Francisco Sánchez Montoya en Historia de Ceuta y el Protectorado español
20/11/15
Hoy 20 de noviembre se cumplen cuarenta años de la muerte del general
Franco, una fecha señalada, para hacer balance de una dictadura:
cuarenta años con Franco; cuarenta años sin él. Hoy se realizarán
reportajes en la prensa, televisión y seguro que nuevos libros con
grandes biografías saldrán a las librerías.
Pero también existe otra historia, más local, que muy bien podemos
titular “Historia de un cuadro” en aquella Ceuta, que como en el resto
de España comenzaban a dar sus primeros pasos democráticos. Tuvo lugar
un hecho que marcaba el final de un eterno letargo en busca de una
sociedad más libre.
A las 11,15 del 19 de abril de 1979, se dieron cita en el salón de
plenos del Ayuntamiento, los concejales que habían logrado el apoyo de
los ceutíes en las elecciones municipales celebradas tan solo unos días
atrás.
El número mayor de escaños pertenecían a los independientes (AECAD)
liderados por los hermanos Calvo Pecino, con doce; La UCD de Ricardo
Muñoz, con ocho y el PSOE de Fructuoso Miaja, con cinco.
Cuando se están presentando las credenciales, ya un miembro del
partido socialista avisa que ellos no tomaran el acta de concejal si no
es retirado el cuadro del general Franco del salón de Plenos, donde
estuvo desde el inicio de la guerra civil, aunque se quitó de la
presidencia y pasó al fondo de la estancia, siendo cambiado por un
cuadro, del Rey Juan Carlos I.
Tomó la palabra un portavoz de la UCD, explicando que esta decisión
(la retirada del cuadro de Franco) no es normativa y que de presentarse
se haga a través de un pleno en el que opinen todos.
El secretario general del Ayuntamiento, con la intención de mediar,
aunque lo complica más, explica que si no quieren votar los del PSOE en
dicho salón, que pueden hacerlo en otro lugar como en el Salón del
Trono.
El líder del PSOE Fructuoso Miaja vuelve a decir que si no se quita
el cuadro del dictador no votan, se escuchan entre el público aplausos y
algunos silbidos, tal y como se reseña en la prensa.
La Mesa estaba presidida por Aurelio Puya (PSOE) y por el
independiente Martínez Valdivia (AECAD). Tras jurar su cargo Puya,
manifestó “Lo primero que pedimos es quitar el retrato del anterior jefe del Estado”.
Tomó la palabra el portavoz de UCD, Jover Cao de Benos de Les,
explicando que no es preceptivo ni está legislado el juramento de los
concejales. Fructuoso Miaja, levantándose de su escaño, manifiesta “No hace falta ningún pleno, ya que la democracia no será tal, hasta que no desaparezca ese signo del pasado”.
A los treinta minutos de comenzado el acto del primer ayuntamiento
democrático de Ceuta, dos ordenanzas del Ayuntamiento retiran el
retrato de Franco. Nuevamente tomó la palabra Jover de UCD, para dejar
sentado que debe constar en acta esta decisión, que no está dentro de la
normativa de lo que debe ser el acto de constitución de un
Ayuntamiento.
En ese día tan señalado, además de la anécdota de la retirada del
cuadro, se constituyó el primer ayuntamiento democrático de nuestra
Ciudad. En aquella primera votación cada grupo votó a su candidato, los
independientes (AECAD) a Clemente Calvo Pecino, doce; UCD a Ricardo
muñoz Rodríguez, con ocho y el PSOE a Fructuoso Miaja, con cinco votos.
Al concejal socialista Aurelio Puya, como presidente de la Mesa tuvo
el honor de nombrar al primer alcalde democrático de Ceuta tras la
guerra civil, Clemente Calvo Pecino. Tras tomar posesión dirigió unas
palabras de gratitud al electorado que ha depositado en él y en su grupo
su confianza.
Los tenientes de alcalde de aquella histórica corporación fueron:
Matías Calvo Pecino, Emilio Cozar Fernandez, Antonio Gálvez Gálvez,
Antonio Martínez Valdivia, Ricardo Muñoz Rodriguez, Jose Maria Albert
Rosano, Rafael Orozco Rodriguez-Mancheño y Fructuoso Miaja Sánchez.
