martes, 29 de mayo de 2012

La represión en Ceuta y en el Protectorado

Yagüe paseando por Ceuta tras el golpe militar

Público.es - *FRANCISCO SÁNCHEZ MONTOYA 29/05/2012
En Ceuta, y lo que fue la zona occidental del Protectorado en Marruecos más que de guerra habría que hablar de represión, pues no hubo combates ni operaciones militares. La barbarie desencadenada fue tan intensa y extendida que no sólo la sufrieron los que habían defendido la República con su labor política y sindical, sino que también cayó la misma sobre aquellos que eran simplemente más abiertos, los incrédulos por cualquier motivo, los que habían destacado en empresas culturales y actividades públicas o simplemente aquellos denunciados por rencillas personales, odios y deudas, de los que se nutrieron las cárceles ceutíes y del Protectorado español en Marruecos.

El desglose del total de asesinados en esta zona fueron 268 en Ceuta, y 195 en el Protectorado Occidental de España en Marruecos, repartidos por la ciudad de Tetuán, en el campo de concentración "El Mogote" y en Larache. También debemos reseñar la represión administrativa y, por otra parte, ¿cuántos encausados no llegaron al pelotón de fusilamientos? Muchos de ellos murieron mientras eran transportados o en las comisarías sin consignarse sus nombres. ¿Cuántos murieron en las enfermerías como consecuencia de malos tratos o enfermedades sin cuidados? ¿Cuántos quedaron internados en manicomios? Todos éstos están fuera de mis cifras. Tan sólo quisiera, como conclusión, apuntar que con estas investigaciones, gracias al acceso a una valiosa, aunque limitada, base documental de primera mano con la consulta de más de mil consejos de guerra durante casi diez años (Guadalajara, Segovia, Regional, Alcalá de Henares) y el Archivo General de la Guerra Civil Española (Salamanca), registros civiles, de cementerios, Juzgados y Consulados (Marruecos), se ha intentado descubrir unos hechos que acaecieron en Ceuta y en el Protectorado, sobre todo en la zona occidental.

Es fácil concluir, que el tema de la represión ejercida en el nuevo Estado que surge tras el golpe militar del 17 de julio de 1936 presenta aún hoy, a pesar de los años transcurridos desde entonces, numerosas lagunas. Se abandona en estas investigaciones la tendencia seguida en otras ciudades de limitarse a la especulación genérica o aventurar cifras en función de cálculos más o menos lógicos y razonados. Las cifras y nombres expuestos están sólidamente documentados y cuando ha sido posible entrevista personales con los familiares de los represaliados. La consulta de distintos documentos permite acercarse a la tétrica realidad judicial de aquellos años. Los procedimientos sumarísimos de urgencia, que la legislación fijaba como formula ocasional, se convirtieron, sin embargo, en la única formula empleada por los tribunales para juzgar los supuestos delitos de los que no eran adictos al nuevo régimen. Amparados en la más absoluta impunidad y parapetados tras la vía jurídica no dudaron en acusar y condenar de adhesión a la rebelión a los que precisamente habían defendido la legalidad constitucional. Daba igual que las acusaciones realizadas se refirieran a asesinatos, pertenencia a organizaciones políticas o sindicales, participación en saqueos de iglesias, insultos, redacciones de periódicos, pertenencia la masonería, etc. Y, desglosando las cifras, se puede apreciar que el mes de agosto de 1936 se convierte en el más trágico de toda la represión en Ceuta, con 73 víctimas, de las cuales tan sólo siete se efectúan tras los respectivos consejos de guerra; el resto, sesenta y seis, fueron debidas a las sacas de madrugada. Por militancia política, el número mayor de fusilados fue para los anarcosindicalistas y por profesiones el estamento militar fue él más castigado, sobretodo en 1938. Tras el inicio de la represión, con el paso de los meses, el número de fusilamientos fue disminuyendo paulatinamente. En los cinco primeros meses se registraron un total de ciento veintiocho ejecuciones, casi el 50% de las llevadas a cabo durante toda la represión. En 1937 se registraron noventa y seis, para continuar bajando hasta cuarenta y uno en 1938, y hasta seis años después, en agosto de 1944, no se consignaron los últimos tres fusilamientos en Ceuta. Estos datos confirmarían la conclusión en el sentido de que la represión sustancial se produjo en los primeros meses.

