domingo, 21 de agosto de 2011

La curva de las viudas de Ceuta


La Verdad de Ceuta /19 de Agosto de 2011
Francisco Sánchez Montoya
El dirigente sindicalista ceutí Ramón Arnau, en la tarde del 17 de julio de 1936, tras tener conocimiento de la sublevación en Melilla, se reúne en la Casa del Pueblo junto a otros dirigentes políticos y sindicales, las horas pasan rápida y los acontecimientos se están precipitando. Sobre las 23,00 horas observa como en las puertas de la Delegación del Gobierno se lee un bando, la ciudad está tomada por las fuerzas sublevadas.

Ya no puede huir hacia Tánger, como hicieron otros compañeros y salvaron la vida. Se dirige a su casa en la Huerta Martínez y se despide de sus padres, Ramón era familia de la dirigente sindical ceutí Antonia Céspedes "La Latera", también detenida y ejecutada en la cárcel de mujeres del Sarchal. Se oculta en el campo en la zona del Tarajal, en el llamado "Arroyo de las bombas" en espera de acontecimientos. Los miembros de la falange local, continuamente daban batidas por la zona, sabían que muchos dirigentes políticos y sindicales se encuentran en ocultos en espera de poder huir hacia Tánger. En una de éstas batidas fué detenido y trasladado a la comisaría.

Tras estar dos días en la comisaría de policía, sufriendo duros interrogatorios, le comunican de madrugada, que lo van a trasladar a la prisión de García Aldave, el sabe que no son horas para realizar traslado, y que esa es la formula que se está llevando a cabo para ejecutar en cualquier cuneta de la Ciudad a los dirigentes políticos. No puede hacer otra cosa que acceder al traslado, sabe que su vida en esos momentos no vale nada. En la puerta de la comisaría, en la Plaza de Los Reyes, un camión le espera con varios falangistas. Junto a Ramón Arnau, también va el joven zapatero y miembro de las Juventudes Socialistas, José Molina Castillo, los dos son esposados, en el intercambio de sus miradas se trasmiten la tragedia que están viviendo.

Cuando apenas le quedan algunas curvas para llegar a la prisión de García Aldave, todavía albergaban la esperanza de llegar con vida a los barracones del centro penitenciario, pero el camión se detiene, el chofer grita "nos hemos quedado sin gasolina, tenemos que subir caminando". Los dos saben que les llegó la hora. Son bajados y comienzan a caminar delante de ellos. Al llegar a la aciaga curva son tiroteados. Ramón Arnau pudo contar en un expediente ese suceso: " Cuando me llevaban detenido, hacia la Posición A, junto a otro, al parecer se paro el coche por falta de gasolina, nos bajaron, echamos a andar, y dispararon sobre nosotros, cayendo en el suelo mi compañero y yo por un barranco".

El joven José Molina recibió un solo impacto, en la cabeza, falleciendo en el acto y a Ramón Arnau, en un principio se le dio por muerto, pero al certificar su muerte en el depósito de cadáveres del Cementerio de Santa Catalina comprueba que estaba aún con vida, lo trasladaron al hospital de la Cruz Roja, donde se está recuperando. El 5 de agosto el director del hospital, recibió un oficio del director del hospital militar, comunicándole que debido a la mejora del detenido, Ramón Arnau, se le debe trasladar para una mayor seguridad, ya que podía intentar escapar del centro civil. El 6 de agosto fue trasladado, y cinco días después pese a su gran mejoría, y según el informe, al que he tenido acceso: "falleció como consecuencia de un sincope cardíaco".

Esa "Curva de las viudas de Ceuta" se cobró otras muchas vidas de dirigentes ceutíes, como la de Eduardo Morales Gallardo, de 16 años, que pese a su juventud era delegado de la UGT en la barriada de la Unión y José Hernández López de 30 años. Durante las elecciones de febrero de 1936, se destacaron por su lucha a favor del Frente Popular, preparando los mítines del candidato socialista Manuel Martínez Pedroso. El 30 de julio de 1936, cuando se encontraban en la barriada, sobre las 19 horas apareció un coche con cuatro falangistas, pistolas al cinto, se bajaron dirigiéndose hacia ellos, cuando lo van a detener logran huir, comenzaron a dispararles pero sin alcanzarlos. Establecieron un servicio de vigilancia y sobre las 20,30 horas cuando vuelven confiados a sus casas, procedieron a su detención. Al igual que las otras ejecuciones. En el Consejo de Guerra se puede leer: " El camión donde son transportados se detiene por una avería, una curvas antes de llegar a la prisión de García Aldave, los bajamos y comienzan a caminar hacia la prisión, intentaron escapar aprovechando la oscuridad de la noche e iniciaron la huida hacia un barranco existente en el margen izquierdo de dicha carretera, les tuvimos que disparar, falleciendo los dos, con sendos disparos en la cabeza".

