domingo, 30 de marzo de 2014

Recuperando la Memoria Histórica de La Gomera: El brigada Francisco Más García

 
EL TAMBOR “REVISTA” DE LA GOMERA 29 de marzo 2014
La actitud armada que el pueblo de Vallehermoso adoptó ante el golpe de Estado de 18 de julio de 1936 fue única y excepcional en Canarias, fruto de la conciencia que en el período previo republicano caracterizó a la clase trabajadora para evitar los abusos de la clase dominante en la isla de La Gomera, que al ver amenazadas las escasas conquistas alcanzadas en cuanto a condiciones de trabajo, decide evitar la sublevación militar contra el Gobierno de la II República. En la mañana del 18 de julio el delegado del Gobierno en la isla, el médico Antonio Macía, se comunica telefónicamente con el brigada de la Guardia Civil de Vallehermoso, Francisco Mas García (en la foto con su esposa e hijos), para conocer su opinión del golpe militar, contestándole su posición como guardia civil de defensa del Gobierno constitucional. Diferente fue la actitud del alférez jefe de Línea de la Guardia Civil de Hermigua, José Soler Boluda, apoyando la rebelión y facilitando fusiles a la Falange de la localidad, que se apresta a ser el municipio más afecto al golpe de Estado. Mas García, mientras tanto, recibía el apoyo de organizaciones obreras y civiles de Vallehermoso.
 
Cuando el 23 de julio desembarcan en San Sebastián de La Gomera efectivos de Infantería y Guardia Civil procedentes de Tenerife con la intención de someter la isla, el brigada Mas informa al alcalde accidental, Ramón Cabrera Bernal,“nosotros, haciendo honor a nuestra historia y en nuestro deber, defenderemos la legalidad republicana”, según publican en 1986 Ricardo García Luis y Juan Manuel Torres Vera en Vallehermoso. El fogueo. Toma de conciencia popular, resistencia y represión (1930-1942), de Tagoror Ediciones, libro recomendable para conocer los antecedentes y circunstancias de la Guerra Civil y posterior represión en La Gomera, donde fueron claves los sucesos de Hermigua de 22 de marzo de 1933, que explican que este pueblo fuera el centro de la sublevación contra la República. Dicho día, con ocasión de una huelga general, fue herido el guardia civil José Garrote de Pedro, que sería luego nombrado comandante de puesto tras el golpe de Estado y proporcionaría apoyo a Falange.
 
Los Fascistas en Hermigua recibieron el apoyo de los guardias civiles del pueblo, tal y como se aprecia en esta foto
(Cuartel Viejo de Hermigua)
El 23 de julio de 1936 los militares sublevados intentan convencer primero al médico de Vallehermoso, Tomás Bencomo, para que se una al golpe, negándose, y luego al brigada Mas, que insistió en su deber de defensa del Gobierno. El 24 de julio el alférez Soler Boluda se traslada desde Hermigua a Vallehermoso, adelantándose al Ejército, con la intención de conseguir la adhesión de Francisco Mas, que éste niega. Se produce sobre las diez de la mañana un fogueo contra el cuartel y el pueblo hasta que agotada la munición por parte de los sublevados optan por la retirada. Los guardias civiles dispararon al aire unas diez veces, sólo con el noble propósito del brigada Mas de que los sublevados no avanzaran para evitar muertes innecesarias.
 
El 25 de julio llegan a la isla más de cien nuevos soldados y varios guardias civiles al mando del teniente coronel de la Guardia Civil Isidro Cáceres Ponce de León, telefoneando al brigada Mas, quien le informó que cumplía con su deber, si bien se ponía a sus órdenes, ofreciéndole que sólo a él se le pidieran responsabilidades y no le pasara nada ni a paisanos ni a sus guardias, a lo que contestó el teniente coronel que así sería bajo palabra de honor. Isidro Cáceres entendió el honor promulgando un bando en el que amenaza con pasar por las armas a todo aquel que no denunciara los nombres de quienes se mantuvieron fieles a la legalidad constitucional. El honroso brigada de la Guardia Civil, para tantos y tantos orgullo y referente del Cuerpo, fue detenido por Isidro Cáceres y llevado a Santa Cruz de Tenerife, y tras un Consejo de Guerra que se inicia en el Cuartel de San Carlos el 19 de agosto de 1936, el 22 es condenado a muerte y el 27 fusilado por un piquete de guardias civiles al mando de un teniente en el Barranco del Hierro de Santa Cruz de Tenerife.
 
Santa Cruz de Tenerife, madrugada del 27 de agosto de 1936
 
… “por fin, después de varios días de tormento llegó la hora trágica de la muerte. Me encuentro en capilla, acompañado de mis compañeros de suerte, Ramón Cabrera Bernal y Manuel Quintana Florentino. Los tres, si Dios no lo remedia, seremos fusilados dentro de dos o tres horas. Muero tranquilo y creyendo firmemente en la justicia de Dios”
 
… 25 de agosto de 1936: vuestra memoria me tritura el corazón, me lo despedaza, me hace perder el sentido de mi vida, os quedáis sin padre, sin su calor, sin su protección, sin sus caricias. ¿Qué será de vosotros? ¿Qué delito habéis cometido? ¡Qué felicidad sentía cuando entre mis brazos os paseaba, cuando os abrazaba y apretujaba, cuando os besaba!
Francisco Más García (Brigada de la Guardia Civil)
 
Artículo de José Vicente González Bethencourt

sábado, 29 de marzo de 2014

29 de marzo: 77 Aniversario del fusilamiento de los cinco de San Lorenzo

 Familiares Fusilados San Lorenzo
A las 6 de la mañana fueron sacados del campo de concentración del Lazareto en Gando (Gran Canaria). Entre llantos y abrazos de sus camaradas que ya sabían cual era s...u triste camino. Gritos de Pancho a los hombres de Tamaraceite para que cuidarán de sus chiquillos, de su mujer, "que no les falte comida" gritaba. Allí Domingo Valencia, un muchacho de apenas 16 años fue testigo directo de ese momento histórico y triste. Cuando Juan Santana Vega, alcalde comunista del Ayuntamiento de San Lorenzo, Antonio Ramírez Graña, secretario municipal, Manuel Hernández Toledo, oficial jefe de la policía local, junto a los sindicalistas y miembros del Frente Popular, Matías López Morales y Francisco González Santana, eran llevados a golpes y encadenados al campo de tiro de La Isleta, para tras consejo de guerra sumarísimo por "delito de rebelión", ser fusilados a las 4 de la tarde de un día señalado para la historia de nuestra lucha por la verdad, la memoria, la justicia y la reparación.

El sonido de los mausers estremeció la tierra canaria, la sangre enrojeció las piedras volcánicas cuando estos hombres jóvenes cayeron al suelo acribillados, algunos todavía con los ojos abiertos mirando a sus asesinos militares, falangistas y curas genocidas. El tiro de gracia ennegreció para siempre sus pupilas, solo quedó silencio y el comienzo de una dictadura fascista, que aun hoy en el año 2014 sigue viva en buena parte de los estamentos políticos, jurídicos y económicos de un estado corrupto.

Seguimos como familiares sin poder recuperar los restos de nuestros muertos, jueces ultraderechistas, políticos mafiosos, empresarios herederos de los criminales y con las manos manchadas de sangre, algún que otro traidor militante en ciertas fuerzas de lo que siguen llamando sin ruborizarse "izquierdas", nos siguen cerrando puertas, pisoteando nuestra memoria, revolcándose en nuestro dolor para hacerlo eterno.

Nosotras, nosotros, hijos, hijas, nietos, nietas seguimos luchando, seguiremos, no pararemos hasta el final de nuestras vidas de reclamar justicia para nuestros familiares asesinados, para las más de 3.000 víctimas del franquismo en Canarias, más de medio millón en todo el estado español.

Homenaje a los fusilados de San Lorenzo

Este 29 de marzo vuelve a ser especial para nosotros/as, de nuevo sentimos esa energía de nuestros muertos queridos, ese dolor de un pueblo masacrado por los mismos asesinos que 77 años después siguen tapando la mierda, ocultando los crímenes, las torturas, el robo de niños/as, de propiedades, la persecución, las represalias que aún seguimos padeciendo en esta "democracia" de corrupción generalizada, de robo y saqueo del patrimonio público, de desempleo, hambre, miseria, desahucios, de un olvido impuesto por fascistas disfrazados de demócratas europeístas.

La guerra de la memoria nos dicen que está perdida, pero somos un ejercito armado con fusiles de futuro, de amor por la justicia, la libertad y la fraternidad entre los pueblos.

No nos vencerán jamás, nuestra lucha es invencible.
 
Un 29 de marzo del año 1937 eran asesinados en el campo de tiro de la Isleta, en la isla de Gran Canaria, cinco hombres que creyeron en un mundo mejor y más justo y solidario. El presente poema es un homenaje a ellos y un apoyo y un reconocimiento a la justa lucha y a la constancia de los Familiares Fusilados San Lorenzo.