Fructuoso Miaja: “La democracia no será tal, hasta que no desaparezca ese signo del pasado”
Fructuoso Miaja Sánchez, lo tuvo muy claro desde el inicio de ese
histórico pleno en el Ayuntamiento, igual que su compañero de bancada
Federico Azcune, los dos habían sufrido el encarcelamiento franquista en
su juventud. Tomó la palabra expresando claramente que “No hace falta ningún pleno, ya que la democracia no será tal, hasta que no desaparezca ese signo del pasado”.Miaja
a diferencia de Azcune, tuvo una dedicación plena a la política, siendo
en 1982 senador, y alcalde de Ceuta (1987-1991). Falleció el 22 de
octubre de 2009, a los 92 años. Sobrino del general republicano José
Miaja Menant, fue de siempre un hombre de izquierdas, por lo que su
situación en Ceuta, donde nació en 1917, se complicó con el golpe del
36. Afiliado con 19 años a la anarquista CNT, ilusionado y con ganas de
luchar por un país en libertad, vio cómo Ceuta se convertía entonces en
una ciudad llena de miedos y recelos. Partió hacia Tánger, en diciembre
de 1936. Tras finalizar la guerra civil, fue encarcelado en el campo de
concentración de Albatera y años después pasó a la fortaleza del Hacho y
hasta 1944 al penal del Puerto de Santa María.
Simbología franquista en Ceuta
Tras el final del franquismo en 1975, costó mucho esfuerzo a los
demócratas ceutíes los cambios de símbolos que estaban repartidos por
toda la ciudad, y que servía como referente icónico para identificar
visualmente al régimen y a las personas e instituciones que se
identificaban con él.
La parafernalia simbólica del franquismo se originó durante la Guerra
Civil (1936-1939), tras su exaltación a la jefatura del Estado,
adoptando en buena medida la desarrollada en los años anteriores
por Falange Española de las JONS.
En Ceuta tuvimos numerosos monumentos, como la Cruz de los Caídos, en
la plaza de África, donde se celebraban actos, brazo en alto, bien
avanzada la década de los años setenta. El monumento traido en la década
de los años sesenta, piedra a piedra desde el valle de Ketama
(Marruecos), conocido como Monolito del Llano Amarillo, o el popular
“pies de Franco”, junto al mástil del cañonero Dato, en la plaza que
rodea la Ermita de San Antonio.
También nombres de plazas y calles, como Falange Española (actual
calle Real), general Franco (paseo de las Palmeras), José Antonio Primo
de Rivera (Rebellin), plaza general Galera (plaza Constitución), plaza
general Mola (Plaza Azcárate). Avenida Sanjurjo (José Victori Goñalons),
calle Calvo Sotelo (Marina Española), general Yagüe (Fructuoso Miaja) y
tantos otros cambios que se fueron produciendo, pero muy poco a poco.
La ley denominada Ley de Memoria Histórica (aprobada por el Congreso
de los Diputados el 31 de octubre de 2007) establece la retirada de
estos símbolos, obligando a las instituciones públicas a ello, y
privando de ayudas a las instituciones privadas que no las retiren.
Fue objeto de particular redacción lo referente a los símbolos que
puedan afectar a la Iglesia Católica, introduciéndose una salvaguarda
por razones religiosas, junto a la que exceptúa a los monumentos con
valor artístico. De hecho cuarenta años después en este 2015 perduran
en Ceuta algunos símbolos de la dictadura. Incumpliendo claramente la
Ley de Memoria Histórica.
Tras la muerte de Franco, uno de los primeros pasos era la
realización de una Constitución, la de 1978, la que pactaron izquierdas y
derechas, partidos nacionales y nacionalistas. Desde el paso del tiempo
podemos mirar al pasado, el presente y el futuro de la Ley de Leyes con
la tranquilidad del tiempo transcurrido.