martes, 2 de agosto de 2011

Carta pública al Sr. José Bono Martínez Presidente del Congreso de los Diputados/Carlota Leret O'Neill, hija de Virgilio Leret



Desaparecidos de la Guerra Civil y el Exilio Republicano DESPAGE
2/8/11

Carlota Leret O'Neill, hija de Virgilio Leret comandante de la Segunda República, fusilado y desaparecido por el franquismo y de Carlota O'Neill escritora y exilada del régimen de terror del general Franco, nos solicita la publicación de una Carta a José Bono, Presidente del Congreso de Diputados, con ocasión de la intervención de éste en el 75 aniversario del Golpe de Estado fascista contra la Segunda República. No sólo publicamos su carta sino que estamos en absoluta sintonía con el contenido de la misma:

Carta pública al
Sr. José Bono Martínez
Presidente del Congreso de los Diputados
Sr Bono:

En el año 2006, el Parlamento Europeo condenó el golpe de Estado de Francisco Franco, destacando la dimensión europea de la guerra civil que desató esa asonada golpista, como un ensayo de la Segunda Guerra Mundial. En su resolución, el Parlamento Europeo condenó, igualmente, la dictadura inaugurada por Franco en España. Para no repetir los errores del pasado, se acordó "condenar críticamente a sus responsables, rendir homenaje a sus víctimas y reconocer a los que combatieron por la democracia, padecieron persecución e impulsaron el retorno de España a Europa como nuestra patria común." No podía esperarse otra cosa de una institución que tiene como punto de referencia a una sociedad democrática, respetuosa de los derechos humanos, que abomina de la impunidad como sistema, y que rechaza el olvido como parapeto de los cómplices de esas atrocidades.

El 18 de julio pasado, al cumplirse el 75 aniversario del golpe de Estado, haciendo uso de la tribuna que Ud. ostenta como diputado del PSOE y como presidente del Parlamento Español, pronunció un discurso en el cual, cuidadosamente, omitió condenar el golpe de Estado de 1936, y tampoco pidió perdón a las víctimas del genocidio franquista, como una forma de reparación simbólica que muchas de las víctimas todavía estamos esperando. En su discurso, tampoco reivindicó la democracia como la única forma civilizada de hacer política, y el respeto a la dignidad humana como uno de los valores consagrados por la actual Constitución. Todo lo contrario; en forma insólita, Ud. colocó en el mismo nivel moral y político a aquellos que permanecieron fieles a la legalidad y a la voluntad popular expresada en las urnas, con aquellos que fueron autores de crímenes de rebelión militar, genocidio, tortura, desapariciones forzadas, y crímenes contra la humanidad.

Cuando acabó la guerra, los vencedores utilizaron todos los recursos del Estado para localizar, identificar y reparar a las víctimas de la parte vencedora. Para los vencidos hubo la Ley de Responsabilidades Políticas, la Causa General, el Tribunal para la Represión de la Masonería y el Comunismo, los campos de concentración, las prisiones, el exilio, y una persecución implacable para aquellos que permanecieron en España. Los hijos y nietos de los vencedores utilizaron la nueva Constitución como mecanismo para perpetuar sus privilegios, y para impedir que se hiciera justicia; sistemáticamente, con el pretexto del perdón y la reconciliación, se han negado a reivindicar la memoria de las víctimas. 36 años después de la muerte del dictador, como "una gran concesión", se ha aprobado una Ley de la Memoria Histórica, que es lo que permite que España siga invadida de placas y monumentos en recuerdo a "Los Caídos por Dios y por España", y a aquellos que se beneficiaron con los años del terror impuesto por la dictadura.

Su discurso, señor Bono, no encarna los valores de la democracia y del respeto a los derechos humanos. Muy por el contrario, ese discurso atenta gravemente contra el honor de las víctimas del terror fascista. Usted pretende que los familiares de las víctimas de la dictadura renunciemos a la verdad, renunciemos a la recuperación de los restos de nuestros seres queridos, aceptemos las sentencias de los tribunales franquistas, declinemos en nuestro afán por obtener que se reivindique la memoria de quienes murieron defendiendo la Constitución y el Estado de Derecho, y continuemos disimulando nuestro dolor y sufrimiento.

Usted, señor Bono, nuevamente ha humillado a las víctimas de la dictadura. A su condena a muerte les añade usted la condena al olvido. Como producto de un pacto de silencio inaceptable en cualquier sociedad democrática, España sigue estando en deuda con la justicia, la verdad, y la memoria de las víctimas de esos grupos sediciosos. Y, a pesar de militar en las filas del PSOE, con su conducta de ayer y de hoy, Ud. está demostrando ser cómplice de los hijos y nietos de los dictadores. Allá Ud. con su estatura moral y con su falta de principios y de coherencia política. Pero no pretenda sugerir que el tipo de sociedad que Ud. dibuja en su discurso sea una sociedad democrática, respetuosa de la dignidad humana.

Carlota Leret O'Neill
Dirección electrónica: carlotaleret@cantv.net