Los preparativos de la sublevación continuaban, el enlace en esta zona con el director de la sublevación era el teniente coronel Jefe del Acuartelamiento de la Legión en Dar Riffien, Juan Yagüe, éste recibe el 29 de junio la visita del diputado de la CEDA Francisco Herrera Oria, con las últimas consignas para el golpe, la reunión tuvo lugar en Ceuta.

A primeras horas de la tarde del 17 de julio, ya estaban las tropas sublevadas en las calles de Melilla y en Ceuta y ciudades del Protectorado Occidental se respiraba una tensa calma llena de miedos y recelos. Sobre las 16,45 horas, el Delegado del Gobierno en Ceuta, José Ruiz Flores, recibe la llamada del Jefe del Gobierno de la República y Ministro de la Guerra, Casares Quiroga, para informarle de los acontecimientos de Melilla. A continuación el Ministro de la Gobernación Juan Moles, telefoneó a Tetuán, y cambio impresiones con el Alto Comisario, Arturo Álvarez-Buylla.

A las 11 de la noche del 17 de julio las tropas tomas las calles, la doctora Antonia Castillo se queda en Ceuta y su marido Luis Abad, dada su militancia política, se refugia en Tánger, esperando al desarrollo de la sublevación militar.

Expulsada como tocóloga municipal, en 1939

La doctora Antonia Castillo, tras el golpe militar, continúa en su puesto de trabajo, a pesar de que Ceuta se convierte en una ciudad llena de miedos y recelos; las fuerzas sublevadas, con la ayuda de patrullas de falangistas, comienzan las detenciones selectivas y asaltos a las sedes de los sindicatos y partidos políticos. Antonia Castillo, ve como muchos de los compañeros de su marido son detenidos y fusilados. Ella sabe que a todos los funcionarios municipales que hayan tenido alguna vinculación con partidos políticos o sindicatos se les instruye un expediente. La comunicación de este expediente no le llega hasta el 20 de diciembre de 1938, donde se le acusa –injustificadamente- entre otras cosas de "negligencia en su trabajo como médico tocólogo". Las acusaciones de falta de atención a sus pacientes en que se fundamenta el expediente, se vislumbran muy poco sólidos conociendo la buena formación clínica de la doctora Castillo y la probada dedicación a sus enfermos.

Con este expediente, más parece que se le pase factura por su matrimonio con Luis Abad y por las actividades políticas de éste. Pero con este primer expediente tan sólo era el comienzo de un tortuoso camino que, por desgracia sólo había comenzado a recorrer. En otro escrito, la Comisión depuradora le había formulado tres cargos: 1º Haber dado en cierta ocasión un mitin en la Casa del Pueblo, 2º Ser simpatizante de la política de izquierdas y 3º No ser de confianza para el Movimiento Nacional.

El juez instructor recabó diversos informes sobre el comportamiento de la Dra. Castillo a algunas autoridades gubernativas de Ceuta: Policía, Guardia Civil y Falange. El más extenso y revelador de todos ellos es el redactado por el delegado de Orden Público de Ceuta, el 10 de diciembre de 1938, en el que se puede leer: " fue vicepresidente de la Asociación de Empleados Municipales y aparece en una fotografía reunida con los más significativos socialistas de esta Plaza, con ocasión de un mitin celebrado en la Casa del Pueblo. Se ignoran antecedentes masónicos. Está casada con el Catedrático Sr. Abad (Socialista furibundo) que se encuentra en la zona roja, haciendo campaña contra la Causa Nacional. Se la considera, como su esposo, de ideas extremistas. Dio conferencias en la Casa del Pueblo en propaganda electoral en el año 1933, no volviendo a actuar al contraer matrimonio con el Sr. Abad, diciéndose que se debía a que este era excesivamente celoso. Ha observado buena conducta pública y privada y se comporta bien en lo profesional, se ignora su forma de pensar con respeto al Movimiento Nacional… "

Nada de esto convenció al Juez de Instrucción, quien el 18 de febrero de 1939 estimó probados los cargos y la definió: " Como desafecta al Glorioso Movimiento Nacional y adicta al Frente Popular (…), por lo que revistiendo su conducta una notoria peligrosidad es permitido aconsejar que el funcionario de referencia no debe continuar figurando en el cuadro de los empleados del Nuevo Estado, ya que no ofrece garantías para los servicios del mismo... en consecuencia destitución de Doña Antonia Castillo Gómez en el cargo que venia desempeñando, y que, además, se adopten las medidas necesarias para que tampoco pueda volver a figurar a ningún otro de clase alguna, dependiente de esa Corporación".

Camino del exilio mejicano

Las diversas sanciones que se impusieron a la doctora ceutí Antonia Castillo, hizo que tuviera que salir de su ciudad y buscar otra salida de futuro. Causó baja en el Colegio de Médicos de Ceuta, el 30 de julio de 1939. La siguiente noticia que se tiene de ella, según el historiador López Gómez, es de finales de 1940 y la sitúa en Burgos, con anterioridad estuvo unos meses en Madrid. Pasando a ser también, al igual que en Ceuta en 1927, la primera mujer en formar parte del Colegio de Médicos burgalés. El refugio de Burgos, le sirvió para ir madurando la posibilidad de marchar al extranjero, donde se podría reencontrar con su marido.

En 1945, la doctora Antonia Castillo, prepara su traslado a Méjico. Unos años después viaja a Nueva York siendo una pionera en el estudio del cáncer. Mientras tanto Luis Abad, continúa su periplo ya que tras salir de Ceuta pasó a Tánger y desde allí a la península. Tras la Guerra Civil logro escapar de España, en un barco repleto de refugiados que le llevó desde Alicante a la costa argelina, para ser internado a continuación en el campo de concentración de Bogharí, próximo al desierto del Sahara, de donde, al parecer, pudo salir. Ya en 1940 se instaló en Oran, donde sobrevivió diez años dando clases de español, ingles y matemáticas a alumnos de bachillerato, y gracias a la venta de algunos cuadros.

Cuando hacia 1950 Luis Abad abandona Oran no se dirige a Méjico sino a Paris, donde va a permanecer casi cuatro años más. Allí da clases de español, entre otros trabajos como profesor. En 1953 Abad deja Paris rumbo a la capital azteca. Finalmente, transcurrido 18 años, se reencuentra con su esposa, Antonia Castillo, junto a la que sólo había convivido seis meses después de su boda.

Por fin, los dos están juntos en Méjico, Luis Abad, participa en proyectos del Colegio de Méjico, y en 1956 es nombrado profesor titular de la cátedra de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma, y publica varios libros y en las más prestigiosas revistas mejicanas. Por otra parte, la doctora Antonia Castillo, se especializa en el campo de la ontología ginecológica, siendo una prestigiosa facultativa en Méjico.

Todo son éxitos para los dos en Méjico, pero añoran España y en 1966 emprendieron viaje a Madrid, con la esperanza de que la dictadura no les pida cuentas. Se instalaron por unos meses en la casa de Maria del valle Muñoz Castillo, la sobrina de Antonia. Pronto marcharon a Almería, no sabemos si la doctora ceutí volvió a pisar su ciudad natal. Compraron una casa en Gádor. A finales de 1970 la doctora Antonia Castillo notó un importante quebrantamiento de su salud, en vista de su progresivo empeoramiento decidieron regresar a Madrid. A principios de 1971, fallece y su marido decide enterrarla en Gádor, a donde regresó, para morir a su vez el 13 de noviembre de ese año.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Presentación en Algeciras del libro y documental sobre Sánchez Prado alcalde de Ceuta

El Presidente de la Casa Regional de Ceuta en Algeciras, les invita a la presentación del libro: " SANCHEZ PRADO" Medico, Diputado y Alcalde de Ceuta durante la II Republica Española.-

De D. Francisco Sánchez Montoya, que tendrá lugar el próximo viernes, 2 de Diciembre, en la sede de la Casa Regional de Ceuta en Algeciras cita en la C/ José Luis Cano Portal 1 Bajo, a las 20,30 horas.
 