En ocasiones escribes poemas que hacen que, al volver a leerlos, te estremezcas y hagan tambalear tu sensibilidad. Han estado soñando contigo y de repente despiertan para que les recordemos. Este poema surgió en recuerdo y por la admiración que supuso el conocer, a través de la fuerza de los documentos, a cinco hombres solidarios que pensaron que un mundo mejor era posible y que por sus creencias e ideales fueron fusilados en el fatídico año 1937. El presente poema quiere ser un homenaje a aquellos seres inocentes que no pudieron disfrutar, por más tiempo, de sus seres queridos.

Húmedas camisas blancas
de tunos indios manchadas
por su efecto carmesí.
Piedras que se levantan
para hacerme a mí presente
aquella tarde de marzo
cuando las luces se fueron.
Mensajes que me llegan,
de tristes tiempos revueltos,
desde la orilla dorada.
Confesiones vestidas de rojo
hacen que te estremezcas.
Todo cambia, de repente,
el grito de aquellas madres
al escuchar los silbidos
mezclados con los lamentos.
Cinco luceros brillaron
en las montañas manchadas
para estar siempre presentes
por la fuerza del destino.
Lloramos por un instante
los recuerdos que quisimos.
No es locura lo que abrazo,
es dignidad que galopa
libre por los descampados,
para siempre estar presente
cuando los puños se alzan.
Lloran las secas aulagas,
vuelan por los arenales
gritando su abatimiento.
Estertores y fuego se abrazaron,
se dieron, muy fuerte, la mano.
Queda sólo un fogonazo
para que la noche aclare,
para apagar el lucero
que quiso ser rematado.

viernes, 28 de marzo de 2014

Homenaje a Paquita Gorroño exiliada en Marruecos


 
4/12/2007
Homenaje a Paquita Gorroño. Rabat, 30 de noviembre
 
Coloquio "Españoles en Marruecos. Historia y memoria popular de una convivencia" (1900-2007)

Homenaje a los exiliados españoles en Marruecos, en la persona de Paquita Gorroño, refugiada en Rabat desde 1939 y a Marruecos, país de acogida de republicanos españoles. 

En la imagen, en el micrófono, Paquita Gorroño, en primer término, el Embajador de España, Luis Planas y al fono Medí El Manjra.

Transcripción de la alocución del vídeo: "[Este homenaje se me hace], yo creo, por lo que soy, por la franqueza, siempre digo lo que pienso. Y creo que nadie puede decirme que haya hecho mal a nadie, ni que he criticado. He tenido mis ideas políticas y las he defendido y las seguiré defendiendo mientras viva. Como española en Marruecos tengo que decir que nunca había pensado en venir a Marruecos. Pues yo he vivido en Madrid la salida de los quintos que venían a pelear a Marruecos. Y he visto cómo las madres se agarraban a sus hijos para que no viniesen a pelear. Y he visto lo que decía mi abuelo que salía a la calle [en manifestaciones] diciendo que no era Abdelkrim ni los moros los que mataban a [los españoles] sino que eran el gobierno y el rey. (...) Yo no pensé nunca venir a Marruecos. Me han traído las circunstancias. Y todo lo que aprendimos y todo lo que he pasado, han sido las circunstancias, yo no tengo ningún mérito. He vivido como he podido, siempre honestamente y siempre con mis ideas. Yo he defendido a Mohamed V no por ser Mohamed V, sino porque luchaba contra el colonialismo y el colonialismo lo expulsó. Y yo era muy lógico que estuviera con ellos. Cuando Vichy, era muy lógico que los españoles que estábamos viviendo aquí en el exilio, era muy lógico que tuviéramos que luchar contra Vichy. Sabiendo, como me dijo a mí un jefe, "Señora, Ud. se olvida que Arbaua [la frontera entre las zona española y francesa en Marruecos] está a unos kilómetros de Rabat". Y yo le contesté, "Y Ud. se olvida que yo soy refugiada política, y el día que Francia no me quiera me mandará a otro país". (..) Así que son las circunstancias las que me han llevado hasta el Palacio. (...) "A los palacios subí y a las cabañas (¿) bajé". He conocido un Marruecos, gracias a la familia El Manjra, porque es que han mostrado lo que era Marruecos realmente. He vivido con ellos en un ambiente muy rico, pues son, como sabéis, familia poderosa, y he vivido con muy pobres muy pobres, que cuando llegaba uno a casa y me invitaban a comer, quitaban [la tapadera de la cazuela] y había un poquito de carne con unas patatas y mucha salsa y había que mojar el pan, era todo lo que tenían que comer. Y yo, cuando a veces tenía que estar con ellos, porque yo no lo soy, de familia pobre, pero he convivido con los pobres y he visto la revolución y he seguido las huelgas y he sido así siempre. Aquí estoy. Me hacéis un homenaje. Muchas gracias. A nadie le amarga un dulce. [Aplausos]. Pero realmente creo no merecerlo. Y si queréis preguntarme algo lo contesto. Y si no, vais a comer, que es la hora. [Risas y aplausos].

Españoles en la mar - El viaje del Stanbrook (I)


RNE 26 mar 2014

Os contamos la historia del buque Stanbrook que trasladó hasta Argelia a 3.000 republicanos que huían del régimen franquista.
 
En el primer capítulo, que ha producido Antonio Fernández, entrevista a una mujer que con cuatro años tuvo que huir de España (26/03/14).

domingo, 23 de marzo de 2014

Último barco al exilio

La repleta cubierta del buque Stanbrook durante la travesía de Alicante a Orán,
en marzo de 1939. / Legado Rodolfo Llopis. Fundación Caja Mediterráneo

  • Al final de la Guerra Civil, hace 75 años, miles de republicanos trataban de huir desde

  • Pocos lo lograron. El ‘Stanbrook’ llevó a 2.638 a un incierto destino

Kristin Suleng 23 MAR 2014 El País
Faltaban cuatro días para el final de la Guerra Civil. El Stanbrook, un buque carbonero británico de 1.500 toneladas, había fondeado en Alicante con la orden de cargar naranjas y azafrán. En la explanada del puerto bullía una multitud agotada después de tres años de combate, miles de civiles y soldados republicanos que vieron en el puerto levantino, todavía no tomado por el bando franquista, la única puerta para huir de la represión que les esperaba.
 
Abrumado por la tragedia, el capitán de la nave, un galés de 47 años llamado Archibald Dickson, cambió el plan inicial de embarcar provisiones por el de evacuar a civiles. Al atardecer del 28 de marzo de 1939, el Stanbrook partió hacia Orán con la última carga civil que zarpó camino del exilio antes de acabar la contienda, 2.638 pasajeros que protagonizaron una emblemática y trágica aventura de la que el próximo viernes se cumplen 75 años.
 
Antonio Vilanova, pasajero del Stanbrook, dejó testimonio del desasosiego del embarque en una carta dirigida a un amigo y a la que ha tenido acceso este diario. “En la mente de todos había sensación de fuga, derrota, hundimiento moral. Cuando llegamos al barco, éramos recibidos entre las protestas de los pasajeros que ya estaban allí. Conforme subíamos, unos se acomodaban en la cubierta, otros en la bodega o en las sentinas. Faltaba sitio, pero seguía entrando gente”, relataba sobre aquel hacinamiento este funcionario aduanero que más tarde, en su exilio en México, escribiría la primera gran obra sobre los refugiados republicanos, Los olvidados.
 
Miedo, humedad e incertidumbre de niebla y frío. A bordo del carguero, Helia González, de cuatro años, sentada sobre un baúl con sus padres y su hermana, de 22 meses, encontró consuelo en la presencia de un señor pequeño y fornido que la había cogido en brazos para subir la pasarela del barco. Era el capitán Dickson. En la explanada del puerto, quedaba un paisaje de desamparo entre los que habían perdido el barco.
 
A su corta edad, Helia no sabía que partía al exilio político. Su padre, Nazario, de 28 años, había fundado Izquierda Republicana en Elche. “Era antibelicista”, sostiene Helia. “Durante la guerra escondió en su casa a un sacerdote y a su sobrina, y salvó de la quema parte del archivo de la basílica de Santa María. La mayoría de los pasajeros éramos pacifistas; no asesinos, como decían”.
 
El propietario del carguero, Jack Billmeir, cuya flota se multiplicó por diez gracias a la guerra española, había prohibido evacuar civiles. El capitán que desafió aquella instrucción era hijo de una modesta familia de Cardiff. Se había licenciado a los 22 años. “Un sector socialista cuestionó su heroicidad diciendo que un grupo se lo llevó ebrio de juerga a Madrid. Algunos líderes en el exilio quisieron atribuirse el mérito del rescate, pero la República fracasó en proteger a su gente”, apunta el documentalista Pablo Azorín Williams, quien ha investigado la vida del capitán.
 
“Como abanicos de espuma”. Así recuerda Helia, a sus 79 años, la huella en el mar de los proyectiles enemigos que sorteó el carguero al zarpar. Para eludir los ataques del Canarias, un crucero pesado de la flota nacional, el Stanbrook viró el rumbo primero a Baleares y luego al sur hacia Argelia.
 