Respecto al sexo dos mujeres fueron ejecutadas. La actuación de las mujeres quedó generalmente oculta y el papel que desempeñaron y su protagonismo son destacados en poquísimas ocasiones. Sin embargo, la mujer, durante la República, había comenzado a integrarse en el ámbito de la política. En el tema religioso en los registros civiles, no aparece ningún musulmán fusilado (ni en el Protectorado); las nuevas autoridades se guardarían muy bien de no inquietar a esta población, que la utilizaba en primera línea en la península y eran quienes formaban junto con la Falange los pelotones de fusilamiento. Cuatro hebreos son fusilados, y otros muchos son condenados a largas condenas. Tras las primeras ejecuciones en Ceuta, el 21 de julio de 1936, hasta 1938, en todas se consigna herida por arma de fuego, aunque después, en el registro civil, aparecen muchos tachados. Hay un paréntesis de seis años, desde 1938 a 1944, que no se producen más ejecuciones. Tal vez las hubo, pero se pudieron encubrir en los libros como hemorragia interna. Esto ocurrió con el fusilamiento de los tres miembros de la resistencia en Tánger, pero es evidente que el error en el número de fusilados no consignados debe ser muy pequeño. Si se toman en cuenta los días en que se producen las ejecuciones y el número se observa que no parece que existiera una norma que regulara las mismas. Hay meses que durante varios días consecutivos se realizan fusilamientos y otros que las fechas se distancian considerablemente. Pero es irrefutable que tras algún ataque de las fuerzas republicanas en la madrugada siguiente realizaban ejecuciones. También se incrementa en torno a las celebraciones de determinados aniversarios y cuando en el frente fallecían soldados o miembros de la Falange local.

*Francisco Sáncez Montoya es investigador

lunes, 28 de mayo de 2012

Espinosa, historia de un infiltrado


laprovincia.es 27 de mayo de 2012   
José Luis Espinosa era el 'Ahmed' español en Argelia. Allí conoció a Antonio Cubillo, con quien trabó amistad para vigilar cada uno de sus pasos. Un espía enrolado en el Mpaiac que organizó el atentado contra el líder independentista

E. CUBILLO / Ó. GUISONI (*)
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
El documental Cubillo, historia de un crimen de Estado tiene como protagonista principal la figura de Antonio Cubillo, ¿pero qué sería de Sherlock Holmes sin Moriarti o de Batman sin Joker? En la historia de Cubillo, José Luis Espinosa, su antagonista, encarna ese papel. ¿Pero quién es José Luis Espinosa?

Espinosa nació en 1929 en Murcia, hijo de un ex comisario comunista. A los 18 años se estableció en Argelia junto a su familia, que huía de la dictadura franquista. Sin estudios, el joven español empezó a trabajar como carpintero en los cuarteles militares franceses. En 1954, cuando comenzó la guerra de independencia argelina, tenía 25 años. Un militante del Frente de Liberación Nacional (FLN) contactó con él y le pidió un favor muy especial: "Queremos que nos pases información de los cuarteles donde trabajas"; él le dice. "¿Qué tipo de información?" "Toda, de los puestos de guardia, armamento, el número de soldados que hay en cada unidad y cualquier cosa que puedas oír". Aquel iba a ser el primer trabajo de Espinosa como espía. Los argelinos comenzaron a llamarlo Ahmed, el español.

En 1962, con el triunfo de la revolución, el FLN considera que Espinosa es un héroe y lo nombra teniente del nuevo ejército.

Después de la guerra civil española, muchos antifranquistas se refugiaron en México; uno de ellos, el general Alberto Perea, había creado allí "un gobierno", la III República Española, cuya presidencia se había adjudicado el general Navarro del Barrio. Tras la independencia de Argelia, la III República se traslada al país árabe debido al apoyo que el FLN brinda a los movimientos de liberación. Es en esta organización donde Espinosa conoce a Cubillo. Espinosa se presenta como Gustavo. Cubillo no hace preguntas. En 1963 en el corazón de la revolución africana y en una organización clandestina, con un nombre de pila basta.

Espinosa traba amistad con el líder canario y le presenta a sus contactos, pero pronto Cubillo se haría con la ciudad. Espinosa ve cómo el recién llegado se convierte en un protegido del FLN. Cincuenta años más tarde me confesaría personalmente que la razón de traicionar a Cubillo, hasta el punto de planear su asesinato sin sentir remordimientos, fue la envidia, "él subía como la espuma gracias a mis contactos, y yo me quedé atrás, se lo tenía merecido".

El presidente argelino Ben Bella quería saber si las organizaciones que le estaban pidiendo ayuda para derrocar a Franco tenían verdadero apoyo popular, ya que no quería que Argelia malgastara su dinero. "Ben Bella me llamó a su despacho para proponerme que espiase a un grupo de españoles que acababan de llegar", le contó Espinosa en 1982 al periodista José Díaz Herrera, de la revista Cambio 16.