Intenvendrá el autor Francisco Sánchez Montoya y Juan Antonio Palacios Escobar, escritor, exalcalde de Algeciras, ceutí y presidente de la Casa de Ceuta.

Proyección del documental de 55 minutos.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Presentación del documental "Virgilio Leret. El Caballero del Azul"


Despage
El 14 de Noviembre, lunes, a las 20h, os esperamos en el videoforum de la Asociación de vecinos del barrio de Prosperidad, con el documental "Virgilio Leret. El Caballero del Azul". El filme, dirigido por el periodista navarro Mikel Donazar, recuerda la vida del militar e ingeniero pamplonés Virgilio Leret, uno de los precursores del motor de avión a reacción que fue fusilado en 1936 en Melilla por oponerse al golpe franquista.

Asociación Valle Inclán,
calle Luis Cabrera 51, semisótano, Madrid
metro Prosperidad, Autobuses 1, 9 y 72

viernes, 28 de octubre de 2011

Seminario regional Maghreb-Europa: La preservación de la memoria histórica


En el Museo de Historia de Cataluña, 5 de noviembre 2011, Barcelona

Programa
(Traducción Estación Orán-Wahrān وهران )

I sesión: 10.00h – 13.30h  

Preside la sesión Manel Perona

-10.15h–10.30h: Las desapariciones forzadas en el Mediterráneo

Nassera Dutour

-10.30h–10.45h: Leyes de Amnistía y de Memoria: Chile-España, una experiencia comparada

Gustau Gómez Peña, abogado de la ARMHC

-10.45h–11.00h: El procedimiento judicial contra el juez Garzón

Carlos Jiménez Villarejo, jurista

-11.00h–11.15h: La situación de las fosas comunes en Catalunya y en España

Ermengol Gassiot Ballbè, profesor de arqueologia de la Universitat Autònoma de Barcelona

-11.15h–11.30h: Los compromisos de España ante sus obligaciones internacionales sobre las desapariciones forzadas

Alícia Moreno Pérez, Amnistía Internacional

-11.30h-11.45h: Pausa

-11.45h–13.30h: Turno abierto de palabras

II sesión: 15:00-16:15

Preside la sesión, Rachid El Manouzi

-15:00-15:15: La importancia de los archivos para la búsqueda de la Verdad y la Justicia

Fina Solà, miembro del Consejo Consultivo Internacional para la recuperación de los archivos históricos de la policía Nacional de Guatemala y  en representación de Archiveros sin fronteras.

-15:15-15:30: Comisión de Justicia y Reconciliación y el apoyo a la memoria

Aziz Bennani, Abogado

-15:30-15:45: Memoria oculta, memoria revisada, los enfoques y los viajes de un historiador:  El caso de los ejecutados de 1962 en Túnez

Khaled Abid, Historiador

-15:45-16:15: Turno abierto de palabras

III sesión: 16:15-19:00

Mesa Redonda: La lucha por la Verdad y la Justicia: ¿Qué futuro nos espera?

Moderador: Cherifa Kheddar

-18h00-19h00: Turno abierto de palabras

lunes, 24 de octubre de 2011

El primo al que Franco ejecutó


El General y su primo Ricardo de la Puente Bahamonde, comandante republicano convencido, crecieron como hermanos hasta que la ideología les separó. «Un día voy a tener que fusilarte», le llegó a decir Francisco a Ricardo. Y lo hizo. En 1936, fue el último militar fiel a la República del norte de Africa

FRANCISCO SANCHEZ MONTOYA / Crónica suplemento de EL MUNDO / número 457
Franco tenía al enemigo en casa y no debió de sorprenderle saberlo. En la tarde del 17 y la madrugada del 18 de julio de 1936, cuando el ruido de sables ya había sido reemplazado abiertamente por el estruendo de los fusiles en el norte de Africa, muy pocos oficiales de la región se mantuvieron leales a la República.

El último en caer, jefe de las fuerzas aéreas del norte de Africa y comandante al frente del aeródromo de Tetuán Sania Ramel, en el protectorado de Marruecos, se llamaba Ricardo de la Puente Bahamonde y era primo carnal de Francisco Franco Bahamonde. El general había llegado a apreciarle, pero fue implacable al ordenar su fusilamiento.

En realidad, fue como la confirmación de un viejo augurio. En su libro Historia de una disidencia, la sobrina del general Pilar Jaraiz Franco escribió sobre ellos: «Eran más hermanos que primos, pero de adultos se habían agudizado sus diferencias ideológicas.Franco lo había sustituido de su puesto durante la revolución de Asturias en octubre de 1934. Y en una de sus muchas discusiones, había exclamado Franco: "Un día voy a tener que fusilarte"».

Ricardo, que también había nacido en Ferrol, era tres años más joven que su primo Francisco. Como él, consiguió los más importantes logros de su carrera militar en el norte de Africa. En 1922 fue destinado como capitán a Larache y resultó herido en una de sus incursiones. Dos años más tarde recibió una medalla de «sufrimiento por la patria». Incluso se le concedió, años después, otra condecoración, la Cruz de María Cristina por motivos de guerra, debido a su estancia en Africa.

Pero no fueron las suyas vidas precisamente paralelas. Más bien, al contrario. Tras la revuelta de Asturias de octubre de 1934, reprimida por el propio Franco, De la Puente Bahamonde fue suspendido del Ejército por apoyarla.

UNICO CUARTEL LEAL
Sólo después de que, tras el triunfo del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936, Manuel Azaña legislara un indulto general, De la Puente Bahamonde fue rehabilitado. Le enviaron entonces, en abril de ese mismo año, a Marruecos como jefe de las Fuerzas Aéreas, con base en el aeródromo de Sania Ramel, a pocos kilómetros de Ceuta. Apenas faltaban tres meses para el inicio de la Guerra Civil y aquél iba a ser su último destino.

Al caer la tarde del 17 de julio de 1936, el comandante Bahamonde, ya había tenido noticias de la sublevación en Melilla y de la toma de la base de hidroaviones de Atalayón. Su compañero el capitán aviador Virgilio Leret había sido detenido allí y pocas horas después habría de ser ejecutado. Asimismo, la máxima autoridad militar, el general Gómez Morato, también estaba detenido.

En realidad sólo había un centro, además del aeródromo que él defendía, que aún no había caído en manos de los sublevados, la Alta Comisaría del protectorado, con la máxima autoridad civil, Arturo Alvarez-Buylla, al frente.

El comandante Bahamonde no tenía dudas de que durante la madrugada del 18 de julio sería atacado el aeródromo. En pocas horas su primo, el general Franco, debía aterrizar allí a bordo del Dragón Rapide, procedente de Canarias, para tomar el mando de los sublevados en el norte de Africa. De modo que detuvo a varios oficiales que estaban implicados en el golpe y, con los subordinados leales, unos 25 en total, comenzó a preparar su defensa.

Instaló cuatro ametralladoras sobre una torreta e iluminó la carretera por la cual podían venir las tropas atacantes con las luces de todos los vehículos de que disponía. Para dificultar más la llegada de las fuerzas del acuartelamiento legionario de Dar Riffien, mandadas por el brazo derecho del general Mola, el teniente coronel Juan Yagüe, Bahamonde ordenó a unos de sus capitanes salir con varias camionetas hacia Ceuta y volcarlas en un puente cercano.

Ya era noche cerrada cuando en Sania Ramel se recibió una esperanzadora llamada desde la Alta Comisaría. Alvarez-Buylla había logrado hablar con el presidente del Gobierno y ministro de la Guerra, Casares Quiroga. Madrid iba a enviar aviones de refuerzo y había que resistir a toda costa. Alrededor de las 23.30 horas el comandante Bahamonde dio orden de marcar el campo de aterrizaje con hogueras encendidas con trapos y cubos de gasolina y señaló a un grupo de soldados para que quedaran en la pista al cuidado de ellas.

