El telegrama - 5 de Septiembre de 2012
Por Blasco de Avellaneda
La querella se tramita ante el Juzgado de lo Criminal y Correccional Federal Número 1 de la República Argentina, del que es titular la Juez María Servini de Cubría, que próximamente se desplazará a España para oír el testimonio de algunas víctimas del régimen franquista. Entre estas víctimas se encuentra un melillense, que se ha personado como acusación ante ese Juzgado.
Por este motivo, la Junta Directiva de la Asociación Pro Derechos Humanos de Melilla ha acordado adherirse a la querella interpuesta por particulares y asociaciones españolas y manifestar que la impunidad “de la que han gozado y gozan los autores de delitos calificados en la normativa internacional como crímenes contra la Humanidad y la situación de desamparo en que se encuentran las víctimas del genocidio, que no han recibido por parte del Estado español ningún tipo de reparación judicial por los enormes daños que han sufrido, afecta al entramado social damnificado por la falta de Justicia”.
Por todo ello, la organización dirigida por José Alonso ha decidido apoyar la denuncia contra los crímenes del franquismo, en la convicción de que constituirá un sustancial aporte para poner fin a la impunidad y conquistar la verdad y la Justicia, que les son debidas a las víctimas.
Ciudadanos, asociaciones y abogados argentinos y españoles se dan la mano en el juicio abierto contra el franquismo por genocidio siguiendo el principio de justicia universal. La propia juez acudirá a España previsiblemente el 10 de septiembre, para recoger las declaraciones de víctimas de la dictadura o, en su defecto, de familiares, durante unos diez días.
En su agenda no faltará una visita a Galicia donde Servini de Cubría visitará Camposancos, una parroquia de A Guarda donde se ubicó uno de los campos de concentración más importantes del franquismo, instalado en un antiguo colegio de los jesuitas. Entre sus paredes llegaron a estar más de mil presos hacinados, procedentes de media geografía española. Muchos de ellos fueron fusilados en lo que eran terrenos de labranza al lado del cementerio, en donde fue erigido un monumento en su honor.
Su visita está pensada para aquellos que, por edad o problemas de salud, no pudieron acercarse a los lugares en los que se centralizaron las querellas. En todo caso, no obviará Madrid, donde se sitúa su embajada, y es probable que recurra a la red de consulados, como el de Vigo, aunque, insiste, dependerá de la cantidad de víctimas o familiares que se presten a declarar. Es poco probable que acabe la juez visitando Melilla, aunque sí Málaga, donde podría desplazarse la familia del melillense denunciante.
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