Desde una sentina de popa, el pasajero Vilanova observaba la “incontrolable e incontrolada expedición”, sacudida por asaltos de pánico cuando falsos rumores decían que se dirigían a Melilla. La gente arrojaba al mar la documentación para no ser identificada. Se formaban colas de dos horas para beber agua. “Solo había dos evacuatorios. Dominado el pudor, fuera de la borda, deponíamos en el mar. Más que el hambre, es la nota más dura de la estancia en el barco”, explicaba en su misiva Vilanova.
 
El 29 de marzo, tras 22 horas de travesía, el Stanbrook ancló en el puerto de Mazalquivir, cerca de Orán. A la niña Helia le embriagó el aroma de unas rebanadas de pan sobre unos tableros en el muelle. “Era la primera vez que olía a pan tierno”, evoca la que fuera la pasajera 2.277. “Un hombre se tira de la cubierta a las bodegas y muere una mujer. Hay síntomas de anormalidad y riñas”, escribió en un diario —facilitado a este diario por su hijo Ulises— Antonio Ruiz, ingeniero madrileño de ferrocarril y oficial en el frente, que había huido junto con su hermano Pablo.
 
Desde el muelle, españoles residentes en Orán partieron en barcas con alimento y medicinas para los recién llegados. Arribada un mes antes por mediación de Acción Republicana, Juanita Alberich, valenciana de 20 años y embarazada de su primer hijo, buscaba a su marido, Onofre Valldecabres, director del Servicio de Inteligencia Militar. “Recuerdo que la gente tenía hambre”, evoca Juanita, de 95 años, que perdió a su hijo a los dos meses de nacer. Valldecabres fue de los primeros pasajeros en dejar el Stanbrook gracias a sus contactos como refugiado político. “No tuvo número de pasajero porque pudo eludir el listado registrado por las autoridades francesas”, señala su hija Annik Onofra, nacida en el exilio argelino.
 
Pese a que creyeron haber hallado la salvación en Argelia, entonces bajo el dominio francés, el destino del pasaje del Stanbrook fue muy dispar. En el primer desembarque, dos días después de atracar, tocaron tierra mujeres y niños que, como Helia, su madre y su hermana, fueron a la antigua prisión del Cardenal Cisneros. La mayoría de los hombres aguardaron a bordo más de un mes, por imposición de la Administración francesa. “Salimos llenos de miseria. Allí conocí por primera vez los trimotores, piojos de un tamaño monstruoso”, explicaba en su misiva Vilanova. A muchos les condujeron al Centre d’Hébergement —centro de alojamiento— número 2 para recibir ducha, vacunas y alimentos.
 
El motivo de la cuarentena no se ha resuelto 75 años después de aquella odisea. “Francia no había previsto nada. Se apuntó a que el barco había generado gastos en el puerto y debía pagarlos, o se temía una epidemia por detectarse un brote de tifus. Es un cabo que todavía queda suelto”, señala el historiador alicantino Juan Martínez Leal, quien resalta una controversia paralela. “No se sabe por qué, una hora después del Stanbrook, zarpó de Alicante sin evacuar a más civiles el Marítima, el triple de grande y con 30 pasajeros, líderes socialistas y sus familias. Hubo una gran polémica en la Federación Socialista en Orán”.
 
Anclado el Stanbrook en Orán, Alicante se convirtió en un gran presidio para las más de 15.000 personas venidas del frente. Desde Segorbe, en Castellón, Manuel Arroyo, chófer del Estado Mayor del Ejército de Levante, llegó la tarde del 29 de marzo a la explanada del puerto. Ya no había barcos; solo se oían ráfagas de ametralladora y cañonazos de la División Littorio, unidad italiana que reforzaba el bando nacional. “Vi a un hombre desesperado degollarse con una navaja de barbero. Lo más contagioso es el miedo”, relataba a este periódico Arroyo, de 96 años, antes de fallecer hace dos semanas. Las tropas italianas les condujeron al improvisado campo de concentración de Los Almendros y de allí, más de 3.000 hombres, entre ellos Arroyo, fueron trasladados al campo de trabajo de Albatera, diseñado en la República para la reinserción del delincuente.
 
En Argelia, el destino de gran parte del pasaje fue también la reclusión. Exportados al campo de concentración de Boghari, en el interior del Sáhara, los hermanos Ruiz pasaron a llamarse 102 y 103, bajo la guardia senegalesa, con bayonetas caladas. “Somos 300 indocumentados e indeseables. Y todo en nombre de la Igualdad, Libertad y Fraternidad”, narra Antonio en su diario. “Un español que está en la letrina es maltratado por un guardia que sin motivo le golpea con el fusil. Otros acuden y le patean. El pobre pide auxilio. Acuden varios españoles recibidos con bayonetas y obligados a huir. Allí se quedó”. Los Ruiz pudieron huir a Francia, donde embarcaron rumbo a México en 1940.
 
En torno a la línea del ferrocarril Transahariano, pasajeros como Antonio Gassó, piloto de caza republicano, sufrieron en los campos de trabajo castigos como el tombeau, en los que el preso cavaba su propia tumba para permanecer en ella, saliendo solo dos veces al día para hacer sus necesidades, sin protección contra las adversidades del crudo desierto. “¡Fusiláis poco, pero matáis lentamente!”, escribió en su diario —publicado en el libro escrito por su hija Laura —desde la cárcel de Bou-Arfa—. Otros acabaron combatiendo en la II Guerra Mundial, alistados en la Legión Extranjera Francesa. La tragedia también marcó la trayectoria del capitán Dickson. Seis meses después de atracar en Orán, el considerado héroe de la odisea del Stanbrook murió con su tripulación en el mar del Norte, torpedeado por un submarino alemán, cuyo capitán, Claus Korth, había hundido naves republicanas en la guerra española.
 
Frente al drama de muchos refugiados, Juanita Alberich y Helia González, amigas en su destierro en Sidi Bel Abbes, aseguran haber vivido un “exilio privilegiado”. La vida de Juanita, residente ahora en Valencia, fue un continuo traslado. Su familia vivió en Argelia hasta 1946, cuando su marido, de la industria cerámica, fue empleado en Lorena, Francia. “Volvimos a Argelia en 1950 y salimos de nuevo hacia Lille en 1957, antes de la guerra de la independencia. Regresamos a España tras la muerte de Franco”.
 
La familia de Helia, que se enroló primero en una compañía de teatro española dividida tras la contienda, sobrevivió del estraperlo y de una tienda de alpargatas, el último negocio familiar en Argelia hasta partir hacia España en 1949. “Mi padre no quiso arraigar allí. En Argelia conocí la libertad. En España no se podía hablar de nada, el hambre era terrible y la represión muy dura. Ganar no debería ser vengarse”, sostiene Helia, que fue profesora de francés y funcionaria municipal en Elche hasta su retiro.
 
Junto al editor Rafael Arnal, Helia, que nunca volvió a pisar suelo argelino, inspiró el proyecto de la Operación Stanbrook, una expedición en barco con familiares y simpatizantes que prevé zarpar a Orán antes del verano, si la situación política tras las elecciones en Argelia no lo impide, para conmemorar aquella trágica y esperanzadora travesía que marcó el final de la Guerra Civil. “Tenemos que recordarlo porque hay muchos países en situaciones semejantes. ¿No vamos a aprender nunca?”

75 Aniversario del exilio español en el norte de África


El Exilio español en el Norte de África
 
Presentan:
-Ludivina García Arias y Miguel Pastrana.
 
Participan:
-Bechir Yazidi: Una historia compartida: la acogida de los refugiados en Túnez .

-Victoria Fernández Diaz: El exilio de los marinos de la República.
-José Luis Morro Casas: El exilio republicano en Argelia.
-Teresa del Olmo: Poemas de Max Aub : "Campo de los Almendros" y "Campo de Djelfa"
 
26 de Marzo
19:30 horas
Sala Ubeda
Ateneo de Madrid
c/ Prado 21

Luis abad - Magisterio en exilio

Foto edición impresa
 
El Faro Digital.es - Francisco Sánchez Montoya 16/3/14
En este mes de marzo se cumplen 75 años del exilio republicano, tras el final de la guerra civil. Centenares de miles de personas se vieron obligadas a emprender un camino incierto en unas condiciones muy duras: el exilio supuso un descalabro social, político y cultural.
Numerosos ceutíes vivieron esta trágica historia. Durante los próximos domingos iremos publicando retazos de sus vidas en México, donde se estima que acogió a cerca de 25.000 refugiados.    

El profesor de filosofía del Instituto de Ceuta Luis Abad Carretero, era una de las personas más buscadas por los sublevados en la noche del 17 de julio de 1936 en Ceuta. Fue miembro de Acción Republicana fundado por Manuel Azaña, y tras la fusión con el partido Radical-Socialista de Marcelino Domingo, pasó a ser presidente de Izquierda Republicana en Ceuta, hasta abril de 1936 que lo sustituyó el abogado Salvador Fossati.