El teléfono volvió a sonar a las dos de la madrugada, ya del 18 de julio. Esta vez era el jefe de la sublevación en Tetuán, el teniente coronel Sáenz de Buruaga, el que estaba al otro lado del hilo. Si Bahamonde no deponía su actitud, una columna de artillería y tropas de regulares cercarían el aeródromo.

Los aviones de Madrid seguían sin llegar, pero Bahamonde se mantuvo firme. Tal y como quedó reflejado en el consejo de guerra, el comandante no dudó en contestar: «¡Tendrán que pasar por encima de los que defendemos al gobierno legal en este momento! ¿En qué concepto me ordena usted que me rinda? ¿Quién es usted para darme tales ordenes?». Dos horas y media después Sania Ramel estaba rodeado y el asedio apenas tardó unos minutos en durar.

Las fuerzas atacantes tuvieron mucha precaución en no dañar la pista de aterrizaje, que sería utilizada en pocas horas por el avión que traía al general Franco. Pero incluso así lo tuvieron fácil. En menos de media hora empezaron a registrarse los primeros heridos entre los hombres de Bahamonde. El comandante no tardó en comprender que los aviones prometidos por Casares Quiroga no iban a llegar nunca, que resistir sólo serviría para contribuir al derramamiento de sangre y que su primo había ganado esta partida.Antes de entregarse, no obstante, ordenó a sus hombres que realizaran averías en varios aviones Breguet XIX, rompiendo sus depósitos de gasolina, radiadores y las ruedas del tren de aterrizaje para que no pudieran ser utilizados por los aviadores sublevados.A las 05.15 horas de la madrugada del 18 de julio, enarboló un pañuelo blanco y entregó su pistola al comandante de regulares Serrano Montaner. Él y todos sus hombres fueron detenidos y trasladados a la fortaleza del monte Hacho de Ceuta.

Unas horas más tarde, en la mañana del 19 de julio aterrizaba en el aeródromo el Dragón Rapide. Franco fue rápidamente informado de la actitud de su primo el comandante Bahamonde y su situación en calidad de detenido por oponerse a la sublevación.

El proceso sumarísimo contra el comandante Bahamonde, sin embargo, había comenzado a tramitarse el mismo 18 de julio. Se deseaba cuanto antes tener una sentencia, y así fue como el 2 de agosto se celebró el consejo de guerra. A las pocas horas de escuchar las acusaciones, y ante una defensa inexistente, fue condenado a muerte por traición.

EJECUCION O INDULTO
El 3 de agosto se envió a Franco el fallo para que, como máxima autoridad, aportara su enterado y firmara la ejecución o el indulto.El general debió de pensar que cualquier condena que no fuera la ejecución sería considerada un signo de debilidad, pero firmar la sentencia de un familiar tan cercano podría ser inquietante.Y no lo hizo. Decidió ceder su firma al segundo jefe, Luis Orgaz, quien la rubricó.

El comandante De la Puente Bahamonde fue fusilado el 4 de agosto de 1936, en los muros exteriores de la fortaleza del monte Hacho.Eran las cinco de la tarde. Tras años de haber investigado y consultado cientos de procedimientos, no me consta que durante la represión en Ceuta tuviera lugar alguna ejecución por la tarde.Estaba claro que querían dar por finalizado este consejo de guerra cuanto antes.

Francisco Sánchez Montoya es autor de Ceuta y el norte de Africa (1931-1944). República, guerra civil y represión (editorial Natívola)

¿BAHAMONDE O BAAMONDE?
El comandante Ricardo de la Puente Bahamonde nació en 1895, tres años después que su primo, Francisco Franco, en Ferrol. - Realizó sus mayores hazañas bélicas en la guerra africana, en la que obtuvo dos medallas. - Apoyó la revolución de Asturias en 1934. - El 18-J de 1936 intentó que el «Dragón Rapide» no aterrizara en Tetuán y fue fusilado tras fulminante consejo de guerra. - En el bando en que declaró el estado de guerra en Marruecos, Franco omitió la «h» intercalada de su segundo apellido, según algunos historiadores, para distinguirse de su primo.

lunes, 17 de octubre de 2011

Antonio L. Sánchez Prado en el 75º aniversario de su muerte


Proyección de un documental y libro biográfico 
Autor: Francisco Sanchez Montoya
Día: 28 de noviembre de 2011
Hora: 20,30
Lugar: Salón de Actos del Palacio Municipal. Ceuta

Una completa biografía de Antonio L. Sánchez Prado, Médico, Diputado y Alcalde de Ceuta durante la II República española. El libro se compone de 300 páginas, y más de un centenar de imágenes. Junto al libro, en la contraportada, se incluye el DVD, de 60 minutos, donde de una forma amena se rinde un homenaje al último alcalde republicano de Ceuta. Un documento imprescindible para conocer mejor una época y un momento. La memoria histórica de aquellos hombres que vivieron una época llena de luchas y vivencias.

domingo, 9 de octubre de 2011

Paul Preston, Vicente Moga y el ‘Holocausto español’

Vicente Moga en una ponencia

Colaborador del libro Vicente Moga Romero, archivero de Melilla y documentalista

06 de Octubre de 2011 11:20 , Vélez Berenguer
El Faro digital.es
De la mano de dos grandes amigos -y algo más-, procedente de la última Feria del Libro de Madrid y debidamente dedicado, el libro de Paul Preston, 'El Holocausto Español. Odio y exterminio en la Guerra Civil y después'. Presto se acuerda más, a lo largo de toda su vida, de España que de su Liverpool natal (1.946). Poca presentación es necesaria pero recordemos que es catedrático, Príncipe de Asturias de Historia Contemporánea Española y director del Centro Cañada Blanch para el Estudio de la España Contemporánea de la London School of Economics.

En los prolegómenos de su gran obra -859 páginas al lomo- Preston se fija bien en las primeras muertes de la contienda nacional, no sin antes realizar una detallada justificación de su génesis y leemos textualmente: “Entre los primeros en morir figuraba uno de los oficiales más brillantes de las Fuerzas Armadas españolas, el capitán Virgilio Leret Ruiz, destacado ingeniero aeronáutico y piloto, de 34 años, comandante de la Base de Hidroaviones de Atalayón, en Melilla, detenidos y ejecutado tras un juicio sumario por haberse enfrentado a los rebeldes”.

Y sigue Preston: “Su mujer, Carlota O´Neill, feminista de izquierdas, era dramaturga y editora del periódico ‘Nosotras’. La detuvieron y separaron de sus hijas, Carlota y Mariela…Tras 18 meses en prisión, Carlota O´Neill fue jusgada por un tribunal militar, acusada de hablar ruso, de ser subversiva y responsable de los actos de su marido el 17 de julio de 1.936. Pese a todo la condenaron ‘sólo’ a seis años”.No recordamos ninguna visita de Paul Preston pero nos llama la atención del rigor de su relato y tenemos una sana curiosidad: Comprobar la lista de agradecimientos a colaboradores.

Vicente Moga Romero, el archivero de Melilla, el documentalista por excelencia, el señor del Hospital del Rey aparece en el libro de Preston como colaborador de su obra, una colaboración muy bien aprovechada por el autor británico-hispano para documentar una de las primeras muertes de la sublevación militar con un rigor estimable que sólo podía proceder de Moga y, además, sirve de preludio para lo que viene después, el relato de guerras y holocaustos, sí porque aquí también hubo –como se viene comprobando recientemente- holocaustos y fosas comunes, no sólo en los dominios nazis.