El joven español aceptó una vez más el encargo y comenzó a pasarle información al coronel Sliman Hoffman, un oscuro militar que luchó junto a los franceses durante la guerra de liberación, y que en el último momento, haciendo gala de un gran oportunismo, asumió la causa argelina.

Espinosa y Hoffman no tardarían en forjar una gran amistad. "Espía a Cubillo", le pide Hoffman, "quiero saber si en Canarias lo siguen y qué hace con el dinero que le damos". En 1965, uno de los ancianos militares de la organización de la III República llama a Espinosa: "Necesitamos pedirte un favor muy especial, tienes que hacerlo y honrar la memoria de tu padre", le dijo. "¿Qué necesitáis?", preguntó Espinosa: "Que introduzcas un cargamento de armas en España". Aquella era una misión mucho más arriesgada que un simple espionaje, pero Espinosa aceptó. No tuvo suerte. Ya en España, en el ecuador de su misión, Espinosa guardó la maleta con armas en la habitación de su hotel, la chica de la limpieza la encontró y la policía franquista lo detuvo. En la sala de interrogatorios Espinosa se derrumbó y contó todo. La policía le ofreció trabajar para ellos y aceptó. "A cambio", les dijo, "quiero que traigan a mi hijo a España, el desgraciado se muere de hambre".

El franquismo estaba cada vez más preocupado por el poder y por los recursos con los que contaban las organizaciones armadas opositoras que tenían su sede en Argel. "Queremos que espíes a la III República", le dicen. Espinosa obedeció. Franco ya tenía su hombre en Argel.

Pero al dictador español no sólo le preocupaba la oposición interior. Poco a poco el país había ido perdiendo todas sus colonias en África y a finales de los años sesenta cada vez parecía más evidente que también iba a perder el Sahara Occidental. Un territorio al que aspiraban Marruecos y Mauritania, pero al que Argelia miraba como un espacio estratégico para asegurarse una salida al Océano Atlántico. Con el conflicto por el Sahara en medio, al gobierno franquista le inquietaba cada vez más la labor diplomática decidida y tenaz de Antonio Cubillo, en su cruzada por incluir las Islas Canarias entre los territorios que se estaban descolonizando. "Espía también al Mpaiac", le ordenaron.

Años más tarde, Espinosa vuelve a Argelia con una misión. Una vez allí va a ver a un viejo conocido, el coronel Sliman Hoffman, que se ha vuelto uno de los personajes más influyentes del país. "Dígale que soy Ahmed", le dice al personal de seguridad, "Ahmed, el español". Con ese nombre lo recuerdan todavía los viejos militantes del FLN. Hoffman lo recibe con alegría. Durante esos años, Espinosa, a pesar de apenas saber leer y escribir, había sido infiltrado en el sindicato socialista UGT y se presenta en Argelia como el hombre de enlace de los socialistas con la revolución argelina. Su labor como topo es perfecta. "La izquierda española", le dice Espinosa a Hoffman, "quiere saber si es verdad que Argelia está apoyando al Mpaiac o si todo son faroles de Antonio Cubillo". "Claro que lo apoyamos" responde Hoffman.

Después de la reunión, Espinosa se va a ver a Cubillo. Para el líder canario, el espía se llama Gustavo, que es como Espinosa se había presentado desde los años sesenta entre los antiguos exiliados españoles. "¿Qué necesitas?", pregunta Espinosa a Cubillo. "El Mpaiac va a comenzar la lucha armada en Madrid y tú eres la persona que necesito. Tienes que ayudarme".

Al día siguiente Espinosa le cuenta a su superior, el comisario Conesa, el resultado de su encuentro con Cubillo: "La única manera de controlar al Mpaiac es crear un comando armado en Madrid. Cubillo quiere que yo dirija ese comando para empezar a poner bombas en la capital". Conesa le responde: "Deja que lo piense y mañana te respondo". La apuesta era arriesgada, pero el comisario necesitaba mantener el control del Mpaiac para seguir siendo imprescindible al gobierno. Por otro lado, si terminaba con el Mpaiac, los 100 millones de pesetas anuales destinados a la policía para luchar contra la organización se esfumarían, el Mpaiac debe de seguir actuando, pero controlado. Al día siguiente Conesa llama a su hombre en Argel. "Dile a Cubillo que tu dirigirás los atentados de la capital". El comando Madrid del Mpaiac acababa de nacer. Durante los últimos años Espinosa se había convertido en el hombre del comisario Conesa y había tenido tiempo de infiltrarse en otros movimientos de izquierdas, como el Grapo y el FRAP.