El magisterio fue cualitativamente, el sector que sufrió el mayor estrago de la depuración en Ceuta. El golpe sorprendió a los maestros de vacaciones; no sabían que aquella fecha daba inicio a la más ingrata etapa que iban a vivir los educadores. La primera ejecución de un docente en Ceuta, tuvo lugar en la saca de la madrugada del 17 de agosto de 1936; su nombre, Ángel Grande Pérez (su hijo Godofredo Grande, también sería ejecutado). En la sesión municipal del 7 de agosto de 1936 acuerdan se retire la ayuda a una escuela de la barriada del Sardinero regentada por el maestro José Lázaro, quien fue detenido, o la clausura de la Escuela Racionalista en la barriada de San José, y posterior ejecución del maestro Pedro Vera o Antonio Bernabé Calvo, un joven maestro fusilado en la fortaleza del Monte Hacho, el 12 de noviembre de 1936.

 El profesor ceutí Luis Abad, tras conseguir salir de Ceuta, y una vez finalizada la contienda logró zarpar en el buque Stanbrook que le llevó desde Alicante a la costa argelina, para ser internado a continuación en el campo de concentración de Bogharí, próximo al desierto del Sahara. Ya en 1940 se instaló en Oran, donde sobrevivió diez años dando clases de español, ingles y matemáticas, y gracias a la venta de algunos cuadros.

Cuando hacia 1950 Luis Abad abandona Oran no se dirige a México sino a Paris, donde va a permanecer casi cuatro años más. En París publica diversos ensayos en revistas de la época y un trabajo titulado La philosophie de l’instant. En 1953 se traslada a México, donde hace algunas exposiciones de pinturas y publica numerosos ensayos y artículos en periódicos (Excélsior, El Nacional, etc.) y revistas (Cuadernos Americanos, Humanismo), y diversas monografías sobre filosofía, que era realmente su pasión. Colaborador permanente del Colegio de México, es nombrado en 1956 profesor titular de la cátedra de Psicología en la Universidad Nacional Autónoma.

Finalmente, transcurrido 18 años, se reencuentra con su esposa, la doctora ceutí Antonia Castillo, junto a la que sólo había convivido seis meses después de su boda. Por fin, los dos están juntos, Abad, participa en numerosos proyectos.  

La vida del catedrático del Instituto ceutí, Luis Abad, están presentes en los prestigiosos Pública varios libros de filosofía como: Una filosofía del instante (1954), Niñez y filosofía (1957), Instante, querer y realidad (1958), Vida y sentido (1960), Bergson y la filosofía del instante (1960), Presencia del animal en el hombre (1962) e Instantes, inventos y humanismo (1966). Pese a su reconocimiento en México, añora España y en 1966 emprende el viaje de vuelta con su esposa a España. Con la esperanza de que la dictadura no les pida cuentas. Marcharon a Almería, no sabemos si volvieron a Ceuta. Y en 1971, fallecerían los dos.
 
Inhabilitación al catedrático Bigtar Armenta
Don Bigtar Armenta, como lo recuerdan muchos de los que fueron sus alumnos, era profesor de francés en el instituto de Segunda Enseñanza Hispano-Marroquí en Ceuta. Tras la depuración fue separado del centro, por orden de la Comisión de Cultura y Enseñanza de junio de 1937 por su pertenencia a la masonería. Juzgado por el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, fue condenado en 1942 a inhabilitación absoluta perpetua para el ejercicio de cualquier cargo del Estado. Se dedicó a dar clases particulares en su casa de la plaza Azcarate, también en la Academia Navarro. El nombre de Bigtar, era debido a que su padre, Antonio Armenta, era amante del Esperanto, significa varón. Tras la depuración del Magisterio en Ceuta la enseñanza quedó muy mermada. La purga fue muy grande, y la mayoría de los maestros/as de un modo u otro sintieron el miedo, la frustración y la incertidumbre ante este inesperado proceso, que alteró en todos los sentidos.
 
De Ceuta al campo de concentración en Orán
Tras salir de Ceuta estuvo luchando con su palabra junto al Gobierno de la República, tras el final de la guerra civil, partió desde Alicante en el buque Stanbrook, años después dejó escrito: "… Hube de residir y subsistir en África del Norte (Oran) y luego en Francia. Es verdad que yo ya conocía el francés, lo traducía con facilidad, pero no estaba acostumbrado a hablarlo y yo quería ser profesor. Por eso me consagré a estudiarlo y a frecuentar un medio enteramente francés. Mis primeros veinticinco francos los gané en la ampliación de un retrato que hice al carbón y con lupa tomado de uno diminuto. Mi salida del campo de concentración la debí a haberle hecho un retrato al secretario del mismo. En Oran me dediqué a dar clases de español e inglés. Pero la abundancia de profesores de estas materias, sobre todo de español, hizo que tuviera que derivar hacia otras, y estas fueron las matemáticas. En efecto, durante casi diez años les tuve que explicar a los alumnos de los últimos cursos de Bachillerato. Bien es cierto que yo las había estudiado… Pero en 1945, terminada la guerra, comenzaron a llegar profesores desmovilizados y mis clases disminuyeron, lo cual me empujó hacia la pintura, porque me agradaba y por necesidad económica. Seguramente derivé hacia ella por la imposibilidad en que estaba de poder escribir y publicar, que era lo que yo más he ansiado en mi vida".     

 Una vez terminada la guerra, como otros muchos españoles, se encontraba en el puerto de Alicante, partiendo en el Stanbrook, el barco que hace 75 años sacó de España a miles de refugiados.  Este puerto fue escenario de la tragedia que se vivió, cuando miles de republicanos llegaron desde todo el país hasta el puerto con la esperanza de escapar de la represión franquista en los buques anunciados por las autoridades republicanas. Se encontraron sólo con este navío mercante que sólo pudo salvar a unos cuantos miles, en los últimos días de la guerra, entre el 28 de marzo y el 1 de abril de 1939. El barco, con una capacidad para 800 personas, llegó a cargar a casi 3.000 refugiados rumbo a Orán, al frente del buque estaba el capitán Dickson.

Este puerto al final de la contienda, fue una tabla de salvación para cientos de republicanos, ya que caídos los puertos de Cataluña, en el de Alicante era el único que quedaba libre, allí se reunieron unas 20.000 personas huyendo, entre las que había familias, cargos públicos, campesinos, maestros, militares en derrota, a quienes les habían prometido que habría barcos que les sacarían de España.

Sin embargo, la espera resultó desesperante el puerto se encontraba bloqueado por la Armada franquista, submarinos de Mussolini y la aviación nazi, lo que hacía difícil aproximarse a los navieros internacionales. El buque inglés pudo burlar el bloqueo y zarpar, claramente excedía de su capacidad, lo que le obligó a navegar escorado, por debajo de la línea de flotación y en medio de bombardeos. La travesía de un día, convertida en odisea, no culminó hasta llegar a Orán, donde Dickson amenazó con estrellar el barco contra los muelles si no le dejaban atracarlo. Como no podía ser de otra manera, el Stanbrook tuvo un fin trágico solo unos meses después, tras ser hundido por un torpedo alemán.
 
Se casó con la doctora ceutí Antonia Castillo
Cuando se produce la sublevación del 36, la doctora Castillo permanece en la ciudad, y su marido el catedrático del Instituto Hispano-Marroquí Luis Abad, dada su militancia política, pudo evadirse. Ella continúa en su puesto de trabajo a pesar de los condicionantes adversos. Está observando desde el mismo inicio de la sublevación que muchos de los compañeros de su marido son detenidos y fusilados. Ella sabe que a todos los funcionarios municipales que hayan tenido alguna vinculación con partidos políticos o sindicatos se les está instruyendo un expediente de depuración. La comunicación le llegó el 20 de diciembre de 1938, donde se le acusa injustificadamente, entre otras cosas, de "negligencia en su trabajo". Las acusaciones de la falta de atención a sus pacientes en que se fundamenta no son nada sólidas conociendo la buena formación de la doctora y la probada dedicación a sus enfermos. Con este trámite se le pasa factura por su matrimonio con Abad y por sus actividades políticas, dar conferencias a los afiliados a la UGT en la Casa del Pueblo. Este primer expediente era tan solo el comienzo de un tortuoso camino que, por desgracia, solo había comenzado a recorrer.

domingo, 16 de marzo de 2014

Víctimas del franquismo indignadas por el agasajo a Cardona en la Fundación Juan Negrín

 
Cristóbal García Vera - Canarias-semanal.org 14/3/14
"El esperpéntico encuentro es un insulto a las familias de todos los asesinados", dicen
 
"La escenificación en la sede de la Fundación Juan Negrín con Cardona, Sergio Millares y los viejos varones del PSOE pro marroquí refleja la falta de respeto sobre los más de 4.000 republicanos asesinados por el franquismo en Canarias".Con esta contundencia se ha manifestado la Plataforma de Familiares de Fusilados de San Lorenzo, cuyos miembros no han dudado en mostrar su indignación por el caluroso recibimiento que, el pasado martes 11 de marzo, se ofrecía en la citada institución al alcalde ultraconservador de Las Palmas de G.C. Juan José Cardona.  El regidor capitalino fue agasajado por José Medina, presidente de la Fundación y ex integrante del Ejecutivo autonómico de Jerónimo Saavedra, el miembro del Patronato y también psocialista Alfredo Herrera Piqué, y el asesor histórico y secretario del comité científico Sergio Millares, que le explicaron el contenido de la exposición 'Un espacio para un legado', en la que se muestran varios documentos del archivo personal de Negrín.