El aporte documental histórico que Moga ha brindado a Preston es más que significativo en la obra de un gran especialista y ‘best seller’ todos cuyos trabajos se han caracterizado por el relato escrupuloso y comprobado. Los nombres de Melilla, Leret, Atalayón, Carlota, Carlota y Mariela son un lujo para una ciudad en la quinta edición del ‘Holocausto Español’ de Paul Preston. No dudamos en afirmar que Moga, como es su obligación y, mucho más, su devoción ha puesto un granazo de arena en el conocimiento de la historia contemporánea de la ciudad.

El templo masónico en Ceuta

07 de Octubre de 2011  Francisco Sánchez Montoya .
El templo masónico de la calle teniente Pacheco se comenzó a instituir a comienzos de 1933. Las tres logias existentes en la ciudad, en esos momentos, Hércules, Hijos de Hércules y Constancia, se reúnen para estudiar la posibilidad de tener un templo común. Se designa a un representante de cada taller para comenzar las negociaciones; por Hércules, Ángel Ochoa, por Hijos de Hércules Bartolomé Alcántara, y por Constancia el tipógrafo de la imprenta Alcalá, y dirigente socialista Juan Herrera.

El importe total del local asciende a 12.000 pesetas, las tres realizan un acuerdo económico, decidiendo que se pague según el numero de miembros de cada logia, Hércules abona el 50%, y las otras dos Hijos de Hércules y Constancia, el otro 25 %. El templo se instala en la planta baja de un edificio de la calle Teniente Pacheco, 14.

Constaba de una sala llamada de pasos perdidos o vestíbulo, a la izquierda, antes de entrar en el templo, la cámara de reflexión, en ella el futuro miembro debe prepararse para la celebración del rito de su iniciación, ésta contiene una serie de objetos simbólicos entre los que se destaca una calavera, que recuerda al neófito lo efímero de la vida terrenal, un reloj de arena, que le recuerda la fugacidad del tiempo; así como pluma, tintero y una hoja de papel en la que el futuro masón debe expresar conceptos éticos y filosóficos personales. Una vez dentro del templo, sobre un estrado, se encuentran las dignidades básicas del Taller, esto es, los Oficiales que dirigían las tenidas o reuniones. En el centro el venerable maestro, presidente de la Logia y a los lados el secretario y el Orador. Encima del venerable Maestro se encuentra un dosel en el que figuran las iniciales del lema: A la Gloria del Gran Arquitecto del Universo A.L.G.D.G.E.D.U.

En 1930 se desmorona el régimen de Primo de Rivera, y a los pocos meses se proclama la II República. Mucho se ha escrito sobre el poder de la masonería y su influencia en estos acontecimientos pero nada se ha podido atestiguar. En esos momentos la masonería se componía fundamentalmente de la Gran Logia Española, de la que pronto se separaron algunos miembros, constituyendo la Gran Logia Unida y, sobre todo, el Gran Oriente Español. Tras la proclamación de la República y la constitución del nuevo Ayuntamiento de los 35 concejales que componían la corporación, once eran masones, algo mas del 30%, igual pasaba con los cargos sindicales y políticos, cabria destacar al primer Alcalde y posterior diputado, el médico Sánchez-Prado, éste ingresó en la masonería local en Agosto de 1.930, con el símbolo Grecia. También los alcaldes Valverde Soriano, miembro destacado del socialismo Ceutí y José Víctori Goñalons. El diputado por Ceuta desde febrero de 1936, Manuel Martínez Pedroso o el Presidente del Partido Socialista y de la Casa del Pueblo, Sebastián Ordóñez, entre otros muchos.

Cuando el 24 de julio de 1936, el Venerable Maestro masón A'onso Estevill, cerraba las puertas del Templo Masónico de Ceuta en la calle Teniente Pacheco, huyendo del golpe de estado camino de Gibraltar, se abatieron las columnas de toda una tradición masónica en la ciudad.

Represión contra los masones ceutíes

Desde un primer momento se le achaca a la masonería una conspiración Judeo-masónica-comunista, culpable de todos los males que pudieran sobrevenir al nuevo régimen. El venerable maestro masón A'onso Estevill, de la Logia Hércules, pudo huir a Gibraltar y desde allí escribió un informe, al cual he podido tener acceso, explicando los acontecimientos de los primeros días del golpe en Ceuta:

"El 25 de Julio de 1936 fue asaltado el templo de las logias masónicas de Ceuta, en la calle Teniente Pacheco nº 14, por parte de patrullas de Falange, pero con anterioridad, el día 19, el que suscribe, por residir en los altos del Templo, fui avisado por una vecina que la Guardia Civil estaba derrumbando la puerta con los fusiles, inmediatamente bajé y efectivamente había allí un Teniente de la Guardia Civil y dos números, quienes al verme bajar me apuntaron con sus armas y me ingresaron groseramente, comandándome a que abriera la puerta, lo que así hice y una vez dentro comenzaron a registrarlo todo muy bien, pero convencidos ellos de que no había nada el Teniente me dijo que me daba su palabra de honor de que él no buscaba otra cosa que lo delictivo y lo que no lo fuese no saldría de su boca. Continuaron registrando la secretaria y estuvimos entretanto hablando hasta que se marcharon clausurando la Logia y despidiéndose el Teniente muy amistosamente incluso estrechando mi mano. Es decir, que los militares, aún no teniendo derecho a clausurar la Logia pues son facciosos, no se les veía una intención malévola contra nosotros pues estuvieron en Ceuta después hasta el día 24 de julio 1936 y mi domicilio no fue registrado ni fui molestado más. Gracias a la llegada de un buque inglés, llamado Bulldog se cortó, pues al día siguiente de salir de Ceuta llegaron los fascistas y falangistas e hicieron el destrozo en el Templo llevándose los enseres que pasearon por Ceuta en procesión y luego los quemaron y tiraron al mar, desde los jardines de San Sebastián".

El 17 de agosto de 1936, una vez requisados por el servicio de vigilancia los libros y fichas de los miembros de las logias, la Jefatura de Falange envió a los distintos periódicos de la ciudad, durante varios días, unas relaciones de ceutíes que habían pertenecido a la masonería. Junto a las listas, se publica un duro e insultante encabezamiento: "Los vais a conocer a todos y querréis escupirles a la cara con desprecio, pero no son dignos de desprecio, ni de odio, ya que, solo se puede odiar lo que se teme".

domingo, 25 de septiembre de 2011

Defensa es quien tiene que ordenar la retirada de los símbolos franquistas .


El Faro Digital.es / 21 de Septiembre de 2011, C.Echarri
El Ministerio de Defensa es el que debe acatar la ley de Memoria Histórica en los bienes que son de su propiedad y, por tanto, es el responsable de que todavía luzcan símbolos franquistas en monumentos como el del Llano Amarillo. La Ciudad se excusa en que la responsabilidad es de los militares y evita cualquier responsabilidad en el incumplimiento que, todavía hoy, se está haciendo en el caso de Ceuta.

De hecho la institución dice haber hecho los deberes, mientras Defensa calla y opta por mantener elementos que ensalzan la época de la dictadura. La Ciudad, no obstante, sí que llegó, en marzo de 2010, a retirar el nombre de Franco colocado en este mismo monolito. A pesar de ello, fuentes de la Ciudad Autónoma indican que la retirada del escudo y el cambio propuesto en la leyenda del 17 de julio de 1936 (que se cambiaría por el día 12) debe ser ordenado por Defensa.

El Ministerio sí que ha cursado la orden de retirada de símbolos franquistas en los cuarteles, pero no ha llegado a ejecutar en su máxima expresión lo que contempla la Ley.

Los pies de Franco en las inmediaciones de la ermita de San Antonio, el mástil principal del Cañonero Dato o los símbolos franquistas de los cuarteles han desaparecido. En unas recientes declaraciones a ‘El Faro’, el historiador Francisco Sánchez recordaba la historia del monumento del Hacho, “obra del arquitecto Francisco Herranz, fue inaugurado en el valle de Ketama el 12 de julio de 1940, para conmemorar las maniobras militares celebradas entre el 5 y el 12 de julio de 1936, organizada por el Gobierno de la República. En el mes de mayo de 1962 fue trasladado a Ceuta y ubicado en su emplazamiento actual. La solución pasaría por cambiar un sólo número y ya se estaría cumpliendo con la ley”, indicaba.