Roberto Conesa fue jefe de la nefasta Brigada Político Social, el tristemente célebre órgano del aparato represor del franquismo, pero en 1976, con la llega de la democracia, Conesa es enviado a un destino menor en Valencia, después de que el nuevo gobierno decidiera disolver la Brigada. Pero Conesa no estaba dispuesto a resignarse, no era un hombre al que le gustara estar en segundo plano.

El 11 de diciembre de ese mismo año se produjo un hecho que puso en serio peligro todo el proceso de transición: una célula de los llamados Grupos Revolucionarios Antifascistas Primero de Octubre, los Grapo, secuestró al presidente del Consejo de Estado, Antonio María de Oriol y Urquijo, y al teniente general Emilio Villaescusa. El golpe fue de tal magnitud que el presidente Suárez llegó a pensar que su gobierno estaba acabado. Conesa supo entonces que había llegado su oportunidad.

A Conesa no le cuesta nada resolver el secuestro. José Luis Espinosa lleva infiltrado en los Grapo desde hace años. Pocos días después, el 11 de febrero de 1977, los dos son liberados. Conesa aprovecha el éxito de la operación para volver a ocupar un puesto privilegiado en la estructura de la policía. En junio de 1977 lo bautizan como "el supercomisario Conesa" y Martín Villa le concede la medalla de oro al mérito policial. Meses después, gracias a la labor de Espinosa, la plana mayor del Grapo cae en una redada cuando sostenían una reunión clandestina en Benidorm.

Poco tiempo después, el supercomisario Conesa llama a su espía: "Tienes que volver a Argel", le dice Conesa, hay que eliminar a Cubillo, introdúcete en el FRAP y encuentra a un asesino". La manera en que Espinosa aborda esta nueva misión pertenece a otra historia, una historia que José Luis Espinosa me contó hace ya un año, después de haber salido de la cárcel por el intento de asesinato de mi propio tío. 30 años después, Espinosa, alias "Gustavo", alias Ahmed, alias Alberto Torremocha, cuenta los entresijos de su última misión en un documental que tiene por título Cubillo, historia de un crimen de Estado. Un documental que pretende, más allá de polémicas o rencores, contar un episodio oscuro de la transición española con los protagonistas reales de este thriller político.

La película está en cartel en los cines Monopol desde del día 25 de mayo y vuelve a proyectarse en TEA del 28 hasta el 30 de este mismo mes. Más información: www.lagavetaproducciones.com/docu.


Al final se pueden ver algunos videos más

El laberinto marroquí – Prólogo de la Guerra Civil Española


Autor del documental: Julio Sánchez Veiga

Duración total: 55 minutos

En 1898, después de perder Cuba, Puerto Rico y Filipinas a manos de los EE.UU., España centra sus objetivos coloniales en el norte de Marruecos, en el que establece un protectorado a partir de 1912. De 1920 a 1926, el ejército español mantiene una cruenta guerra contra la guerrilla rifeña dirigida por Abd el-Krim. Miles de soldados españoles y civiles marroquíes pierden la vida en esta guerra fraticida cuyo período más sanguinario comienza con la derrota de Annual y el posterior contraataque del humillado ejército español, que se aplica a una indiscriminada política de exterminio y terror en la que abundan las mutilaciones, las ejecuciones públicas e incluso el bombardeo de civiles con armas químicas desde el aire.

El laberinto marroquí revela cómo este conflicto colonial sirvió de prólogo a la guerra civil española, República mediante, al socavar el poco “prestigio” que le quedaba a la monarquía borbónica entregada a los intereses de los militares africanistas. Irónicamente, miles de luchadores rifeños acabarían años más tarde integrados en el ejército rebelde español a las órdenes de estos mismos militares africanistas, y a la postre, serían también acreedores de la primera victoria definitiva en la historia de ejército español; la victoria sobre su propio pueblo en la guerra civil española.

El documental está elaborado con imágenes de archivo, entrevistas a combatientes marroquíes y españoles de la guerra civil, más la voz de algunos historiadores especializados como Andree Bachoud, Vicente Moga, Carlos Blanco, María Rosa de Madariaga y Eloy Martín.

Videotecaalternativa

Ver documental

miércoles, 23 de mayo de 2012

Virgilio Leret Ruiz. Una vida al servicio de la República

De Antonio Cruz González

Colección Memorias - El Viejo Topo

Virgilio Leret goza del dramático honor de haber sido el primer ejecutado por los militares golpistas que se levantaron en África el 17 de julio de 1936. Estaba entonces al mando de la base de hidroaviones de El Atalayón, en las inmediaciones de Melilla, cuando fue atacada por los sublevados. Leret la defendió. Hecho prisionero, fue fusilado el 17 de julio de 1936.