JUAN JOSÉ CARDONA: ¿UN DEFENSOR DE LA MEMORIA HISTÓRICA?

Por su parte, el político del Partido Popular se comprometió a "colaborar y apoyar a la Fundación".  Una disposición que contrasta con la actitud que el primer edil ha mantenido, desde su llegada al consistorio capitalino, en relación con las reclamaciones efectuadas por la mencionada Plataforma de víctimas del franquismo.

A comienzos de diciembre de 2011 diversas organizaciones que trabajan por el restablecimiento de la Memoria Histórica condenaban públicamente que Juan José Cardona hubiera "paralizado" la adjudicación de cinco calles y un mirador en el Distrito de Tamaraceite a los fusilados de San Lorenzo, asesinados por los fascistas sublevados el 18 de julio de 1936.

Este episodio sería solamente el comienzo de un enfrentamiento marcado por la política oficial del partido fundado por Manuel Fraga que, como formación política heredera de los vencedores y victimarios de la Guerra Civil, continúa bloqueando casi cuarenta años después de la muerte de Franco todos los intentos para restablecer la verdad histórica sobre uno de los periodos más negros de la historia de España.

Así, en 2013 la Plataforma de Familiares de los Fusilados de San Lorenzo denunciaba la reiterada negativa del grupo de gobierno municipal a su petición para la apertura de la fosa común del cementerio de Las Palmas, que podría albergar los restos de alrededor de 60 republicanos.  En el verano de ese mismo año los familiares de las víctimas conseguían arrancar el compromiso de Cardona para la colocación de una placa en el citado cementerio y para facilitar los trámites pertinentes para la exhumación de los cadáveres.  En enero del presente año, sin embargo, la Plataforma de Familiares acusaba al grupo de gobierno municipal del PP de pretender que "el compromiso adquirido quedara en el olvido".  "Da la impresión -apuntaban entonces - de que tratan de ocultar los crímenes franquistas, poniendo un velo de olvido, silencio e hipocresía sobre unos hechos terribles que culminaron con el asesinato impune de más de 3.000 canarios".
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"Resulta vergonzoso - aseguraban desde la Plataforma - que en pleno siglo XXI se permitan que estas personas sigan tiradas como perros en esta fosa común, con la connivencia de parte de la casta política y judicial de las islas".

Hasta la fecha, en efecto, se desconoce la existencia de alguna actuación encaminada a materializar la promesa realizada.

RUPTURA DE NEGOCIACIONES Y POLÉMICA "MEDIACIÓN" DEL HISTORIADOR SERGIO MILLARES 

Las difíciles relaciones entre el colectivo de defensa de la Memoria Histórica y Juan José Cardona se rompían, finalmente, el pasado 4 de septiembre, después de que representantes de los familiares de las víctimas mantuvieran una tensa reunión con el alcalde en la que -según denunciaron - éste "atacó verbalmente a uno de los miembros de la Plataforma, empleado del ayuntamiento, llegando a "amenazar con su despido".

Los familiares relataron, igualmente, cómo el primer edil se condujo de manera "despótica" durante el encuentro, vetando varias de sus intervenciones.  "Cardona se centró solamente - manifestaron luego - en alguien que parece ser más de su confianza, Sergio Millares Cantero".

Por aquellas fechas, Millares Cantero -historiador situado hasta hace escasas fechas en la órbita del PSOE y afiliado recientemente a Izquierda Unida, coincidiendo con las magníficas expectativas electorales de esa formación política - había comenzado a ejercer ante los medios de comunicación como uno de los portavoces de la Plataforma de San Lorenzo.  Días después de la reunión mantenida con el primer edil capitalino, no obstante, se consumaba también la ruptura de este colectivo con el historiador y con IUC.

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"Nos han traicionado personas y organizaciones que se dicen de izquierdas"
- sostenían en un comunicado.  Y es que, según declararon entonces desde la Plataforma, "miembros de Izquierda Unida Canaria habían estado manteniendo contactos con el equipo de Juan José Cardona, a espaldas de los familiares".

"Personajes que solo buscan sacar tajada de la lucha por la memoria y la reparación nos están conminando a reconsiderar nuestra postura con respecto al alcalde.  Tratan de que volvamos a sentarnos a negociar con quien nos humilló y nos trató de meter el miedo en el cuerpo para que no sigamos luchando.  Nos ha traicionado una gente que nunca se había preocupado por nuestro caso y que ahora pretende hacerse la foto, y monopolizar todo lo que se haga, únicamente para obtener réditos electorales"
- añadían por aquellas fechas.

 
¿CULTIVANDO AMISTADES Y RECABANDO SUBVENCIONES?

Ahora, tras la afable acogida brindada por el historiador Sergio Millares Cantero al alcalde derechista, los miembros de la plataforma dicen "entender todo lo que sucedió en la frustrada y rota negociación con el Ayuntamiento capitalino para abrir la fosa común de Vegueta".
"Lo comprendemos a la perfección -afirman - al presenciar estas muestras de amiguismo y la falta de sensibilidad con quienes realmente hemos sufrido el terror fascista en nuestras familias".
"Mientras a nosotros se nos cierran puertas administrativas y jurídicas para recuperar los huesos de nuestros muertos, distintos estamentos, Gobierno de Canarias, Cabildo, Ayuntamiento de Las Palmas G.C. financian con fondos públicos esta Fundación del miembro de IUC Millares y sus compañeros del PSOE"
-concluyen desde la Plataforma de Familiares de Fusilados de San Lorenzo.

La mitificació del capità de l'Stanbrook' és recent



En les imatges, el capità Archibald Dickson, a la coberta de l’Stanbrook. A la dreta, els treballs forçats en el tren Transsaharià i el camp de concentració de Morand Boghari
 
José Miguel Santacreu Soler, professor de la Universitat d’Alacant, és un dels historiadors que coneix més a fons els intensos dies de l’èxode dels republicans i el cas concret de l’‘Stanbrook’. Les seues investigacions i les d’altres historiadors s’arreplegaren en el volum ‘Una presó amb vistes al mar’ (Tres i Quatre / Universitat d’Alacant, 2008), editat pel mateix Santacreu.
 
 Xavier Aliaga | ElTemps 1551, 04/03/2014
El minuciós Una presó amb vistes al mar. El drama del port d’Alacant a finals de març de 1939,  construït amb les aportacions del mateix Santacreu i d’investigadors com Eladi Mainar, Ricard Camil Torres o Juan Bautista Vilar, entre d’altres, continua sent una referència bibliogràfica inexcusable per apropar-se als terribles dies de l’èxode republicà. I és la base, juntament amb altres investigacions més recents, documentals i un grapat de testimonis orals, del reportatge que precedeix aquesta entrevista. Amb Santacreu, que ens rep al seu despatx de la Universitat d’Alacant, repassem algunes claus i incògnites de l’evacuació dels republicans. Una visió, en certs aspectes, bastant desmitificadora, com ara pel que fa al capità gal·lès de la nau, Archibald Dickson.


—Creieu que el coronel Casado menteix deliberadament quan diu que Franco permetrà l’evacuació? És una estratègia per impedir el pànic?

—És difícil de saber, no ens podem clavar en la ment de Casado. Potser creu que pot pactar amb Franco perquè ambdós són militars africanistes. I, de fet, estableix una relació amb els agents franquistes abans de donar el colp. Després, crec que es troba desbordat. Fuig de Madrid, se’n va a València, i allí no acaba de tenir clar el pla d’evacuació. No tenen pla d’evacuació: l’Stanbrook és un vaixell contractat pels socialistes de la zona, que dissenyen un pla per traure els seus. Fan llistats, contracten vaixells, i l’Stanbrook n’és un. Casado veu que des de València és difícil eixir, pel bloqueig naval, i llavors planteja la possibilitat de fugir des d’Alacant i diu a tothom que allí aniran els vaixells. Hi ha testimonis que corroboren que envia jutges cap a Alacant. El que passa és que baixa cap a Alacant i, no sé si aconsellat per l’ambaixador britànic, baixa a Gandia, perquè allí hi ha un intercanvi de presoners italians. He trobat un telegrama que envia un dels vaixells del bloqueig advertint que hi ha moviment de passatges a Gandia i rep una ordre perquè abandone la vigilància i es dirigesca a València. Això és per l’intercanvi de presoners...
 