Hacerlo o no ya es asunto de cumplir lo que marca la ley o no.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Franco, por los suelos


El Faro Digital / 18 de Septiembre de 2011, Carmen Echarri
La aplicación de la ley de Memoria Histórica parece que no ha terminado de encajar en Ceuta. Años después de que se ordenara la retirada de los símbolos franquistas, todavía hoy persisten algunos de ellos en una clara lucha contra el sistema. En marzo de 2010, el Gobierno local anunciaba la retirada de algunos de esos símbolos; las órdenes se quedaron en el camino ya que en la actualidad el máximo exponente de las gestas de don Paco, el monumento del Llano Amarillo, sigue recordándolas.

El escudo falangista, con el yugo y las flechas, así como la fecha de 17 de julio de 1936 reflejan lo sucedido en una guerra de hermanos, sin que hasta ahora se haya cumplido lo que sencillamente marca la ley. Aunque para algunos es algo más que eso: retirar estos símbolos supone terminar, al menos visualmente, con la referencia a unas gestas que han salpicado de una u otra manera a sus familiares.

¿Qué ha hecho la Ciudad desde que se le comunicará oficialmente la obligatoriedad de cumplir la ley? Pues eso, empezar a cumplirla pero quedándose únicamente en el inicio.

El pasado 26 de marzo de 2010, una brigada de Obimace encabezada por su máximo responsable político: Gregorio García Castañeda, retiraba el nombre de Franco, que aparecía grabado en el monolito. ¿Su destino? El propio monte que rodea el mítico Llano Amarillo. Todavía hoy, entre escombros, basura y restos del botellón se pueden encontrar las letras que conformaban el apellido del dictador. La F por un lado, la O por otro... y así hasta formar un Franco ya por los suelos.

¿Y el resto? Nada se ha avanzado. La Ciudad dijo en su día que sí, que seguirían retirando los símbolos franquistas. Y lo hizo en parte: los pies de Franco en las inmediaciones de la ermita de San Antonio, el mástil principal del Cañonero Dato o los símbolos franquistas de los cuarteles. Después tendría que haber venido lo demás. E incluso la Ciudad anunció que echaría mano de maquinaria especializada para la retirada del escudo falangista (formado por el yugo y las flechas) del monolito del Llano Amarillo y la supresión de la fecha (17 de julio de 1936) de las escalinatas principales del mismo, lo que dejaría el monumento con su aspecto original.

Propuestas alternativas

El historiador Francisco Sánchez lanza una propuesta: cambiar el 17 por el 12. “El monumento del Llano Amarillo, obra del arquitecto Francisco Herranz, fue inaugurado en el valle de Ketama el 12 de julio de 1940, para conmemorar las maniobras militares celebradas entre el 5 y el 12 de julio de 1936, organizada por el Gobierno de la República. En el mes de mayo de 1962 fue trasladado a Ceuta y ubicado en su emplazamiento actual”, recuerda. La solución pasaría por cambiar un sólo número y ya se estaría cumpliendo con la ley. El propio Francisco Sánchez ya propuso en su día mantener el monumento del Llano Amarillo quitando el nombre de Franco, los símbolos del Régimen y cambiando la fecha grabada.

A tenor del estado actual se concluye que poco o ningún caso se le ha hecho. En la actualidad el Llano Amarillo es uno de los escasos símbolos franquistas que continúan expuestos a la vista de todos, en una burla claro a los pasos seguidos en otros puntos del país.

Quien dice el Llano suma otros puntos como la Catedral, que todavía muestra alusiones al franquismo en la lápida de los Caídos colocada en la pared. Sánchez recuerda que “según la Ley, su retirada depende de la Iglesia, no tiene ningún valor patrimonial, pero mi opinión es que debería de retirarse y trasladarse al cementerio de Santa Catalina”.

En uno de sus últimos informes, la oenegé Amnistía Internacional ha acusado al Gobierno de incumplir la Ley precisamente por permitir que haya ciudades en las que no se ha ordenado esta retirada. AI recuerda que se está incumpliendo las obligaciones internacionales en materia de verdad, justicia y reparación de víctimas del franquismo y la Guerra Civil. La “Ley por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura”, que es su denominación oficial, se ha desarrollado parcialmente y con lentitud, denuncia la oenegé. “En un desarrollo reglamentario de lentitud exasperante, sólo al final de año, el Gobierno ha dictado algunas disposiciones para el desarrollo y aplicación de lo establecido en la Ley. Y lo dispuesto se concentra sólo en medidas simbólicas o de escaso significado para garantizar verdad, justicia y reparación”, asevera

martes, 13 de septiembre de 2011

Historia de Ceuta y Protectorado español de Marruecos. Del “Stanbrook” a la fosa común de Ceuta

Fosa común en Ceuta

Francisco Sánchez Montoya

Miles de españoles se encontraban el 28 de marzo de 1939 en el puerto de Alicante, entre ellos tres jóvenes, Antonio Reinares Metola, José Congost Plá y Ramón Valls Figuerola, ellos aguardaban un barco que les permitiese abandonar España, camino del exilio, tras la derrota del ejército republicano. Llegó el buque Stanbrook, zarpando hacia Orán (Argelia),

cinco años después estos tres alicantinos fueron fusilados ante los muros de la fortaleza del Monte Hacho. El barco arribó a Orán el 30 de marzo de 1939 y quedó anclado a la entrada del puerto sin poder atracar en los muelles hasta el 6 de abril, día en que amarró en el muelle Ravín Blanc. Allí empezó para muchos un largo exilio, más de 2.600 personas consiguieron escapar, hacinadas, en el mítico "Stanbrook". Pero aquella travesía no se les olvidaría a ninguno de sus ocupantes, el barco iba escorado por el exceso de peso, todos estaban apiñados, y apenas tenían comida, y existía el miedo a ser hundidos por los submarinos alemanes o por los aviones que les sobrevolaban. Cuando divisaron al día siguiente las costas africanas, supieron que desembarcarían en Orán, a los exiliados los alojaron en una antigua cárcel con funciones de albergue, y a los tres días fueron repartidos por varias casas de la ciudad. Muchos de estos exiliados pudieron abandonar Argelia, tras muchas penurias, y establecerse en el Marruecos francés, concretamente en Casablanca, donde organizan Una resistencia al régimen de Franco, con la creación de la denominada Unión Nacional Antifascista (U.N.A.). Estudian la posibilidad de restituir en Tánger, como cabeza de lanzadera para después pasar a Ceuta. La resistencia en Tánger entra en contacto con estos exiliados en Casablanca y le piden que necesitan a un delegado para su apoyo, ya que están muy vigilados. El 10 de agosto de 1941 se desplaza a Tánger José Congost Plá. Realizó el viaje en ferrocarril, escondido en un cajón y protegido por el jefe de estación, Leopoldo Serdán. Se reúne con resistencia que trabaja en la ciudad y estudian la posibilidad de que Tánger sirva de plataforma para otras ciudades. Comienzan a recibir desde Casablanca el boletín Reconquista de España, que lo adaptarían con el nombre de Liberación de España, escrito a máquina, y lo reparten por la ciudad. Como el trabajo de captación va en aumento, el recién llegado José Congost requiere nuevamente de Casablanca el envío de otro delegado más y a los pocos meses llegó por el mismo conducto Antonio Réinales Metola, este tiene en sus planes inmediatos el trabajo de reorganizar las Juventudes Socialistas Unificadas. Al cabo de algunos meses formó un comité, integrado por Amalia Guerrero Lemos, secretaría general; Sebastián Mesa Mefre, secretario de propaganda; León Azulay Cohen, secretario de organización, y los vocales Jacob Cuby y Rubén Bengio. En septiembre de 1941 se envían dos nuevos dirigentes desde Casablanca, Adelo Aguado Hidalgo y Ramón Valls Figuerola; éstos asumen mayores y más amplias atribuciones y, sobre todo, el propósito de abrirse camino hacia Ceuta y el Protectorado. Congost Plá, jefe del comité en Tánger, viaja por varias ciudades del Protectorado y consigue los apoyos de Antonio Gómez Rocober y Ramón Peña en Larache; meses más tarde se desplazó a Tetuán y Ceuta.