Pero no fue nada fácil cuando en aquellos años la izquierda ceutí
comienza a salir públicamente y darse a conocer. Tan solo habían pasado
tres años de la muerte de Franco. Pero deciden tras cuarenta años de
clandestinidad, y según los acontecimientos que se están sucediendo en
la vida política nacional, celebrar su primera reunión pública, el 27 de
enero de 1977, en el restaurante “La Diagonal”, en la zona del Tarajal.
El salón se ornamentó con pancartas y murales relativos a la
democracia. En la mesa presidencial entre otros, Fructuoso Miaja,
Francisco Vallecillo, Pepe Escribano o Carlos Medina. El discurso de
presentación estuvo a cargo de Miaja.
Unos meses después, el 15 de junio de 1977, los españoles
participamos por primera vez en unas elecciones en plena libertad. En
las que triunfa la UCD, mientras el PSOE se consolida como el primer
partido de la oposición. Tuvieron un carácter espontáneo, que no ha
vuelto a repetirse, y en buena medida fueron producto de la
improvisación, como demuestra el hecho de que UCD, la coalición a la
postre vencedora, se formara el 3 de mayo, veinte días antes de
iniciarse la campaña electoral, con el acuerdo de 17 pequeños partidos.
Tras la muerte del general y con ello el final del franquismo, los
socialistas ceutíes se comienzan a reunir en libertad, bajo la batuta de
dos grandes demócratas Paco Vallecillo y Fructuoso Miaja. Ya no había
que celebrarlas en la clandestinidad, en el país vecino o en casa
particular.
Las primeras reuniones se suceden entre la cafetería “Noray” de
Miaja, la academia de Pepe Escribano, en la casa de Vallecillo en la
zona de la playa Benítez o el domicilio de Puga. Cualquier lugar era
bueno para comenzar, pero siempre vigilando que la policía no supiera de
estas clandestinas reuniones.
Tras la legalización del PSOE, tuvieron varias sedes, Marina
Española, calle Independencia, La Legión (casa Guillen), calle García y
la sede actual en Daoíz. Existe una fecha histórica y fue la asamblea
celebrada en 1977. En esa asamblea, disfrazada, para la policía, como
comida de compañeros, se produjo un discurso del secretario de
organización, Vallecillo, que marcó en cierta medida la línea a seguir.
Con un clavel rojo en la solapa, dejó claro las pautas que seguirán
en el partido para conformar la recién estrenada democracia española. Su
intervención de treinta y cinco minutos, entre otras cosas dijo: “No
quisiéramos terminar sin decir que la tarea que se abre entre nosotros
no va a ser un camino de rosas precisamente. Que nadie piense que el
restablecimiento ya inminente de las libertades en España es un festival
en el que los socialistas vamos a tomar parte. Llevamos cuatro largas
décadas de celebraciones triunfalistas y es precisamente ahora cuando
nos toca luchar con dificultades ingentes, porque hemos de recomponer
una herencia que nos llega desarbolada, tarada, llena de vicios y de
defectos”.
Diez alcaldes para una democracia
Uno año después de aprobarse la Constitución se celebraron elecciones
municipales, donde tuvimos al primer alcalde demócrata de Ceuta,
Clemente Calvo Pecino, 1979-1981 (Independiente); continuó Ricardo Muñoz
Rodríguez, 1981-1983 (UCD); Francisco Fraiz Armada, 1983-1985 (PSOE);
Aurelio Puya Rivas, 1985-1987 (PSPC); Fructuoso Miaja Sánchez, 1987-1991
(PSOE); Nuevamente Francisco Fraiz Armada, 1991-1994 (PFC); Basilio
Fernández López, 1994-1995 (PFC). En 1995, tras tener un Estatuto de
Autonomía nos convertimos en Ciudad Autónoma, los presidentes fueron
Basilio Fernández López, 1995-1996, (PFC); Jesús Cayetano Fortes Ramos,
1996-1999 (PP); Antonio Sampietro Casarramona, 1999-2001(GIL) y el
Presidente actual desde 2001, Juan Jesús Vivas Lara, del Partido
Popular. En el año 1981 los ayuntamientos de Ceuta y Melilla pidieron el
cumplimiento de la transitoria quinta de la Constitución, para poder
convertirse en Comunidad Autónoma