—A més, Gandia és un port controlat pels britànics.

—Sí. I són vaixells britànics els que fan l’intercanvi. I en un dels vaixells [l’HMS Galatea] és on puja Casado, juntament amb algunes unitats militars, un centenar de soldats, que aconsegueixen pujar a punta de pistola. Fins a quin punt és responsabilitat moral de Casado enviar la gent a Alacant? No t’ho puc dir. Que ho fa? Sí. Que ho fa intencionadament? No ho sé.
 
—A la costa es concentra la gent de la zona del País Valencià, Albacete, Múrcia, els soldats dels darrers fronts... La resta ha fugit pels Pirineus.

—Pels Pirineus han fugit mesos abans. Estem parlant del final de la guerra. La frontera és Castelló, on estan lluitant els xiquets de setze o disset anys reclutats a última hora. Després hi ha els fronts de Madrid, Guadalajara, Extremadura i Andalusia. L’única eixida possible cap a l’exili són els ports: Almeria, Cartagena, Alacant, València i poc més. Llavors, tota la gent que vol fugir va a la costa. Com ara la flota de guerra republicana ha desertat a principis de març i se’n va a Bizerta, duent-s’hi uns quants exiliats, la possibilitat d’organitzar un comboi protegit militarment és impossible. I l’única possibilitat és contractar vaixells que trenquen el bloqueig, com és el cas de l’Stanbrook. El negoci del seu capità és traure refugiats, no és un heroi, sinó que guanya molts diners fent aquestes operacions. Alacant n’és una més. El que passa és que la magnifiquem.
 
—Perquè és l’últim vaixell i, a més, s’emporta més de tres mil persones.

—Sí, però per què? Mira [diu assenyalant un cartell penjat al despatx], aquell és Amado Granell, un oficial republicà i heroi de la Segona Guerra Mundial. Ell arriba al port amb les seues tanquetes. Desmunten les metralletes, s’enduen les cartutxeres i pugen al vaixell. A veure qui els diu que no. Puja tota la unitat. Una cosa és la percepció que té el capità, una operació, i una altra la percepció que tenim nosaltres, en el sentit que l’Stanbrook és el vaixell de l’exili.
 
—Perquè el vaixell arribe a Orà actua la sort?

—L’Stanbrook juga amb la climatologia. Pel que hem estudiat, és un moment en què el bloqueig no pot ser tancat. L’almirall Moreno ha estat cridat a consultes per Franco, tenen vaixells avariats... Es donen una sèrie de circumstàncies que fan possible el viatge.
 
—Rafael Torres narra en la seua novel·la Los náufragos del Stanbrook que el vaixell es creua amb un submarí italià que el deixa passar. Això va passar de veritat?

—És difícil saber-ho. L’única forma seria trobar el quadern de bitàcola del vaixell. El que sí que hem vist és quaderns de vaixells que bombardegen València. Però la història del submarí no la conec. Pot ser una invenció.
 
—I què sabem del viatge?

—El que m’han contat alguns passatgers és que la higiene era nefasta: les necessitats les feien en la borda, en molt males condicions. El vaixell està molt atapeït, perquè no és de passatgers, és de càrrega. El viatge es fa en unes condicions molt precàries. I poc més es pot contar d’això.
 
—A l’arribada a Algèria, al port d’Orà, per quina raó les autoritats colonials franceses impedeixen primer el desembarcament i després envien  la gent a camps de concentració?

—Hi hagué diverses circumstàncies. Hi ha passatgers que baixen perquè tenen on acudir, com ara els militants del Partit Socialista, que té un refugi. La gent que té refugi, o familiars, no va a camps de concentració. Qui no té ningú, sí. Perquè quan arriben refugiats a un país, com està passant amb el tema de Síria, l’única manera d’absorbir aquella massa és clavar-los en camps de refugiats que, amb el temps, esdevenen camps de concentració. Són etapes diferents. Quan arriba el govern col·laboracionista de Vichy, és quan els camps de refugiats es converteixen en camps de treball. L’Stanbrook no suposa tanta gent com la de l’exili pels Pirineus, amb 300.000 persones, moltes d’elles armades. Les autoritats es veuen desbordades: no hi ha menjar, no hi ha sanitaris, no hi ha res. No hi ha mitjans econòmics ni per fer les barraques dels camps de refugiats. Després, per por que hi haja problemes de seguretat posen guàrdies i les instal·lacions acaben sent camps de càstig. En el cas d’Orà, qui tenia mitjans o diners no es quedava al camp.
 
—Mentrestant, hi ha la gent que resta al port d’Alacant.

—S’ha de diferenciar diversos tipus de persones. Quan agafen la gent que no ha pogut embarcar els porten al camp de concentració de la Goteta, el que Max Aub en diu els Ametllers. Allí no hi havia filats de pues. Vaig parlar amb el fill del cap de l’estació del trenet de Dénia, que hi ha un poc més avall, i em contava que anava a portar-los aigua a la gent i que no hi havia filats, els guàrdies el deixaven entrar. I les dones anaven i portaven botiges d’aigua. Qui podia, se n’anava. Qui tenia un familiar, també, perquè era impossible controlar tanta gent. Qui no tenia ningú, estava allí. Això sí, als militars els duen al Castell d’Alacant i les dones i els xiquets van duent-los per anar classificant-los. La meua obsessió és trobar la llista del camp d’Albatera. El que sí que he trobat és una carta que revela que els comandaments militars demanen  al responsable del camp que faça una llista de presoners i els respon que és impossible, amb aquestes paraules. A més, la llista no seria verídica, la gent podia ocultar la seua identitat.
 
—Tornant enrere, com es confeccionen les llistes per pujar a l’Stambrook?

—Hi ha dues fases. La llista inicial, que no és respectada, contenia tots els socialistes en perill, l’havia fet el Partit Socialista com a part d’una operació d’evacuació. Respecte de la llista posterior, diuen que es van vendre passatges, que hi havia gent que va anar a Diputació, va comprar un passatge i després no hi va poder pujar. Segurament hi hagué algun negoci, perquè en aquelles circumstàncies tot es compra i es ven. I atenció: la llista que publicàrem al llibre, trobada pel professor Juan Bautista Vilar, sí que és fiable, perquè és la que fa la gendarmeria francesa quan baixen a Orà els exiliats de l’Stanbrook. Però no hi són tots: hi ha gent que es tira a l’aigua, que té familiars, que agafa una barqueta...
 
—O siga, que abans del filtratge, hi ha gent que aconsegueix fugir.

—Sí. I podia fugir, perfectament, si tenia familiars que donaren suport.
 
—Hi ha unanimitat entre els testimonis a l’hora de parlar del paper del capità?

—No, ningú parla del capità ni saben qui és.
 
—La mitificació és posterior?

—És posterior. És un mite que es crea de manera recent. Tota la història del capità és certa, però em referesc al testimoni de les persones que pugen al vaixell.
 
—Però algú li devia agrair al capità acollir més gent al vaixell del que era raonable.

—Pot ser, però no ho sabem.
 
—Creieu que a efectes d’investigació de la memòria històrica és un capítol molt important del conflicte o és més el valor simbòlic?

—A afectes d’investigació, de memòria històrica i de simbolisme és un fet cabdal. És l’últim vaixell de l’exili, és el que du més gent i, per tant, és un vaixell mític, forma part de la mitologia de la gent que viatja i salva la vida per l’Stanbrook. Són moltes persones i hi ha moltes famílies afectades. I estic segur que hi ha moltes persones que no sabien com es deia el vaixell i que ho han llegit després.
 
—He parlat amb una família de Múrcia que tenia un familiar a l’Stanbrook. Però ha estat a través de la investigació d’una besnéta que s’han connectat a la història.

—I comencen a saber què és l’Stanbrook. L’altre dia parlava amb una persona que pensava que havia estat passatger de l’Stanbrook i resultà que no, que havia viatjat amb l’African Trader. No sabia en quin vaixell havia anat. El tema de la memòria és delicat. Els historiadors hem de mesurar molt el que fem i el que parlem, perquè una cosa és la memòria, i una altra la història, que són coses diferents. Moltes vegades, la informació que ve de la memòria està molt matisada per les lectures, pel que has anat vivint. Hi ha històries que després de deu anys es conten d’una altra manera en funció de la informació que s’ha rebut.
 
—Algun aspecte interessant que no hem tocat.

—No hem parlat dels traumes familiars que crea l’Stanbrook. Hi ha una història que m’apassiona, la del diputat socialista Miguel Villalta, un polític important que es casa amb la viuda d’un altre polític, que acompanya a la dona i als xiquets, que no són seus, sinó del primer home, i els du a l’Stanbrook, juntament amb el seu germà, perquè figura a la llista de persones que s’han de salvar. Se’n va per més gent i quan torna no hi pot pujar. Es queda al port i se’n va a buscar refugi a Monòver. Està emboscat dos anys, el denuncien, el capturen i l’afusellen, el 1942. El seu germà marxa a l’exili i sobreviu i Villalta, que és el polític important, mor. És el cas contrari al de Medardo Iglesias, que ix cap a l’exili, sobreviu, i fins i tot té una altra família, però la dona i els fills es queden i ho passen molt malament. El mateix vaixell i dues històries contraposades. Hi ha la història també d’Eliseo Gómez Serrano [professor i director de l’Escola Normal d’Alacant, regidor i president de l’Ateneu], que decideix no anar-se’n. I quan l’agafen, en un parell de setmanes l’afusellen.
 