Se desplazan a Ceuta

En Ceuta se entrevistaron con Demetrio Valentín, quien sirve de enlace para hablar con Pedro Rodríguez, dirigente socialista quien hacía pocos meses quedó en libertad tras cumplir condena en la fortaleza del monte Hacho. Celebraron varias reuniones en la ciudad, asistiendo también el secretario político del Partido Socialista en Ceuta, Juan Traverso, y los cenetistas Agustín Álvarez y López Infante. Debido a los nuevos proyectos de la resistencia a la dictadura y con el fin de recibir noticias del Comité Central deciden que el dirigente recién llegado desde Casablanca, Adelo Aguado, viaje a Madrid para mantener algunas reuniones y obtener más información. Celebró varias reuniones con las células clandestinas en la capital, pero mientras se encontraba reunido con miembros del comité peninsular fue detenido y llevado a la Dirección General de Seguridad, en la Puerta del Sol, y tras duros interrogatorios se le acusó de "atentar contra la seguridad del Estado y fomentar la organización de partidos políticos". Tras un consejo de guerra sumarísimo, fue ejecutado a garrote vil el 28 de mayo de 1942 en Madrid. La detención de Adelo Aguado origina que las autoridades franquistas comiencen a encarcelar a los demás miembros de las células en las ciudades de Ceuta, Tánger y las del Protectorado, Tetuán y Larache. En total son noventa y un detenidos. Todos son enviados a Ceuta, los hombres a la fortaleza del Hacho y las mujeres a la prisión del Sarchal. Se celebró el consejo en el cuartel de Sanidad, habilitándose una gran sala especial, comenzando el 9 de marzo de 1944. Después de siete días de vistas y declaraciones se aprobaron las múltiples condenas, destacando las penas de muerte a los alicantinos, José Congost Plá, Antonio Reinares Metola y Ramón Valls Figuerola, acusándoles de un delito contra la seguridad del Estado. El 18 de agosto de 1944, a la siete de la mañana, fueron ejecutados. Un camión militar transportó sus cuerpos al cementerio, siendo enterrados en la fosa común. Cinco años después, el 15 de noviembre de 1949, José Guerrero Garrido abonó el traslado de los restos. Como detalle significativo, en la lapida donde se tallaron sus nombres, se dibujó en grande y justo encima una gran estrella de cinco puntas, símbolo de las Juventudes Socialistas Unificadas, que todavía continúa en el cementerio de Ceuta.

El buque Stanbrook

El "Stanbrook" es una referencia mítica del exilio español. Se trataba de un pequeño barco carbonero, de 1.383 toneladas, construido en 1909 y remozado en 1937. Por motivos de seguridad el barco viajó con distintas banderas en tareas de abastecimiento de la zona republicana. El barco fue fletado por la Federación Provincial Socialista de Alicante para organizar la evacuación final, encargándose Rodolfo Llopis de todas las gestiones para la organización y financiación del viaje. Cuando a las 23 horas del día 28 de marzo el capitán del "Stanbrook" ordena levantar las amarras, con rumbo desconocido para la mayoría de los pasajeros, el barco iba lleno hasta el palo mayor. En todos los lugares había alguien; en las bodegas, en el puente y sobre el techo de las cocinas y las máquinas; la línea de flotación estaba sumergida y se empezaba a levantar el ancla. Seguían llegando por miles los desesperados que no cesaban de gritar o llorar. Con 2.638 pasajeros a bordo inició el "Stanbrook" una singladura con rumbo a Orán, navegando en zig-zag por encima de la línea de flotación. De ellos, 2.240 eran hombres y 398, mujeres; 147 eran niños, de los cuales 15 no habían cumplido el primer año de edad, y de entre éstos, algunos eran recién nacidos. El barco arribó al puerto de Orán el día 30 de marzo, anclando a la entrada del puerto sin atracar en los muelles, hasta el 6 de abril, día que amarró en el muelle Ravín Blanc (Barranquillo blanco), pero aislado del resto por alambradas y soldados senegaleses. Las autoridades franceses no autorizaron el desembarco de los refugiados de la hora final, añadiendo en el caso del "Stanbrook", una enorme cota de dramatismo, debido al hacinamiento y las imposibles condiciones de vida de estos miles de expatriados dentro del buque. Si bien en los primeros días fueron desembarcados mujeres, niños, enfermos y ancianos, por increíble que parezca, estos miles de expatriados tuvieron que sobrevivir (en gran parte debido a la solidaridad de los españoles de Orán y de las organizaciones humanitarias internacionales) sobre los muelles del Orán durante treinta días más, una penosa cuarentena, hasta que por fin se autorizó el desembarco. Y después vendrían los largos días de un todavía más largo exilio.

¿Qué fue del destino del "Stanbrook"? Siguió después prestando servicio en la marina mercante hasta que el 3 de diciembre de 1939 se hundió al chocar contra una mina o alcanzado por un torpedo alemán a la entrada del puerto de Amberes.

El exilio español en el Magreb

Aunque a lo largo de la historia de España ha habido numerosos exilios por razones políticas, el exilio trágico por antonomasia, por encima de todos los demás, ha sido el provocado por la guerra civil de 1936-1939. Existe un gran desconocimiento, a pesar de los años transcurridos, esa aventura humana que vivió una parte del exilio español en el Magreb, cárceles, campos de concentración, compañías de trabajos forzados, represión y vida clandestina falsa integración en la vida ciudadana, rechazados siempre, de manera más o menos descarada marginados en realidad a lo largo de toda su historia. Comiendo el pan negro del destierro y proyectando a pesar de todo ello, al correr de los años, por todas partes, limpia imagen de unos hombres que no hizo nunca suya, la resignación del vencido, Cuando llegaron frente a Orán, el puerto de la costa argelina, empezó un verdadero calvario, tras desembarcar en unas condiciones lamentables fueron llevados (un viaje que duró otros dos días en tren) hasta un campo de concentración de Boghar, (un lugar cercano a la frontera de Marruecos) bajo la vigilancia de gendarmes y soldados senegaleses. Los prisioneros no podían trabajar, pero con el estallido de la II Guerra Mundial, les pusieron un pico y una pala en las manos para construir la vía férrea que permitiera a los alemanes abastecerse rápidamente de carbón y hierro, a las órdenes de oficiales franceses. Estando en el campo sufrían el castigo llamado “la disciplinaria” que consistía en correr hasta reventar cargados con un pesado saco de arena al hombro. En 1942 la Gestapo se hizo cargo del control del campo. Se iniciaba un éxodo en el Magreb de dimensiones cuantitativas y cualitativas como nunca hasta entonces se había conocido en la historia de los españoles. Se veían obligados a abandonar España no sólo las autoridades del Régimen republicano y los dirigentes de los diversos partidos políticos y de los sindicatos, así como sus cuadros, también lo hacía un gran número de profesionales -escritores, periodistas, médicos, catedráticos, juristas, farmacéuticos, ingenieros, militares…-, tal vez los más representativos y cualificados de la inteligencia española de la época. La aventura de esta España peregrina no terminó oficialmente hasta que iniciada la transición democrática en España tras la muerte de Franco, la nueva Constitución, refrendada por una inmensa mayoría de españoles, puso fin a la realidad y la dialéctica de las dos Españas, iniciándose un periodo de reconciliación y de consenso democrático. La información sobre el exilio republicano, ha sido notoriamente insuficiente en los medios de comunicación de masas, de modo que la mayoría de la población, especialmente los jóvenes, lo desconocen


martes, 6 de septiembre de 2011

El Gobierno de Melilla distingue a quien presume de haber asistido a una de las ejecuciones franquistas



Melilla, segunda Ciudad española con mayor patrimonio histórico-artístico Modernista, ejemplo de diversidad cultural por la convivencia pacífica y ejemplar de cristianos, musulmanes, judíos, hindúes o gitanos, la puerta de España y Europa a África…

Pero desde que el Popular Juan José Imbroda es Presiente de la Ciudad Autónoma (10 años), el único aspecto histórico que resalta no es precisamente lo que pone en valor su convivencia y diversidad sino lo que recuerda a la etapa más oscura de la historia de nuestro país: monumentos en homenaje al régimen franquista.