Pero Leret no fue solo un oficial ejemplar, leal a la República, de talante progresista y carácter abierto y familiar: además de escribir novelas, que firmaba con el pseudónimo “El Caballero del Azul”, también fue el inventor del primer motor a reacción, un avance que después revolucionaría la aeronáutica y que él no pudo desarrollar, pues estaba a punto de hacerlo –su motor había interesado al propio Azaña– cuando se produjo el golpe de estado. Su ejecución dio al traste con el proyecto, aunque su esposa logró conservar los planos y hacerlos llegar al gobierno inglés; a partir de ahí se perdió su rastro, si bien no puede ignorarse que Gran Bretaña logró el motor a reacción en 1941. Tal vez los planos de Leret ayudaron a ello.

Tras el fusilamiento de Leret su esposa Carlota O’Neill, que había desarrollado su trayectoria feminista como dramaturga y como directora del periódico Nosotras, fue detenida y separada de sus hijas, Carlota y Mariela. Fue juzgada por un tribunal militar dieciocho meses después de su detención y condenada a seis años de prisión, por saber ruso, por subversiva y por su responsabilidad en los actos de su marido. Finalmente, al salir de la cárcel, la esposa y las hijas de Leret consiguieron partir hacia su exilio.

martes, 22 de mayo de 2012

Presentación: "Largo viaje hacia el este" de Bachir Lehdad

Organiza: CC.OO.

El próximo Martes día 29, a las 19 horas, en El CMAE vamos a presentar el libro de Bachir Lehdad en el que se narra parte de su vida y se desvelan algunas de las claves para conocer el conflicto saharaui, que como ya sabéis dura casi 37 años.

Bachir fue uno de los delegados del Frente Polisario mas activos que tuvimos en Asturias y es uno de los activistas que mantiene viva la causa saharaui con mas fuerza.

Rafael Avello que presente el libro, entre otras cosas fue corresponsal para el periódico Asturias Semanal en la Marcha Verde.

Esperamos contar con vuestra presencia.

Izquierda Xunida d’Avilés

lunes, 21 de mayo de 2012

'Hijos de las nubes. La última colonia'


Pelicula documental protagonizada y producida por Javier Bardem, en la que se examina la agitacion politica actual del norte de Africa y la responsabilidad de las potencias occidentales (especialmente Estados Unidos y Francia) por medio del ejercicio de la Realpolitik (politica exterior basada en intereses practicos y economicos en lugar de en principios eticos o teoricos) en sus estrategias politicas internacionales. Estas politicas han generado una gran inestabilidad que finalmente ha ocasionado gran violencia y caos. El film se centra en la situacion del Sahara Occidental, la ultima colonia africana segun Naciones Unidas, y una region al borde de la guerra.

La pelicula es un viaje personal en el que Bardem guia a la audiencia por el tortuoso camino de la diplomacia mundial y la terrible realidad de un pueblo abandonado, buscando comprender como hemos llegado a esta situacion y como se podria evitar otra guerra en Africa.

jueves, 10 de mayo de 2012

El exilio de los marinos republicanos españoles en el norte de África

En el nº 44 del mes de abril la revista francesa 2e Guerre mondiale : Axe et Alliés dans le plus grand conflit de l'Histoire publica un articulo sobre el libro de Victoria Fernández Díaz "El exilio de los marinos republicanos"

2e Guerre mondiale : Axe et Alliés dans le plus grand conflit de l'Histoire nº 44
Toujours dans le but de vous proposer des articles originaux et interessants, no...us abordons dans notre numéro 44 l'histoire incroyable de ces marins républicains espagnols, exilé en Afrique du Nord française. Ballotés de camps de travail en camps de travail, ces hommes assumèrent dignement leur situation. Ils finirent par s'engager aux côtés des Alliés et participèrent à la libération de la France, elle qui, pourtant, avait été si ingrate envers eux...

Siempre con el objetivo de ofrecer artículos originales e interesantes,  abordamos en nuestro número 44 la increíble historia de estos marinos republicanos españoles en el exilio en África del Norte francesa. Tirados en campos de trabajo, estos hombres asumieron su situación con dignidad. Terminaron comprometidos junto con los Aliados y participaron en la liberación de Francia, ella, sin embargo, había sido tan ingrata con ellos ...

Traducción Estación Orán-Wahrān وهران

Portada nº 44