—Com al rector de la Universitat de València, Joan Baptista Peset, que decideix no fugir perquè pensa que no li passarà res. Pagà amb la vida.

—Exactament igual. En el cas d’Eliseo Gómez ho sabem perquè figura a les seues memòries. Ho diu. Peset, també: “Com van a matar-me?”, pensen, perquè són persones respectables.
 
—Hi havia por d’una gran repressió dels franquistes, en tot cas.

—Sí, perquè ja hi ha zones que l’estaven patint, des del primer dia que entren a Burgos. A la zona d’Oviedo és terrible, l’any 36, l’any 38... La mateixa Castelló. Això se sabia.


 
 José Miguel Santacreu, al costat d’un cartell amb la fotografia d’Amado Granell, passatger de l’Stanbrook i heroi de la Segona Guerra Mundial amb la Divisió Leclerc.

‘Stanbrook’: l´últim vaixell que pogué fugir del terror franquista

 
Els Temps 1551 - Xavier Aliaga - 4/3/14
En uns dies es complirà el 75 aniversari des que la nit del 28 de març del 1939, cap al final de la guerra, un vell carboner britànic, l’‘Stanbrook’, salpava del port d´Alacant amb tres mil republicans atapeint bodegues i coberta que fugien de les represàlies franquistes. A terra, però, restaren moltes més persones esperant un vaixell salvador que no arribà. Episodi històric cabdal motiu d´una sèrie d’actes commemoratius per part d´una comissió, “Operació Stanbrook”, d´homenatge a la memòria republicana.
 
Som a finals del mes de març del 1939, en les raneres d’una guerra civil a Espanya que ha dessagnat el país. Les línies del front es fan miques.  El bàndol insurgent del general Francisco Franco és el guanyador de la confrontació. El feixisme, amb el suport dels règims totalitaris d’Alemanya i Itàlia, ha guanyat la partida al govern legítim de la República, abandonat a la seua sort per les potències democràtiques. S’albira el final de la guerra, però això no significa que arribarà la pau: la repressió de les tropes franquistes a les zones que ha anat conquerint des de l’inici de les hostilitats, el 1936, augura un final sanguinari i una persecució implacable contra tots aquells que s’han significat en favor de la República en l’àmbit militar, sindical o polític, independentment d’haver participat o no en les atrocitats de la zona republicana als inicis de la guerra. Uns 300.000 republicans han eixit ja del país, el mes de febrer, a través dels Pirineus. Però aquella eixida ja està barrada.
 
El coronel Segismundo Casado, que havia encapçalat el 5 de març un colp d’estat contra el govern de Juan Negrín havia fugit a València, juntament amb la majoria del Consejo Nacional de Defensa, abans que les tropes colpistes arriben a Madrid, tracta de negociar amb Franco un acord de pau. Casado intenta que l’exèrcit nacional no entrebanque la fugida dels republicans que vulguen abandonar Espanya. I, paral·lelament, demana ajuda internacional, sobretot a França i Gran Bretanya, perquè envien vaixells per poder evacuar la gent.
 
Tots aquells intents fracassen. Franco tan sols vol una rendició incondicional. I francesos i britànics no volen comprometre la seua neutralitat. La deserció i fugida a Bizerta, a principis de març, de la flota afí al govern republicà, amb base a Cartagena, complica encara més l’eixida per mar. A més, l’Estat Major de l’Armada de Franco decreta el bloqueig de la costa mediterrània. És la tempesta perfecta per a un hipotètic pla d’evacuació. Tot apunta que Casado no té pla alternatiu per al fracàs de les seues negociacions. Però algú sí que té un pla entre els republicans: la Federació Socialista d’Alacant, amb Rodolfo Llopis al capdavant de les operacions, comença a contractar vaixells i elaborar llistes per poder evacuar els militants socialistes que podien estar en perill en cas de ser detinguts pels rebels. Els mercants Ronwyn i African Trader, contractats pels socialistes alacantins, aconsegueixen burlar el bloqueig i transportar fins a Orà uns quants centenars de republicans. El dia 18 de març pot eixir del port de València el Lézardieux, amb un centenar de passatgers entre polítics i sindicalistes.
 
Hi ha més vaixells que aconsegueixen partir per aquells dies d’Almeria, Gandia, València o Alacant, port al qual van arribant milers de persones buscant el seu passaport cap a l’exili atiats pel pànic i per l’ofensiva definitiva de Franco llançada al dia 26 de març. Es corre la veu que la del port alacantí és la millor opció per fugir de les tropes rebels, una brama que cap al 28 de març adopta el caràcter de consigna. Les carreteres en direcció a Alacant, principals i secundàries, són un llarg rosari de vehicles carregats d’humanitat, pors i esperances. La ciutat, en una situació límit pels anys d’escassesa i amb el record encara nítid del salvatge bombardeig del Mercat Central de la ciutat, el 25 de maig del 1938, és un caos absolut. I el port, un angoixant i incòmode vesper sobretot amb l’arribada dels efectius militars desmobilitzats pel Consejo Militar el dia 28 de març. Casado, que curiosament està empentant els republicans a fugir cap al port d’Alacant, amb la promesa que hi haurà més vaixells per transportar-los, es desplaça el dia 29 a Gandia, on embarca, amb els seus i alguns efectius militars en un vaixell de guerra britànic, l’HMS Galatea.
 
L’atenció està centrada a Alacant, on ja hi ha congregades milers de persones. S’espera l’arribada de vaixells per fer front a aquesta gran evacuació, però al port sols n’hi ha un parell, de càrrega, el Maritime i l’Stanbrook, un petit vaixell de 1.383 tones, 70 metres d’eslora i 10 de mànega, construït el 1909 a les drassanes de Newcastle.
 
Aquesta nau, dedicada al transport de carbó fins l’any 1936, servia ara al millor postor. El seu capità era el gal·lès Archibald Dickson, un marí bregat i amb experiència militar a la I Guerra Mundial, en què visqué l’experiència d’un naufragi. Dickson dirigia una dotació no superior als 10 mariners que degué ser incapaç de retenir l’allau de persones que, estant o no dins de les llistes elaborades per la Federació Socialista d’Alacant, empentaren per fer-se un lloc al vaixell. Per iniciativa pròpia, empès per les circumstàncies o aprofitant una possibilitat de negoci, o per una barreja d’aquelles motivacions, no totes heroiques, Dickson acollí un passatge molt superior a la capacitat de la nau, com s’aprecia a través de fotografies com la icònica imatge que encapçala aquest reportatge i a través del testimoni dels passatgers. La llista oficial recollida per les autoritats franceses a l’arribada al punt de destinació de l’Stanbrook, Orà, parla de 2.683 passatgers: l’obri Justo Arcos Sánchez, de 30 anys, que passarà a la posteritat per tenir el número 1 d’aquella relació, i la tancava Nemesio Rico Rico, de 42 anys, el passatger 2638. Però foren uns quants més, al voltant de 3.000, els republicans que, la nit del 28 al 29 de març partiren a un exili incert. Un passatge amb una composició ideològica diversa: l’historiador Juan Bautista Vilar, l’estudiós que difongué la llista, fa un desglossament entre republicans (590), socialistes (572), cenetistes (304), comunistes (196) i persones sense cap adscripció política o sindical (428). També hi ha 184 antics membres de les Brigades Internacionals que, malgrat la desmobilització i repatriació d’aquell cos de voluntaris, decideixen romandre en la terra que han vingut a alliberar del feixisme.
 
El passatge també reunia tot tipus de dedicacions professionals, una mena de petita representació a escala de la República que havia deixat d’existir xafada per la bota feixista. Històries diverses, de gent que va sola, amb la família, que simplement té por pel que puga passar o que té un passat comprometedor. Relats com el del murcià Jacinto Cazorla Flores, sindicalista de la UGT, miner de professió i passatger número 1.086 de l’Stanbrook, relatada a EL TEMPS pels seus familiars. Cazorla fuig del seu poble, La Unión, després de tancar a la presó, a punta de pistola el sergent de la Guàrdia Civil i l’alcalde d’aquella població. “Va seure cinc minuts a la cadira de l’alcalde i va eixir rabent cap a Alacant”, relata el seu nét, Jacinto Cazorla, qui assegura que el seu avi no tenia delictes de sang però sí que estava molt marcat políticament. “Sabia que havia d’eixir i eixí”, rebla el seu descendent. Cazorla viatjà sense la família. I la seua història arribà als seus familiars perquè aconseguí tornar després de 27 anys exiliat, la major part del temps a la ciutat marroquina de Casablanca. Va morir 20 dies abans de l’atemptat a l’almirall Carrero Blanco, el desembre del 1973. El record de l’avi i el treball de la besnéta de Cazorla, una jove historiadora, han despertat l’interès per tot el que tinga a veure amb el tema de l’Stanbrook.  
 