No contentos con ser la única Ciudad española que mantiene en sus viales públicos una Estatua del dictador Franco, además de monumentos franquistas que presiden las principales avenidas de la Ciudad, en el día de ayer el Gobierno de Imbroda ha vuelto a dar un paso más en su empeño de mantener vivo el recuerdo y homenaje público al régimen que ha protagonizado la etapa más oscura de nuestra historia reciente.

El pleno de la Asamblea de la Ciudad Autónoma de Melilla aprobó ayer la concesión de tres Medallas de oro de la Policía Local. Dos de ellas, la que condecora al Cuerpo Nacional de Policía y a la Guardia Civil, por unanimidad de todos los grupos políticos y la tercera, aprobada sólo con los votos del PP, distingue a su ex Consejero de Seguridad Ciudadana.


El Partido Popular de Melilla, en solitario, ha aprobado ayer en el pleno de la Asamblea de la Ciudad la concesión de la Medalla de Oro de la Policía Local al que fue hasta el pasado mes de mayo su Consejero de Seguridad Ciudadana (actual asesor institucional del Presidente melillense), Ramón Antón Mota. Para la concesión de dicha Medalla, el Gobierno de la Ciudad ha presentado un documento que contiene las razones y “méritos” que considera el Gobierno merecedoras de tal distinción.

En dicha propuesta se recoge como trayectoria profesional el haber acudido a Barcelona en Comisión de Servicio para asistir a la última ejecución que hubo en España, la de Puig Antich, acompañando al Delegado Gubernativo.

La oposición representada por el PSOE, Coalición por Melilla y Partido Populares en libertad (escisión del PP) han rechazado con su voto en contra la concesión de dicha distinción a quien incluye en su currículum como mérito profesional un hecho tan aberrante como es una ejecución y a quien fue el impulsor de la creación de dicha condecoración y que ahora la recibe de manos del Gobierno al que ha pertenecido.

Salvador Puch Antich, joven anarquista de 25 años, fue ejecutado por el régimen franquista el 2 de marzo de 1974 por el modo “Garrote Vil” tras ser condenado por un tribunal militar franquista por asesinato de un subinspector de la Brigada Político Social (cuerpo policía represor durante el Régimen de Franco) muerto en el tiroteo que ocurrió durante la captura de Puig Antich.

Los únicos méritos que concurren en dicha concesión son este lamentable hecho y el desarrollo de acciones propias de un miembro político de un Gobierno. La oposición política y muchos melillenses han mostrado su rechazo públicamente a esta decisión y se preguntan si no hay entidades, instituciones o personas de renombre para recibir esta alta distinción como para dársela a quien la creó y a quien presume de participar en una ejecución franquista.

30/8/11
Amin Azmani
Asesor del Grupo Parlamentario Socialista en la Asamblea de Melilla
Sº Participación Social, Diversidad e Interculturalidad de Juventudes Socialistas de España
Miembro del Grupo de Reflexión sobre Alianza de Civilizaciones de la Fundación Pablo Iglesias
Secretario General de Juventudes Socialistas de Melilla
Palacio de la Asamblea, Plaza de España, s/n
52001 - Melilla
Telfs.: 952699206 / 654997754
Fax: 952699217 / Mail: sgeneraljsme@gmail.com
Blog: www.aminazmani.wordpress.com

Ramón Antón Mota, individuo con méritos
de presenciar la ejecución de Salvador Puig Antich en 1974



lunes, 5 de septiembre de 2011

Ceuta la nuit repasa la vida y obra del alcalde Sánchez Prado con el historiador Francisco Sánchez Montoya

75 años sin el alcalde republicano de Ceuta


elfarodigital.es /05 de Septiembre de 2011, Juanmi Armuña
Hoy se cumplen 75 años del fusilamiento del último alcalde republicano de Ceuta, el médico Antonio López Sánchez-Prado, un hombre que tres cuartos de siglo después de su muerte sigue estando vivo en el corazón de muchos ceutíes, muchos de los que guardan estampas con su figura y acuden a rendirle homenaje al monumento levantado en su nombre en el cementerio de Santa Catalina.

Ceutíes como el historiador Francisco Sánchez Montoya hacen posible que la historia del último alcalde republicano siga viva en la sociedad ceutí. Y debido a sus obras seguirá estándolo en generaciones venideras. Y es el propio Sánchez Montoya quien prepara un nuevo trabajo, un trabajo que le ha llevado dos años preparando un documental de una hora de duración y un libro de unas 300 páginas con unas 150 imágenes entre fotos y documentos del biografiado. Dicho trabajo será presentado el lunes día 28 de noviembre en el salón de actos del Palacio Autonómico.

En una conversación con este medio, Sánchez Montoya agradece al equipo de RTVCE el apoyo dispensado para lo que denomina un “apasionante” proyecto. “Llevaba mucho tiempo dándole vueltas a la idea de escribir este libro sobre el médico y alcalde de Ceuta en torno a estas historias tan recusadas por una generación que recibimos desde escuelas, púlpitos y tribunas el gran relato de la cruzada de una España verdadera contra otra España, que no lo era, sino Anti-España. Aunque tengo que admitir que lo que habitaba en mí no era una idea sino un sentimiento empapado de pasión por un personaje lleno de honradez y dignidad. También está en el origen de este libro la necesidad acuciante de buscar respuestas a algunas otras preguntas que me planteaba, de forma inevitable. Y mostrar uno de los aspectos más dramáticos de la represión en el comienzo de la Guerra Civil en Ceuta”, explica el historiados los motivos por los que decidió hacer este nuevo trabajo.

La “integridad” de aquel médico y alcalde republicano lo “atrapó sin remedio”, pero fue su libro sobre la República y Guerra Civil, publicado en 2004, el que le empujó a asumir su propio reto. “Intuí que la vida, la casualidad o el destino me habían llevado hasta aquel primero encuentro. Curiosidad por saber quién podría ser aquel hombre, alguien que había sido para los humildes, no compasión, no caridad, sino todo un símbolo. No existe mejor palabra para definirlo y expresar la razón de la vida de este alcalde republicano y la causa de su muerte. Muchos otros ceutíes pagarían también, con su vida, tamaña osadía como fue la de llevar la libertad y la cultura a quienes nada tenían sino el destino fatal de sumisión y mansedumbre”.

Entonces comenzó a investigar la figura del alcalde, a indagar sobre él y descubrió que era un hombre “de unas condiciones excepcionales”. Iba descubriendo algo que le hacía arrepentirse “de no haber iniciado antes este camino, quizá porque era difícil hacerlo, quizá también porque nuestra conciencia estaba adormecida”.

El autor de este nuevo trabajo lo define, según sus investigaciones, como un “luchador comprometido, radical combatiente contra el atraso endémico de un pueblo. La confianza que depositaron los ceutíes eligiéndolo en todas las elecciones que se presentó, alcalde y diputado, el supo responder hasta sus últimas consecuencias, a ese respeto y admiración que les tenía. Respondiendo a ese reconocimiento con una lealtad sin fisuras, empapada de devoción hacia los valores de la libertad y la democracia. Y precisamente, esto fue lo que marcó su destino fatal”.

Sánchez Montoya habla del sello dejado en la sociedad ceutí, algo palpable hoy día a pesar de los años: “Tras su fusilamiento, y pese a la gran represión, la memoria de este alcalde no se pudo silenciar, pese a los intentos de los sublevados. En el Registro Civil de Ceuta se encuentra certificada su defunción a consecuencia, se dice, de la aplicación del bando de guerra. Un juicio sumarísimo que no sirvió sino para enmascarar lo que sería un asesinato legal. El doctor Sánchez Prado, no era ningún agitador. En los años siguientes a su fusilamiento nadie comentaba lo ocurrido, Ceuta se convirtió en una ciudad llena de miedos y represión, todos amordazados”.

El historiador continúa diciendo que aquello fue un castigo, “y al pueblo lo acallaron”. Tras su fusilamiento, los ceutíes fueron enterándose “a retazos y de forma incompleta” de la muerte que había tenido. “Y por ser terrible e injusto, me ha impresionado todavía más el sufrimiento de su mujer y de sus hijos. En este trágico final y ante los hechos que lo envuelven, poco diferencia a Sánchez Prado de otros asesinados, desaparecidos o represaliados por el golpe. La insurrección golpista y la posterior guerra vienen a impedir dramáticamente el desarrollo del proyecto que tenía el alcalde para Ceuta”.

Tas esta investigación puede afirmar que le asesinaron por ser “un pacífico ciudadano, demócrata y un republicano profundamente convencido, fue un hombre humilde y comprometido que luchó por una sociedad libre de todo tipo de injusticias”. El autor continúa diciendo que “el mito desaparece cuando lo humanizamos. Cuando el símbolo se vuelve carne nos acercamos y descubrimos a la persona. Es entonces cuando apreciamos su importancia y reconocemos su singularidad. Hay quienes dedican toda su vida a los demás y luchan siempre por los más desfavorecidos. Espero que los lectores y estudiosos disfruten de este trabajo tanto como he disfrutado en el proceso de elaboración. Con este libro he pretendido recuperar un pasado oculto y poner al descubierto algunos detalles históricos sobre el alcalde de Ceuta, Sánchez-Prado. No pretendo haber dicho la última palabra. Faltan papeles para abordar los nuevos interrogantes que han surgido, algo normal en todo proceso de investigación”.

La detención

La tragedia comenzó el 17 de julio de 1936, un día en el que el alcalde no paraba de recibir llamadas aconsejándole que se marchara a Tánger ante el riesgo de un inminente golpe militar. Ante tales manifestaciones, visitó al entonces delegado del Gobierno, Ruiz Flores, quien le trasmitió que en pocas horas habría terminado todo, que “era un bulo”. Entonces Sánchez-Prado se dirigió de nuevo al Ayuntamiento, donde se celebró un pleno donde el delegado del Socorro Rojo Internacional de Ceuta, Torres Ruiz, fusilado también más tarde, solicitó el permiso para organizar una verbena y se estudió el presupuesto de los festejos patronales de agosto. Al finalizar la sesión, el alcalde manifestó: “Ha terminado la sesión, pero ¡oíd! Se aproximan días terribles para la República y es preciso que nos unamos y nos preparemos para defenderla. No es ocasión de huelgas, ni de disensiones, sino de que todos, como un hombre, cumplamos nuestro deber, ¡Viva la libertad! ¡Viva la República!”.

El alcalde continuó recibiendo llamadas. En el Consejo de Guerra declaró: “Seguí durante toda la tarde-noche recibiendo persistentes llamadas telefónicas para que me marchara y al mismo tiempo consideré por mi ejercicio facultativo como médico y por mi actuación como político, donde nunca perjudiqué a nadie y también por razones de ambiente, y sobre todo por el tono cariñoso de las personas que hablaron conmigo, incluso una de ellas, en tono angustiado a las nueve de la noche, todo ello indicaba el cariño que me tienen, pues solo se preocupaban de mí seguridad, yo les conteste, que mi sitio estaba junto al pueblo que me eligió”.

Sobre las tres de la madrugada del 18 de julio fue detenido y sacado de su casa esposado y escoltado por varios inspectores de policía introduciéndolo en un automóvil, donde dentro ya se encontraba detenido el militante de Unión Republicana Marcos Medina, que vivía frente al alcalde. Fueron trasladados a la comisaría de la Plaza de los Reyes y a los pocos días enviados a la prisión de García Aldave. El 12 de agosto lo trasladaron al cuartel de Sanidad, dando comienzo el Consejo de Guerra y en apenas 25 días se llevó a cabo su fusilamiento.

La fatídica jornada

Aunque aún confiaba y mantenía la esperanza de un posible indulto, el alcalde republicano conoció la aprobación del fallo del Consejo de Guerra. Aquella sentencia definitiva que se le fue leída decía: “En la Ciudad de Ceuta a cinco de Septiembre de mil novecientos treinta y seis, reunido el Consejo de Guerra de Oficiales generales para ver y fallar la causa instruida por presuntos delitos de rebelión y sedición. El Consejo Falla, que debe condenar y condena a los procesados Don Antonio López Sánchez-Prado, Adolfo de la Torre Guillen, Ángel Guijo Higüero y Fidel Vélez Roldan a la pena de muerte por el delito de rebelión militar. Lo firman todos los componentes del Consejo de Guerra, Tenientes Coroneles, Rojas Feigespán, Reig Valerino, Lagarde Aramburu, Del Valle Marín y Tejero Ruiz”.

Tras una agónica madrugada, a las 6:30 llegó el piquete encargado de la ejecución. Dos horas más tarde los sacaron y los llevaron en camionetas a la zona del Tarajal conocida como ‘El Tripero’. “La ejecución se llevó a cabo a las nueve de la mañana tras la orden del comandante. Acto seguido se procedió al desfile por el jefe de línea. El médico forense certificó las muertes y en un furgón de Sanidad militar fueron transportados al deposito de cadáveres del cementerio de Santa Catalina, donde se le entrega por orden del juez militar los cadáveres a los familiares para verificar su entierro, pero dejando bien escrito: ‘Que no podrá hacerse con pompa”, concluye el autor de la obra resumiendo parte del trabajo que se podrá ver el próximo lunes día 28 de noviembre en el salón de actos del Palacio Autonómico.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Simbología franquista en Ceuta



Domingo, 21 de agosto del 2011
Rafael Segura - (Viladecans)
En una reciente visita a Ceuta tuve la mala ocurrencia de visitar el Museo de la Legión. La visita fue muy corta y terminó en la primera sala, desde cuya entrada pude divisar paredes repletas de fotos y, alzando la vista, leer un letrero que decía: Sala de laureados de la guerra de liberación 1936-1939. No pude por menos que dirigirme al legionario de la entrada y manifestarle mi indignación. Creo que llamar guerra de liberación a una sublevación militar cuyas terribles consecuencias todos conocemos es indignante, ignominioso y posiblemente ilegal, según el artículo 15 de la ley de memoria histórica, que dice: «Las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la guerra civil y de la represión de la dictadura. Entre estas medidas podrá incluirse la retirada de subvenciones o ayudas públicas». Me sorprende que en muchos de los comentarios de diarios y políticos de la derecha más recalcitrante se diga, en relación con la memoria histórica: ¿por qué vamos a recordar hechos de la guerra civil si han pasado tantos años?. Nosotros no podemos ni debemos recordar la guerra civil, pero ellos nos la recuerdan constantemente en sus avenidas del Generalísimo, en las plazas del Caudillo, en hospitales con nombre de militares sublevados e incluso en la iglesia de la Macarena de Sevilla, donde se halla la tumba de un tal Queipo de Llano.

Nota Estación Orán-Wahrān وهران :

(MUSEO DE LA LEGIÓN)