També viatjaven, segons la llista oficial de les autoritats franceses, 372 infants, alguns d’ells nadons, i 328 dones. Degueren ser-ne alguns més. Sobta, sabent les condicions absolutament precàries en què es va realitzar el viatge de manca d’higiene, amuntegament, polls escampats per les mantes dels soldats que venien del front, carència d’aigua i aliment. Sense llocs, altrament, on fer les necessitats. A la bodega, l’olor d’humanitat devia ser insuportable, així com les estretors, l’angoixa i la incertesa dels adults barrejada amb les necessitats peremptòries dels més menuts. No foren 22 hores de viatge precisament còmodes. Però aquell era el passatge de l’esperança, dels tres milers de republicans que havien tingut la sort de partir la nit del 28 al 29 de març, entre les 10 i les 11, segons les diferents versions, aprofitant l’obscuritat i les condicions climatològiques. Tot just abans d’un bombardeig al port d’Alacant que, si s’haguera esdevingut uns minuts arrere, hauria pogut ser letal per a l’Stanbrook, vaixell que patia un perillós escorament per l’excés de càrrega. Ben mirat, que aquesta enorme pastera, com ha dit algú, poguera arribar 22 hores després amb la seua càrrega d’humanitat al port secundari de Mers-el-Kebir no deixa de ser un fet miraculós, si bé és cert que per a molts passatgers de l’Stanbrook en aquell moment començava una altra i de vegades llarga odissea.

Desesperança i mort al port. Abans de contar la segona part de la història dels passatgers de l’Stanbrook, tanmateix, tornarem al port d’Alacant, on milers de persones desesperades –es calcula que unes 15.000– incloent-hi molts soldats que encara conserven les seues armes, no saben que el carboner de Dickson és el darrer vaixell que eixirà d’allí. I en el cas que algun altre mercant s’hi haguera acostat per arreplegar gent, el resultat, segurament, hauria estat una batalla campal per aconseguir algun lloc per fugir. Una de les tristes anècdotes del moment és la del comandant comunista Narciso Julián, que arribà al port amb altres soldats, entre ells un mecànic que aconseguí reparar un petit vaixell pesquer. Amb tot, en escoltar el soroll del motor, una allau humana es llançà sobre l’embarcació i la va fer bolcar i enfonsar-se.
 
L’estat de nervis, la fam, la set, la desmoralització per la no arribada d’un vaixell salvador anava minant l’esperit d’uns aspirants a exiliats que, malgrat tot, mantenen un cert ordre. Si més no, entre aquella massa hi ha un grapat de les persones més preparades de la zona republicana, entre polítics, intel·lectuals, periodistes o sindicalistes. Els elements més ideologitzats tracten de mantenir la disciplina, però no poques persones albiren ja una destinació fatal. A poc a poc, comencen a produir-se suïcidis: gent que es llança a les roques o empra la seua arma per no enfrontar-se a la realitat que li espera. Algunes escenes són dantesques, com la d’un jove que es pega un tret al pit i, de retruc, mata un ancià a qui li arriba la bala. O la d’algú que puja als cables d’alta tensió per electrocutar-se. O de qui s’obri les venes a navalla. L’escriptor Max Aub relata l’escena d’un home que es pega un tret al cap i la seua sang esquitxa el plat de llentilles que menja un altre home al seu costat. La notícia que Casado i altres membres del Consejo Nacional de Defensa han embarcat a Gandia rumb a Marsella degué tenir també un efecte devastador de desmoralització. A l’horabaixa del dia 30 de març, les tropes italianes de la divisió Littorio entren a Alacant.
 
Els dies 30 i 31 s’obri una petita finestra a l’esperança: el general italià Gambara sembla disposat a permetre l’evacuació dels republicans a canvi de no ser rebuts a trets a la ciutat. Extraoficialment, el port és zona neutral, però el govern francès no dóna el vist-i-plau a permetre l’entrada en territori francès a cap fugitiu. Tot i això, alguns vaixells cridats pel Comitè Internacional d’Ajuda a Espanya s’acosten al port, però l’absència de marina de guerra britànica i francesa els fa desistir. Una autèntica tortura psicològica per als republicans que van abandonant l’esperança per degoteig. Quan les tropes italianes entren al Port, s’han produït mig centenar de suïcidis. Hi ha 16.000 captius, comptant 2.000 dones i xiquets. Alguns centenars seran reclosos al Castell d’Alacant i d’altres presons. La resta aniran al camp de concentració d’Albatera.
 
La segona odissea dels passatgers de l’‘Stanbrook’. Mentrestant, els republicans que sí que han pogut salpar arriben a Orà, on la rebuda de les autoritats colonials franceses no és cordial, precisament, i en un primer estadi no permeten el desembarcament. Hi ha reserves de caire logístic però, sobretot, per la ideologia del passatge: hi ha por d’una contaminació de les idees esquerranes. Tan sols deixen baixar algunes personalitats polítiques, ancians, dones i infants, un parell de centenars, que van a parar a un centre d’acollida.
 
La situació de mancança d’aliments i aigua a bord i les condicions sanitàries són preocupants. Per sort, a la zona hi ha una forta immigració espanyola, en alguns casos familiars dels passatgers, que assisteix amb aigua i aliments l’Stanbrook. Però són els estrats populars: les classes benestants espanyoles havien abraçat la causa franquista. A la segona setmana, fruit de la pressió popular, s’autoritza un desembarcament massiu per etapes. Al vaixell, la gent que resta ho fa en unes condicions deplorables i cada vegada més degradades. La por d’una epidèmia –hi ha un brot de tifus– obliga a desallotjar el vaixell i desinfectar-lo, el 27 d’abril, quan encara hi ha un miler llarg de persones a l’Stanbrook, que no són alliberades fins que se’ls abona una forta quantitat a les autoritats colonials per sufragar les despeses dels refugiats. Finalment, l’1 de maig del 1939, deixen marxar l’Stanbrook. Al cap de poc de temps, el 18 de novembre del 1939, el vaixell és afonat per un submarí a Anvers. Mor tota la tripulació, incloent-hi el capità Dickson.
 
La sort dels exiliats de l’Stanbrook és diversa: qui té família i refugi a Algèria, evita anar als camps de concentració. Alguns, molt pocs, poden embarcar a França o Amèrica. De la resta se’n fan dos grans grups: els combatents són traslladats als camps de Morand i Suzzoni, en els desolats paratges de Boghari i Boghar. Llocs immunds, on són sotmesos a condicions duríssimes i a una repressió brutal. Els més dèbils i malalts no sobreviuen. Mentrestant, els civils són internats en presons i camps.
 
El pitjor, amb tot, arribà amb el règim col·laboracionista de Vichy, que mamprèn una depuració dels elements més ideològics, els quals aïlla a l’infern de Djénien Bou, amb jueus i nacionalistes musulmans. Alguns republicans anaren a parar a camps de treball, sotmesos a una disciplina salvatge, i emprats per la construcció del Transsaharià, una línia fèrria entre Algèria i Senegal. Un periple brutal relatat al documental de Joan Sella Cautivos en la arena, produït per TVE.  Amb la caiguda de Vichy, els brutals directors d’aquells camps foren jutjats i condemnats. Els albergs i camps per a civils anaren tancant-se. Molts optaren per restar a Algèria. En acabat, tan sols uns 12.000 republicans pogueren fugir del terror franquista en aquells terribles dies de març del 1939.

Las autoridades argelinas dan permiso para el viaje-homenaje a la Memoria Republicana

 
A todas y todos los compañeros adheridos a la Operació Stanbrook.
14 de marzo 2014
Nos han comunicado telefónicamente de la embajada de Argelia en Madrid que las autoridades argelinas aceptan nuestro viaje homenaje a la Memoria Republicana, en unos días nos llegará por escrito el oficio de confirmación y ya podemos empezar las gestiones del viaje, actos... en principio hemos pensado en la semana central del mes de mayo (del 12 al 18) dependiendo de los días de salida y retorno del barco Alicante-Orán-Alicante.
 
En unos días ya os daremos información más concreta... para que nos confirmeis sobre datos concretos, vuestra posible participación. Salud y República!
 
"Comissió Stanbrook"

martes, 4 de marzo de 2014

El hallazgo de fotos de Franco fomenta la leyenda del último día antes del Golpe



Fotografías inéditas encontradas en Arucas
  • Las fotografías aparecidas en los archivos del Ayuntamiento de Arucas muestran al dictador y escenas que acercan a nuestros días la realidad de la década de los 30.
  • Según historiadores, Franco ordenó asesinar al gobernador militar Amadeo Balmes.
  • El dictador evitó una emboscada en su camino hacia Gando yendo por mar en lugar de por tierra.